En abril de 2007, dentro de las decenas de publicaciones que he participa-do, colaboré en un suplemen-to cultural llamado Petroleum, donde escribí sobre temas de petróleo y caricatura.
Esto que tienen ahora, fue el primer escrito y forma parte del rescate de mis textos en la prensa, un tanto anárquico, por cierto, que vengo realizando para que mis trabajos no se pierdan del todo. (Por cierto que el patrocinador desapareció, dejando una gran deuda a la editora y, de pasadita a muchos de los colaboradores)
PETRÓLEO NEGRO COMO EL HUMOR
Los mexicanos padecemos el síndrome de
Pedro infante. En una de las escenas de la película ATM/ A toda máquina (Ismael
Rodríguez, 1951), tras un terrible accidente, Pedro le pregunta a Luis Aguilar:
“Le duele”; "Nomas cuando me río”, responde Aguilar. "Entonces le voy
a contar muchas chistes", contesta el único héroe a la altura del séptimo
arte.
Solemnes o no, durante cada crisis
o ante serios problemas nacionales o mundiales, contestamos con un chiste o una
caricatura.
Es
curioso, inclusive, como Ramón López Velarde, uno de nuestros
grandes poetas, advirtió: "El Niño Dios te escrituró un establo/
y los veneros de petróleo el diablo", como una broma de humor negro.
Son
famosos los cartones de Rogelio Naranjo en contra del derroche petrolero del
presidente José López Portillo en cuyo gobierno (1972-1978) se vivió una bonanza petrolera,
la cual hizo afirmar a este político que
había que irse acostumbrando a la riqueza.
Sin embargo, el país terminó en una
de las grandes crisis cuyos efectos aún padecemos.
Esta
historia de bonanza generó una de las frases cómicas que marcó
ese gobierno, cuando señaló: "Defenderé el peso como un
perro". A los pocos días la devaluación llegó a límites insospechados.
La
crítica incisiva de Naranjo tuvo un impacto fundamental en la ruptura del sistema presidencialista
mexicano. Sus caricaturas a presidentes
desde Luis Echeverría hasta Vicente
Fox, pasando por los otros tres,
sensibilizaron a la sociedad en la necesidad
de modificar el sistema autoritario y presidencial de nuestro país.
Otra
manera de humor se dio en 1989 cuando Carlos Salinas de Gortari en uno de sus
primeros actos de gobierno encarceló a La
Quina, el líder moral del sindicato petrolero. Palillo, uno de nuestros
legendarios cómicos de carpa,
aprovechó para montar una obra
llamada Presidente sin quina.
Desde 2005, el gobierno de
Campeche, a través de su Instituto de Cultura, ha convocado a
uno de los pocos premios existentes de caricatura: el Concurso
Nacional de Caricatura
"Domingo Pérez Piña", que en su
primera edición tuvo como tema "Petróleo y medio ambiente".
La justificación para ello,
además de promover y valorar la caricatura, consistió en
señalar que el estado de Campeche aporta 70 por ciento de la producción nacional
de este hidrocarburo.
Participaron más de 40 moneros
de todo el país, mostrando que la caricatura mexicana
goza de buena salud. Los tres primeros lugares los ocuparon Art
(Arturo Valentín Paz), Davico (David Contreras) y Vimaya (Adán Vite Maya),
respectivamente.
Algo que caracteriza a este trío
es la calidad y limpieza de su obra. El trabajo de Art, un
óleo que muestra la contaminación a los animales, bañados en petróleo, con un título elocuente: Derivado del petróleo.
Davico, en tinta, dibuja un esqueleto
de pescado, cuya columna vertebral está
compuesta por barriles de petróleo. Por su parte, Vimaya muestra a un
patito que no era feo.
La crítica a la contaminación
ambiental es,
sin duda, una necesidad; nadie ignora que el
petróleo tiene una importancia vital en nuestra economía, pero ha generado algunos accidentes que han roto con el equilibro ecológico y eso, por supuesto, no es
ningún chiste.