Después de Por si cambias de opinión, hubo un lapsus de libros.
Empero, publiqué un prólogo a la novela Tomochic, de Heriberto Frías, dentro de la colección "Obras inmortales" de la editorial Ateneo-México, en 1987.
Mi querido maestro Jaime Erasto Cortés, que coordinaba esa colección, me invitó a escribirlo pues conocía mi incursión por el mundo de la literatura del siglo XIX mexicano.
En aquellos años, publicaba sobre esos temas en El Sol de México en la Cultura, el suplemento dominical de ese diario.
Casi sin querer, tanto el autor, Heriberto Frías, como la misma portada del libro se vincularían a uno de lo personajes que con el paso del tiempo se volvería fundamental en mi vida: José Guadalupe Posada.
A la par, también publiqué los tres volúmenes dedicados a la Historia documental de la CNOP, y uno más, el tomo IX, de la Historia documental del Partido de la Revolución. Fueron trabajos de investigación documental muy estructurados que me ayudaron a aprender y a aprehender sobre la investigación histórica.
Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
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