Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
domingo, 20 de marzo de 2011
Gabriel Vargas iluminó a los mexicanos
Gabriel Vargas, quien es considerado por muchos como uno de los más grandes artistas de la cultura popular en nuestro país.
EL UNIVERSAL
20/03/2011
Muy poco se ha escrito sobre el caricaturista Gabriel Vargas, quien es considerado por muchos como uno de los más grandes artistas de la cultura popular en nuestro país.
“Gabriel Vargas aún está por descubrirse”. Las palabras son de uno de los más importantes investigadores sobre su obra: Agustín Sánchez. “He tratado de reivindicar la contribución de Vargas al lenguaje mexicano”.
Pero no sabe si todo comenzó primero en el Callejón del Cuajo número ochorrocientos ochenta y ocho, o fue en las calles, esas donde Vargas caminó y de las cuales nutrió su discurso. “No sabemos qué fue primero, si el lenguaje o la gallina”, dice.
Agustín Sánchez ha dedicado años de su labor como escritor a recabar el legado del dibujante mexicano.
“Aún ahora, tras muchos años de trabajo sobre su obra, me conmociona, el hecho de que a pesar de que hay cerca de 30 libros sobre el tema, cada día más me asusta la carencia de libros sobre él”, menciona Sánchez González.
Y suma el también autor de “Un dulce sabor a muerte” (Ediciones Martínez Roca, 2009) que habría que hacer una biblioteca sobre el autor originario de Tulancingo.
En “Gabriel Vargas. Una historia chipocluda” (Conaculta, 2011), Sánchez González (ciudad de México, 1956), reúne ese legado que muestra “la contribución al lenguaje de la crónica mexicana”.
Los primeros autores donde el lenguaje popular mexicano sentó sus reales, apunta el autor, fueron Novo, Luis G. Inclán. “Y Vargas es continuador de lo mexicano, porque retrató el lenguaje”.
Además de “esa capacidad inagotable para crear nombres, como lo hizo Gabriel García Márquez”. Y si no, recuérdese a Regino, Boba Lilcona, Santa Roña, Cristeta Tacuche, Borola Tacuche...
Otra cosa que el lector podrá hallar —gracias a una ardua investigación— en este libro se revisa parte del quehacer de Vargas que “trabajó 80 años, nada menos, porque inició a los 16 años”.
Además, hay imágenes como el primer dibujo que hizo a los 15 años; asimismo, su obra pictórica. “Tiene escultura en madera; dibujos sobre la Guerra Civil Española”.
Algo que lamenta el historiador mexicano, acepta, es “el desdén de los intelectuales por la cultura popular” de nuestro país, de la cual Vargas Bernal es uno de sus más dignos representantes.
Autor autodidacta
Dibujante nacido en 1915, estudió hasta la secundaria, pero “fue un gran lector”, a los 10 años, señala Sánchez González, “ya había leído a todos los clásicos, como El Quijote o La Iliada”.
Para el investigador Agustín Sánchez, “toda obra de creación artística (y la de Gabriel Vargas no era la excepción) tiene atrás cultura, visión”, concluyó el escritor mexicano
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