6 Junio, 2011 - 13:12 | Boletin no. 579 |
Caricaturas que despertaron conciencias
la expo “La Caricatura de México en el Siglo XIX” permanecerá hasta el 24 de junio en el MUPAG
Por: Agustín Sánchez González, Investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se sucede el momento de mayor esplendor de la caricatura mexicana. En esa época abundaron, como nunca más ha sucedido, las publicaciones de humor y caricatura, pero además, la calidad de los artistas en esos días, no tiene parangón.
La historia de la caricatura en México comenzó en 1826, al aparecer en la revista “El Iris”, un cartón llamado "Tiranía", atribuido a Claudio Linati, que ha sido considerado como la primera caricatura política publicada en nuestro país.
Linati llegó a México en 1825 y fue el introductor de la litografía y fundador, junto con el poeta cubano José María Heredia y su paisano Florencio Galli, de El Iris, que destacó por su posición política republicana y su rechazo a la monarquía, que recientemente había fracasado con el imperio de Agustín de Iturbide (1822-23).
Luego de este arranque, Picheta, seudónimo de Vicente Gahona, continuó la tradición en Mérida, a través de las páginas del “Don Bulle Bulle” y de “La Burla”. En las décadas de los años 40 y 50 destacan también las caricaturas publicadas en “La Calavera” (1847), “El Tío Nonilla” (1849-51), “El Gallo Pitagórico” (Columna de sátira política del periódico Siglo XIX editado en forma de libro en 1845, primera edición y 1857, segunda edición) y “La Pata de Cabra” (1856-65).
La época de oro
Después viene la época de oro, con el padre de la caricatura, Constantino Escalante, y un grupo de geniales artistas como Santiago Hernández, Alejandro Casarín, Jesús T. Alamilla y José María Villasana en los años 60 y 70 en los periódicos “La Orquesta”, “El Cascabel”, “Juan Diego”, “San Baltasar”, “El Padre Cobos”, “El Palo de Ciego” y “El Ahuizote”.
Este último, junto con “La Orquesta”, son los periódicos emblemáticos de una época en que la caricatura tuvo su momento dorado. Durante el Porfiriato resalta la actividad crítica de dibujantes como Daniel Cabrera o Jesús Martínez Carrión y en los periódicos “La Cantárida”, “El Quijote”, “La Patria Festiva”; “El Hijo del Ahuizote”, “El Ahuizote Jacobino” (1904-05) y “El Colmillo Público”, entre muchísimos más.
En la última década del siglo XIX destaca la presencia del genial José Guadalupe Posada, como un puente al siglo XX, aunque desde 1871 ya hacia caricatura en su natal Aguascalientes.
La ruta de “La Tiranía” fue el camino que continuaron, en más de un sentido, grandes artistas como Constantino Escalante, Santiago Hernández, José María Villasana, Jesús Alamilla y José Guadalupe Posada, grandes genios de las artes plásticas aquí presentes en esta exposición con uno o más de sus trabajos.
Momentos históricos.
El Siglo XIX es un momento histórico de busca y encuentro con el propio país, con momentos de gran libertad, como en el juarismo, capaz de desacralizar y golpear sin temor al poder. Estas caricaturas, son cuadros, retratos de un México que apenas comenzamos a descubrir. Y es que hasta hace poco tiempo, prácticamente nadie había volteado los ojos a la caricatura para entender este país.
Una de las bondades de la exposición: “La Caricatura de México en el Siglo XIX” que actualmente se presenta en el MUPAG, Museo del periodismo y las Artes Gráficas o “Casa de los Perros”, es mirar al México del siglo XIX sin trampas, sin escenografías de poder, desnudo, a través de las caricaturas.
Una de las verdades más terribles para la memoria del mundo, es la desaparición de las imágenes producidas por el hombre. En este ámbito, un gran porcentaje de caricaturas, realizadas en estos dos siglos, se encuentran perdidas ya para siempre.
La caricatura, no es sólo cosa de monitos.
La caricatura es un arte efímero, realizado para el momento y no para la historia; sin embargo, enfrentarnos a estas caricaturas es como llegar a un oasis o es cambiar de lente y observar de otra manera. La caricatura es una forma muy seria de ver la historia, pero también es una lectura del costumbrismo, del humor, de las artes plásticas, del periodismo, una amplia mirada para ver lo que somos.
Los caricaturistas que encontramos en esta muestra vierten su opinión de lo que miran directamente sobre lo que dibujan. Sus trazos son líneas análogas a la realidad. Los caricaturistas desnudan lo visto, basan su trabajo en personajes públicos y situaciones cotidianas.
En México se han realizado muy pocas exposiciones de caricaturas, pues el material de otras épocas es muy escaso; por lo que las paredes de este Museo vuelven a portar con orgullo un trabajo de gran calidad.
Esta muestra es, también, un reconocimiento a un jalisciense distinguido: don José Guadalupe Zuno, caricaturista, además de tener muchas otras facetas, y quien es uno de los primeros estudiosos de la caricatura, por lo que merece ser recordado, dadas sus aportaciones en este campo. La caricatura es una lectura diferente de nuestra vida; esta es una muestra que además de mantener sus propias virtudes estéticas, es una lectura diferente de nuestra historia.
Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
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