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lunes, 25 de mayo de 2020

Rosario Castellanos. Hoy cumple 95 años. Hoy es siempre












Una de nuestras grandes, enormes poetisas.
Escritora inmensa que quiero recordar hoy, 25 de mayo, que cumpliría 95 años.
Tres poemas






Amor
Sólo la voz, la piel, la superficie
Pulida de las cosas.

Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
Rebalsaría y la mano ya no alcanza
A tocar más allá.

Distraída, resbala, acariciando
Y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada
Sin advertir el ulular inútil
De la cautividad de las entrañas
Ni el ímpetu del cuajo de la sangre
Que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
Ya para siempre ciego del sollozo.

El que se va se lleva su memoria,
Su modo de ser río, de ser aire,
De ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
Y lo reduce a voz, a piel, a superficie
Ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
La oculta soledad aguarda y tiembla.


Día del esplendor y la abundancia
 POEMA SIGUIENTE
Día del esplendor
y la abundancia.
La cosecha me pesa
sobre la falda.

Abrid puertas, amigos,
y ventanas
convidando las gentes
a mi casa.

Dad a todos el pan,
la posada.
No ahuyentéis las palomas
si bajan.


Falsa elegía

Compartimos sólo un desastre lento
Me veo morir en ti, en otro, en todo
Y todavía bostezo o me distraigo
Como ante el espectáculo aburrido.

Se destejen los días,
Las noches se consumen antes de darnos cuenta;

Así nos acabamos.

Nada es. Nada está.
Entre el alzarse y el caer del párpado.

Pero si alguno va a nacer (su anuncio,
La posibilidad de su inminencia
Y su peso de sílaba en el aire),
Trastorna lo existente,
Puede más que lo real
Y desaloja el cuerpo de los vivos.

viernes, 22 de mayo de 2020

Don Venustiano y los Con-sus-uñas-listos

A propósito del humor nacional, que nos ha permitido sobrevivir a tanto gobernante inepto y ladrón, traigo a colación algunos chistes que se le hicieron al llamado Rey Viejo, Venustiano Carranaza, a cien años de su asesinato.
A propósito de la corrupción, Alfonso Taracena señala que, en un mitin en la Alameda, un profesor dijo lo siguiente:
El diccionario le está agradecido al señor Carranza porque le ha dado una palabra más que significa latrocinio, pillaje, abuso, disolución; esta pala­bra nueva es carrancear...

  También, su apellido ha servido para calificar “El año de Carranza”, pues el de Hidalgo ya no alcanza (Para no doctos de la historia y el humor, se llamaba el año de Hidalgo, tarugo el que deje algo)
 A los soldados del Ejército de Carran­za se les llamaban “Constitucionalis­tas”, pero la mala fama, bien ganada, hizo que se les nombrara, Con-sus-uñas-listas y a su jefe Venusti-Asno.
En Tlaxcalantongo, Carranza fue em­boscado y asesinado por las huestes sonorenses. Debido a ello, el poeta Libo­rio Crespo escribió esta cuarteta:
    Si vas a Tlaxcalantongo
    no te duermas, ponte chango
    porque allí a Barbastenango
    le robaron el mondongo.

En cien años, si el mundo y el país sobreviven, los historiadores futuros se podrán dar vuelo ante el pequeño presidente que nos desgobierna en 2020. 

Sus apodos, algunos tan pedestres como el Cacas, permanecerán, sin duda, en la memoria colectiva pues a diferencia de hace cien años, existen muchas formas de recoger esos testimonios y sin tanta complejidad, como lo hemos hecho quienes nos dedicamos a esta labor de rescate del humor político.




jueves, 21 de mayo de 2020

Don Venustiano y el humor

La corrupción no nació con el neoliberalismo ni se acabará nunca, mientras existan una sociedad que se asuma como corrupta y elija a gobernantes iguales, que se disfrazan de ovejas siendo peor que lobos hambrientos.
La honradez del gobierno de AMLO, por ejemplo, es una falacia que se desmiente de inmediato con tres apellidos: Bartlet, Nahle y Guevara, por mencionar los casos más escandalosos. La vida de magnates que se dan los junior López, muestran que su honradez es tan falsa como sus discurso.
En el centenario del asesinato de don Venustiano, rescato un chiste que le contó Álvaro Obregón a Blasco Ibánez y que publiqué en mi libro Los mejores chistes sobre presidentes

El general Alvaro Obregón le platicó a Vicente Blasco Ibáñez, la forma en que perdió su reloj un Ministro español:

              Un nuevo Ministro de España aca­baba de presentar sus cartas cre­denciales, y el Presidente Carranza estaba ansioso de darle la bienve­nida con un gran banquete oficial.   Las cosas tenían que hacerse bien. España había sido el primer país de Europa que reconoció a don Ve­nustiano después de la revolución.
      De pronto, el diplomático español llevó la mano al chaleco y se puso pálido.
     —¡Caramba! —exclamó—, ha desapa­recido mi reloj! Era una máquina muy antigua, de oro e incrustraciones de brillantes y recuerdo de familia.
          Hubo un silencio absoluto. El Mi­nistro se volvió a mirarme, porque estaba sentado cerca de él. pero el brazo que me falta quedaba justa­mente del lado del ministro. ¡Yo no podía coger el reloj! Después miró a Cándido Aguilar, hijo político de don Venustiano, que estaba sentado del otro lado. Aguilar conserva sus dos brazos, pero una de sus manos, por suerte, la del lado del Ministro, está casi paralítico. Tampoco él po­día ser el ratero. Convencido de que debía dar el último adiós a su per­dida joya, el Ministro de España permaneció durante el resto de la comida maldiciendo desesperadamen­te entre dientes.
          —¡Me han robado el reloj. Esto no es un gobierno. Esta es una cueva de ladrones.
      Cuando se levantaron de la mesa, don Venustiano, con su acostumbra­da actitud venerable, se acercó al Ministro y le dijo al oído:
   —Aquí está, pero no vuelva usted a mencionarlo.
     El diplomático no pudo contener su sorpresa y admiración. No fue el hombre de mi derecha, no fue el hom­bre de mi izquierda. Debe haber sido el hombre que estaba frente a mí, en la mesa.

          —¡Oh, mi querido presidente!, con razón le llaman a usted el Primer Jefe.

lunes, 18 de mayo de 2020

Quédate en casa. Miradas que matan. #LeoConOnce


Desde hace casi tres años existe un excelente programa de difusión de la lectura #LeoConOnce, con la conducción de uno de los reporteros culturales más prestigiados: Miguel de la Cruz, quien conduce y transmite por Canal 11.
En diciembre de 2019, me invitó a platicar sobre mi libro Miradas que matan.
Este es el video, espero lo disfruten.

https://www.facebook.com/watch/live/?v=455875965124793&ref=watch_permalink



sábado, 16 de mayo de 2020

De López del siglo XIX, a López del siglo XXI

Apenas abrí la segunda página del libro Santa Anna. El dictador resplandeciente, de Rafael F. Muñoz, y quedé impactado por un párrafo que escribió, en la presentación, el maestro Felipe Garrido:

Ha luchado denodadamente por el poder, mas una vez que se encumbra parece hastiado y encuentra siempre la forma de retirarse, aunque sólo para volver sobre sus pasos en la primera oportunidad. Ha cambiado de partido y de bandera cada vez que lo ha creído necesario, pero siempre ha sabido justificar su actitud incluso ante la opinión de sus enemigos. Es capaz de organizar un ejército de la noche a la mañana, pero no de ganar una batalla donde todas las circunstancias le son favorables. Muchos lo culpan de la derrota nacional en la campaña Tejas, pero muchos más están dispuestos a dar la vida por él. Algún contemporáneo suyo lo ha descrito como "detestable pero imprescindible".

Sin duda, el pueblo mexicano suele adorar a los caciques arbitrarios.
Este retrato, de un goberante autoritario, egocéntrico y de una enfermiza necedad de poder, parece haber sido escrito en estos días trágicos, como los del siglo XIX.

viernes, 15 de mayo de 2020

Arturo Trejo Villafuerte en Anzuelo. Un homenaje



En 1984, en el Museo Universitario del Chopo, edité una hojita literaria que Jorge Pantoja bautizó como Anzuelo. 
Aparecieron once números y tuvieron un enorme éxito. 
Tal vez, el mayor, fue la publicación del Manifiesto Rupestre, de Rockdrigo González que generó el nacimiento de un movimiento que, tras la muerte de Rodrigo, se siguió usando sin, según yo, dar el crédito correspondiente al profeta del nopal.

En 1985, salimos del Chopo, pero mantuve la hojita, como un proyecto personal.

Un día encontré a Arnold Belkin, le regalé un ejemplar y al enterarse que la pagaba de mi bolsa, me regaló 75 serigrafías de su obra: una Cabeza cibernética azul, para seguir publicando la hoja sin que me costara nada.

En el número 3, de esta segunda época, le pedí a Arturo Trejo Villafuerte que me diera algo para publicarlo. (Adjunto en jpg el triptico original por si alguien quiero imprimirlo así)
Estos poemas aparecieron en Anzuelo, que hoy publico como un homenaje a este gran autor, que se acaba de marchar sin pagar la cuenta.


CIUDAD EN LLAMAS

Una ciudad es un mundo
cuando se ama
a uno de sus habitantes
 Lawrence Durrell


Entre el trago de la noche y el cine tardío
frente a la ciudad en ruinas después
       del incendio,
tomo la ternura que me corresponde,
el caudal de fuerza que me nombra y me hace.
Quiero que entiendas: puedes
llamarme tuyo,
sin otro afán que pertenecerte.
Quiero arriesgarme a tu valor,
          amazona en celo,
hacerte sentir que no estás sola
en la ciudad moribunda.
Es de madrugada y tiemblo tu ausencia:
guardo un sol entre mis brazos.

                                A quien pueda interesar


MEXICO DE NOCHE

Mientras hablabas de las sangrientas penas
        de los veinte años
Esa noche
Frente al lago
(El café se enfriaba)
La ciudad se dormía en tus ojos

                                A quien pueda interesar


IXMIQUILPAN DE NOCHE
                                           Para J. G. P.

Pequeñas luciérnagas brillan para tí esta noche.
La oscuridad nos abraza poco a poco
         en esta tierra yerta y seca.
No hay mucho que ver en torno nuestro:
        mezquites, nopales, magueyes, pobreza;
        hombres que se ganan la tortilla con el
       sudor de sus brazos.
Pero la madre tierra, al fin mujer,
nos entrega el milagro de la vida a cada paso.
Aquí también, mientras caminamos
por el cerro seco,
nos tomamos de la mano, conducimos
la esperanza,
la posibilidad de que todo sea mejor.
Nosotros cargamos los elementos:
tú eres la tierra, yo la semilla.

                            Ixmiquilpan, Hgo., junio de 1985.


ESTOY A PUNTO DE BENDECIR AL UNIVERSO

       Sobre tu espalda mis ojos tiemblan
Un halo de luz como paloma herida
       se posa en tus hombros.
La sombra de tus pechos sobre el muro
      es una luna en cuarto menguante.

Semidesnuda, en mi cama, eres el fuego;
el resplandor circular que me inunda.
Muerdo tus nalgas; aspiro tu cuerpo.
Esta noche es sin duda la mejor noche
desde que puedo llamar al mundo mundo.
Estoy a punto de bendecir al universo.

                                A quien pueda interesar 

 
 ONAN

I
Ese dar trabajo a la mano
Ese placer que nos lleva a la alcantarilla
En el estremecimiento un rostro femenino aparece en cada dedo
Energía
Fuerza
Energía
(La energía no se crea ni se destruye,
simplemente sale y se va por la coladera
más próxima a nuestro corazón)

II

Si tú no fueras como eres
cuántas masturbaciones echaría
De menos

III

Estoy pensando en ti
mientras me baño
Mi mano se compadece
de mi solitaria existencia

IV

Tus pantaletas cuelgan en el baño
vacías
muertas
Sin ese tú que les da vida
Ahora ni un suspiro
         de Amor me levantaría

                                 Mester de Hotelería




jueves, 14 de mayo de 2020

Arturo Trejo Villafuerte. Adiós poeta

Adiós poeta de la Bondojo

"Morir es una costumbre/ que sabe tener la gente", escribió Borges en su Milonga de Manuel Flores
          Como tantas veces en estos días del virus feo, como le llama mi hijo, estoy llorando desde hace un buen rato ante la partida de mi amigo, el poeta Arturo Trtejo Villafuerte, un personaje excepcional, un poeta verdadero, ajeno a los estereotipos de los intelectualoides que pululan por los barrios sureños.
       Hace años no lo veía, pero nos leíamos en facebook; hace unos meses lo encontré en el centro y no pudimos hablar mucho, pero si recordar las borracheras juveniles que solían terminar en mi casa de Serapio Rendón.
      Hablar con Arturo era una delicia: su sentido del humor, su irreverencia, su camaradería, era una maravilla pasar largas horas, que se convertían en un breve lapso de tiempo, con ese inmenso y culto poeta que no parecía tal. (Era tan genial y agradable, que hasta le perdoné el intento, alguna vez, en una borrachera, de quererme bajar a una novia, jajaja. Siempre que nos veíamos se lo reclamaba, de broma y lograba, inusitadamente, cohibirlo, a pesar de que sabía que era eso, una botana de regreso)
     Arturo, Arturo.
     Adiós.
     Lamento tanto haber dejado pasar el tiempo sin vernos de nuevo, después de tantos años. Ya no habrá tiempo.
    Termino con Borges: 
Y sin embargo me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida... 

Todos mis libros contienen una dosis de humor

  Todos mis libros contienen una dosis de humor: Agustín Sánchez Estudioso de la vida cotidiana y la caricatura, ha publicado una treintena ...