Para mantenerse en el poder, el PRI ha recurrido a miles de trampas, miles
de prestaciones, miles de controles y/o miles de transformaciones.
Ha tenido dirigentes históricos de excepción, como don Jesús Reyes Heroles,
un genial historiador, un verdadero liberal, no como el mamarracho que se asume
como tal mientras engendra un amasiato con la ultraderecha. Pero también ha
tenido presidentes como Ochoa Reza que me recordó la anécdota de Fidel
Velázquez al opinar sobre equis político de quien dijo que tenía un solo defecto:
ERA TONTO.
Vivimos en una sociedad que sataniza, bombardea, pontifica, agrede, jode y
que, a la par, mantiene una actitud sumamente hipócrita. A Meade le han dicho Queso de puerco, Manchado, Pinto o Meado. Todos
nos reímos por el problema físico del candidato priista y nadie se ofende.
Guardan repetuoso silencio.
López insulta a su grey llamándole Solovino, como el perro triste y
abandonado que retrató Abel Quezada. Y no sólo no se ofenden, se sienten
felices de que su líder les llame así.
Pero llega un político como Ochoa, suelta un mal chiste y las redes lo
acusan de todo. No he leído aun si lo demandarán ante CONAPRED.
¿Es malo decir prieto? Hoy un amigo me decía “A ti por qué no te llaman
racista por llamar prietos a los prietos?
Mi respuesta es que yo nunca he llamado prietos a los solovinos; llamo
PRIeta al partido que representa la refundación del PRI y al que no pusieron
prieta por pudor. Y no me dicen racista, aunque ya lo intentaron algunos
caricaturistas tendencia pejesús, hace meses.
¿Es malo ser prieto? En miles de hogares mexicanos, durante años, prieta es
un sobrenombre de cariño, jamás de insulto; una hermosa canción del siglo XIX
se llama La prietita Clara y era
interpretada por la inolvidable Amparo Ochoa; hubo una gran cantante de
ranchero, Queta Jiménez, que portaba orgullo el sobre nombre de La Prieta Linda;
Miguel Aceves Mejía, cantaba Prieta linda
que decía: “Nuestras vidas son ahora muy distintas tu eres de otro y yo
sigo siendo tuyo, el cariño que me diste mi prietita, no lo niegues prieta linda no lo
niegues..”
Mejor aún, es la interpretación de Octavio Paz a la invención que hizo José
Guadalupe Posada en torno a la magia blanca y magia negra al afirmar que Posada
había creado un término estético diferente: la magia prieta.
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