Carlos Alcalde es uno de los grandes caricaturistas mexicanos. Realizó trabajos excepcionales en El Mundo Ilustrado, El Imparcial y en Cómico. Es creador de la primera ilustración que publica el periódico El Universal, en 1916.
Estas caricaturas, de los grandes compositores nacionales de la época de Porfirio Díaz, corresponde a una obra que dedicó Miguel Lerdo de Tejada a los caricaturistas y que la Casa Wagner publicó a principio del siglo XX.
Va dedicado a los músicos, en su día, el 22 de noviembre.
Este gremio tan vital en nuestras vidas y que nos hace disfrutar las cosas maravillosas de estar en en este mundo, las sensaciones más increíbles, nos llena la memoria de recuerdos de todo tipo. Por eso, los músicos son una maravilla.
Tengo en casa una gran artista, mi mujer, dedicada amorosamente a la música y que me ha hecho muy feliz más de dos décadas
Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
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domingo, 22 de noviembre de 2015
Murió Francisco Ochoa, un caricaturista de Chihuahua

No obstante estas dos décadas de investigación,
continuamente aparecen datos nuevos de caricaturistas.
"A los muertos no se les juzga",
escribe abiamente Edmundo O'Gorman y hoy sólo me referiré a este hombre que hizo
un personaje llamado Don
Concho y a quien en mi
Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura en México, apenas dedico
un par de líneas.
Cuando vuelva a editarlo, espero que muy pronto, espero subsanar muchas
omisiones de caricaturistas como este que hoy se ha ido y cuya noticia,
aparecida en La Opción de Chihuahua, reproduzco
acá abajo.
Muere Pancho Ochoa, caricaturista que imortalizó a Chano Duarte y Eloy
Sábado 21 de Noviembre 2015, 4:49 pm
El padre de Eloy y Chano Duarte, en versión caricatura, Francisco Pancho Ochoa destacado monero originario de San Francisco del Oro que hizo aún más famosa la frase Parral Capital del Mundo con sus famosas y tradicionales tiras, murió.
Su trabajo, peculiar y excelente según la crítica, le representó hacerse acreedor galardones como el premio Tlacuilo de Oro en 1984 por "el Tacaos de Agua"; el Premio Nacional de Periodismo por "Don Concho" y com ya decíamos su consagración en Chihuahua con "Parral Capital del Mundo", protagonizada por Eloy y Chano Duarte.
Gran parte de su pasión se encontraba y perdurará en la tira cómica, con la cual recorrió medios como El Novedades, el Diario de México y revistas como Los Supermachos. "El chiste es directo, pero el humor es abstracto, aunque muchas personas ven a blanco y negro las tiras en los periódicos, yo me he atrevido a usar el color", expresaba Pancho.
"Incluso el próximo fin del mundo hay que tomarlo con sentido del humor", explicó en una entrevista que dio a El Heraldo Francisco Ocha, por el festejo de sus 50 años como caricaturista, una actividad que ha plagado su vida de creatividad, crítica y análisis.
Su inclinación artística quedó definida a la edad de 9 años cuando una operación de apéndice le obligó a permanecer en cama y recibió de regalo la revista Pakin, cuyo personaje principal era Spirit, del autor, Will Eisnert, lo que marcó su completa fascinación.
En el año 1965 concluyó sus estudios en su natal Parral y viajó a la Ciudad de México en compañía de su familia, buscando un lugar para aprender a pintar caricaturas, sin embargo no lo encontró y se integró como practicante voluntario a los estudios de Gabriel Vargas, autor de la familia Burrón.
Pero al coincidir con su desarrollo como caricaturista vino una época en que cayó en crisis la caricatura; existían pocas revistas y varias personas se quedaron sin empleo, entonces hubo que encontrar un trabajo en otros ámbitos, pero nunca abandonar sus sueños, este trabajo se dio en una empresa en el que se desempeñó como facturista pero dedicaba a buscar trabajo en el ámbito de la caricatura y logró entrar a Novaro, editores encargados de traducir historietas norteamericanas en cuyas páginas se integraban tiras cómicas.
Hasta que un día recibió una llamada afortunada en La Prensa para participar en una historieta cómica y renunció a su oficina de facturista y llegó a recoger el guión que resultó ser de vaqueros, ahí inició su carrera en la caricatura, con algo que en realidad era dibujo serio. Después le llamaron a ilustrar Supermachos, una revista política, temática que tiraba 300 mil ejemplares donde colaboró por 6 años.
Su trabajo, peculiar y excelente según la crítica, le representó hacerse acreedor galardones como el premio Tlacuilo de Oro en 1984 por "el Tacaos de Agua"; el Premio Nacional de Periodismo por "Don Concho" y com ya decíamos su consagración en Chihuahua con "Parral Capital del Mundo", protagonizada por Eloy y Chano Duarte.
Gran parte de su pasión se encontraba y perdurará en la tira cómica, con la cual recorrió medios como El Novedades, el Diario de México y revistas como Los Supermachos. "El chiste es directo, pero el humor es abstracto, aunque muchas personas ven a blanco y negro las tiras en los periódicos, yo me he atrevido a usar el color", expresaba Pancho.
"Incluso el próximo fin del mundo hay que tomarlo con sentido del humor", explicó en una entrevista que dio a El Heraldo Francisco Ocha, por el festejo de sus 50 años como caricaturista, una actividad que ha plagado su vida de creatividad, crítica y análisis.
Su inclinación artística quedó definida a la edad de 9 años cuando una operación de apéndice le obligó a permanecer en cama y recibió de regalo la revista Pakin, cuyo personaje principal era Spirit, del autor, Will Eisnert, lo que marcó su completa fascinación.
En el año 1965 concluyó sus estudios en su natal Parral y viajó a la Ciudad de México en compañía de su familia, buscando un lugar para aprender a pintar caricaturas, sin embargo no lo encontró y se integró como practicante voluntario a los estudios de Gabriel Vargas, autor de la familia Burrón.
Pero al coincidir con su desarrollo como caricaturista vino una época en que cayó en crisis la caricatura; existían pocas revistas y varias personas se quedaron sin empleo, entonces hubo que encontrar un trabajo en otros ámbitos, pero nunca abandonar sus sueños, este trabajo se dio en una empresa en el que se desempeñó como facturista pero dedicaba a buscar trabajo en el ámbito de la caricatura y logró entrar a Novaro, editores encargados de traducir historietas norteamericanas en cuyas páginas se integraban tiras cómicas.
Hasta que un día recibió una llamada afortunada en La Prensa para participar en una historieta cómica y renunció a su oficina de facturista y llegó a recoger el guión que resultó ser de vaqueros, ahí inició su carrera en la caricatura, con algo que en realidad era dibujo serio. Después le llamaron a ilustrar Supermachos, una revista política, temática que tiraba 300 mil ejemplares donde colaboró por 6 años.
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