Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
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martes, 30 de octubre de 2018
El Ejtado joy yo
Leer imágenes resulta interesante siempre. Mirar la imagen del presidente electo tapándose los testículos discretamente, por encima de no sabemos qué personajes, con una muy discreta foto del general Lázaro Cárdenas, un busto de ¿Juárez?, (aunque parece más bien Melchor Ocampo) y de ¿Morelos?, al lado de una bandera que no es la oficial de México, mientras a su lado izquierdo se mira un libro, cuidadosamente acomodado, que se llama Quien manda aquí, y una mueca burlona, muestran a un personaje autoritario, por encima de la bandera del país, por encima de todos los héroes y que se cubre bien quién es
lunes, 29 de octubre de 2018
Si dos se besan. El 68 en mi vida
Víctor Roura es un incansable periodista cultural, un hombre admirable que desde hace más de cuarenta años hace periodismo crítico y honesto. Yo lo respeto y admiro, y aunque hace años no nos vemos, lo sigo y me sigue en mis trabajos. Su nueva revista Transgresiones cumplió un año y me pidió un texto sobre el 68 en mi vida, igual que a cien creadores más. Busquen esa revista, vale mucho la pena.
Esto fue lo que escribí.
Esto fue lo que escribí.
domingo, 28 de octubre de 2018
Cuando Porfirio Díaz aún no tenía el don
Mi artículo de hoy, 28 de octubre de 2018, en Confabulario, suplemento cultural de El Universal
Cuando Porfirio Díaz no tenía el don
Durante su primer periodo presidencial, Díaz fue blanco frecuente de una prensa satírica que fue mordaz en la crítica al mandatario
POR AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
La figura señera, arrogante y patriarcal que hemos conocido en la historia (y en el cine) al mirar a Porfirio Díaz, no fue tal, por lo menos durante su primer periodo presidencial (1876-1880). Los caricaturistas y la prensa lo destazaron.
La crítica nunca fue tan intensa como esos primeros años y eso que aún no se vislumbraba que se convertiría en un dictador, sobre todo porque había dado una muestra de que eso no entraba en sus planes, por lo menos públicamente. El 5 de mayo de 1878, a iniciativa suya, se modificó el artículo 78 de la Constitución señalando que el presidente no podría ser reelecto para el periodo inmediato “ni ocupará la presidencia por ningún motivo, sino hasta pasados cuatro años de haber cesado en el ejercicio de sus funciones”.
Pero nadie en la oposición le creyó, mucho menos los partidarios de Lerdo de Tejada que se sentían agraviados pues Díaz lo había derrocado a través del Plan de Tuxtepec y se encontraba en el exilio, del cual nunca volvió.
Por esa época Díaz recibe apodos hoy desconocidos para el gran público, como El Llorón y luego como El Llorón de Icamole. Lo primero, pues al pronunciar un discurso en la Cámara de Diputados donde, “abrumado por la congoja y enredado entre sus propias ideas y palabras, no acertó a salir del paso, no supo cómo concluir la oración, y rompió a llorar. Como un niño terminó llorando ante el azoro de los diputados”, escribe López Portillo y Rojas.
Después lo de Icamole: se dice que al ser derrotado en esa población neolonesa por el general Mariano Escobedo, se puso a llorar.
La revista Universal menciona otros apodos más: “Don Porfirio de la Noria, el loco de la peluca, el insensato de la barriga postiza, el histrión de los anteojos, el sultán de cualquier manera, el hombre de los préstamos, el conde de Tuxtepec, el galgo de la frontera y la cabeza de Palo Blanco”, cita Carlos Tello.
Publicaciones como La Linterna, la emblemática Orquesta, El Tranchete, La Casera, El Quixote y otros, le miraban y criticaban todo.
En una caricatura aparecida en La Linterna, aparece como “El monstruo del apocalipsis”. Los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial están conformados por tres cabezas que son él mismo. Desde entonces se le miraba el aspecto autoritario y unipersonal.
En este periódico, que tuvo una corta vida (febrero a noviembre de 1877), desde el primer número, y en cada ejemplar, la crítica a Díaz se vuelve su razón de ser; en cada portada aparecía mostrándolo como un ser anodino, falto de experiencia, autoritario, capaz de humillar hasta sus propios padres (identificados como la patria y el pueblo), un gobierno que está de cabeza. Curiosamente en los cinco primeros números muestra dos veces una caricatura con ese mismo mensaje. Muller y Cárdenas que aparentemente eran el mismo, pero de quienes carecemos de mayores datos, eran los dibujantes. Un dato curioso: entre los editorialistas aparece un personaje que a la postre se convertiría en uno de los científicos y de los más cercanos porfiristas: Francisco Bulnes.
La Orquesta, una de las más importantes publicaciones de humor de nuestra historia —cuyo subtítulo decía “Periódico Omniscio y de buen humor. Con caricaturas” y que vivía su cuarta y última etapa después de más de quince años de circulación—, también lanzó fuertes críticas a Díaz. Apenas en el número llamado “Circo Tuxpetano”, muestra a Díaz sobre un trapecio, haciendo un salto mortal: de la libertad a la dictadura (que al final resultó profético). En esta caricatura, mientras Justo Benítez posa sobre su cabeza bolsas de dinero, Ignacio Ramírez pone a su gato, Ignacio Manuel Altamirano, a jugar, o a disfrazar la información (los gatos son arquetipo de mentira y maña), al tiempo que Protasio Tagle busca el equilibrio con los conservadores. Esta caricatura, sin duda un estupendo retrato de ese momento, fue trazada por el caricaturista León.
Un último ejemplo sucede en el periódico El Quixote, de vida efímera también, donde aparece Díaz pegando a un matraz que dice presidencia, con un palo blanco, que era el sitio donde se reformó el Plan de Tuxtepec con que se evitó la ascensión de Ramón Iglesias a la presidencia.
Con imágenes del personaje de Miguel de Cervantes Saavedra, que daba título a esta publicación semanal, cuestionaba las acciones de Porfirio Díaz. Un dato importante es la presencia de quien es uno de los mejores caricaturistas de nuestra historia: Santiago Hernández, que firmaba como Gaitán.
En su reaparición, La Orquesta publica: “El pueblo quiere que valga usted la pena, pero no las penas, y sin ser usted penosa para nadie, traes con los suyos algo muy análogo a las penas del purgatorio. ¿Por qué no se purga usted, d. Porfirio?”
Y en el segundo número, el editorial cita al periódico Combate, “el periódico oficial del gobierno de Tuxtepec” que, sin duda, retrata de cuerpo entero a la sociedad mexicana de entonces (y me atrevo a decir, de ahora): “Gran parte de nuestro pueblo, todo imaginación, todo sentimiento, más gusta que le cuenten mentiras que lo hagan reír, que verdades que lo hagan pensar”.
La prensa de esos primeros años presidenciales de Díaz tiene un comportamiento abiertamente crítico, sin contemplaciones, y Díaz los deja, los seduce, como sucedió, aunque no es caricaturista, con Bulnes, quien se volvería un personaje cercano a Porfirio.
Así transcurrirían esos primeros años de gobierno. La crítica se intensificaría al final de su mandato, cuando hereda el puesto a su compadre, Manuel González. Díaz regresará en 1884, no dejará la silla, y la relación con la prensa satírica será diferente, pero en el imaginario nacional jamás se borrarán sus lágrimas ni su capacidad de control mostrado desde su primera toma de posesión y hasta su salida, en el buque Ypiranga, en 1911.
FOTO: Dibujo del caricaturista Tenorio publicado en la revista La Linterna el 16 de abril de 1877. Titulada “El monstruo del apocalipsis”, en ella aparecen los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, conformados por tres cabezas que pertenecen al mismo Porfirio Díaz. / Colección: Agustín Sánchez González
lunes, 22 de octubre de 2018
Día de muertos. La historia de Posada y la Catrina
Una muy buena entrevista que me hizo Olivia Gam para https://catrinaperegrina.wordpress.com/2018/10/02/dia-de-muertos-la-historia-de-posada-y-la-catrina/
2 OCTUBRE, 2018Publicado en TRADICIONES
En los últimos años, La Catrina se
ha vuelto tan popular que es común encontrar su efigie en diversos souvenirs,
incluso, fuera de la temporada de Día de Muertos. Desde mediados de octubre, la
presencia de este personaje cobra mayor fuerza y pasa del papel picado hasta
mega procesiones que recorren las principales calles de distintas ciudades. Y
si hay que hablar de La Catrina es obligado hacerlo también de su
creador: José Guadalupe Posada.
Agustín Sánchez González, historiador
y especialista en caricatura mexicana y producción gráfica nacional, arranca la
entrevista para ‘Catrina Peregrina’ con una frase que proviene del primer libro
que escribió sobre Posada y que usa a menudo cuando habla de él con la prensa:
“Posada nació el día que murió Don Lupe”.
“Don Lupe era el hombre que trabajaba en
diferentes talleres, imprentas y periódicos. Un señor que a nadie le llamaba la
atención y tendría que morir y pasar varios años después de su muerte, para que
se conozca a Posada. [Posada] es un fenómeno interesantísimo porque era un ser
totalmente desconocido, un hombre al margen del arte. Él estaba fuera de los
museos, de los círculos artísticos; era un trabajador, él se consideraba así”.
Sánchez González se adentra en el mundo de Posada
debido a una investigación sobre humor gráfico y la identidad de los mexicanos.
Un segundo acercamiento se dio al revelar al hidrocálido como un gran creador
de imágenes y de una iconografía que retrata la vida cotidiana de México tras
la Revolución. En la actualidad, reflexiona sobre un fenómeno que también
ocurre con Posada: cómo se puede inventar la historia a través de las imágenes.
“La Revolución Mexicana genera una necesidad de
crear una identidad de lo mexicano y parte de esa identidad está en el rescate
de la cultura prehispánica, de la cultura indígena en esos años post
revolucionarios. Entonces, a Posada se le endosa esta idea de que su obra, sus
calaveras, su sentido de la muerte, responde a esta visión. Posada es un gran
artista, pero también es un gran invento y una muestra de cómo una imagen puede
modificar el entorno del discurso histórico”.
Uno de los rasgos de Posada que despertó la
admiración del experto, fue “su capacidad para hacer un retrato de los
mexicanos”, por lo que lamenta que se le haya encasillado solo como creador de
calaveras.
“Su obra de calaveras es mínima. Hay quien dice
que tuvo diez mil, quince mil, veinte mil [obras], las cifras varían de una
manera enorme, pero de ellas no hay más de doscientas calaveras. La obra de
Posada estaba prácticamente en todas las casas, ricas, pobres y de clase media
porque mientras vivió estaba en los libros de oraciones, en las hojas de las
fiestas, en las cartas de amor, en los cancioneros, en los juegos de mesa. No
había mexicano que no tuviera una de sus hojas”.
El nacimiento de La Catrina
Posada fue un autodidacta y, según detalla el
historiador, su formación estuvo influenciada por lo que veía de niño. Su
infancia no fue fácil y vivió de cerca una letal epidemia de cólera y otros
sucesos trágicos que dejarían huella en él.
“Él nace en 1852, cuando México acababa de perder
más de la mitad de su territorio y había una enorme inestabilidad política. En
su ciudad natal [Aguascalientes] hubo grandes historias de saqueos, robos y
rapiñas. Posada vivía cerca de un cementerio y muy pegadito a la iglesia de San
Marcos. En un siglo donde todo esto era mucho más dogmático, obviamente lo
marcó”.
Sánchez González califica a La Catrina como un
fenómeno muy curioso, pues todo parece indicar que Posada no la vio impresa:
“Estoy convencido de que no vio impresa a La Catrina.
Posada hacía calaveras para el Día de Muertos, finales de octubre y principios
de noviembre, así que supongo que trabajaba las obras más o menos a partir de
septiembre-octubre y se las entregaba al impresor. No sabemos por qué, en 1912,
no aparece la impresión de La Catrina, sino hasta noviembre de 1913 cuando
Posada ya está muerto”.
Posada muere en la pobreza y el abandono. Sus
restos van a dar a la fosa común sin que nadie los reclame. Pasarían varios
años para que su obra fuera redescubierta, pero dejaría un legado imborrable en
el arte mexicano.
https://catrinaperegrina.wordpress.com/2018/10/02/dia-de-muertos-la-historia-de-posada-y-la-catrina/
domingo, 21 de octubre de 2018
Un siglo de crítica y humor mexicano llega a España
Un siglo de crítica y humor mexicano llega a España
La exposición “‘Cien años de caricatura en ‘El Universal’” reúne 70 piezas originales de Rius, Andrés Audiffred, Helio Flores y otros de los mejores caricaturistas de México del último siglo. Una muestra llena de humor e historia, que se puede ver en La Fábrica del Humor de Alcalá de Henares hasta el próximo 18 de noviembre.
Escrito por Javier González Sánchez
ALCALÁ DE HENARES, España.- Para celebrar el centenario del diario El Universal, el periódico publicó dos libros en 2016: uno de fotografía y otro caricatura. De este último libro se desprendió la exposición “Cien años de caricatura en El Universal”, que llega a la Sala de Exposiciones La Fábrica del Humor a través de la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares. La exposición permanecerá en la institución hasta el próximo 18 de noviembre.
Grandes artistas mexicanos y de otros países han dibujado para las páginas de El Universal. Autores como Andrés Audiffred, Eduardo del Río (Rius), Helio Flores o Rogelio Naranjo y otros de los mejores caricaturistas del mundo han pasado por este diario. Media docena de estos artistas llegaron a conseguir el Premio Nacional de Periodismo.
Agustín Sánchez González es comisario/curador de la exposición e investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes de México (INBA) y uno de los investigadores más importantes del mundo en la caricatura. Además de autor del libro publicado por El Universal, ha diseñado en esta exposición un recorrido por la historia de la caricatura que, según afirma, va de la mano con la de México. Cuenta que el periódico mexicano siempre ha intentado promover la caricatura y la historieta.
La exposición cuenta con setenta y cinco piezas, setenta de ellas originales. Las cinco restantes son copias realizadas por el Departamento de Diseño de El Universal. Sánchez y Julio Aguilar, director de cultura del periódico, explican que contar con estas piezas es una verdadera suerte, pues la mayoría de los trabajos de cartones que se publicaban en los periódicos acababan en la basura.
“Buena parte de la democratización de México se debe a la caricatura”, sostiene el curador Sánchez. Destaca, además, la importancia de la caricatura en épocas en las que la libertad de expresión se ha visto más amenazada en México. Asegura que siempre ha sido una buena forma para “molestar al poder”.
Desde la organización afirman que la relación que une a España con México y el vínculo que se creó entre ambos países a través de sus ilustradores ha convertido a La Fábrica del Humor en el lugar ideal para exponer estos trabajos.
“Es uno de los pocos lugares en el mundo donde se puede respirar la caricatura”, recalca el comisario de la exposición.
“Conocer 100 años de esta historia a través del humor gráfico nos permite entender lo que somos, pues el humor es algo muy serio”, sostienen desde la organización.
martes, 16 de octubre de 2018
Llega a España la historia de la caricatura en El Universal
Llega a España, la historia de la
caricatura en EL UNIVERSAL
El
Instituto de las Artes del Humor, en Alcalá de Henares, expondrá 75 piezas que
reflejan la importancia de este género durante un siglo de historia de El Gran
Diario de México
SONIA
SIERRA
Un siglo de caricatura en las páginas de EL
UNIVERSAL que es un siglo de la historia de México. Esa premisa define la
exposición que el 18 de octubre inaugurará el Instituto Quevedo de las Artes
del Humor, en Alcalá de Henares, España. Es una muestra de 75 caricaturas de
alrededor de 45 autores, publicadas en las páginas de El Gran Diario de México,
a lo largo de su historia. Cien años de caricatura en EL UNIVERSAL es una
exposición curada por el historiador Agustín Sánchez González, autor de una
investigación sobre el género en este diario, que se publicó como libro en el
marco de su centenario, en 2016. "Sin duda la obra de los caricaturistas
de EL UNIVERSAL es muy importante porque prácticamente todos han pasado por
ahí. La gran mayoría de los grandes caricaturistas mexicanos estuvo en el
periódico. Y, sobre todo, en los últimos 30 años estuvieron dos de los pilares
de la caricatura contemporánea: Helio Flores y Rogelio Naranjo. La historia de
EL UNIVERSAL es la historia de la caricatura en México, y es un retrato de lo
que pasaba en México", explica Agustín Sánchez.
En esa idea coincide Juan
García Cerrada, secretario ejecutivo del Instituto Quevedo de las Artes del
Humor, quien dice en entrevista telefónica: "Es una selección fantástica,
el trabajo realizado por el comisario, Agustín, es espléndido. Hay que tener en
cuenta que el elenco de autores que ha publicado en EL UNIVERSAL es de un nivel
enorme".
"Ningún periódico ha
publicado tantas caricaturas como EL UNIVERSAL, sobre todo en los años 80, fue
impresionante; entonces en todas las secciones del periódico había
caricaturas", dice el curador.
A partir del libro 100
años de caricatura de El Universal, surgió el interés del Instituto Quevedo de
las Artes del Humor por hacer la exposición: "Ante la invitación de la
Fundación, que este año cumple 25 años de hacer exposiciones internacionales en
Alcalá de Henares, se empezó a concretar la idea de la muestra", detalla
Sánchez.
La exposición se realiza
con el apoyo del Museo de la Caricatura México, la Secretaría de Relaciones
Exteriores, la Asociación Mexicana de Cooperación Internacional para el
Desarrollo, la Universidad de Alcalá, la Fundación General Universidad Alcalá,
y el Instituto Quevedo de las Artes del Humor.
Los caricaturistas. La
selección de las piezas que se encuentran en la exposición fue hecha por el
curador con base, en primer lugar, en criterios estéticos, históricos,
políticos y periodísticos. Después tuvo que buscar qué obras existían. El
problema aquí —reconoce Agustín Sánchez— es que "los archivos de
caricatura en todo el mundo están perdidos, y lamentablemente en el periódico
tampoco hay archivos". Esta situación hizo más difícil la búsqueda para la
exhibición. Aunque en algunos casos el departamento de Diseño hizo versiones de
las piezas —porque no existían ya los materiales y porque por su relevancia
histórica era importante incluirlos—, la gran parte de las obras en la
exposición —65— son originales y pertenecen a colecciones como las del Museo de
la Caricatura en México; cartones de los propios autores —como Helio Flores— u
otros que conserva el periódico —como algunos de Rogelio Naranjo—, materiales
de la colección del propio curador y piezas prestadas por otros coleccionistas.
"Se buscó tener un equilibrio con los primeros y los contemporáneos.
Toda antología es
arbitraria. Partimos de mi conocimiento y pasión por la caricatura. Los tres
que son base son Helio Flores, Naranjo y Andrés Audriffred. Además, Rius,
Terrazas, Trizas, Magú. Están los contemporáneos: Carreño, Boligán, Waldo que
ganó el premio que organizó el periódico. Deben ser como 45 autores; de varios
hay una pieza; de otros incluimos varios ejemplos".
En la muestra se puede ver desde la primera
caricatura que se publicó en el diario, el 22 de octubre de 1916, a tres
semanas de su fundación, firmada por J. M. Peña, hasta ejemplos de historietas,
en las que este diario fue pionero, como ha documentado el curador. La
exhibición presenta también dos dibujos de caricaturistas españoles muy
importantes: Mingote, que, como lo señala Juan García, fue el primer presidente
honorifico del Instituto Quevedo de las Artes y el Humor; y el otro es Bagaría,
un catalán exiliado, que en los años 20 fue publicado.
Al hacer la investigación que precedió la
exhibición, Agustín Sánchez encontró que hay muchos temas por contar aún en la
historia de este género en el país, por ejemplo, lo que implicó para la
caricatura el control de los medios en los años 70: "De hecho, durante
varios años no hubo caricatura en México.
EL UNIVERSAL mismo tiene
un caricaturista muchos años que es Clemente Islas Allende que hace un humor
blanco, sin crítica política; era el único, con Audiffred. Luego EL UNIVERSAL
abre un espectro que no tenía ningún periódico, cuando llegan Helio Flores y
Naranjo y se rompe en buena medida con el presidencialismo porque ellos le
empiezan a pegar al presidente por primera vez.
Rius había hecho, en los
60, caricaturas sobre Díaz Ordaz pero en la revista Política!, que era muy
marginal. EL UNIVERSAL es el que abre un espacio a la caricatura y no sólo
política sino estética".
El Instituto Quevedo de
las Artes del Humor, que depende de la Fundación General Universidad de Alcalá,
cada año organiza un encuentro de caricatura. Este 2018 se cumplen 25 años de
su Muestra Internacional de las Artes del Humor.
La exposición se
presentará en su sala La Fábrica del Humor, del 18 de octubre hasta el 18 de
noviembre. El Instituto se encuentra ubicado en el casco antiguo de Alcalá de
Henares, cerca de la Casa de Cervantes. •
sábado, 13 de octubre de 2018
Cartón del mes. Carreño en Siempre!
Este mes de octubre he publicado, gracias a la familia Carreño Limón, el cartón que apareció en la revista Siempre, de octubre de 1968. Un cartón impecable, con la maestría de don Jorge Carreño.
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