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jueves, 29 de enero de 2015

Sigue la exposición de Posada en Madrid, hasta el 6 de febrero

Debido a la gran afluencia de visitantes, continúa en Madrid la muestra Posada, fantasís, calaveras y vida cotidiana. La podrá visitar hasta el 6 de febrero. Entrada libre




El Instituto de México en España, el Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España y el

Instituto Quevedo del Humor


le invitan a la exposición

POSADA

Fantasías, calaveras y vida cotidiana



Instituto de México



Carrera de San Jerónimo, 46,


exposición abierta hasta al 6 de febrero de 2015
horario: de 10:00 a 14:00 horas, y de 16:00 a 20:00
de lunes a viernes
La muestra se encuentra dividida en once núcleos temáticos: los primeros años del artista; sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores; las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, sus famosas calaveras.
La exposición se completará con diversos talleres de estampación y grabado dirigidos al público infantil.

En palabras del comisario de la exposición, Agustín Sánchez González, quien durante más de quince años ha realizado una profunda investigación alrededor de Posada, “se pretende destacar que la fama e inmortalidad de este artista
 radica en que su obra estaba presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana,
 que fue el gran ilustrador de lo mexicano y que su obra sentó las bases del arte
 mexicano contemporáneo”.

José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 1852 - Ciudad de México, 1913) fue 
un cronista excepcional de la historia cotidiana de México entre finales del 
siglo XIX y principios del XX. Por medio de sus dibujos y viñetas, el autor,
 admirado profundamente por el muralista Diego Rivera (“Tan grande como Goya, 
fue un creador de una riqueza inagotable. Ninguno lo imitará, ninguno lo definirá. Su
 obra es la obra de arte por excelencia”), captó la marginalidad, la tragedia, la risa, 
la fe o la muerte, para transmitir una imagen de la cultura mexicana que aún 
hoy está presente en los artistas de las generaciones más recientes.

De familia muy humilde, José Guadalupe Posada tuvo, desde muy pequeño,
 una clara afición por el dibujo. Su hermano Cirilo lo animó a apuntarse, siendo 
todavía un niño, a la Academia Municipal de Artes y Oficios de Aguascalientes. 
Con quince años ya era considerado un artista, y enseguida comenzó a 
colaborar en la revista El Jicote. Con 19 años creó la primera de sus famosas
 calaveras, y tras mudarse a León (México), diversificó su producción: trabajó 
en publicidad diseñando etiquetas de puros, cigarros o cerillas, y también realizó
 estampas religiosas.

Posteriormente, se trasladó a la ciudad de México, ya como un artista de prestigio,
 conocido como ilustrador de periódicos y revistas, y allí comenzó a trabajar con el
 impresor comercial Antonio Vanegas Arroyo, casa impresora que hoy en día
 conserva el mayor número de sus trabajos, y en cuyo taller Posada elaboró 
miles de ilustraciones sobre los acontecimientos y sucesos del México de
 la época: catástrofes, milagros, crímenes, escándalos… Y si bien Posada 
no fue un retratista político en sentido estricto, hizo caricaturas en torno a 
acontecimientos políticos de su tiempo, a favor y en contra de Porfirio Díaz,
 a favor y en contra de la Revolución.

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