Caricatura mexicana llega a Washington
Cd. de México.-
El miércoles 4 de septiembre, en el Instituto Cultural de México, en Washington, será inaugurada la exposición “Cien años de caricatura en El Universal”, que reúne 70 trabajos de caricaturistas que publicaron en las páginas de este diario a lo largo de 103 años de historia que se cumplirán el próximo 1 de octubre.
El miércoles 4 de septiembre, en el Instituto Cultural de México, en Washington, será inaugurada la exposición “Cien años de caricatura en El Universal”, que reúne 70 trabajos de caricaturistas que publicaron en las páginas de este diario a lo largo de 103 años de historia que se cumplirán el próximo 1 de octubre.
La muestra celebra medio siglo de conducción de EL UNIVERSAL por parte del Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de El Gran Diario de México.
“Cien años de caricatura en El Universal” se realiza con apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), el Instituto Cultural Mexicano en Washington, el Museo de la Caricatura y EL UNIVERSAL.
El próximo miércoles, a las 18:30 horas, será inaugurada la exposición por la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui, y el director Editorial de EL UNIVERSAL, David Aponte.
Esta muestra surgió como un libro homónimo, que fue presentado en 2016, dentro del programa conmemorativo por el centenario del diario.
Para su exhibición en el Instituto Cultural de México en Estados Unidos, la exposición enfatiza tres temas: la historieta norteamericana, la visión de los caricaturistas en torno a la figura del “Tío Sam” y las representaciones de los presidentes estadounidenses.
Curada por Agustín Sánchez González, quien es investigador del Cenidiap (Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la exposición está distribuida en cinco módulos, y contiene 70 piezas, de las cuales 66 son originales; la mayoría fueron prestadas por el Museo de la Caricatura y por coleccionistas particulares.
“Lo que buscamos en esta muestra en Estados Unidos es presentar la visión de los caricaturistas mexicanos en función de Estados Unidos”, explica el curador en entrevista.
Agustín Sánchez destaca: “Yo tengo muchos años trabajando en caricatura y puedo afirmar que es la exposición más importante que se ha hecho fuera de México sobre caricatura mexicana. Más importante por esta gama de artistas que hay, más importante porque 90% son cartones originales”.
En la muestra se reúnen cartones políticos, caricaturas e historietas de dibujantes que colaboraron en las páginas de EL UNIVERSAL. Se incluyen desde figuras reconocidas como Rogelio Naranjo, Helioflores y Eduardo del Río Rius, pasando por otros más jóvenes como Ángel Boligán, Efrén y Guadalupe Rosas; o el más longevo de los caricaturistas del país, Ricardo Salazar Berder, hasta los que publicaron en la primera década de vida del diario, como Andrés Audiffred y Thilgmann.
Recorrido. El módulo que abre la exposición se llama “Los primeros años”, y reúne algunas de esas caricaturas iniciales. El curador detalla que ahí está la primera caricatura, que apareció el 22 de octubre de 1916 en este diario: “Es de los candidatos al Congreso Constituyente, los que iban a crear la Constitución de 1917, entre los que se encontraba Félix Palavicini, que fue el primer director de EL UNIVERSAL”. En este primer módulo figuran piezas publicadas entre 1916 y 1924, de autores poco conocidos como Peña y Thilgmann, hasta de célebres como Audiffred, de quien se incluye su historieta El señor Pestaña.
El módulo que sigue es Homenaje de la caricatura mexicana la historieta norteamericana. Al respecto, el curador comenta: “El cartón político viene de Francia pero la historieta viene de Estados Unidos. Entonces el visitante en Washington va a ver el homenaje a “Los Pilluelos”, a Charles Chaplin, a todos estos personajes, en dibujos originales, de copias originales”. En este segundo módulo aparece una caricatura de Guillermo Castillo, que firmaba como “Cas” o como “Júbilo”, es una página entera que se publicó en 1922, y se llamaba “Los hombres de la risa”, sobre aquellos personajes de las historietas, y que se expondrá acompañada por dibujos de esos personajes realizados expresamente para la ocasión por Juan Terrazas, quien es director del Museo de la Caricatura.
En cualquier visión de la caricatura sobre Estados Unidos es indudable la importancia del personaje del Tío Sam, de ahí el tercer módulo: Una mirada al Tío Sam, “uno de los símbolos de la iconografía universal”, como le define el curador. A esta figura la caricaturizaron Rius, Arias Bernal, Salazar B., Aaron y muchos otros.
El cuarto módulo se llama La mirada al presidente vecino. “Son los presidentes de Estados Unidos. Desde Harding (gobernó entre 1921 y 1923) hasta Trump; hay de prácticamente todos ellos, retratos maravillosos de Obama, de Nixon”. En este módulo encontramos cartones de Rius, Boligán, Naranjo, Helioflores, Elfer, Guadalupe Rosas.
La última parte de la exposición retoma a “Los maestros de la caricatura”, donde hay una selección que enfatiza los aportes de Audiffred, Naranjo y Helioflores.
La última parte de la exposición retoma a “Los maestros de la caricatura”, donde hay una selección que enfatiza los aportes de Audiffred, Naranjo y Helioflores.
“Quise hacer una selección de los caricaturistas representativos de EL UNIVERSAL; por EL UNIVERSAL, prácticamente el 90% de los caricaturistas mexicanos ha pasado alguna vez. Retomé estos grandes artistas, como Arias Bernal, Andrés Audiffred, Rogelio Naranjo, Helioflores, Eduardo del Río, Rius, David Carrillo, Dzib”.
De estos tres grandes caricaturistas de EL UNIVERSAL, vive Helioflores, quien mantiene su obra crítica. El curador destaca su trabajo: “Finalmente el gran personaje de hoy es Helioflores, que es el más grande caricaturista vivo de México. Helio está en la cumbre. No sólo en México; Rius, por ejemplo, decía que Helio debía considerarse de los 10 mejores caricaturistas del mundo”.
Un contexto internacional. El curador Agustín Sánchez González considera que en este momento del mundo, donde recientemente ha habido censura y polémica por caricaturas, cobra mayor relevancia la exhibición que de México llega a Estados Unidos.
“Esta exposición también es muy importante en un momento de la historia de la humanidad en que el humor está siendo visto con mal humor. ‘The New York Times’ acaba de desaparecer la caricatura (en su edición internacional). Los caricaturistas no pueden callarse, estamos en un mundo donde lo políticamente correcto es lo correcto, un mundo donde no hay prácticamente nada sin ser censurado. El mundo ha evolucionado gracias a la crítica, y el periodismo mexicano ha evolucionado gracias a ello. Desde hace 50 años empieza a haber crítica, y los políticos inteligentes han entendido que la crítica no quiere decir destrucción, que es fundamental para seguir avanzando. Y la caricatura en EL UNIVERSAL ha seguido este papel”.
La relación entre México y Estados Unidos es un tema frecuente en la caricatura que se publica en el país. La crítica es permanente, se abordan temas como el nacionalismo, los ataques contra mexicanos y no faltan los cartones en alusión a los comentarios de Trump.
“La caricatura no está diciendo más que lo que está pasando, es como un gran espejo. Ante una realidad tan desgarradora, tan compleja -digo, tenemos 200 años de pelea con Estados Unidos, por más que se quiera hablar de conciliaciones, de paz y amor, la historia es terrible-. Entonces, una buena caricatura crítica está diciendo eso. No es gratuito que hoy Trump sea uno de los personajes más caricaturizados en el mundo”.
Otro de los méritos de la exposición Cien años de caricatura en El Universal es haber reunido 66 piezas originales.
Durante décadas no se tuvo la noción de la importancia de conservar estos materiales: “La caricatura en el mundo, no sólo en México está perdida. Los caricaturistas no han valorado su conservación; algunos ya la valoran. El problema es la pérdida de la memoria de la caricatura, y lo curioso es que cuando se empezaba a recuperar la obra, los caricaturistas han dejado de hacer obra en papel y se han perdido sus cosas”.
Otro problema es que muchas veces las piezas no tienen fechas y no se sabe cuándo las publicaron: “No hay inventario, archivo, nada -recalca Agustín Sánchez-. Es una desgracia que a nadie le interese la caricatura. A la academia la caricatura no le parece importante, ni a los historiadores, ni a historiadores del arte”.
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