jueves, 30 de julio de 2020

Recordando la exposición: "José Guadalupe Posada. La línea que definió el arte mexicano"

MUSEO NACIONAL DE LA ESTAMPA. INBAL
Recordando la exposición: 
José Guadalupe Posada. 
La línea que definió el arte mexicano

En 1913, en la soledad absoluta y el olvido, falleció Posada. Sus restos fueron enterrados en la fosa común. Una década después, comenzó una revaloración que consiguió que su obra abandonara el anonimato.
José Guadalupe Posada Aguilar (Aguascalientes, 1852 - Ciudad de México, 1913) nunca se sintió un artista, jamás pensó que su obra tendría la trascendencia que hoy tiene. Tampoco imaginó —él que tuvo tan grandiosa imaginación— que sentaría las bases del arte mexicano contemporánea: su obra forma parte de nuestra iconografía y del imaginario colectivo.
Posada fue mitificado a partir de la necesidad de concebir un arte popular que expresara el sentir de la Revolución Mexicana. El gobierno revolucionario tuvo en el nacionalismo una expresión histórica (y estética) de ese proceso de cambio que vivió el país en las primeras décadas de la centuria anterior.
A cien años de la muerte del grabador, el Museo Nacional de la Estampa organizó "José Guadalupe Posada. La línea que definió el arte mexicano", exposición conmemorativa que mostró que Posada va más allá de la Catrina y de visiones idílicas, ideologizadas: fue un artista que, con sus imágenes, conformó el rostro y la estética mexicana.
Agustín Sánchez González, CENIDIAP/INBAL
Curador de la exposición


https://www.facebook.com/MuseoNacionaldelaEstampa/posts/3410444775673645

lunes, 20 de julio de 2020

XV años del CCH

En unos meses más, en febrero de 2021, el Colegio de Ciencias y Humanidades cumplirá cincuenta años de su fundación.
Soy un feliz egresado de esa institución, más dichoso aún pues su fundador, Pablo González Casanova, me otorgó un diploma como egresado distinguido, al cumplirse veinte años de la fundación del CCH y ese es uno de mis grandes orgullos, sobre todo porque, en ese año, habían estado en sus aulas más de trescientos mil alumnos.
Encontré un texto sobre el baile de XV años del CCH, en 1986, y que publiqué en la revista Fin de siglo, que editaba la Universidad Autónoma de Sinaloa.


XV años del CCH

Han pasado 15 años; 12 desde que salieron del Colegio de Ciencias y Humanidades y se vuelven a ver. Ya hay arruguitas, panza, llantas; todos son treintañeros; se casaron, divorciaron, o en eso andan (en ambos casos). Llegaron en 1971, eran como 15 mil alumnos que no sabían nada acerca del CCH. El doctor González Casanova, entonces rector de la UNAM, daba la bienvenida a los nuevos universitarios diciendo: "Es la misma universidad que se renueva", no recuerdo si esto es textual. "Aprender a aprender" era el lema del Colegio. Llegamos, los estudiantes de entonces, a tres planteles, el de Vallejo (que nunca ha estado en Vallejo) Naucalpan, en el Estado de México y Azcapotzalco, allá por Parque Vía.
           Éramos adolescentes que habíamos vivido el 68 como niños, en la primaria o secundaria. Nuestros hermanos mayores y toda la generación que nos antecedió, había sido golpeada y masacrada por el autoritarismo priísta de Díaz Ordaz. Hoy se vuelven a juntar en un gran baile de XV años en el salón Los Ángeles.
Nosotros, los de entonces
Llegamos a nuestras escuelas, separadas unas de otra y en barrios marginales de la ciudad: Vallejo, Naucalpan, Azcapotzalco, Sur y Oriente; teníamos como maestros a jóvenes recién egresados de la facultad que habían sufrido en carne propia la represión. Todos en el acelere; los de historia empezaron a plantear una nueva visión basada en los manuales del marxismo que estuvieran más cerca de su rojo corazón.
     Unos meses después de la inauguración del Colegio, el 10 de junio, los ceceacheros marchaban al lado de otros grupos estudiantiles; muchos ya nunca regresaron, pues los inexistentes halcones les dieron en la madre; otros muchos decidimos que estábamos politizados y organizamos grupos que reivindicaban el cambio social. 
       Entonces éramos maoístas, trotskistas, comunistas, guevaristas, leninistas, foquistas y otros istas; la derecha se espantaba. El radicalismo del CCH llegó a alturas insospechadas cuando los porros fueron expulsados de ahí, junto con los directores que los solapaban y así, en 1973, varios de los planteles permanecieron algunas semanas sin autoridades. 
       El autogobierno democrático era como un sueño posible; los maestros subversivos y radicales llamaban a dar la lucha (algunos de ellos, ocupan hoy posiciones importantes de poder en varias secretarías de Estado). 
        Habrá que hacer el análisis en serio de todo esto; lo que ahora escribo son sólo notas dispersas y discutibles incluso para mí. Eran los días en que a todo mundo le daba pena ser priísta. Hoy eso ha cambiado, y no sólo eso, hoy existen maestros fascistas que andan por el CCH llamando a una cruzada en contra de judíos y comunistas. 
       Los que éramos alumnos hoy somos adultos integrados a la sociedad en crisis. "Si el socialismo no viene a nosotros, nosotros no vamos al socialismo", como diría un personaje del escritor Gerardo de la Torre.
       La esperanza de una nueva sociedad se acabó, ya ni esperanza por una sociedad democrática. Los morrales, barbas y huipiles, la canción protesta y el rock, ya nada de eso se ve por los pasillos del CCH, ni el materialismo histórico es algo que hay que saber para acreditar materias. Ya esto no es necesario, como en aquellos años, para poder transformar el mundo.
El Baile XV años
Tardamos más de un mes en organizar el baile; nos enfrentamos a miles de problemas: conseguir dinero para alquilar el salón, llamar a nuestros amigos para que con un pago simbólico fueran a tocar, enfrentamos a la burocracia para conseguir permisos. El día del baile únicamente nos acompañaron unas 300 almas y nunca como ese día, el concepto alma tuvo esa connotación. Aquella generación anda ahora corno alma en pena, desencantados por la vida y simulando alegría. Tratando de salvar la crisis.
        Aquella sociedad que querían se les fue de las manos y hoy no queda más que integrarse a la odiosa sociedad capitalista. Los alumnos, ese mismo día, hicieron también sus bailes, sólo que en salones decentes, seguramente después de haber oído misa, vistiendo sus trajes comprados o alquilados, portando orgullosos sus anillos de graduación y esperando ansiosos su entrada a las facultades para pronto titularse y ganar mucho dinero.
A lo mejor los otros quince
Dentro de 15 años habremos arribado al siglo XXI y como la Espergencia de Chava Flores, festejaremos bien; falta saber si este mundo llega para entonces o si la UNAM no se desembaraza del CCH. 
      Tiempos habrán de venir que desconocemos, como en aquellos años no sabíamos cómo terminaríamos, la crisis tan gruesa que vive nuestro país y la cada vez más lejana nueva sociedad. 
      Para entonces, ya cuarentones, habremos de empezar a vivir.


viernes, 17 de julio de 2020

El mocho asesinado por un mocho


Última imagen que miró Obregón

Este 17 de julio se cumple el aniversario del crimen perpetrado por José de León Toral, al general que perdió ahí lo invicto: Álvaro Obregón.
Cuando el Llorón de Macuspana se queja de ser el presidente más atacado, no tiene idea de lo que habla.
No existe en toda nuestra historia, ningún presidente que no haya sufrido los embates de la crítica, la burla, el desprecio. Obviamente, ni siquiera él se salvará y de añorar ser el mejor presidente de la historia pasará, no tengo duda, como uno de los más despreciables.
Obregón, al contrario del Llorón, le encantaba el humor. Blasco Ibáñez cuenta que Obregón llamaba al Panzón Soto, uno de los inolvidables (y nada conocido) cómicos de carpa para contarle chistes contra sus enemigos.
Obregón era un hombre con un sentido del humor genial; estos chistes lo retratan de cuerpo entero (menos su brazo, obvio):
1. Vicente Blasco Ibáñez, en su libro El militarismo mexicano, recoge la siguiente anécdota: En la sangrienta batalla de Celaya, cuando una bomba le arrancó el brazo derecho al general Obregón, sus compañeros de batalla se afanaban por buscar el despojo heroico sin que nadie lo hallara, hasta que el amigo más íntimo del revolucionario aconsejó: ¡Levanten una moneda de oro y verán el resultado!
2. Según Demetrio Bolaños, en un artículo publicado el 16 de julio de 1983 en el periódico El Universal, esta broma fue inventada por el propio Obregón.
3. En este mismo artículo se consignan otros chistes: uno de ellos, "se popularizó en Cajeme, cuando la persecución religiosa había llegado a su clímax, se dejó correr la noticia por todo el país de que Obregón acababa de ser aprehendido. El comentario lógico se imponía:
- ¡Qué atrocidad!... Bueno ¿y por qué?
- Hombre, ¡por mocho!".
4. Cuando se dirigía al lugar de su muerte, uno de sus acompañantes le preguntó:
- General, ¿no tiene miedo de ir con nosotros?, alguien podría hacer estallar una bomba.
  A lo que Obregón respondió:
- Tendrían que ser pequeñas, acuérdese que vamos a comer a la bombilla".

         Sin embargo no hubo bombas ni bombillas, sino un mal chiste de otro mocho, lo que cortó su vida.


jueves, 16 de julio de 2020

López Obrador se parece a la C@ca-Cola


López Obrador se parece a la Coca-Cola: ha endulzado la vida de millones de mexicanos y ha generado una sensación efímera de bienestar y gracias a ello, hoy, es un pueblo obeso, lleno de achaques, sin ninguna opción más que aplaudir y mirar como su vida se va extinguiendo ante la mentira que ha sido el llamarse la chispa de la vida o, en el caso de AMLO, cuarta transformación.
       Durante más de un década, anduvo recorriendo pueblos y ciudades, por encimita, por donde lo han querido llevar los caciques locales, y con una prensa a la que sataniza y maldice si no le aplaude, pero que no dejó estos años de seguirlo y de propagar sus arengas y mentiras.
        Hoy, a 18 meses de haber tomado posesión como presidente legal (como presidente fantasioso lo había hecho hace doce años), ha mostrado que nos vendió espejitos, cuentas de vidrio y nos la tragamos toda a cambio de nada.
          La crisis que vivimos, antes del COVID, se muestra en el nulo crecimiento económico, después de que durante años siempre hubo crecimiento; el mayor desempleo, el desmantelamiento de la seguridad social, de la cultura, de la ciencia, de la educación, etc., etc.
       El COVID vino a dar el último empujón a un gobierno sin pies ni cabeza (aunque con las suficientes manos para desvalijar al país)
    La promesa de cero corrupción ha sido una mentira del tamaño de la estela de luz (en que participaron varios personajes cercanos a AMLO, por cierto). Ana Gabriela Guevara, acusada por la propia secretaría de la función pública (SFP) y que no ha recibido ningún comentario del presidente; o el condominio en Texas de la secretaria de gobernación, las casas de Bartlet o de Ackerman, la corrupción del exdelegado de Jalisco que debió renunciar ante las denuncias y así, una larga lista que la prensa ha denunciado sin éxito alguno.

   Lo paradójico de todo esto, es la devoción enfermiza de sus seguidores que no sólo no le ven defecto alguno, sino que lo que antaño estaba mal, hoy se le aplauden como si fuera la maravilla única; o los errores que en otro momento se satanizaban (la inolvidable corrección de la niña que dijo leer, no ler, al secretario de educación, mientras que el dijistes y muchas otras barbaridades de AMLO son pequeñeces y aplausos y maromas)
     Lo mismo sucede con asesinatos, complicidades, errores burdos, machismo, insultos y demás atrocidades de este gobierno que, también, se le aplauden.
      Es lamentable el papel de muchos caricaturistas, por ejemplo, que no lo tocan ni con el pétalo de una broza y las amenazas e insultos a la prensa de parte de AMLO que nos regresan peligrosamente a tiempos superados. Resulta inusitado pensar que ni Fox tuvo el descaro de defenderse de la crítica cuando su esposa fue imitada semana a semana, por cadena nacional, en televisa, dentro del programa El privilegio de mandar. Hoy sería impensable ver a la esposa del presidente en un programa así.

     Y es entonces cuando pienso que la nostalgia por el partido único, por el viejo, anacrónico y conservador, el peor de los PRI,  está presente en el gen nacional y está más vivo que nunca.

martes, 14 de julio de 2020

Cartón del mes. Relatos e historias en México

La maldita pandemia interrumpió y puso en jaque la vida de todos y en todos los aspectos. Las publicaciones están moribundas, a punto de terminar su vida. No dejemos que ello suceda, adquieran y lean revistas y periódicos.
Relatos e historias en México es la mejor revista de divulgación de la historia de nuestro país; en este número de junio (que debió aparecer en abril) ha publicado artículos sumamente interesantes como Reflexiones sobra la gran pandemia de 1918, de Consuelo Cuevas-Cardona, entre muchos otros interesantes textos.
El cartón del mes
En cada número, presentó un espléndido cartón y este mes lo realizó de Santiago R. de la Vega, y lleva por título Historia sagrada.
La revista Multicolor fue una piedra en el zapato para el presidente Francisco I. Madero. Sus caricaturas mostraron una crítica permanente hacia un gobierno que también fue insensible a ciertas críticas, a las que optó por censurar.
Esta caricatura de Santiago R. de la Vega retrata ese momento: a Mario Vitoria, español de origen y director de dicha revista, se le muestra crucificado, al igual que a Ernesto García Cabral y al autor del cartón. Entre los asistentes aparece Longinos (personificado por Gustavo A. Madero), quien, según la leyenda, no veía del todo bien pero, al tener contacto con la sangre del Salvador, quedó sano.
Vitoria fue expulsado de México tres semanas después, acusado de “extranjero pernicioso”, luego de aplicársele el artículo 33 constitucional.

Sánchez González, Agustín, “El cartón del mes”, Relatos e Historias en México, núm. 141, p. 11.

viernes, 10 de julio de 2020

Jesús Martínez Carrión y El Colmillo Público: Del trazo costumbrista a la línea revolucionaria

Recordando la exposición: "Jesús Martínez Carrión y El Colmillo Público: Del trazo costumbrista a la línea revolucionaria. Donación Francisco Javier Gutiérrez Martínez" 1

Gracias a la donación de una importante colección de la revista "El Colmillo Público", la exposición "Jesús Martínez Carrión y El Colmillo Público: Del trazo costumbrista a la línea revolucionaria" se presentó en el Museo Nacional de la Estampa en 2015. La muestra fue un reconocimiento a este gran artista, desconocido por el gran público a pesar de ser considerado uno de los más importantes caricaturistas mexicanos.
Jesús Martínez Carrión fue un artista formado en la Academia de San Carlos, notable dibujante, acuarelista, impresor y editor, que se desempeñó como ilustrador y caricaturista en la transición del siglo XIX al XX, periodo fundamental de la prensa ilustrada mexicana.
Las imágenes costumbristas y las representaciones de un idealismo nacionalista que se gestaron para la prensa moderna y oficialista fueron trastocadas en los medios que criticaron al porfiriato para crear retratos insolentes: el pobre que era representado con un jarro de pulque en "El Mundo. Semanario Ilustrado", era el mismo que aparecía aplastado y reprimido en "El Colmillo Público".
Agustín Sánchez González
Curador invitado, CENIDIAP-INBAL
Museo Nacional de la Estampa
Museo

jueves, 9 de julio de 2020

#TodosSomosTrump

Cuando Carlos Monsiváis hizo notar, y escribió sobre la primera generación de norteamericanos nacidos en México me pareció un tanto exagerado dentro de la generalización, pero tras la visita a Trump, por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, no me queda duda alguna a la percepción de Monsiváis.
Al antiimperialismo con el que crecimos los mexicanos que nacimos de los cincuenta para atrás, nutrido no sin razón de las invasiones yanquis a Veracruz, en 1914, o la pérdida del territorio en el siglo XIX y las hijoputeces de todos los tiempos, siempre hubo algo más que dignidad.

La política internacional  del Estado Mexicano siempre tuvo una dignidad asombrosa, ajena a la política interna donde brillaba la antidemocracia y el autoritarismo; el mundo nos veía como un país progresista a más no poder.
Aún recuerdo cuando estaba en la Escuela de Cine, en Cuba, y revisé las revistas de Cuba Internacional y Bohemia, de 1971, y nada decía de los halcones, y si se vertían grandes loas a Echeverría.

Hace muy poquitos años, Trump insultó como a nadie a los mexicanos y dijo que éramos “violadores, narcotraficantes y violentos”, todo el mundo se indignó. Después dijo que México tenía que pagar el muro. Hubo una respuesta airada de un político, AMLO, que dijo:
“Lo expresado por el presidente Trump en su mensaje de hace unas horas significa todo un retroceso en la política exterior de los Estados Unidos y una vulgar amenaza a los derechos humanos”
Y esa fue la tónica de varios años del presidente López Obrador quien, incluso, le dedicó un libro donde lo compara,  con Hitler.
Trump, hermano, ya eres mexicano.

Ayer nuestras fuerzas patrióticas (la nueva mafia del poder que cenó con Trump) llenaron de gloria  nuestra historia.
No se trataba, me queda claro, de ir a pelear ante el gorila. Se trataba simplemente de no ir a hacerle el caldo gordo, por pura dignidad, como aconsejaba el propio AMLO, en 2017, a su cofrade Enrique Peña, el 21 de enero, cuando dijo “así como Trump ha venido hablando de medidas a favor de EU y en contra de México, que ahora de mande en donde esté los asuntos que le interesan pueblo de México y a la Nación… Concluía diciendo NADA DE IRSE A TOMAR LA FOTO, PORQUE ESO NO AYUDA.

Vivimos tiempos difíciles, un retroceso histórico descomunal, con la complacencia y felicidad de buena parte de la sociedad que ya adquirieron su visa y que, no dudaría, lancen loas a Trump.
Hoy, que los mexicanos hemos revivido el monstruo del autoritarismo presidencial, no queda más que recordar a José Emilio Pacheco, siempre José Emilio, cuando escribió “Hoy somos todo aquello contra lo que luchamos a los veinte años”.



ADIÓS querido Ziraldo

 El 6 de abril falleció uno de los grandes caricaturistas de este mundo: Ziraldo Alves Pinto, que firmaba como Ziraldo, Premio Quevedos, 200...