lunes, 16 de julio de 2018

Obregón y León Toral

Investigar la historia tiene sus gracias (y también, a veces, desgracias) Escribir de historia es una maravilla pues tiene mucho de literario y de magia. Mientras investigaba el asesinato de Álvaro Obregón, encontré un suceso del día 2 de julio, un día después del triunfo electoral del sonorense. Este es el fragmento de mi libro El general en la Bombilla.



El periódico El Universal, a ocho columnas enlazó -por primera vez los apellidos de los protagonistas de la tragedia de La Bombilla: Obregón y De León-, al día siguiente de efectuarse las elecciones presidenciales del 1o. de julio de 1928.
 La cabeza principal decía:
El General Obregón fue electo presidente de la República.
Más abajo, en la tercera y cuarta columna, se podía leer:
- El gran sorteo de El Universal: números premiados.
  El premio número uno, correspondió al cupón 10925, cuyo poseedor era el señor Aureliano de León. El premio consistía en un automóvil Graham-Paiga, procedente de la empresa De Luxe Motors, S.A., con valor de dos mil novecientos cincuenta pesos.

Mientras que en la primera sección, se anunciaba el triunfo del general, en otra se recogían las declaraciones del padre de José de León Toral quien, quince días después, habría de acribillar a Obregón.
  Esta es la nota del periódico:
"Un objeto útil, es lo que dice el afortunado poseedor del primer premio. A don Aureliano de León, que vive en la casa 212 de la 6a. calle de Sabino, le dio la buena nueva de haber obtenido el primer premio en el sorteo de regalos a los suscriptores de El Universal, un vecino suyo.
 "Yo no creí sacarme nada de esta rifa, nos dice el señor de León. hace más de diez años que me suscribí al periódico que usted representa y desde entonces sólo una corta temporada, que estuve alejado en la sierra, no dejo de recibirlo.
  "En una ocasión obtuve un premio de valor escaso, sin embargo, el día 13 decidí renovar mi suscripción. Es buena fecha, me dije, además era día de San Antonio. Llegué a la oficina de Madero, donde se exhibían los objetos y un caballero a quien dieron su cupón antes que a mí, dijo a uno de los empleados, dirigiéndose al coche que ya puedo considerar mío: "le ruego que no me toque ese coche porque me lo he de llevar". El empleado contestó, señalándome a mí: "Ya ve usted, el que se lo va a sacar no dice nada".
  El señor de León no dio importancia a aquello. Ahora lo recuerda y piensa que el empleado que lo atendió debe tener un don profético.
  La misma persona que me vino a dar la noticia, siguió diciéndonos, me iba a vender un automóvil. Estábamos en tratos formales, ahora me acaba de ofrecer por el Graham-Paiga, la cantidad de mil quinientos pesos y dos coches más.
  "Indudablemente, concluye la nota, que el premio obtenido por el señor de León le será de gran utilidad; tiene una familia numerosa y frecuentemente hace uso del automóvil para atender sus negocios: posee unos minerales en el distrito del Venado, perteneciente al estado de San Luis Potosí".
  El lunes 2 de julio de 1928, la dicha embargaba a las familias Obregón y de León. Habían obtenido sendos premios y, sin duda, eran felices.

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