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domingo, 26 de octubre de 2014

El cartón político: un futuro incierto

DE CONFABULARIO, suplemento de El Universal.
 26 DE OCTUBRE de 2014


POR GERARDO ANTONIO MARTÍNEZ

Dentro de la dinámica que los medios de comunicación experimentan en las plataformas digitales, el cartón político enfrenta nuevos escenarios, temáticas y técnicas. Al entusiasmo que los caricaturistas más involucrados en las dinámicas de creación y circulación a partir del internet y las redes sociales, se opone la opinión de investigadores en este tema que describen un panorama más pesimista. En México, afirman, el cartón político está en crisis por la falta de un relevo generacional.
“La caricatura está en crisis. Yo no he visto en los medios escritos, ni en la red, caricaturistas de buen nivel”, afirma Agustín Sánchez —uno de los pocos investigadores de la caricatura política en México—, refiriéndose a dibujantes jóvenes.
“Si ves la nómina de los grandes diarios, los caricaturistas son personas que no tienen menos de 50 años. Pero también es complicado, porque: ¿cómo quitas a Rogelio Naranjo, que tiene más de 70 años, un hombre de una gran calidad? ¿Y los jóvenes? No hay. Si los hubiese estarían compartiendo espacio con ellos”.
Esta brecha generacional, que no ha sido llenada por autores menores de 35 años, se contrapone a los casos de Rius, Helioflores, Naranjo, y otros moneros que en los años sesenta lograron consolidar su carrera con la revista La Garrapata como trinchera.
Las historias de caricaturistas prodigio como Gabriel Vargas, Andrés Audiffred o Ernesto El ChangoGarcía Cabral, que antes de su tercera década de vida tenían una carrera consolidada en los principales medios mexicanos de su tiempo, se contraponen a las nuevas generaciones de cartonistas que han descubierto en otras plataformas las posibilidades que los medios periodísticos han dejado de ofrecer.
“Estamos en ascuas porque no existe un relevo lineal. Todo lo que tiene que ver con hacer caricatura editorial viene muy de acuerdo con el manejo de la política y los medios, los cuales han evolucionado profundamente de unos años a la fecha. Estamos en una especie de salto cuántico. No sabemos dónde y cómo va a ser la siguiente generación de cartonistas”, refiere Alarcón, colaborador de El Financiero, quien además afirma que la evolución reciente de este género va de la mano con las formas de participación política de los jóvenes.
Lo anterior se refleja en los estilos de abordar los temas de interés nacional, el trato que los cartonistas dan a los personajes que ejercen el poder. “Ahora, la política no es la misma de la que tuvieron que enfrentar nuestros ‘abuelos’ caricaturistas en el 68 cuando era más claro quiénes eran los buenos y los malos, los poderosos y los jodidos, los ricos y los pobres”, estima.
El cartonista Ángel Boligán, de EL UNIVERSAL, coincide en que los autores emergentes se enfrentan a la falta de espacios para profesionalizar su trabajo, a lo que se suma la falta de profesionalización.
“No hemos visto nuevos jóvenes. Y no se debe solamente a que no existan, sino que no los hemos formado. Si un dibujante tiene talento, pero no ha conseguido un espacio para desarrollarse, tardará mucho en madurar. Esa puede ser una de las causas”.
Además, agrega que “los editorialistas quieren la caricatura local, pero la globalización nos ha ido metiendo a todos en el mismo costal”, explica el autor de la serie “Espejo de tinta”.
Considera que las tendencias recientes del humorismo gráfico han llevado cada vez a explorar nuevas alternativas para llegar a públicos más demandantes en aspectos tecnológicos y con intereses más globales, exigencias a las que se suma la escasez de medios que paguen por el trabajo gráfico.
“Esta revolución tecnológica nos ha permitido internacionalizarnos. Es una maravilla porque no nos limitamos a un contexto o a un país. Lo malo es que no sabemos quién nos paga. Todo mundo le pone likea tu cartón, pero nadie paga por eso. Hay que trabajar diario aunque no tenga dónde publicar”.

Otros de los investigadores que se ha dedicado a estudiar este género periodístico es Juan Manuel Aurrecoechea, quien estima que la crisis que vive la caricatura política se debe a lo que considera las profundas transformaciones a partir del florecimiento de los medios digitales y las redes sociales.
“Hace años teníamos la referencia de quién eran Ruis, Naranjo, Helioflores, y hoy no hay figuras de este tamaño. Esto hace que haya muchísima caricatura, y muchísimos dibujantes, incluso críticos, pero que siguen alimentándose y quizá repitiendo lo hecho en el periodo anterior. Esto se refleja también en el periodismo, no sólo en la caricatura”.
Los trazos corren paralelos pero con calibres distintos. Frente a los caricaturistas con carreras de varias décadas y con espacios consolidados en medios de circulación nacional, los nuevos moneros se enfrentan a dos retos.
El primero es la falta de espacios tradicionales para exhibir su trabajo, situación que los lleva a participar en otros circuitos para explotar sus habilidades. El segundo reto, derivado de la falta de espacios, es la necesidad de garantizar los ingresos con otras actividades relacionadas con el trabajo plástico y que deja a la caricatura política como una más entre las opciones de servicios profesionales de los cartonistas.
Mario Córdova, director de La casa de los monos y monitos, proyecto que busca la difusión y formación de nuevos cartonistas políticos e ilustradores independientes, explica: “Quienes les han seguido a los cartonistas que ahora rondan los cuarenta o cincuenta años de edad son Rapé y Jabaz. Entre los jóvenes hay algunos que están haciendo propuestas interesantes pero que están afuera de la ciudad de México, como el monero Antonio Rodríguez. Otro es el cartonista Chubasco, que ha ganado varios premios internacionales de caricatura”.
Todo esto ha hecho, de las nuevas olas de cartonistas, profesionales de la ilustración que no dependen de los medios tradicionales para divulgar su trabajo. Uno de los ilustradores que en años recientes ha incursionado en la caricatura política es Augusto Mora, con su serie “Muerte querida”, a la que define como una parodia de la figura presidencial en formato de tira cómica.
La definición que da este joven caricaturista coincide con lo expresado por Alarcón y Boligán sobre el uso de los formatos propios de la tira cómica o cómic en los cartones políticos, sobre todo por los autores más jóvenes.
“Los jóvenes empiezan avalorar mucho la historieta. La tira cómica siempre ha existido. Hay cartones muy viejos que son viñetas narrando una historia. La novedad es que ahora esas viñetas están abordando temas políticos. Entonces, creo que justamente estos muchachos son el eslabón que habrá entre el uso de una sola imagen que es más conocido en la caricatura política y el mundo de la historieta. Creo que es lo que viene”, explica Alarcón.
El director de La casa de los monos y monitos, Mario Córdova, insiste en la nueva tendencia de los profesionales de la ilustración a diversificar su cartera de actividades, algo que quizá ha relegado su profesionalización en el género de caricatura política.
“Los caricaturistas más jóvenes están más fuera de los circuitos tradicionales, están en un mundo más digital. Por eso no los vemos tanto y eso es un poco por la resistencia de los editores a las nuevas generaciones. Además, han diversificado sus temas, ya no sólo hablan del asunto propiamente político, sino de la contaminación, el hambre, la miseria. Abrieron su abanico”.
En respuesta, el profesor Sánchez González insiste en que “los jóvenes pueden dedicarse de manera paralela a otras actividades, a la publicidad, al cómic, a la ilustración. Ese no es pretexto para justificar la falta de cartones políticos. Simplemente no los hacen. No hay cartonistas jóvenes con trabajo de calidad. Sólo el tiempo dirá quiénes permanecen y trascienden por su obra en este género”, concluye Agustín Sánchez.
La tradición y los usos moneros
Con la publicación en 1826 del cartón “Tiranía”, obra del italiano Claudio Linatti, en el periódico El Iris, se abrió el espacio en los medios nacionales a la caricatura política, un género que ha vivido en constante evolución a lo largo de casi dos siglos.
Desde las impresiones con litografía en los primeros años de independencia, el cartón político ha proyectado figuras en este género como José María Villasana y Constantino Nava en el siglo XIX, o Ernesto García Cabral, Andrés Audiffred y Antonio Arias Bernal en la primera mitad del siglo XX. Sus posiciones ideológicas y políticas giraron entre la incomodidad para los personajes que ejercen el poder político, hasta la complacencia ante el gobierno.
Agustín Sánchez González, coautor —con Esther Acevedo— de la Historia de la caricatura en México, traza una línea histórica de la caricatura que parte en el siglo XIX y que se caracteriza por el carácter crítico, pero que adquiere mayor profesionalización en 1847 con la aparición de El Calavera, una de las primeras caricaturas antiimperialistas y de publicación anónima.
 “Viene después la que será la gran publicación de la caricatura en México. Se llama La Orquesta, donde publicaron los más grandes caricaturistas que ha habido en México: Constantino Escalante y Santiago Hernández, dos liberales con una pluma espléndida, con una crítica aguda, con un retrato estético. Aunque eran liberales juaristas eran críticos de Juárez. Me atrevo a asegurar que no ha habido en México desde entonces nadie con esas características”.
 Sánchez y Aurrecoechea coinciden en que la segunda mitad del siglo XIX es sin duda la época de oro de la caricatura mexicana por la presencia de más de 40 publicaciones humorísticas, que se enriquecieron con el trabajo de caricaturistas de la talla de Alamilla y Alejandro Casarín, a lo que siguió el periodo de la Revolución mexicana con el trabajo de García Cabral y José Guadalupe Posada, este último más conocido por sus calaveras pero que colaboró con caricaturas en más de 70 periódicos con críticas tanto al gobierno de Porfirio Díaz como a la Revolución. “En el Porfiriato hubo otros como Daniel Cabrera en El Ahuizote, o Santiago de la Vega, o Jesús Martínez Carrión, uno de los artistas poco conocidos con una militancia política muy fuerte”.
Otras de las publicaciones que gozaron de la atención de los lectores a finales del siglo XIX y durante la Revolución fueron La Orquesta y Multicolor, respectivamente. Esta última, describe Sánchez, “fue muy crítica con Madero. Después, en los años veinte y treinta, va a venir una suerte de impasse que tiene que ver con los controles políticos que empieza a haber. En 1928 aparece la revista El Turco, crítica de Calles. Esa va a ser prácticamente la última gran revista política crítica a los gobiernos revolucionarios. Con el nacimiento del PRI prácticamente inicia un control de la prensa en general, y por lo tanto de la caricatura”.
Aurrecoechea Hernández abunda en los usos que los nuevos dirigentes de los gobiernos posrevolucionarios tuvieron con la prensa y que se reflejó en la caricatura política con una especie de pacto de no agresión hacia el gobierno, el ejército y la Iglesia.
“En este periodo la caricatura editorial aparece sólo en momentos muy coyunturales, como en elecciones presidenciales, casi siempre financiada por algún tapado que quiere socavar la figura de otro tapado. No hay realmente una caricatura crítica con convicciones de los autores”.
Ante el escenario que existió a partir de estos pactos entre gobierno y prensa tuvieron que pasar décadas para que se presentaran nuevas propuestas editoriales que abrieron con la aparición de los cartones de Abel Quezada, quien, con personajes como Gastón BilletesEl Charro MatíasLa Dama Caritativa de Las Lomas, el famoso Tapado y el perro Solovino, abrió camino para una nueva generación de cartonistas jóvenes identificados con la oposición política.
“A partir de 1968 tenemos una caricatura que cambia completamente el panorama y que se expresa principalmente en revistas, pues la caricatura crítica no tenía cabida en periódicos. La Garrapata fue emblemática con los cartones de Ruis, Naranjo, Magú. A partir de este momento la caricatura se vincula más a su pasado del siglo XIX como arma de oposición”.
Sin embargo, en la relación entre los políticos y los caricaturistas existen anécdotas que muestran la oscilación entre la disciplina a una línea política y simpatías personales que llegaron a generar políticos y cartonistas. El profesor Agustín Sánchez relata una historia que refleja más la ambivalencia sobre el hecho de que la caricatura puede cambiar los rumbos de la vida pública y que tiene como protagonista a Antonio Arias Bernal, representante de la caricatura antifascista en México.
“Arias Bernal tenía una revista en la que él hacía todo. Una revista marginal, chiquita, muy bien hecha, sin publicidad aparente. Se llamaba Don Ferruco, y estaba dedicada por completo a criticar a Ruiz Cortines. Lo interesante es que Arias Bernal se reunía todas las semanas, antes de hacer la revista, a jugar dominó con el presidente, y me cuenta una persona cercana a Arias que de ahí salían muchos de los chistes que el caricaturista hacía del presidente”.
Por su parte, Aurrecoechea Hernández narra otro episodio en el que participó un grupo de cartonistas: “Hubo un fenómeno en el periodo anterior al 68, que fue un pacto con la embajada de Estados Unidos, que pagó cartonistas y periódicos de manera casi abierta. Los caricaturistas participaron como soldados de la Guerra Fría en este periodo anticomunista. Hablamos de caricaturistas como García Cabral, el propio Audiffred y otros”.
El meme, un sparring incómodo
Entre las dificultades que los cartonistas dedicados a abordar la política nacional e internacional en los principales medios nacionales y locales, se suma la presencia del meme, un nuevo competidor en la sátira de temas políticos y del que se desconoce de momento si será un fenómeno pasajero o un rival permanente. “Los memes son la gran competencia que tenemos los moneros; creo que vamos a terminar compitiendo con estos. Tardamos un día en hacer una caricatura y cuando se publica al siguiente día ya se hicieron veinte memes sobre el tema que abordamos”, dice Alarcón.

En una consideración prevé un panorama de fuerte competencia entre los cartonistas y los productos anónimos que circulan en las redes virtuales, y que obligará a los primeros a adelantarse y ofrecer propuestas con horas de diferencia al momento en que se presentan los hechos en los que basan sus trazos.
“Creo que en un futuro los periódicos van a terminar pagándole a los caricaturistas para que hagan humor inmediato de lo que está ocurriendo, que es algo que ya hacen los famosos memes, que sólo trabajan con el principio, pero no son comparables”.
“Los memes y caricaturas de chiste rápido son otra variante. Pueden ser virales y de esa manera hacer llegar nuestro medio al mundo entero”, describe Boligán, quien comparte que durante el pasado Mundial de futbol, en Brasil, descubrió que algunas de las ideas que pensaba realizar para su cartón del día, había sido explotada en un puñado de memes generados en unas horas, y que lo obligaron a buscar otro ángulo de su próxima entrega.
Sin embargo, ambos caricaturistas, Alarcón y Boligán, expresan que, si bien el meme y el cartón trabajan bajo el mismo principio, existen distancias entre ellos, como la textura plástica y la calidad del trazo.
“El meme maneja un humor inmediato, pero carece del contenido, que es la carnita de la caricatura. También carece del contexto con que los caricaturistas estamos comprometidos. Hay muchas diferencias: no hay memes dibujados. El día que sean dibujados ya nos fregaron”, dice Alarcón.

Agustín Sánchez, uno de los pocos investigadores que han abordado la caricatura política en México como objeto de estudio, precisa las distinciones entre estos dos tipos de gráficos:
“La caricatura involucra estética y política. Los memes tienen más que ver con la política y menos con la estética”.
Sobre la competencia entre ambos, aclara que “el meme puede ocupar un espacio, pero esas ya no son caricaturas. Tendría que buscarse otra metodología para catalogarlos. Ignoramos si estén ocupando espacios a la falta de la caricatura”.
Con sus propias consideraciones, Alarcón resalta el peso que el periódico impreso tiene en los nuevos consumidores de información y contenidos editoriales.

“El periódico, como tal, tiende a convertirse en una lectura de análisis. Como noticia ya no sirve. En ese aspecto, la caricatura tendrá que evolucionar. Un cartón al día no es suficiente. Las siguientes generaciones en dedicarse al humor editorial deben tener una visión mucho más amplia en materia de medios”.

sábado, 25 de octubre de 2014

Éste de un amor

Un poema de Efraín Huerta


Éste es un amor

A Rosaura Revueltas

Éste es un amor que tuvo su origen
y en un principio no era sino un poco de miedo
y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.

Un amor bien nacido de ese mar de sus ojos,
un amor que tiene a su voz como ángel y bandera,
un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo húmedo, 
un amor que no tiene remedio, ni salvación, 
ni vida, ni muerte, ni siquiera una pequeña agonía.

Éste es un amor rodeado de jardines y de luces
y de la nieve de una montaña de febrero
y del ansia que uno respira bajo el crepúsculo de San Ángel 
y de todo lo que no se sabe, porque nunca se sabe 
por qué llega el amor y luego las manos 
—esas terribles manos delgadas como el pensamiento— 
se entrelazan y un suave sudor de —otra vez— miedo, 
brilla como las perlas abandonadas 
y sigue brillando aún cuando el beso, los besos, 
los miles y millones de besos se parecen al fuego 
y se parecen a la derrota y al triunfo 
y a todo lo que parece poesía— y es poesía.

Ésta es la historia de un amor con oscuros y tiernos 
    orígenes: 
vino como unas alas de paloma y la paloma no tenía ojos
y nosotros nos veíamos a lo largo de los ríos
y a lo ancho de los países
y las distancias eran como inmensos océanos
y tan breves como una sonrisa sin luz
y sin embargo ella me tendía la mano y yo tocaba su piel 
    llena de gracia 
y me sumergía en sus ojos en llamas 
y me moría a su lado y respiraba como un árbol despedazado 
y entonces me olvidaba de mi nombre 
y del maldito nombre de las cosas y de las flores 
y quería gritar y gritarle al oído que la amaba
y que yo ya no tenía corazón para amarla 
sino tan sólo una inquietud del tamaño del cielo 
y tan pequeña como la tierra que cabe en la palma 
    de la mano. 
Y yo veía que todo estaba en sus ojos —otra vez ese mar—,
ese mal, esa peligrosa bondad, 
ese crimen, ese profundo espíritu que todo lo sabe 
y que ya ha adivinado que estoy con el amor hasta
    los hombros, 
hasta el alma y hasta los mustios labios. 
Ya lo saben sus ojos y lo sabe el espléndido metal 
    de sus muslos, 
ya lo saben las fotografías y las calles
 y ya lo saben las palabras —y las palabras y las calles 
    y las fotografías 
ya saben que lo saben y que ella y yo lo sabemos 
y que hemos de morirnos toda la vida para no rompernos 
    el alma 
y no llorar de amor. 

Historia de la caricatura en México


Historia de la caricatura en México
Esther Acevedo Valdés y Agustín Sánchez González
Una de las mejores formas para conocer la historia de un país como México es, sin duda, la caricatura, que aunque a veces pueda no parecerlo es un tema muy serio. Este libro recoge los últimos doscientos años de humor gráfico mexicano, con sus hitos históricos, los periódicos que han sido emblemáticos, las épocas de revolución o los cronistas más destacados, hasta llegar a la situación actual. Toda una labor de seguimiento y elogio de los caricaturistas mexicanos, capaces de relatar el sentir diario de la realidad de manera objetiva y muy digna. En palabras de los autores, “la caricatura es un resumen de nuestro tiempo y, aunque se construye a diario, habla del hoy y por lo mismo es un punto de partida para estudios de otra índole. Cada imagen es testimonio de un momento específico; es una propuesta, una opinión, una reflexión y un análisis de lo que acontece desde la perspectiva personal del autor en la
que inserta la historia personal y la mundial”.

Esther Acevedo Valdés (Ciudad de México, 1944). Doctora en historia del arte por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, al mismo tiempo que miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Además, ha sido curadora de gran cantidad de exposiciones y ha ejercido cargos de relevancia en distintas instituciones, como el Instituto Cultural Mexicano en Washington. además de su trabajo, es colaboradora habitual de periódicos y revistas y participa activamente en actividades y conferencias.

Agustín Sánchez González (Ciudad de México, 1956). Escritor e historiador mexicano, investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes, es licenciado en historia por la UNAM. Es conocido por sus libros, en los que mezcla historia y periodismo, con una gran capacidad para el detalle y la anécdota. Además, es un especialista en el desarrollo de la caricatura mexicana, campo en el que ha publicado el celebrado Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana. Su obra ha sido compilada en varias antologías literarias y ha recibido diversos reconocimientos por su trabajo literario y de investigación, como el segundo lugar del Premio de Crónica Bernal Díaz del Castillo en 2002 y en 2008 fue premiado con el primer lugar en investigación por el Instituto Nacional de Bellas Artes.

jueves, 23 de octubre de 2014

La banalización de la Catrina



Contrario a lo que se piensa, las calaveras hechas por Posada son muy poquitas, en relación al total de su obra.

No se ha inventariado aun, pero no existen, o se conocen, más de cincuenta calaveras.

Se calcula que Posada realizó alrededor de dos mil obras o sea....

Menos del tres por ciento de su obra, dedicada a las calaveras.

Así pues, la industria de la Catrina, que como se puede ver en la estampa original que aquí se muestra, se ha convertido en un fenómeno comercial curioso. 

Habrá que estudiar esa historia, esa conversión de algo que en sentido estricto no existió y que ahora se ha vuelto algo tan burdo como las catrinas en tanga, en fiesta de disfraces, y en tantos absurdos y ridículas como "las catrinas que enseñan el vientre"  (curioso que Posada ni cuerpo le dibujara), o como un francés oportunista que hace unos meses presentó un espectáculo de calaveras en caballo, o como la patética delegación Cuauhtémoc que busca establecer  Récord guinness, en un festival con nombre anglosajón: Fest Mx.

Lo más ridículo, es que su convocatoria señala que no se aceptará ningún maquillaje que no sea referente a las catrinas. ¿Sabrá el ignorante redactor de esta convocatoria cuál es ese maquillaje?

No pretendo ser un puritano de las festividades pero creo que el fenómeno de la Catrina se está convirtiendo en algo tan burdo que nada tiene que ver, pues, con lo que se supone que se promueve: la tradición nacional que, por otra parte no es tal.

Entrevista en Radio Nacional de España sobre Posada


Por si les interesa escuchar una entrevista que me hicieron en Hola América, en Radio Nacional de España,  dura 25 minutos

Hora América en Radio 5 - Exposición Posada, fantasias, calaveras y vida cotidiana - 05/09/14

Publicado en el Podcast Hora América en Radio 5, en Mundo y sociedad
 05/09/2014
Posada, fantasias, calaveras y vida cotidiana es el título de la exposición que se puede visitar estos días y hasta el siete de septiembre en el Castillo de ...

miércoles, 22 de octubre de 2014

Euforia internacional por Posada

Actualmente su obra se exhibe en España

Euforia internacional por José Guadalupe Posada

Comunicado No. 1170/2014
10 de julio de 2014







  • El investigador Agustín Sánchez coordinó una exposición en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, que permanecerá en exhibición hasta el 7 de septiembre y luego viajará a Alcalá de Henares
  • Es considerado uno de los artistas mexicanos más importantes de la historia de México

Cuando Diego Rivera equiparó la calidad del trabajo del grabador, ilustrador y periodista mexicano José Guadalupe Posada, con el de Goya, el mundo volteó su mirada al genio nacido en el barrio de San Marcos, en la ciudad de Aguascalientes. Hoy día, asegura el investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes, Agustín Sánchez González, existe una euforia internacional por conocer su trabajo, el cual va mucho más allá que el de la famosa Calavera Garbancera.
La vitalidad de la singular obra de Posada queda de manifiesto en la exposición coordinada por Agustín Sánchez: Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana, que actualmente se exhibe en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, España, donde permanecerá hasta el 7 de septiembre de 2014.
“Hice una curaduría que mostrara que Posada es más que La Catrina, que las calaveras sólo son una parte muy pequeña de su obra y que el impacto que tuvo en la vida de los mexicanos es por el resto de su obra, que es una expresión de vida cotidiana”, explicó en entrevista Agustín Sánchez González, historiador especialista en el estudio de la caricatura mexicana.
José Guadalupe Posada es considerado uno de los artistas mexicanos más importantes de la historia, un genio en el arte del grabado, un cronista de la realidad y un dibujante “tan culto como socavador de las normas de la sociedad”, a juicio de los especialistas.
El investigador Mercurio López, quien coordinó el libro José Guadalupe Posada. Edición conmemorativa, coeditado en 2013 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Gobierno del Estado de Aguascalientes, en el contexto del centenario de la muerte del artista, señala que José Guadalupe Posada fue en su época un modesto ilustrador de impresos, sin embargo, con el paso de los años su aportación resultó tan significativa que actualmente es considerado como el grabador que influyó a la mayoría de los artistas mexicanos del siglo XX.
“La vigencia de su obra continúa hasta nuestros días en el arte popular. Seguramente su legado permanecerá por muchos años como ejemplo para grabadores, artistas y diseñadores gráficos. Buena parte de sus creaciones se han tornado en íconos de la cultura mexicana. A nivel internacional, cualquiera de sus estampas representa orgullosamente nuestra identidad”, explicó Mercurio López.
José Guadalupe Posada –dice Agustín Sánchez– es autor de más de 20 mil obras. Se le conoce principalmente por La Calavera Garbancera, que luego Diego Rivera renombrara La Catrina y la incluyera en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Sin embargo, Posada realizó tal cantidad de ilustraciones, que se atreve a decir que la gran mayoría de los mexicanos tenían en su casa una obra de la autoría del grabador.
“Ya sea a través de los juegos de mesa como la Oca, el Juego de las Gallinas, la Lotería, los Charros Contrabandistas, etcétera. También estaba en los rezos, porque él ilustró cientos de santos, vírgenes, cristos, iglesias; también tenía cuadernillos de amor ilustrados, los cancioneros, que eran muy populares, también estaban ilustrados por él, así como la nota roja y la caricatura política en los periódicos”.
Además, refiere Agustín Sánchez González, está su trabajo como caricaturista político. “Esa parte es muy importante y hay que rescatarla. Hasta ahora tengo localizados 70 periódicos con los que colaboró Posada. Una de las cosas que poco se ha visto es la publicidad y en el libroJosé Guadalupe Posada. Fantasía, calaveras y vida cotidiana, de Turpin Editores, publicado con el apoyo del Centro de Estudios de México en España, de la UNAM, se conocerá más de este tema”.
El caricaturista del periódico La Jornada, Rafael Barajas El Fisgón, quien es autor del libroPosada: Mito y Mitote. La caricatura política de José Guadalupe Posada y Manuel Alfonso Manilla, señala que Posada fue un hombre de su tiempo, un periodista modesto, defensor de la clase obrera; un artesano que puso su talento al servicio de un público de escasos recursos; un cronista gráfico de extraordinaria sensibilidad que retrató como nadie al pueblo pobre de México, y un artista que fue a contracorriente del canon artístico de su tiempo.
“El arte de Posada es profundamente local; está íntimamente ligado a su tiempo y a su gente y esto lo hace único y universal. Sin embargo, el mensaje universal del artista de Aguascalientes con frecuencia nos impide leer lo que él buscó decir en su momento”, aseguró El Fisgón.
En el libro José Guadalupe Posada. Edición conmemorativa, el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, reconoce la aportación de Posada al arte gráfico de México y el mundo. “Los ecos de Posada son nuestro presente, su ubicación en el tiempo se resuelve con su presencia constante, permanente, en nuestro horizonte visual y, también, con la fiel reminiscencia, cual intenso sueño poblado de calacas y ecos, de una parte de nuestra historia moderna”.
Agustín Sánchez cuenta que en 2013 abrió un blog en Internet sobre la vida y obra de José Guadalupe Posada, y las estadísticas de visita lo han dejado asombrado. “Los números me dicen que no sólo en México lo consultan, sino también usuarios de Alemania, Estados Unidos, Ucrania, Holanda.
“Es decir, hay una euforia por Posada. Es un artista del que se ha ido reconstruyendo una buena parte de su vida y las redes y la tecnología ayudan mucho para que se promueva su trabajo. Siguen siendo las calaveras lo que más se conoce, pero ahí vamos poco a poco logrando que se conozca su trabajo. Falta mucho que revelar sobre Posada, pero creo que en los últimos años se ha dado un gran paso de investigación y creo que va a seguir porque veo a los jóvenes muy interesados en el tema”.
José Guadalupe Posada nació el 2 de febrero de 1852. Ingresó a los 16 años de edad a trabajar en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado maestro de quien aprendió los principios, métodos y secretos del arte litográfico. En estos primeros años de aprendizaje manifestó una facilidad innata para la caricatura, de tal modo que su mentor logró introducirle en el mundo del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante; y logró publicar sus primeras viñetas en el periódico El Jicote (1871), cuando el artista acababa de cumplir los 19 años.
Fue considerado como un precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por algunos de quienes lo protagonizaron: José Clemente Orozco, Diego Rivera, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez. En 1933, 20 años después de su muerte, fue redescubierto por el pintor Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló la influencia de Posada sobre artistas de las posteriores generaciones. Gran dibujante, trabajador incansable y un gran técnico del grabado, Posada murió, tan pobre como había nacido, en Ciudad de México, en 1913. Sus restos, que nadie reclamó, fueron sepultados en una fosa común.
MAC
México / Distrito Federal

lunes, 20 de octubre de 2014

SOCIETY AND CULTURE: PRESENTATION ON JOSÉ GUADALUPE POSADA AT THE UNAM

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 SOCIETY AND CULTURE: PRESENTATION ON JOSÉ GUADALUPE POSADA AT THE UNAM

Presentation on José Guadalupe Posada at the UNAM; Homage to Carlos Fuentes in Los Angeles; ISSSTE starts registering gay couples
Presentation on José Guadalupe Posada at the UNAM
This week, writer and curator Agustín Sánchez González presented his book on the Mexican artist José Guadalupe Posada at the National Autonomous University of Mexico (UNAM),Informador newspaper reports.
The book, entitled The Wondrous Life of Jose Guadalupe Posada, is a bibliographical chronology of Posada’s life and work, which, according to its author, attempts to get beyond the surface level knowledge of Posada and his exclusive equation with works featuring skulls.
Sánchez González explains that ‘Posada is not skulls or is not only skulls, Posada is much more than this, so in this book what I have done is dig up a history of Posada that nobody knows or remembers…’ His book attempts to explore the diverse and numerous ways in which Mexicans can identify with Posada and how his life and work can function as ‘a mirror’ of the nation.
Following the presentation of the book, a new exhibition on the works of Posada entitled ‘Posada altered’ opened at the university, featuring over 20 of the artist’s prints.

sábado, 18 de octubre de 2014

Gráfica para la exposición

Cliente
Fundación Municipal de Cultura. Ayuntamiento de Cádiz
Gráfica para la exposición «Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana» del grabador
mexicano José Guadalupe Posada, comisariada por el investigador Agustín Sánchez
González, que tuvo lugar en el Castillo de Santa Catalina (Cádiz).









Cartón del mes: La patria siempre en peligro

  Nuestra pobre patria, siempre en peligro. El gobierno mexicano, ponga la fecha que quiera y el color que elija, simpre acosando, violando,...