martes, 4 de diciembre de 2018

La Cultura en el ASÍ ES

En 1985, Gustavo Hirales me invitó a editar la página cultural del periódico Así es, el órgano oficial del Partido Socialista Unificado de México, entendiendo algo que pocos políticos han valorado: la importancia del arte y la cultura en la política.

Durante cerca de dos años viví esa gran experiencia donde tuvo la dicha de compartir con algunos personajes notables (y otros no tanto) de la izquierda mexicana, como José Woldenberg.

En esa sección invité a los periodistas culturales que, a pesar de ser jóvenes, ya brillaban con luz propia como Víctor Roura, que era editor de cultura en la novísima La Jornada, entonces un excepcional diario, moderno, atractivo, inteligente; Andrés Ruiz, coeditaba la sección de cultura en El Universal, con don Paco Ignacio Taibo como editor y que abrió el periódico a un grupo de jóvenes escritores e ilustradores y que mostró un rostro poco usual en los medios (y en la política): sin sectarismo ni censura, y con gran inteligencia nos brindó la oportunidad de escribir en un gran medio como es este periódico centenario; Víctor Ronquillo, colaboraba en varios medios, o el espléndido cronista Emiliano Pérez Cruz. Lo interesante es que este grupo sigue en activo hoy, sin dejar se hacer lo que hacen muy bien: escribir.

El escritor Salvador Castañeda me regaló un fragmento inédito de su novela La patria celestial y colaboró un par de veces más. También participaron la poeta Frida Varinia, la hoy promotora de ópera Sylvia Rittner; el poeta Arturo Trejo Villafuerte; los rockeros Armando Vega-Gil y Francisco Barrios, de Botellita de Jérez, que estaba en pleno auge; Jorge Pantoja, Martha Arrieta, Adán Atayde y Javier Cadena, amigos del Museo del Chopo, Ariel Martínez y otros más que ahora no recuerdo.

Fue un gran aprendizaje, sin duda, y una aportación al periodismo que se hacía en la hoy desaparecida izquierda, con una idea ajena a los patrones dogmáticos y sectarios, pues las páginas de Así es se abrieron a profesionales de los medios como el mencionado Roura que publicó, entre otras cosas, una Breve autobiografía en la prensa rockera. Todo esto, ante el azoro y rechazo de quienes se creían dueños de la cultura del partido desde el viejo PCM.

Me tocó cubrir la nota del fallecimiento de uno de los grandes escritores comunistas: Juan de la Cabada, a la par que rescate un texto de Heraclio Zepeda, que había grabado de un programa de Radio Educación, dedicado a Juanito.

Una de las partes que contribuí fue la publicación de una serie de textos escritos por los niños (que hoy deben ser cuarentones), que participaron en el Taller de expresión escrita, del curso de verano, Suelte a sus fieras, en el Museo del Chopo, por cierto que ahí escribí un cuento infantil que ni siquiera recordaba (y que publicaré más adelante).

Con ese número prácticamente se acabó la sección cultural pues se suprimieron páginas ante el nacimiento del gran fracaso que fue el Partido Mexicano Socialista, antecedente de lo que sería el otro grandísimo fracaso: el PRD.

Reitero mi satisfacción de abrir las páginas a periodistas culturales, jóvenes y en activo lo que permitió su profesionalización. 

Con el nuevo partido, el PMS  (o Medio Socialista, le decíamos) salimos de la redacción y la cultura también desapareció.

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