viernes, 15 de mayo de 2020

Arturo Trejo Villafuerte en Anzuelo. Un homenaje



En 1984, en el Museo Universitario del Chopo, edité una hojita literaria que Jorge Pantoja bautizó como Anzuelo. 
Aparecieron once números y tuvieron un enorme éxito. 
Tal vez, el mayor, fue la publicación del Manifiesto Rupestre, de Rockdrigo González que generó el nacimiento de un movimiento que, tras la muerte de Rodrigo, se siguió usando sin, según yo, dar el crédito correspondiente al profeta del nopal.

En 1985, salimos del Chopo, pero mantuve la hojita, como un proyecto personal.

Un día encontré a Arnold Belkin, le regalé un ejemplar y al enterarse que la pagaba de mi bolsa, me regaló 75 serigrafías de su obra: una Cabeza cibernética azul, para seguir publicando la hoja sin que me costara nada.

En el número 3, de esta segunda época, le pedí a Arturo Trejo Villafuerte que me diera algo para publicarlo. (Adjunto en jpg el triptico original por si alguien quiero imprimirlo así)
Estos poemas aparecieron en Anzuelo, que hoy publico como un homenaje a este gran autor, que se acaba de marchar sin pagar la cuenta.


CIUDAD EN LLAMAS

Una ciudad es un mundo
cuando se ama
a uno de sus habitantes
 Lawrence Durrell


Entre el trago de la noche y el cine tardío
frente a la ciudad en ruinas después
       del incendio,
tomo la ternura que me corresponde,
el caudal de fuerza que me nombra y me hace.
Quiero que entiendas: puedes
llamarme tuyo,
sin otro afán que pertenecerte.
Quiero arriesgarme a tu valor,
          amazona en celo,
hacerte sentir que no estás sola
en la ciudad moribunda.
Es de madrugada y tiemblo tu ausencia:
guardo un sol entre mis brazos.

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MEXICO DE NOCHE

Mientras hablabas de las sangrientas penas
        de los veinte años
Esa noche
Frente al lago
(El café se enfriaba)
La ciudad se dormía en tus ojos

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IXMIQUILPAN DE NOCHE
                                           Para J. G. P.

Pequeñas luciérnagas brillan para tí esta noche.
La oscuridad nos abraza poco a poco
         en esta tierra yerta y seca.
No hay mucho que ver en torno nuestro:
        mezquites, nopales, magueyes, pobreza;
        hombres que se ganan la tortilla con el
       sudor de sus brazos.
Pero la madre tierra, al fin mujer,
nos entrega el milagro de la vida a cada paso.
Aquí también, mientras caminamos
por el cerro seco,
nos tomamos de la mano, conducimos
la esperanza,
la posibilidad de que todo sea mejor.
Nosotros cargamos los elementos:
tú eres la tierra, yo la semilla.

                            Ixmiquilpan, Hgo., junio de 1985.


ESTOY A PUNTO DE BENDECIR AL UNIVERSO

       Sobre tu espalda mis ojos tiemblan
Un halo de luz como paloma herida
       se posa en tus hombros.
La sombra de tus pechos sobre el muro
      es una luna en cuarto menguante.

Semidesnuda, en mi cama, eres el fuego;
el resplandor circular que me inunda.
Muerdo tus nalgas; aspiro tu cuerpo.
Esta noche es sin duda la mejor noche
desde que puedo llamar al mundo mundo.
Estoy a punto de bendecir al universo.

                                A quien pueda interesar 

 
 ONAN

I
Ese dar trabajo a la mano
Ese placer que nos lleva a la alcantarilla
En el estremecimiento un rostro femenino aparece en cada dedo
Energía
Fuerza
Energía
(La energía no se crea ni se destruye,
simplemente sale y se va por la coladera
más próxima a nuestro corazón)

II

Si tú no fueras como eres
cuántas masturbaciones echaría
De menos

III

Estoy pensando en ti
mientras me baño
Mi mano se compadece
de mi solitaria existencia

IV

Tus pantaletas cuelgan en el baño
vacías
muertas
Sin ese tú que les da vida
Ahora ni un suspiro
         de Amor me levantaría

                                 Mester de Hotelería




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