RESULTADOS DE LA BÚSQUEDA: POSADA
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09/07/2014
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El año pasado se cumplía el centenario del nacimiento de José Guadalupe Posada,
toda una celebridad en México, donde se editaron un sinfín de publicaciones y se realizaron exposiciones y homenajes. En España el autor de toda una iconografía de calaveras “catrinas” (primero conocida como la “Calavera Garbancera”, creada por Posada y Bautizada por Diego Rivera) no es tan conocido, si bien su obra es ya todo un icono universal asociado a las fiestas populares mexicanas, y un año después con motivo de una exposición que itinerará desde Cádiz a diversas ciudades españolas, se ha editado un libro que, escrito por el reconocido experto en Posada Agustín Sánchez González, sirve a la vez como catálogo de la muestra y como una publicación autónoma. Este libro incluye, catalogado por imprentas y ciudades (Aguas Calientes, Guanajuato, Ciudad de México, etc.) en las que trabajó Posada una gran cantidad de sus ilustraciones y portadas, la mayor parte de ellas impresas en periódicos y carteles, que refuerza esa popularidad de un artista que consiguió en vida que sus obras estuvieran en todos los hogares mexicanos y que su nombre y su obra se hayan convertido en unas de las imágenes más características de toda una cultura. (Fantasías, calaveras y vida cotidiana. José Guadalupe Posada. Agustín Sánchez González. 164 páginas. Turpin Editores, 2014. 25 €). |
Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
jueves, 10 de julio de 2014
Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana
miércoles, 9 de julio de 2014
3 Posada en el periodismo. La Juventud literaria
Posada arribó a la capital del país, probablemente,
en 1888, tras renunciar a sus clases de litografía en León y después de la
terrible inundación de León.
Tenía una larga experiencia
profesional que comenzó dieciocho años antes, en 1871; era un grabador formado y consolidado; un
profesional que había realizado diversos tipos de impresiones: la caricatura,
la impresión comercial y religiosa, la ilustración y dibujos en periódicos y
revistas.
En la ciudad de México se vincula con un impresor, y escritor, muy importante: Ireneo Paz, que como dato curioso, fue abuelo del poeta Octavio Paz.
Lo curioso es que el
escritor Arturo Paz, hijo de don Ireneo Paz, lo llama joven promesa, en un
texto donde da la bienvenida a la ciudad de México, el 28 de octubre de 1888,
en La Juventud Literaria:
El Sr. Guadalupe Posada
Los dibujos que publicamos
hoy en la segunda parte de la última plana de nuestro semanario, es debido (sic)
al magnifico lápiz del joven cuyo nombre encabeza estas líneas.
Nuestros lectores pueden admirar
cuánta idea, cuánta imaginación tiene el apreciable joven Posada quien en sus
ratos de ocio ha dibujado cosas pequeñas que no son ciertamente lo mejor que él
hace.
Mucho nos complace dirigir elogios a
quien lo merece, adivinamos en Posada al primer caricaturista, al primer
dibujante que tendrá México.
Próximamente esperamos dar una obra maestra de él, la que
esperamos merezca los elogios de la prensa y de los inteligentes.
Por ahora
felicitamos cordialmente al Sr. Posada, deseando siga adelantando en el divino
arte a que se ha dedicado...
Los dibujos a los que se
refería Arturo Paz, que se pueden ver aquí, tenían que ver con un hecho doloroso, sin duda, para Lupe:
“La reconstrucción de León”, que apenas unos meses atrás había sido devastada
por una gran inundación.
Los excelentes trazos,
realizados con lápiz litográfico, muestran una gran maestría del trazo, acorde
con los artistas en boga de ese momento, como el gran maestro José María
Villasana.
Las voces prohibidas. Efraín Huerta. Homenaje
LAS VOCES PROHIBIDAS
Más despacio que nunca, casi agónicas,
marchan y duelen estas voces o estrellas.
Húmedos pies descalzos, breves pieles,
dulce origen, impío desorden. Voces
que purifican lo que tocan. Voces
todo milagro. Suaves voces de amor.
Voces para decir amor toda la vida
y todo el santo día y a la lenta distancia
de una noche de sueño, amor y voces.
Cálidas o despiertas, dormidas o ya frías,
estas voces se pegan a los labios
y dicen y se dicen altos, duros misterios,
prohibidos latidos, esbeltos calosfríos.
Despaciosas y firmes, llegan como
las bestias, crecen como el encino,
y no hay en ellas nada que no sea verdadero.
Pero duelen. Son dardos de amorosa ponzoña
y dan la seca muerte del olvido.
No perdonan, no aman,
no son ríos serenos, sino fuego,
ardiente maldición, dolorosa quietud.
Vienen así, calladas, caminando caminos
de helado polvo. Son las voces
que ya nunca se dicen.
Por eso duelen y por eso ardo
junto a ellas, como al pie de una hoguera.
Ardo y adoro al mismo tiempo
porque nada me callan o no me dicen nada.
Asciendo rudas catedrales de miedo
y el vacío es un lago de hambre y sal.
Me maldigo con ellas
pero duermo con ellas.
Cuando la sed se haya quemado
en mi garganta,
cuando no tenga paz ni amor,
cuando todo sea voces y no llantos,
una pequeña sombra habrá a mi lado.
No la rosa del ansia ni el clavel de miseria,
sino la joven luz del alba,
la joven voz del alba mía.
martes, 8 de julio de 2014
2. Posada en el periodismo. León (segunda parte)
José Guadalupe Posada llega a León en 1871, tenía 19 años. Existe un vacío de incursión en la prensa de diez años. En 188 hubo una gran inundación que acabó con buena parte de la ciudad y, es muy seguro que arrasó con el archivo de Posada, así como su taller dado que estaba dentro de las manzanas en donde ocurrió ese desastre.
Tengo localizados los siguientes medios
La Gacetilla (León, Gto.)
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La Educación (León,
Gto)
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El Pueblo Católico (León, Gto)
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Monitor del Pueblo
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Hace unos meses publiqué en El Cotidiano, de León, Guanajutao la siguiente nota:
Apenas leí un boletín de prensa convertido en nota “periodística” y no resistí la tentación de escribir cómo los guanajuatenses, por ignorancia, han desdeñado un gran homenaje a Posada, un hombre que les pertenecería por vivir muchos años en la ciudad de León.
El boletín, publicado en el periódico AM el 17 de julio, da cuenta de una exposición que se exhibe “en el Academus del Pueblo Mágico, en la comunidad de Jalpa de Cánovas”.
En veinticinco renglones da cuenta de la presencia de autoridades políticas y culturales del estado de Guanajuato y de la localidad, así como de Irapuato, Aguascalientes y León.
De Posada sólo mencionan las palabras del director de Museos del Instituto de Cultura de Guanajuato: “destacó que la obra se refleja en dos sentidos: retratar en sus grabados las costumbres de la época y la crítica social, especialmente del periodo del Porfiriato, al vivir entre los años de 1852 y 1913 que influyó en el trabajo de los artistas como Diego Rivera y David Siqueiros. Es un orgullo tener a Posada, en la cuna también de un genio que pudo interpretar su entorno, como es Hermenegildo Bustos, quien pintó el alma de su pueblo y de su gente”. No hay más, la nota remata una frase con lugar común.
Estoy seguro de que todos los funcionarios ignoran que Posada vivió de 1872 a 1888 en la ciudad de León, que participó en importantes publicaciones de esa ciudad, que fue profesor de litografía, que la obra de José Guadalupe Posada no se entiende si se ignora su paso por León.
Más aún, ignoran su matrimonio en León con una leonesa, María de Jesús Vela, y que aquí también tuvo un hijo llamado Juan Sabino, que murió muy joven en la ciudad de México.
Un verdadero homenaje, un inteligente homenaje, debiera partir de ese hecho: recuperar, además, la obra de Posada en León y no quedarse con las copias que les mandan de Aguascalientes de una obra, por cierto, que Posada no hizo en Aguascalientes sino en la ciudad de México.
Celebro cualquier homenaje dedicado a este genio del arte mexicano, pero no me cansaré de cuestionar la falta de contundencia, investigación e imaginación de los mismos.
lunes, 7 de julio de 2014
2. Posada en el periodismo. León, Guanajuato
Se ha
demostrado que no fue así. Su padre murió en 1871 y su maestro Trinidad Pedroza
instaló su imprenta en León, una ciudad muy cercana a Aguascalientes, que
avanzaba industrialmente mucho más rápido que su ciudad natal. Así, Posada partió
con su mamá y su hermano menor buscando mejorar su vida profesional y personal.
Tenía 19 años.
En
León, Posada formó una familia al contraer matrimonio con María de Jesús Vela,
con quien procreó al único hijo que se le conoce: Juan Sabino, hecho que tuve
la suerte de descubrir, tras arduas pesquisas, y localicé su acta de defunción.
Así, León
Guanajuato se convirtió en un punto fundamental en la vida de Posada, fue la
ciudad donde adquirió la madurez personal y profesional; debido a una terrible
inundación en León, que acabó con buena parte de la ciudad, en 1888, se perdió
mucho del material realizado por Posada.
En León
continuó su labor como dibujante de periódicos en La Educación, El Pueblo Católico y La Gacetilla.
Esta
última, cuyo lema era “Todo, menos política”, era dirigida por el periodista
David Camacho quien puso en contacto a Posada con Ireneo Paz y más tarde, viajó
con Lupe a la capital a probar fortuna.
En La Gacetilla, además del encabezado que contiene
un dibujo de la plaza principal, encontramos
una buena cantidad de material producido en esos años, como el retrato del
doctor Francisco Leal del Castillo, que era director de la escuela secundaria,
junto con cuatro alegoría sobre su fallecimiento, en 1884.
Otros
trabajos que se publicaron aquí, fueron el Lago artificial formado entre el
cerrito del Calvario y el Parque; los baños y lavaderos públicos a la entrada
del Parque Manuel González.
El
retrato del entierro del Doctor Leal es excepcional: sus alegorías retratan, al
natural, la situación de los dolientes, en una especie de Víacrucis, con personajes
reales de la sociedad leonesa.
Ciudad Crónica: Litro, no metro
La lluvia hace todo lento. El tráfico es brutal. Los coches, que no saben
nadar, avanzan metro a metro, aunque, debiera decirse, litro a litro.
En esos días, el transporte es pesado, vaporoso, cansado, caótico. Cuando
llueve, se detiene a cada rato, deja de fluir, parece que se ahogara.
La gente corre a cubrirse del agua. Otros ya no se inmutan, se han mojado
tanto, que ya resulta inútil resguardarse. Y el "¡qué bonito es ver llover
y no mojarse!", es un dicho falso ya que no es nada gracioso esperar
largos minutos a que el metro avance, mientras se observan los embotellamientos
de Tlalpan, por ejemplo.
La lluvia no tiene horario ni fecha en el calendario. El otro día había un sol
esplendoroso por la mañana; la gente dejó el paraguas en casa, volvieron las
ropas primaverales y, cuando menos lo esperábamos, vino el chubasco brutal.
Y el humor no se hace esperar. Hay quien dice que el metro pronto cambiará de
nombre y habrá de llamarse... Litro.
Y
como vamos, no lo dude, así que tome su paraguas y no salga sin él, porque esto
ya parece el diluvio. Sólo falta el buen Noé.
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