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viernes, 28 de agosto de 2015

En el mundo de Orizaba. Los agravios del alcalde


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Puede retirarse la estatua: INAH
El escultor y el alcalde al lado de la estatua.
El escultor y el alcalde al lado de la estatua.
Viola Cabildo ley federal

Viernes, 28 Agosto 2015
De la Redacción
El Mundo de Orizaba

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indicó que todos los cambios en el centro histórico, se rigen por la Ley Federal de Monumentos Históricos o zonas colindantes, de tal forma que el Ayuntamiento de Orizaba, aunque lo haya aprobado el Cabildo, debe tener una licencia para colocar la estatua de Porfirio Díaz.
Mauricio Guerrero, de la coordinación de monumentos del INAH, dijo que una ley federal está por encima de una municipal, si es necesario.
Destacó que con una petición de cualquier persona, a los teléfonos 0122 99349981 ó 9345282, el INAH debe mandar a verificadores y en caso de que no cuenten con el permiso se puede suspender u ordenar el retiro de la estatua.

Aceptar la estatua
es avalar la
antidemocracia
Agustín Sánchez, profesor de la UNAM y UAM, dijo es "lamentable que este señor con todo el autoritarismo del mundo diga que le valga madre la opinión de la sociedad. Avalar su estatua es avalar la antidemocracia".
Indicó que la sociedad de Orizaba debe rechazar la estatua de un señor que a pocos kilómetros de ahí realizó una masacre, "la gente de Río Blanco debe sentirse agraviada por una estatua así".
Añadió que si Diez quiere poner una estatua de su bolsillo, que la ponga en su casa.
"Somos una nación agraviada por los asesinatos cometidos en ese gobierno. No es discutible si hizo bien o mal en su gobierno, lo real son los asesinatos cometidos", indicó.











http://www.elmundodeorizaba.com/noticias/local/1914897-o2

martes, 18 de agosto de 2015

Homenaje a la Familia Burrón

La Familia Burrón es un fenómeno de la historieta universal

FA-Familia

Por Agustín Sánchez González
Si México no existiera, Gabriel Vargas lo habría inventado. Vargas vivió noventa y cinco años; dedicó casi ochenta al oficio de dibujante, de humorista gráfico. Fue un niño precoz que desde los 16 años ya estaba en los principales diarios mexicanos.
Fue el creador de un grandioso universo, una comedia humana: La Familia Burrón, una de las más expresivas crónicas gráficas, que expresa y refleja la vida cotidiana mexicana a través de una vecindad ubicada en el callejón del Cuajo.
La Familia Burrón es un fenómeno dentro de la historieta universal; durante más de treinta años, llegó a tirar medio millón de ejemplares y cada uno de ellos era leído por cuatro personas y así, dos millones de mexicanos se deleitaban con estas historias.
Desde niño, Vargas no soñaba otra cosa más que en dibujar. Autodidacta, sólo terminó la educación básica. Apenas entró al primer año, lo pasaron al tercer grado; era un niño lector que devoraba libros, gracias a que su mamá le inculcó ese amor por las letras. Antes de los diez años había leído El Quijote y muchas otras lecturas clásicas.
A los trece años ganó un premio mundial de dibujo en Osaka, Japón; a los quince realizó un espléndido dibujo, el desfile que conmemoraba el “Día del Tráfico”, donde captó más de 5,000 personajes.
No es una caricatura de la ciudad, es un dibujo inusual que aún denota los trazos nerviosos e inocentes, pero que ya recogen la aguda observación del cronista visual, del hombre que va a retratar a la sociedad mexicana del siglo XX. El dibujo original es una larga tira que mide sesenta centímetros de ancho por ciento sesenta de largo.
FA-Familia2Su obra puede entenderse mejor con ese dibujo. Emociona el trazo inocente de un joven que durante varias décadas ha influido en la sociedad mexicana. La historia, y la vida, también, pueden entenderse mejor con la caricatura. 
A los 17 años comenzó a trabajar profesionalmente en el periódico Excélsior, el decano de la prensa mexicana, y a los 21 realizó su primera historieta: La vida de Cristo. Un año después debutó como humorista gráfico con una tira llamada Virola y Piolita.
 Su mayor éxito ocurrió con Los Superlocos, cuyo protagonista, Jilemón Metralla y Bomba, se convirtió en el antihéroe ideal por excelencia. Es un vividor, un cínico que logra generar un humor fresco, en donde alcanza un momento de clímax en la historieta mexicana que, al igual que el cine de entonces, entra en su mejor época.
Jilemón Metralla y Bomba forma parte de una historieta para iniciados, pues pocos mexicanos la conocieron ya que, tras la aparición de La Familia Burrón, jamás volvió a imprimirse.
En 1948, le apostaron a Vargas realizar una historieta en la que una mujer fuera la protagonista. Quien lo hizo perdió, entre otras cosas, porque no conocía la obra de Vargas, que tenía historietas como Purita Vaca Las del doce, en donde las mujeres tienen un destacado papel. 
Así nació La Familia Burrón, una peculiar historieta compuesta por el matrimonio de un peluquero pobre, don Regino Burrón, y su esposa, la aristócrata venida a menos, Borola Tacuche, así como sus dos tlaconetes: el Tejocote, Regino chico, Macuca y Foforito Cantarranas, hijo adoptivo, a quien recibieron de manos de don Susano Cantarranas.
El apellido Burrón se debe a que Vargas pensaba que los personajes nunca lograban realizar lo que querían a pesar de no ser tontos; está batalle y batalle y nunca prospera, es un burro, es un burrón. Así, don Regino no es tonto, pero como siguió la misma cosa de su papá, peluquero y peluquero, es un burro, relató en una entrevista a la escritora Elena Poniatowska.
Cuando le preguntaron a Gabriel Vargas cuántos números aparecieron, dijo:
 ¡Uyyyy! Han de haber salido miles. Ya ni me acuerdo. ¿Se imagina en 40 años lo que hice? Durante 18 años trabajé una página diaria en El Sol de México: media página en el matutino y media en el vespertino. Después, en Excélsior, durante doce o trece años hice “Sopa de perico” y una bola de cosas que ya ni me acuerdo. Además, cientos de historietas pequeñas…
FA-Familia3 Tras el fin de la empresa que lo editaba, la Cadena García Valseca, Vargas decidió marchar por su propia ruta y fundó con su esposa, la reportera Guadalupe Appendini, su propio sello editorial GyG (de Guadalupe y Gabriel). El 15 de septiembre de 1978, apareció el ejemplar número 1 de la segunda época: Borola para diputado.
Los monigotes de Gabriel Vargas, como él los llamaba, se convirtieron en uno de los íconos culturales mexicanos; es una manifestación artística que permite infinidad de lecturas. Su trabajo se inscribe en la crítica social, en la observación de la vida cotidiana, en el retrato de un país; en la comedia humana que reproduce está inmersa la tragicomedia mexicana, la estética de lo cotidiano, la microhistoria de la vida de vecindad, bajo el infierno y el cielo de México-Tenochtitlán, y que en pleno siglo XX es dibujado en tinta china.
La ciudad que trazó, y que asumió como propia, es una urbe con su propio dialecto, con un lenguaje chilango, un poco furris, un poco elegante. Ese microcosmos, convertido en la más grande ciudad del mundo permitió a Vargas tener argumentos durante cerca de mil números y más de ciento veinte mil dibujos.
En la serie participaron alrededor de sesenta personajes, donde destacan la familia protagonista, pero hay más: Ruperto Tacuche, Cristeta Tacuche, Boba Licona, Susano Cantarranas, La divina Chuy, Briagoberto Memelas, Juanón Teporochas, Avelino Pilongano, Gamucita Pericocha viuda de Pilongano, etc., sin contar los personajes incidentales, como: Leontino Pantoja, Dodó Cucuruché, Imeldo Cascajo, Onofre Cabañas, Melitón Chagoya, Betina Berrones.
Visita el Blog del autor: http://agusanvh.blogspot.mx/

martes, 14 de julio de 2015

No al cierre de Miguel Ángel 33

De una manera absurda, el YMCA pretende moodificar el porgrama impartido en el Centro YMCA de Educación Especializada. 

Permitir el cierre implica dispersar a una comunidad participativa, entusiasta y con muchas ganas de vivir y romper las inercias de rechazo social. 

YMCA parece no entender la importancia de no destruir la gran construcción que ha generado, el enorme trabajo de los porfesores y el impulso mundial que puede tener para una comunidad marginal. Este es el texto que mandé al Consejo Directivovo 


Consejo Directivo YMCA
PRESENTE

Sin soñar es imposible volar.

Hace poco más de veinte años nació Mateo, mi hijo, llegó al mundo con síndrome de down y lo recibimos con un inmenso amor. Desde el momento que abrió los ojos buscamos como educarlo, como darle una vida propia, autónoma, de vida plena y felicidad.

Hace tres años conocimos el proyecto del CYEE y supimos que eso era lo que buscábamos, que ese el proyecto que Mateo necesitaba y lo comprobamos día a día con las risas, la alegría, la responsabilidad adquirida.

Miércoles y jueves, por ejemplo, Mateo llega con las uñas llenas de tierra porque trabaja, así lo dice, como jardinero en la unidad Mallorca.



Cuando nos enteramos de la desaparición de Miguel Ángel una sensación desolada, llena de frustración envolvió mi vida. Pensé de inmediato en Mateo, en sus sueños, en su amor por la escuela, en su pasión por enfrentar los retos.




Creo que todos los padres, y los chicos, y los maestros, toda la comunidad del CYEE coinciden en eso: no es posible desaparecer un proyecto tan vital, tan vigoroso, sería como suicidarse.

Señores de YMCA, les pedimos no desaparecer el edificio de Miguel Ángel 33, los padres de familia y los chicos de la escuela, se los pedimos. No rompan nuestros sueños, si los rompen, cortarán las alas de nuestra comunidad.

Agustín Sánchez González

Papá de Mateo Sánchez Rivera

sábado, 7 de febrero de 2015

Gabriel Vargas. Una historia chopocluda, en EDUCAL


Gabriel Vargas 
Sánchez González, Agustín 
$ 86
$ 74
Precio exclusivo para Librería Virtual
Número de páginas: 64Peso: 225gr.
Tema: Artes (Diseño)Tamaño: 16.7cm. x 13.7cm. x 1cm.
Colección: Círculo de ArteISBN 9786074554991
Sinopsis
Gabriel Vargas Bernal, nació en la Capital vieijta, Toponimia de Tulancingo, una pequeña población del estado de Hidalgo: ahí estuvo pocos años, pues al morir su padre fue a vivir a la ciudad de México, exactamente en el corazón del país, en la calle de Moneda, a espaldas del Palacio Nacional.La historia y la vida pueden entenderse mejor con la historieta, con los rostros caricaturizados de una sociedad que logra salvar lo mejor de sí misma al mirarse en un espejo, al reírse y descubrir lo que es, sobre todo cuando el retrato ha sido dibujando durante casi ocho décadas por uno de los genios del arte mexicano, llamado Gabriel 

martes, 20 de enero de 2015

103 años de la muerte de Posada

Este 20 de enero se cumplen 103 años de la muerte de Posada. En mi libro La portentosa vida de José Guadalupe Posada, publicado por Ediciones de don Lupe, con el título La portentosa vida de José Guadalupe Posada) Reconstruí las últimas horas de vida de Posada:

SE MUERE DON LUPE


Toda la noche ha vomitado sin parar.

La oscura habitación tiene un olor nauseabundo pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas.

A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil.

Don Lupe se acaba.

Lleva muchas semanas metiéndole al trago. Su rostro está más que demacrado y la deshidratación por la cagalera es más que obvia.

Hay colillas de cigarro forjado tiradas por doquier.

Danzan calaveras a su alrededor, los sueños se convierten en pesadilla.

Parece una película que se regresa al principio para repasar toda su vida, un viaje a la semilla. En quince días cumpliría 61 años, veintidós mil doscientos días.

Alrededor del petate donde se retuerce de dolor zapatean monstruos fantásticos, bocas con labios rojos que enseñan unos agresivos dientes listos para devorarlo, cuerpos con formas demoníacas, diablos, brujas, gritos lastimeros de la llorona, naguales, fantasmas.

El jolgorio empezó el día de su santo, el día de la Virgencita, el 12 de diciembre, cuando la ciudad, el país, el vecindario conmemoró la aparición del indio Juan Diego; siguieron las nueve jornadas de los santos peregrinos, continuó en la Noche Buena, la Navidad y celebró el fin del año 1912. Nacía uno nuevo, justo cuando la vida, su vida, se le apagaba.

Todo le duele, pero es el alma la que le hace insoportable la existencia. La ruda hierba, la ruda vida.

Cientos de cuartos componen la enorme vecindad ubicada a las orillas de la ciudad de México: es el barrio de Tepito, en la calle de la Paz. Son trescientos miserables cuartuchos, con más de mil almas que andan en la pena y en la pepena.

Cada uno de esos cuchitriles apenas mide tres por tres metros. Los excusados son colectivos, conformados por una larga fila sin puerta y un olor repugnante; afuera una pileta de agua que a veces, con un cubo, se usa para el excusado. Y de los tendederos, que parecen telarañas, cuelgan modestas ropas.

El otrora hombre regordete, ahora de cuerpo flácido y demacrado, parece mirar bailar las calaveras que dibujó hace muchos años, a los diablitos sonrientes, complacidos por su travesura, felices porque recibirán muy pronto a un huésped de lujo, su retratista favorito: don Lupe.

Una vecina le llevó una cazuelita con caldo de gallina y lo encontró llorando, lamentando no poder cerrar los ojos de su Juan Sabino, en ese treceavo aniversario de su muerte.

“¡Don Lupe se muere!”, es el clamor en los lavaderos esa mañana fría de domingo.

Él rememora los últimos días de su vida en el barrio de Tepito, a donde llegó cuando la ciudad lo fue expulsando, primero de Santa Teresa, luego de Santa Inés, más tarde del Cuadrante de Santa Catarina, para llegar a la calle del Carmen y terminar en este sitio donde viven hombres y mujeres que sobreviven en situaciones precarias.


Don Lupe sueña, como todos los días de su vida, pero hoy esos sueños se han tornado en pesadilla, como muchas otras noches más, como casi todas sus últimas noches, como todos sus últimos años.

sábado, 10 de enero de 2015

Carlos Neve: Las líneas perdidas

La Jornada Semanal,   domingo 19 de marzo  de 2006        núm. 576
 

Agustín Sánchez González
Carlos Neve: Las líneas perdidas
Los ilustradores de la prensa pertenecen a un género completamente menospreciado, no obstante la gran calidad mostrada por muchos de ellos. En estos días, el Museo de la Caricatura presenta una muestra de Carlos Neve, un excepcional dibujante y caricaturista a quien la historia ha marginado. La exposición se llama La ilustración periodística de Carlos Neve, y está conformada por cincuenta dibujos cuya temática básica es la nota roja, que publicó en el periódico El Demócrata en la década de los veinte.
El retrato de una sociedad postrevolucionaria marginada y agresiva, que se hallaba en busca de sí misma y curaba sus males con la violencia, es lo que dibuja magistralmente Carlos Dionicio Neve Martínez, nombre completo de este gran dibujante nacido en Xalapa, Veracruz, en una fecha incierta (se dice que en1894-1895, o en 1890, indistintamente).
Como todo artista olvidado, sus primeros pasos se pierden o a veces se mitifican. Según el crítico Xavier Moysen, Neve publicó sus primeros trabajos en El Demócrata, mientras que Mercurio López señala que comenzó en la Revista Azul, y más tarde en la revista Multicolor, aunque también dice que el poeta Salvador Díaz Mirón, su paisano, se encargó de conseguirle trabajo en El Imparcial.
Hace unos meses encontré en el acervo del Museo de la Caricatura seis cartones firmados por Canta, uno de ellos publicado en la revista Moheno,editada en 1913. Gracias a unas caricaturas de la bailarina argentina Antonia Mercé, que ilustran un poema de Efrén Rebolledo, encontré la clave para entender que ese seudónimo corresponde a Neve, como lo da a conocer la revista Pegaso en unas caricaturas que Canta (Neve), realizó.
Esto viene a responder, sin duda, un cuestionamiento realizado por el maestro Moysen quien escribió, en 1984: "Rafael Carrasco Puente y Santiago R. De la Vega, sin mayor análisis de los dibujos vieron en el artista a un caricaturista."
Ambos autores tenían razón respecto a los monos hechos por Neve en la revista Moheno que se publicaron entre 1913 y 1914. De hecho, en el único ejemplar que conozco, el número 4, todas las caricaturas son de Neve. (Cabe aclarar que este seudónimo también se le ha atribuido al dibujante López Ayala, pero los trazos del dibujo y la firma de Neve y de Canta son muy semejantes, además del rostro femenino, al que siempre le dibuja una nariz muy parecida.)
Existe otra revista de la época llamada Caricaturas, de 1914, donde las caricaturas también son de Canta. El director de la revista es Ignacio Baeza, el mismo de Moheno, lo que hace suponer que es una continuación de ésta.
No son, por cierto, las únicas caricaturas realizadas por Neve, las hay en revistas como El Revolucionario; además, Neve realizó una historieta en el periódico El Universal llamada S M Segundo i, rey de Moscabía, con argumento de Hipólito Zendejas, otro de los personajes de quien urge una buena biografía.
Desde los años veinte trabajó en El Universal y en El Ilustrado, así como en La Prensa y en la revista de la crom, así como en Vea. En los años cuarenta continuó haciendo cómics en las revistas editadas por Editorial Novaro, con títulos como Tesoros de cuentos clásicosLeyendas de AméricaEpopeya y otras que publicaba esa editorial.
Otro aspecto importante de Neve fue su papel en la publicidad pues trabajó en la Casa Maxims, una de las primeras agencias de publicidad, pero ya desde 1913 había realizado anuncios para diversas revistas.
En su libro Imágenes del deseo, Julieta Ortiz llama la atención sobre el trabajo de Neve en la primera portada a color de Revista de Revistas, así como el siguiente comentario: "El primer anuncio firmado por Neve que localicé data del 12 de enero de 1916 y se refiere a La Aurora del Pánuco." En la muestra del Museo de la Caricatura existen algunos ejemplos de su trabajo en la publicidad.
Neve fue un estupendo ilustrador de más de treinta libros de autores tan disímbolos como Julio Sesto (La tórtola del Ajusco Azulejos), Heriberto Frías (Águila o Sol), Rosendo Salazar (Las pugnas de la gleba), La sombra, de Edgard Allan Poe y veinte etcéteras más.
Neve obtuvo varios reconocimientos: la Medalla de Oro, en Alemania, y una condecoración en la Feria de Covadonga, por sus dibujos taurinos. Cinco dibujos de esta temática se pueden ver en el Museo de la Caricatura.
Otra faceta de Neve, finalmente, fue la creación, en 1955, de seis murales para la Secretaría de la Defensa Nacional.
Casi toda la caricatura y los dibujos publicados en la prensa escrita en el mundo se han perdido, por eso es importante la exposición que hoy podemos admirar: una muestra que recoge las imágenes dibujadas a partir de abril de 1919, cuando Carlos Neve comenzó a ilustrar las crónicas de Miguel Necoechea, uno de los grandes reporteros de nota roja en el periódico El DemócrataDiario Constitucionalista, hasta que éste desapareció.
Los hermosos trazos que Neve realizó en este periódico, del cual llegó a ser jefe del departamento de dibujo, dejan constancia de un país de horror; son trazos en línea —con maravillosos claroscuros—, compuesta por infinidad de detalles y en estilo art nouveau.
Ese medio centenar de piezas originales que hoy se exhiben fueron resguardadas, con la anuencia de Neve, por su ayudante, Carlos Alberto Salinas. Su hijo, Carlos Salinas Saucedo, director de eventos especiales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los retomó, enmarcó y entregó en custodia a la propia universidad.
Al igual que el trabajo realizado por José Guadalupe Posada, quien hizo de la nota roja toda una galería de dibujos geniales, Neve, en otro estilo, realizó líneas excepcionales, obras bajo la influencia del art nouveau, pero que también acusan los trazos de la caricatura de la revolución, o de las figuras grotescas de José Clemente Orozco, así como de las imágenes publicadas en revistas como Multicolor Ojo parado.
El art nouveau, definido como "un microbio patógeno dentro del arte decorativo" se convirtió, en el lápiz de Neve, en un microbio que se propagó en un mundo de horrores y miseria. Su obra juega con una línea muy fina, de gran calidad.
Un importante crítico, Xavier Moysen, calificó a Neve como uno de los grandes maestros del dibujo pues sus dibujos mantienen un discurso visual impresionante, de una gran expresividad. Hermanado con Julio Ruelas, pero sobre todo con Roberto Montenegro, Neve tiene un estilo propio donde destacan, al detalle, los elementos apocalípticos de ese México que se niega a desaparecer.

martes, 9 de diciembre de 2014

Alistan muestra dedicada a José Guadalupe Posada




Este 20 de noviembre dentro de la Sala de Exposiciones de la Embajada de México en Madrid, España, se inaugura la exposición Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, en honor al cronista e ilustrador mexicano.
Agustín Sánchez es el responsable y curador de la muestra que está dividida en once núcleos temáticos: los primeros años; sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores; las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y lo cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, las famosas calaveras.
El curador compartió que el objetivo de esta exposición es mostrar que la fama e inmortalidad de Posada permanece, no sólo en sus calaveras, sino en que su obra se hacía presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Por su parte, Pablo Raphael de la Madrid, director del Instituto de México en España y Consejero Cultural de la Embajada dice que “no es cosa fácil rastrear el origen de lo que llamamos ‘identidad nacional’.
“Agustín Sánchez González ha sido capaz de seguir un nervio nodal de nuestra identidad y, en el mismo sentido, ha sido capaz de descubrir en toda su dimensión el tamaño y poder de influencia de José Guadalupe Posada”, consideró De la Madrid.
Fuente: Milenio

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...