Este 2019 cumplo cuarenta años de publicar, digamos, profesionalmente, ya que antes había escrito para revistas y periódicos estudiantiles y en la fábrica donde trabajaba (ahí gané un premio por escribir una leyenda de seguridad industrial)
No obstante, en el número 1, de enero-abril de 1979, publiqué en el Boletín de Filosofía y Letras un par de reseñas de sendos conferencistas que impartieron charlas en un ciclo llamado Temas de historia.
Este fue el primero
Gabriel Vargas: Estructuralismo e
historia
“Hablar de estructuralismo es hablar de
un tema extemporáneo, ya que en la actualidad no queda nada de él", afirmó el Mtro. Gabriel Vargas en su ponencia sobre Estructuralismo e Historia que inició el ciclo de conferencias
"Temas de Historia", organizado por el SUAFYL.
La plática se inició
planteando el origen del estructuralismo. Este se inicia con Ferdinand de
Saussure primero, y luego con Lévi-Strauss. Afirma Vargas que "el
estructuralismo clásico, a partir de la lingüística saussureana, hace un análisis
de las sociedades primitivas; el procedimiento de Lévi-Strauss consiste, pues,
en construir un modelo o patrón de comportamiento de diversas sociedades, ya
que para él los sistemas sociales son del mismo tipo que los sistemas lingüísticos,
así la cultura es un conjunto de maneras simbólicas".
El conferencista hizo
una distinción respecto a la noción de estructuralismo; habló de un
estructuralismo genético que nada tiene que ver con el de Lévi-Strauss y un
estructuralismo no genético en donde se marca el no considerar el proceso de génesis,
esto es, "mientras en Marx el concepto de estructura es un sistema de relaciones
que implica un precepto de contradicciones, para el estructuralismo el conjunto
de estructuras es un sistema de oposición binaria y combinada"; este mismo
estructuralismo dará una prioridad a lo sincrónico sobre lo diacrónico y junto
con el análisis exhaustivo establecería sus propios principios fundamentales.
Vargas señaló a Lévi-Strauss como "weberiano"
en el sentido de que para Weber el mundo empírico es incompresible y solo es
posible captarlo mediante una estructuración que es producto de la mente del
investigador, pero que no se verifica en la realidad.
Respecto a los problemas
que el estructuralismo plantea a los historiadores, Gabriel Vargas enfatizó la
negación del progreso en la historia y el partir de oposiciones binarias y complementarias,
por el contrario, la ciencia de la historia, el materialismo histórico, plantea
la idea de progreso y la de formas complejas de relaciones; además, para esta visión
el análisis debe ubicarse en la dialéctica de lo consciente y lo inconsciente,
mientras que Lévi-Strauss señala que lo segundo está muy por encima de lo
primero.
Godelier, como teórico
de la historia, nos dice que Marx es estructuralista, señaló Vargas, y que su
concepción estructural es similar a la de Lévi-Strauss y señala dos estructuras
irreductibles, la de fuerzas productivas y la de relaciones de producción; el
Mtro. Vargas rechazó esto afirmando que si bien es cierto que están diferenciadas,
lo cierto es que poseen una interrelación; hizo notar que la interpretación
"cruda" de Godelier es mecanicista, fatalista y con consecuencias políticas
funestas.
Respecto a Althusser,
Vargas mencionó que participa de algunos rasgos del estructuralismo, por
ejemplo el antihumanismo teórico que rechaza una concepción humanistas de la
historia: para Althusser no hay individuos ya que estos son expresiones de una
estructura que es la que hace la historia.
El Mtro. Vargas terminó
su conferencia planteando que ya no queda nada del estructuralismo como metodología;
sin embargo, señaló que su contribución a diversas áreas como la lingüística,
la antropología, etc., ha sido muy importante.
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