domingo, 26 de mayo de 2024

Por el fin de los caudillos

 



No a los caudillos, si a la pluralidad

Agustín Sánchez González

Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con los colores que asumió, como identidad, este gobierno. Los he visto reunirse, acercarse a la gente y, al mirarlos, me encuentro que algunos tienen el logo de MORENA y otros, el logo de alguna institución de gobierno, por ejemplo, la secretaría del Bienestar.

¿Cómo llegamos a esa perversidad? El viejo PRI nunca fue tan cínico de mostrarse asi, a pesar del uso faccioso de los colores de la bandera, y sobre lo que protestamos durante décadas. El alumno supera al maestro.

La historia del poder en México ha sido la expresión más acabada del autoritarismo personal; somos un país donde los caudillos siguen siendo hoy, los fenómenos más recordados: Antonio López de Santa-Anna, Benito Juárez y Porfirio Díaz, son el mejor ejemplo de ello.

Tras el asesinato de Álvaro Obregón,  presidente electo, en 1928, Plutarco Elías Calles, inventó una nueva expresión; señaló que se había terminado el tiempo de caudillos y comenzaba una época de instituciones.

Ello se tradujo en un caudillismo temporal, sexenal. Los presidentes se convirtieron en seres excepcionales cuyo poder, omnímodo, gestó una nueva forma de dominar a la sociedad a través de un país caudillista, como antaño, pero acotada por el tiempo.

 El propio Calles pensó que podría mantener en la sombra el poder y por ello se conoce esa etapa el Maximato, pues se le solía llamar “El Jefe Máximo de la Revolución”.

Tres presidentes debieron someterse a su mando: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez; Cárdenas, otro gran mito, un caudillo más, rompió con Calles y comenzó una nueva etapa a partir de la cual, negociaron los caciques del poder y de esta manera empezaron a variar las posiciones políticas de cada presidente, desde un populista como don Lázaro, hasta un tecnócrata neoliberal como Salinas de Gortari.

El poder presidencial era tal, que podía definirse muy fácil, se decía que cuando el presidente pregunta la hora, la respuesta del coro era: la hora que usted diga, señor presidente.

Este viejo sistema comenzó a desquebrajarse, poco a poco, a partir de las protestas del 68, que buscaban una democratización, ante el poder presidencial, que tuvo al partido oficial como una falsa careta democrática y tuvo su clímax en 1988 cuando, otro caudillo, Cuauhtémoc Cárdenas rompió con el partido oficial; en el año 2000, otro caudillo, Vicente Fox, terminó la etapa del PRI y durante dos sexenios parecía el fin del priismo, por lo menos a nivel presidencial.

En 2012, volvió un nuevo-viejo PRI que ya no resistió y comenzó un traslado hormiga hacia un nuevo partido: MORENA, conformado por un caudillo, López Obrador, un personaje autoritario que hasta los 38 años militó en el viejo PRI. Es decir, mientras que los jóvenes de su generación pensaban en el cambio y militaban en una izquierda socialista, él se mantuvo como fiel creyente del PRI, inclusive el neoliberal y salinista, pues al contrario de Cuauhtémoc y de Muñoz Ledo, permaneció fiel y disciplinado al partido tricolor.

MORENA, como el primer PRI, el PNR, es un frente que admite desde la ultraderecha (con el Yunque, ProVida, Legionarios de Cristo y Opus Dei) hasta una izquierda burocrática y anacrónica (Pablo Gómez es su mejor expresión)

En 2018, vendió su proyecto como un “cambio verdadero” y su discurso esperanzador y mesiánico tuvo un impacto inusitado: treinta millones de mexicanos le creyeron y se convirtió en el candidato más espectacular de nuestra historia.

No obstante, su gobierno ha sido una tragedia. NO me detendré en la argumentación económica, de salud o educativa, sólo en lo político.

La creación de MORENA ha significado la vuelta al autoritarismo presidencial. Es penoso leer declaraciones como la del ex procurador Bernardo Batís que declaró, a propósito de la grosera actuación contra Amparo Casar (más allá de si tiene o no razón, la voraz forma de atacarla por parte de AMLO, invadiendo su privacidad) señaló: “Yo confío plenamente en la buena memoria del presidente, tiene 20 años menos que yo y tiene mucha mejor memoria, yo no recuerdo esa reunión, pero no niego que haya sucedido". El historiador Héctor Aguilar Camín, señaló, al respecto: “Siempre es posible suplir una desmemoria con una cortesanía”.

Todo esto viene a cuento para decir que el presidencialismo volvió; ya desde el destape a la candidata Sheinbaum, groseramente llamado el corcholatazo.

MORENA devolvió el sueño autoritario al priismo en declive, el mejor ejemplo, en Yucatán: el candidato a gobernador es un viejo militante del PAN (y antes del PRI). El colmo es que la formula priista de 2018 es la misma de MORENA en 2024.

En México hemos vivido la democratización como el mito de Sísifo, cargando una roca para llegar a la cima de la democracia  y cuando estaba a punto de llegar la roca vuelve a caer, un Zeus autoritario se aparece y tira de nuevo la roca y hay que volver a cargarla esa pesada carga.

Y aunque la oposición actual, tampoco es lo mejor que tenemos, hay que darle fuerza y que la mafia del poder única no se eternice.

México es una nación plural y como tal, se debe mantener y respetar todas las expresiones existentes. Tener oposición es lo mejor que puede pasar a nuestro país, no tenerla, es caer en ese hoyo negro de la dictadura perfecta.

Somos más fuertes cuando reconocemos la fortaleza del otro.

NO hay muchas opciones, votaría por un partido socialdemócrata, pero no existe.

Sólo hay dos sopas, la continuidad autoritaria o el regreso a la pluralidad.  

Por eso, mi voto, será para Xóchitl.


https://www.eluniversal.com.mx/cultura/confabulario/por-el-fin-de-los-caudillos-por-el-regreso-a-la-pluralidad/

lunes, 20 de mayo de 2024

Zocalo Rosa


Nunca estuve en Tlatelolco. 

Estos miles que somos

Agustín Sánchez González

Los andenes de la linea 2 del metro lucen, por toda Tlalpan, de color de rosa.

Apenas abordo un tren, la algarabía de la gente es enorme, gritan a favor de su candidata y lanzan consignas pidiendo fuera el partido oficial.

A pesar de la cercanía, no estuve en Tlatelolco. Tenía 12 años y en mi proletario e industrial barrio, al norte de la ciudad, poca gente sabía qué pasaba. Una vez, en los años ochenta, le decía a una novia que yo había estado en todas las marchas después del halconazo de 1971.

                Mientras miro la imponente Catedral y echo un ojo a la barrera que ha puesto el presidente López Obrador  para encerrarse, cual solitario del palacio, como diría René Avilés Fábila. Según AMLO, que se fue a vivir al palacio para estar cerca del pueblo; pero, cual monarca, ahora no permite nadie se  acerque a ese palacio, al que durante décadas podríamos entrar, pasear por él, mirarlo con orgullo y que siempre estuvo abierto a la sociedad, aun en los momentos más autoritarios, como el diazordacismo; hoy se nos niega la entrada y se prohíbe el paso por las calles de Moneda y Corregidora.

El presidente nos cierra el paso, y eso se paga, hoy lo repudian miles de personas, y le gritan, osadamente, Narco presidente.

Pero hay otras demandas mayores, escucho a mi alrededor los gritos de democracia, y me pregunto a cuántos de estos miles he acompañado en este medio siglo de protestas contra el autoritarismo  antidemocrático del gobierno en turno.

Miro a muchos miles de chilangos que hemos visto pasar un México del presidencialismo autoritario, a un México que, en un suspiro, vivió y soñó en la democracia en el  último cuatro de siglo.


Me pregunto cuántas decepciones, cuando sueños quedaron arrumbados; cuántas personajes políticos amados se convirtieron en seres despreciables.

Hoy, como ayer, estamos en el ombligo del mundo, como decían los chovinista mexicanistas. Hoy, el zócalo lucen un sinfín de colores de los partidos que, ante su debilidad, se uniceron, pero sigue destacando  el rosa mexicano, que este domingo se convirtió en los colores de México. 

Un Zócalo Rosa, podría llamar, también a esta crónica.

Son los colores que la gente portaba, rechazando el absurdo mandato de la señora Tadei, presidenta del INE y miembro de una familia cuya mejor característica es su participación tanto en la militancia del partido en el poder, como  en las nóminas de este gobierno y que, por lo tanto, carece de  respeto alguno.

Son los dedazos que nunca hemos logrado desterrar.

El sol muestra su fuerza. Unos ciudadanos llevaban una bandera gigante, muy larga, a la que nos acogimos varios para resguardarnos de él para escuchar el reclamo de Guadalupe Acosta Naranjo y lulego un vigoroso discurso de Santiago Taboada que no mostró en el debate ante Clara y que hubiera sido contundente. “La esperanza cambió de manos”.

“Quiero una ciudad en que el Gobierno y la sociedad son más fuertes que cualquier organización criminal”; el gobierno ha preferido abrazar a los delincuentes y no a la victimas, también señaló.

La gente, abajo del templete, sigue gritando, cantando; familias enteras, gente de la tercera edad, jóvenes, mujeres y niños con banderas multicolores.

Mi generación, la que no estuvo en Tlatelolco, y la sobreviviente de aquel triste 1968, nos hemos vuelto a juntar en un marcha ciudadana, más allá de la presencia de una clase política corrupta y decadente que tuvieron, al menos, la dignidad de no subirse al barco del poder de un partido que revivió y fortaleció un presidencialismo autoritario, acogiendo a los peores miembros de aquellos partidos a los cuales ahora dicen rechazar.

El zócalo se vio acotado por el enésimo plantón de la CNTE, al que la marea rosa, a pesar de gritos y proclamas aisladas de este sector.

Medio siglo de protestas contra el poder me han vuelto bastante escéptico.

Este sexenio se han ido cerca de un millón de mexicanos, el ochenta por ciento por la irresponsable manejo de la pandemia y el otro por la violencia que nos ha legado la política de abrazos.

Hace varias décadas me queda claro que el poder es un mal necesario al que hay que acotar, revisar, cuestionar.

MI generación vivió con la consigna de no criticar a los gobiernos de izquierda, por ejemplo; yo he sido un lobo solitario y hasta en los sindicatos universitarios siempre fui la oveja negra. Hay que cuestionar todo, incluso a nosotros mismo.

No sé cómo he logrado abstraerme de los discursos llenos de optimismo, llamando a cuidar las casillas, a detectar la violencia que se ciñe por todo el país, a llamar a votar y cuidar las casillas, mientras miro las redes sociales, ajenas a la vida pública de antaño, que a la par de esta algarabía,  la satanizan, rechazan la presencia de estos miles que somos, que medio siglo después, estamos en el zócalo, soñando en un México plural y democrático, recordando a nuestra añorada poeta Rosario Castellanos: “ Recuerdo, recordamos/ hasta que la justicia se siente entre nosotros”.

Hay que tumbar las barreras, esa infame y represiva muralla de un gobierno que ofreció democracia, prometió un cambio verdadero y lo que nos dio fue más atole con del dedo.


lunes, 8 de abril de 2024

ADIÓS querido Ziraldo

 El 6 de abril falleció uno de los grandes caricaturistas de este mundo: Ziraldo Alves Pinto, que firmaba como Ziraldo, Premio Quevedos, 2008. Uno de los autores clásicos de la literatura infantil y juvenil, en Brasil. Esta nota la publiqué hace unos años.


 


Me acabo de encontrar un tesoro: una caricatura que me hizo Ziraldo, hace nueve años, cuando le fue entregado el Premio Quevedo de Humor Gráfico, uno de los galardones más serios e importantes del mundo, digamos que como el Premio Cervantes, de Literatura y que han ganado artistas como Mingote, Quino o Forges.

Ziraldo cumplió 87 años el pasado 25 de octubre y hace 9, cuando recibió el premio Quevedos, el periódico El País lo presentó como El niño loco y feliz de Brasil.





Ziraldo es un gran caricaturista y un maravillo ilustrado de historias infantiles. "Soy un autor para niños, viejo. NO un viejo que escribe para niños", se presentó así, alguna vez.

Un año antes había estado con él en Barcelona, en Casa de las Américas, en un evento de humorismo gráfico en Iberoamérica, donde también estuvo otro gran caricaturista colombiano, Vladdo, que también me hizo una caricatura.



En esa semana que estuvimos en Alcalá de Henares, en 2009, fuimos a comer pollo y ahí, en una servilleta, me dibujó. 



Privilegios de la vida. 

miércoles, 18 de octubre de 2023

El Museo Casa de Carranza exhibe, por primera vez, el mayor número de caricaturas dedicadas al varón de Cuatro Ciénegas

 

La exposición "Cuando veas sus barbas cortar… Don Venus en la mirada de sus críticos". Foto: Melitón Tapia. INAH
La exposición "Cuando veas sus barbas cortar… Don Venus en la mirada de sus críticos". Foto: Melitón Tapia. INAH

La caricatura periodística es una herramienta que muestra, de manera diferente y picaresca, la realidad de un país, al tiempo que permite conocer el ingenio del autor y su postura crítica ante un hecho o personaje. A propósito de lo anterior, el Museo Casa de Carranza (MCC) presenta, por primera vez, una exposición que reúne la mayor cantidad de caricaturas dedicadas al varón de Cuatro Ciénegas.

         Titulada Cuando veas sus barbas cortar… Don Venus en la mirada de sus críticos, la muestra, organizada por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue curada por el escritor e historiador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Agustín Sánchez González, y reúne 80 caricaturas publicadas en la prensa de su época.

         Durante el acto de apertura, el 15 de octubre de 2023, la directora del MCC, Karla Jaqueline Peniche Romero, refirió que, paralelo a la muestra, parte de esas caricaturas se imprimieron en gran formato, y fueron colocadas en la fachada de la casa, con el fin de que el público, desde la calle, las pueda contemplar.

       En tanto, el curador y autor de más de 30 libros sobre caricatura, Agustín Sánchez, refirió que “la caricatura nos enseña a mirar de manera seria y sin máscaras aquello que somos; su inmediatez, permite identificar la postura ideológica del autor y abre una brecha más amplia de estudio para los historiadores”. A diferencia de Madero, dijo, Carranza cuidó mucho su presencia en prensa, el arquetipo de la barba y la pulcritud de su vestimenta, lo que lo posicionó como un político moderno y jerarca.

        Explicó que Venustiano Carranza enfrentó momentos críticos, como el golpe de Estado a cargo de Victoriano Huerta, resistió los embates opositores de zapatistas y villistas, y afrontó la invasión norteamericana; en todos esos episodios, la prensa mexicana registró, a través de la caricatura, aquella tensión política; sin embargo, no había sido tan difundida o abordada. Ahora, gracias a la investigación realizada, se encontraron estos 80 cartones en una colección privada y en la hemeroteca del MCC.

       Las caricaturas que se presentan fueron publicadas en periódicos como El Demócrata y Monitor Republicano, y en diversas revistas, entre ellas, El Arlequín, El Gancho, Multicolor, El Motín y El Gladiador. Cabe decir que aunque en ese tiempo surgieron diarios como El Excélsior y El Universal, en sus páginas no plasmaron caricaturas del líder carrancista.

         Los cartones que integran la exposición corresponden a autores como Salvador y Álvaro Pruneda, Santiago R. de la Vega, José Clemente Orozco, Clemente Islas Allende, Atenedoro Pérez y Soto, y Miguel Covarrubias, así como algunos anónimos.


        La muestra contó con el apoyo en la curaduría y el montaje de los investigadores del MCC, Edwin Alberto Álvarez Sánchez y Laura Patricia de León González. Está dividida en dos núcleos temáticos: en la primera, están las ilustraciones correspondientes a la lucha contra Victoriano Huerta (1913-1914), periodo durante el cual, caricaturistas mexicanos afines al régimen golpista, así como periodistas estadounidenses, pintaban a Carranza como un oportunista ambicioso que había tomado las armas sin ninguna justificación.

        En la segunda, se aborda la época de los gobiernos provisional (1914-1917) y constitucional (1917-1920) de don Venustiano Carranza, en los que los caricaturistas evitaron atacarlo directamente y prefirieron ensañar su crítica en sus colaboradores civiles y militares.

        Entre las obras caricaturescas destacadas está la copia de un retrato que Enrico Caruso realizó a Venustiano Carranza durante su visita a México, en 1919, el cual estaba publicado en un portal electrónico y fue localizado por el curador de la exposición. “Algunos dibujantes fueron abiertamente lambiscones con el primer jefe del Ejército Constitucionalista, mientras que otros se burlaron de su aspecto físico, pero nunca lo enfrentaron políticamente”, concluyó Sánchez González.

      Cuando veas sus barbas cortar… Don Venus en la mirada de sus críticos permanecerá hasta el 15 de enero de 2024, en el sótano y fachada del Museo Casa de Carranza (calle Río Lerma No. 35, col. Cuauhtémoc, Ciudad de México). Horario: martes a domingo, de 10:00 a 17:00 horas. Entrada gratuita.

 

jueves, 9 de marzo de 2023

Señor, me has mirado a los ojos. Las fem del PRIMOR

Es 8 de marzo de 2023.

El Palacio Nacional, de nuevo luce amurallado, con una fosa enorme para evitar que los infieles (o las infieles, en este caso) osen brincarse y quemar esa joya arquitectónica, protestando por la muerte de miles de mujeres.





"El presidente más feminista", el más cercano al pueblo, se encuentra cada vez más lejos de ser, o cuando menos, siquiera, parecerlo.


Afuera del bunker kkiano, miles de mujeres reclaman justicia y son recibidos con gases lacrimógenos, que no son tales, según el porro que despacha en la secretaria de gobierno, segundo de la jefa de gobierno de la CDMx que unas horas atrás había calificado a las mujeres que protestan como conservadoras.

Adentro del palacio, como un señor feudal, el cretino presidente observa como un pequeño grupo de miserables burócratas se inclinan ante su llegada y, de manera vil, machista y rastrera le piden al cretino que les diga que las ama. 

Él no se hace del rogar, como Pancho Villa y sus viejas a la orilla, se los dice. Las amo a todas.

Ellas, en éxtasis, como cantando "Señor me has mirado a los ojos". 


Su comadrita, otrora reportera, que ahora vela por la seguridad de los mexicano, de manera bastante inútil, con sus aretitos con la figura del cretino, siente como la mano poderosa del señor posa sobre su cabeza y su alma se llena de gozo como si recibiera maná del cielo.

El medio centenar de miserables mujercitas, enloquecen y se desmayan pero al momento del éxtasis comienzan a gritar: es un honor estar con el cretinón

sábado, 25 de febrero de 2023

EL INE NO SE TOCA. Otro domingo en el Zócalo

Cuál Sísifo, la sociedad mexicana carga una dolorosa piedra del autoritarismo tras la espalda. No ha pasado ni medio siglo en que este país parecía liberarse, poco a poco, del autoritarismo priista, cuando llegamos ante una nueva farsa denominada transformación, con minúscula, y que obliga, de nuevo, a tratar de romper esa inercia que resucita, otra vez, del presidencialismo más arrogante de nuestra historia.

Es curioso, desde Díaz Ordaz, ningún mandatario había satanizado tanto una manifestación de rechazo a sus política golpeadores, como López Obrador. Un personaje que trata de amoldar la historia a su histeria.

Lo terrible, es la abyección de decenas de personajes que repiten como loro macuspano lo que dice el novísimo emperador.

Como sucede en la fábula del traje del emperador, el gobernante en turno viste sus mejores trapitos para gozar del aplauso fácil y rápido, cosa nada difícil de resolver en una sociedad, como la mexicana, que aplaude a sabiendas que ganará.

            Vivimos, revivimos, un presidencialismo voraz, donde el mandatario quiere sólo aplausos, solo, y suele recibirlos sin decoro, como en varias ocasiones de nuestra historia, repitiendo las grandes farsas de nuestros gobernantes en donde, a veces, se generan epopeyas que, a la postre, se convierten en hechos históricos (expropiación petrolera, por ejemplo) y otros, generando torpes sainetes que se convertirán en un fracaso contundente que conduce al basurero de la historia luego de la histeria sexenal.

 
           El fin del primer cuarto del siglo XXI es ya testigo de uno de esos momentos en que un gobierno se inventa un proyecto de Nación y se autonombra Cuarta Transformación, en un insólito hecho, una quimera histórica pues en ninguna de las gestas anteriores, que México vivió verdaderos cambios, nadie se atribuyó esa gloria ni, tampoco, se asignó ese papel mesiánico.

            Todos los gobernantes siempre quisieran ser glorificados y pocos tienen el arrojo de nombrarse transformadores, como este presidente que desde ya, se vistió de libertador de una transformación al nivel de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. En el logo oficial de gobierno, entre sus ensueños está aparecer junto a ellos, a la manera que Stalin se colocó al lado de Marx, Engels y Lenin.

Pero lo onírico, con demasiada frecuencia, suele tornarse en pesadilla.

Se acaba de aprobar, en el vergonzoso Senado, ¡Cómo hace falta un Belisario Dominguez!, la destrucción del INE.

Serviles, sin escuchar a la sociedad, los senadores oficiales han pisoteado medio siglo de luchas por la democracia.

Cómo hace medio, como hace cuatro décadas, como hace treinta años, como tantas y tantas  veces, estaré de nuevo en el Zócalo este domingo 26 de febrero.

Otras vez, como Sísifo, cargando una piedra para tratar de arribar a la democracia, tan sólo eso.

miércoles, 27 de octubre de 2021

¿Las películas de James Bond y "Coco" han cambiado la estética del Día de Muertos?

 


¿Las películas de James Bond y "Coco" han cambiado la estética del Día de Muertos?

Hollywood y la industria del juguete se han sumado a las celebraciones; el experto Agustín Sánchez reflexiona sobre la tradición mexicana, bajo el foco del capitalismo


Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...