martes, 26 de diciembre de 2017

El Día que Quetzalcóatl sustituyó a Santa Claus



El 14 de marzo de 1994, publiqué en la sección cultural del periódico El Universal, esta nota que ahora se ha vuelto popular: el gobierno de "el nopalito", el presidente Pascual Ortiz Rubio decidió sustituir símbolos extranjeros por símbolos "nacionales".
Acabo de encontrar la nota y por eso la subí hasta hoy. Esta es la primera parte.

 Uno de los presidentes mexicanos más vituperados por el pueblo, es el general e ingeniero Pascual Ortiz Rubio, quien ocupó la Presidencia de México, del 5 de febrero de 1930, al lo. de septiembre de 1932.
Ortiz Rubio fue maderista, preso político durante el cuartelazo de Victoriano Huerta, diputado constitucionalista, había permanecido fuera de México durante más de siete años en que fue embajador en Alemania, primero, y luego en Brasil. Siete largos años en que el país presenció la rebelión delahuertista, el gobierno callista, la Guerra Cristera, la sublevación y asesinato de los generales Serrano y Gómez, la reelección de Alvaro Obregón y su asesinato.
Llegó a un país distinto del que había vivido. Calles, el Gran Turco, era el mero mero, el Jefe Máximo, y Emilio Portes Gil, ocupaba la presidencia provisional. Ortiz Rubio llegó a México para ser impuesto a la Presidencia tras unas elecciones donde José Vasconcelos, se dice, fue despojado de su triunfo.
El día de su toma de posesión sufrió dos atentados: el político, al serle impuesto los miembros de su gabinete, la mayoría callista, y el físico, cuando un hombre llamado Daniel Flores, lo quiso asesinar, hiriéndolo del maxilar y haciendo que por poco perdiera el hueso.
Apenas habían transcurrido dos semanas de haber asumido la Presidencia de la República, y pasar en el hospital por la herida del atentado, cuando un gran cartel fue colocado a las afueras del Bosque de Chapultepec, diciendo: "Aquí vive el presidente, el que manda vive enfrente". Calles vivía en Anzures.
Ortiz Rubio fue llamado "Pelele", "El Nopalito", "El Caracol" y muchos otros apodos más.
Dicen que para adquirir el poder verdaderamente, se dedicó a inaugurar y a inaugurar cualquier cosa, a colocar primeras piedras en todo lugar. Dos grandes obras suyas se recuerdan: el túnel de tacos, tortas y aguas frescas en la esquina de 16 de Septiembre y San Juan de Letrán, que la gente bautizó como el Túnel del Simplón y la Isla de los Monos, en el zoológico de Chapultepec.
El periodo presidencial de Ortiz Rubio, pero, ha sido poco estudiado, entrando dentro de la etapa del Maximato, llamado así pues Plutarco Elías Calles era llamado el Jefe Máximo de la Revolución.
Quizá por la poca trascendencia de Ortiz Rubio, nadie ha hecho caso y es que lo que ahora cuento es parte de esa breve historia.
 El 27 de noviembre de 1930, todos los diarios nacionales informaban que el licenciado Carlos Trejo y Lerdo de Tejada, subsecretario encargado del despacho de la Secretaría de Educación, declaraba que el señor Presidente de la República, don Pascual Ortiz Rubio había manifestado su aprobación a la orientación nacionalista que estaba dando a la educación pública.
Trejo y Lerdo señaló textualmente: "ayer tuve el gusto de comer con el señor presidente (Ortiz Rubio) y durante la comida, estuvimos acordando y me dio la idea de substituir en las tradiciones extranjeras de Navidad —la expresión que no es nuestra— cambiándola por algo esencialmente mexicano. En la fiesta que la Secretaría de Educación celebrara el 23 de diciembre en el Estadio Nacional, destinada precisamente para repartir ropa, dulces y juguetes a los niños pobres —que serán alrededor de diez o quince mil— el símbolo será Quetzalcóatl de nuestras divinidades indígenas, de nuestros apóstoles precursores de la civilización cristiana. Con esto se persigue engendrar evolutivamente en el origen del niño, amor por los símbolos, divinidades y tradiciones de nuestra cultura y de nuestra raza: Quetzalcóatl sustituirá a los Santos Reyes, Santa Claus y a Noel".
 Por supuesto que no faltó quien comenzara, de inmediato, a bromear en torno a esa gran idea de sustituir las barbas de Santa Claus por las plumas de la serpiente. Alonso Taracena, recoge un epigrama que dice:
Trejo y Lerdo de Tejada
han tenido la humorada
de cambiar a Santa Clos
 por Quetzalcóatl, que es el dios
del Aire y la Vacilada...
 (Continuará) 

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