Terminé la primera parte de esta
serie señalando:
"Y esa es
nuestra cruz, ser y hacer política como dictan los cánones priistas. Y esa es nuestra
tragedia, ser incapaces de generar algo diferente".
Resultado del
crimen realizado a Álvaro Obregón por parte de un cristero, en un episodio
donde un mocho mató a otro mocho, en 1929 se fundó el Partido Nacional
Revolucionario (PNR), un partido de Estado, que incluso se le llamó el de los
31 pues todos los burócratas estaban obligados a entregar al
partido el pago por los meses que tuvieran ese día de más.
La creación del
PNR generó la conformación de un sistema político monopartidista, gracias a la unificación de los distintos grupos de
poder que existían a lo largo y lo ancho de su territorio. Fue la consolidación
del poder presidencial absolutista, subordinando el poder legislativo y
judicial, así como a todo el sistema político, al presidente de la república.
Dentro de su concepción se creó un sistema
político basado en el control vertical, corporativista, de las organizaciones
populares (obreros y campesinos), a partir de la concesión de parcelas de poder
a los líderes de estas agrupaciones.
El PNR fue una
maquinaría muy bien aceitada de control político que sumaba a todas las
tendencias nacionales, a los grupos de poder de todas las regiones; capaz de
asimilar lo mismo a grandes caciques que a intelectuales de gran nivel.
En 1929 se
genera el primer fraude, aun no documentado del todo, contra José Vasconcelos
y la imposición de un presidente pelele, el candidato oficial, llamado Pascual
Ortiz Rubio.
De entonces, todos
los candidatos opositores capaces de cimbrar el sistema y modificar el entorno
oficial, fueron candidatos que provenían del oficialismo, comoJuan Andreu Almazán,
candidato opositor a Manuel Ávila Camacho, Ezequiel Padilla, Miguel Henríquez Guzmán, Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano o Andrés Manuel López Obrador. Priistas de cepa,
descontentos contra el oficialismo.
Almazán fue un
militar que se había enriquecido dentro del gobierno por las
diversas concesiones adquiridas mientras fue ministro de
comunicaciones y transportes.
Después, en
1952, otro militar, Miguel Henríquez Guzmán, hasta entonces institucional, creó
la Federación de Partidos del Pueblo y se lanzó como candidato opositor a
Adolfo Ruiz Cortines.
Para que la cuña
apriete, debe ser del mismo palo, dice el refrán.
Sólo los
priistas lograron tambalear al priismo y, tal vez por ello, les fue imposible
hacerlo.
No así a los dos
panistas que hemos tenido como presidentes pero que, sin embargo, se rodearon
de priistas por todas partes.
¿Qué
significa todo esto?
Que
pareciera ser que no hay más ruta que la de los priistas, que la sociedad
mexicana ha sido incapaz de generar políticos ajenos al modo de hacer política
priista.
No
sólo eso, las mismas estructuras partidistas se han conformado a partir de los
esquemas oficiales.
Pongo un solo ejemplo: en los años setenta se gestó un
sindicalismo independiente que buscara romper con el sindicalismo oficial.
Sindicatos
como el de la UNAM lo lograron. Sus líderes y muchos de sus militantes
provenían de la izquierda. ¿Qué pasó? Terminaron igual, liderazgos añejos, antidemocracia,
control vertical a partir de prebendas.
Es
decir, el problema mexicano se llama hacer política como el PRI, debemos
quitarnos ese sabor a PRI. Aunque pareciera, como dice la canción, "pasaran más de mil años muchos más...
2 comentarios:
¡ME ASUSTA TU CERTEZA!
Pues sí, se llama estructura, mecànica nacional.
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