jueves, 14 de mayo de 2020

Arturo Trejo Villafuerte. Adiós poeta

Adiós poeta de la Bondojo

"Morir es una costumbre/ que sabe tener la gente", escribió Borges en su Milonga de Manuel Flores
          Como tantas veces en estos días del virus feo, como le llama mi hijo, estoy llorando desde hace un buen rato ante la partida de mi amigo, el poeta Arturo Trtejo Villafuerte, un personaje excepcional, un poeta verdadero, ajeno a los estereotipos de los intelectualoides que pululan por los barrios sureños.
       Hace años no lo veía, pero nos leíamos en facebook; hace unos meses lo encontré en el centro y no pudimos hablar mucho, pero si recordar las borracheras juveniles que solían terminar en mi casa de Serapio Rendón.
      Hablar con Arturo era una delicia: su sentido del humor, su irreverencia, su camaradería, era una maravilla pasar largas horas, que se convertían en un breve lapso de tiempo, con ese inmenso y culto poeta que no parecía tal. (Era tan genial y agradable, que hasta le perdoné el intento, alguna vez, en una borrachera, de quererme bajar a una novia, jajaja. Siempre que nos veíamos se lo reclamaba, de broma y lograba, inusitadamente, cohibirlo, a pesar de que sabía que era eso, una botana de regreso)
     Arturo, Arturo.
     Adiós.
     Lamento tanto haber dejado pasar el tiempo sin vernos de nuevo, después de tantos años. Ya no habrá tiempo.
    Termino con Borges: 
Y sin embargo me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida... 

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