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domingo, 16 de junio de 2019

El Sinaia y el humor: 80 años del exilio en México

Mi texto de Confabulario, de El Universal, este 16 de junio de 2019


El Sinaia y el humor: 80 años del exilio en México


A lo largo de la travesía del primer grupo de exiliados españoles a Veracruz, el periódico Sinaia dio espacio a la caricatura política, aliciente para la risa y la libertad
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POR AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
El 13 de junio de 1939, el Puerto de Veracruz recibió a mil 599 exiliados de España que, tras 19 días de haber salido de Sete, en Francia, arribaban a un país que les abría los brazos.

Durante esas tres semanas, los viajeros leían un diario con las noticias del desconocido país al que llegaban: crónicas, datos, cultura, poesía, etcétera. En una publicación así, no podría faltar el humor que se gestaba a través de la caricatura y algunos textos simpáticos. El tema ha sido poco apreciado en este proceso, tal vez porque el humor “no es serio”.

Esta visión es, sin duda, producto de la vieja formación medievalista que desdeña el humor. Recuerdo un fragmento de El nombre de la rosa, de Umberto Eco que muestra la discusión en torno a la risa. Transcribo un breve fragmento:


Los paganos escribían comedias para hacer reír a los espectadores, y hacían mal. Nuestro Señor Jesucristo nunca contó comedias ni fábulas, sino parábolas transparentes que nos enseñan alegóricamente cómo ganarnos el paraíso, amen.

–Me pregunto –dijo Guillermo–, por qué rechazáis tanto la idea de que Jesús pudiera haber reído. Creo que, como los baños, la risa es una buena medicina para curar los humores y otras afecciones del cuerpo, sobre todo la melancolía.

–Los baños son buenos, y el propio Aquinate los aconseja para quitar la tristeza, que puede ser una pasión mala cuando no corresponde a un mal susceptible de eliminarse a través de la audacia. Los baños restablecen el equilibrio de los humores. La risa sacude el cuerpo, deforma los rasgos de la cara, hace que el hombre parezca un mono.

Empero, la risa es fundamental, tan humana y tan vital, que la necesitamos como el aire que se respira.

De hecho, María Zambrano, a su regreso a España, tras 45 años de exilio, a la pregunta acerca de ¿qué humor tiene usted en España hoy?, respondió:

“¿Qué si tengo humor? ¡Claro! Pero si eso fue lo que nos dejaron. Si llegamos a perder el humor y la risa, la risa buena y la risa y el llanto, es que quizá nuestra libertad, que ha sido tan caramente comprada, no existía, pues era esencialmente eso: poder reír y llorar y poder hablar”.

Poco se ha destacado que la primera exposición de arte que realizó el exilio fue una muestra de caricatura en Sinaia. Diario de la primera expedición de Republicanos Españoles a México; la impresión fue realizada gracias a un mimeógrafo portátil que iba a bordo y al esfuerzo y disciplina de un grupo de escritores e ilustradores que lograron su cotidiana aparición.

Con un esténcil podían imprimir medio centenar de ejemplares en un trabajo artesanal que, además de dar noticias, despertaba las inquietudes de varios artistas y escritores como Juan Rejano, que lo dirigía y, a la postre, se convirtió en uno de los pilares el periodismo cultural en México; era ilustrado por artistas de la talla de José Bardasano, Germán Horacio, Eduardo Robles y Ramón Peinador; la confección artística fue de Juan Varea.

Humor y nostalgia se entremezclaron apenas zarpaba el barco.

El poeta Antonio Zozaya, que tenía 80 años, publicó en el primer número, un poema que denotaba lo segundo: “¿Cuántos de nosotros volveremos a pisar su suelo sagrado?, ¿Quiénes tornarán a su valles risueños, a sus enhiestas montañas heroicas, a sus selvas geórgicas, a las riberas de sus fecundadores y plácidos ríos?, ¿Cuántos podrán encontrarla redenta, emancipada, gozando de las venturas de una verdadera democracia…?”. El texto se ilustraba con una caricatura del escritor.

Pero el humor nunca cesó.

Varios espacios del navío fueron bautizados con el nombre de barrios y calles de Madrid: a los camarotes de lujo, se les llamó Barrio de Salamanca, a los dormitorios del piso bajo, Cuatro caminos, Ventas y Tetuán; la cubierta de estribor era la calle de Alcalá, mientras la cubierta B, La Gran vía.

Todos estaban claros que el humor los haría sobrevivir; las caricaturas con chistes como el que le dice a otro: “Hace dos o tres días que no te veo. ¡Chico!, responde el otro, es extraño. Yo no salgo del barco”.

En otra caricatura alguien dice: “Aquellas son las Islas Mona y Monito. Su interlocutor responde: Ah, ya decía yo que eran una monada”.

Seguramente, la risa del pasajero era un bálsamo en esos días de incertidumbre. Por eso fue tan importante la publicación de caricatura pues gracias a ello se permitían o se encontraban con una sonrisa que les endulzaba esos días difíciles.

Así, el humor se convirtió en parte esencial del diario del Sinaia y de la propia vida cotidiana de los viajeros que atravesaban el charco para llegar a su nueva tierra.

A diario se multiplicaron las caricaturas, por los lápices y el esténcil pasaron (y posaron) personajes como Susana Gamboa, responsable a bordo de esta travesía; el famoso fotógrafo Chim, el escritor Pedro Garfias, autor del emblemático poema Entre España y México, que escribió a bordo del Sinaia y que se convirtió en un símbolo del exilio y de la hermandad entre ambos países; el último presidente de la República española, Juan Negrín; Adolfo Vázquez Humasqué, director de la reforma agraria, entre otros personajes.

El 10 de junio de 1939, en el último número del diario antes de embarcar en Veracruz, se realizó, pues, la primera exposición del exilio. La reseña la califica como “uno de los más importantes acontecimientos culturales de nuestra estancia en el ‘Sinaia’. Está realizada, en concepto, en organización, con dinamismo de pura cepa. Los trabajos provienen, en general, de los campos de concentración, de la misma vida a bordo. Denotan un espíritu creador en circunstancias penosas y precarias, ha sabido conservar su facultad estética, joven, y acusa una sana vinculación a la causa del pueblo”.

Entre los autores estaban artistas geniales como Aurelio Arteta, Ramón Gaya, José Bardasano, Germán Horacio, Ramón Peinador, Francisco Carmona, Francisco Camps Ribera, Ramón Tarragó, Juana Francisca Rubio, Julián Oliva, Eduardo Robles (que después firmaría como Ras), José Agut, Enrique Climent y otros tres personajes cuyos nombres no se han identificado: Rebatte, Jordana, y Acitores.

De este grupo, solamente Eduardo Robles se dedicó a la caricatura de manera permanente, mientras vivió en México púes luego marchó a Venezuela, firmando como Ras, destacando por los geniales retratos, en una línea, y ser uno de los primeros autores, en el mundo, que teorizaron en torno a la caricatura, en su libro Caricatugenia. Teoría de la caricatura personal.

El exilio nos heredó pocos humoristas, había razones para ello: hacer humor de un gobierno que los había acogido con los brazos abiertos, era mostrarse malagradecidos aunque, de cualquier forma, resultaba difícil entender a un país cuya historia les era ajena; tampoco era fácil entender el código lingüístico pues aun cuando entre España y México exista un idioma en común, muchas de nuestras palabras no son tan nuestras o no significan necesariamente lo mismo. Resulta muy ilustrativa la anécdota del entusiasta recibimiento en Veracruz de parte del Sindicato de Tortilleras y que hizo brotara una mueca de desconcierto, primero, y una sonrisa después, cuando se enteraron que las tortilleras se dedicaban a la elaboración de ese alimento básico y nada tenía que ver con la preferencia sexual.

El lenguaje habría de chocar ante la ironía mexicana, el uso del albur, ese juego de palabras que resulta a veces incomprensible, incluso, a los propios lugareños y cuya existencia es harto compleja.

Finalmente, la tensión ante el chovinismo.

El caso más sonado giró en torno a la presión ejercida por Diego Rivera en contra de Ramón Gaya para que se le expulsara del país por un ensayo sobre José Guadalupe Posada en de la revista El Hijo Pródigo. La versión de Gaya fue que al escribir un artículo sobre Posada “al que los muralistas habían tomado como antecedente. Rivera en pleno delirio, había llegado a decir que sus grabados eran superiores a los de Goya. Fue ingenuidad mía contestar —aunque muy respetuosamente— a esa tontería. En realidad los grabados de Posada eran como unas aleluyas, encantadoras, eso sí. Entonces Rivera empezó una campaña en contra mía. Eso es todo”. (No disculpo a Rivera, pero Gaya fue muy osado en emitir juicios de una obra que apenas comenzaba a descubrirse).

Diego Rivera por R
as.


Ramón Gaya por Ras.

Tras esa polémica, habrían de tener mayor cuidado con las formas de expresión de lo mexicano y evitar el roce con sus habitantes y con las élites políticas y culturales sobre todo, con esas visiones absurdas de la negación del pasado hispano, esas inexactitudes históricas que aún hoy, ochenta años después, siguen pesando en buena parte de la sociedad mexicana.




FOTO: Cabezal del periódico Sinaia, elaborado por los republicanos españoles exiliados que viajaron a bordo del buque del mismo nombre que los trasladó al puerto de Veracruz. / Colección Agustín Sánchez González

viernes, 14 de junio de 2019

Adiós Apebas

Ayer 13 de junio se fue APEBAS, esta son las publicaciones del periódico donde un día nos conocimos y ahora lo despedimos




lunes, 3 de junio de 2019

Cartón del mes. La caricatura y el exilio en el Sinaia



En el número de julio de la revista Relatos e historias en México podrán mirar esta página realizada en mimeógrafo por los exiliados que veían en el barco Sinaia, en junio de 1939.
Este mes, se cumplen 80 años que llegaron miles de españoles a contribuir al engrandecimiento de nuestro país.
La caricatura se convirtió en la primera expresión artística que mostraron los exiliados y la cual trato en mi libro Los humoristas gráficos y el exilio en México.

sábado, 25 de mayo de 2019

Poemas de Ida Vitale

Viñeta de Sciammarella
Hace un mes le otorgaron el Premio Cervantes a la poeta uruguaya Ida Vitale. No puedo dejar pasar más tiempo para publicar algunos de sus poemas.

Misterios

Alguien abre una puerta
y recibe el amor
en carne viva.
Alguien dormido a ciegas,
a sordas, a sabiendas,
encuentra entre su sueño,
centelleante,
un signo rastreado en vano
en la vigilia.
Entre desconocidas calles iba,
bajo cielos de luz inesperada.
Miró, vio el mar
y tuvo a quién mostrarlo.
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.


Libro

Aunque nadie te busque ya, te busco.
Una frase fugaz y cobro glorias
de ayer para los días taciturnos,
en lengua de imprevistas profusiones.
Lengua que usa de un viento peregrino
para volar sobre quietudes muertas.
Viene de imaginaria estación dulce;
va hacia un inexorable tiempo solo.
Don que se ofrece entre glosadas voces,
para tantos equívoco, se obstina
en hundirse, honda raíz de palma,
convicto de entenderse con los pocos.


Gotas

¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.

lunes, 20 de mayo de 2019

Macuspana News




En 1987 viví un par de semanas en Cuba, becado por la Escuela de Radio y TV. En aquella época, parece la prehistoria hoy, revisé con entusiasmo militante los medios de comunicación cubana. Leía, es un decir, el Granma, Juventud Rebelde y un par de publicaciones del mismo estilo, cuyas noticias eran las mismas que el de la publicación madre.
Veía la Tv Cubana, había telenovelas mexicanas, soviéticas, húngaras, no recuerdo si chinas, pero los noticieros siempre empezaban con la palabra del Comandante en jefe. Claro, pasaban alguna película cubana, el béisbol y los seriales musicales, que eran, sin duda, lo mejor.
En la radio sonaba salsa con grupos no tan buenos como los que conocíamos en México (Celia Cruz, Sonora Matancera, etc.) aunque de pronto aparecía Oscar de León (que al poco tiempo lo vetaron), Willie Colón, Rubén Blades (también vetado, después, por el Comandante Silvio Rodríguez).
De cualquier forma, mi sueño de un mundo feliz, de una sociedad de ruptura no se rompía aún pues la gente fingía muy bien.
“Es un vino agrio, pero es nuestro vino", me dijo un amigo, citando a José Martí.
Había un chiste por las calles que decía que cuando querían ser optimistas, leían la prensa cubana para enterarse de que todo era maravilloso.
Aunque el Pejismo poco tiene que ver con esa izquierda, salvo la amistad de López con Silvio, me parece que si se emparenta con el sistema de comunicación que empieza a implementar el gobierno de AMLO, con programas de TV a modo como sucede los últimos estrenos de yanqui Ackerman con Sabina Berman, en un mano a mano de halagos al Señor; el programa de Nosotros los H. Gómez (menos digerible que el de su hermano Facundo), la deificación del ganso o el programa de los ilustradores de El Chamuco, encabezado por el director de Formación Política del PRIMOR.
Canal 11 empieza a convertirse en TV Macuspana y Radio UNAM va corriendo el mismo preocupante proceso y perdiendo la pluralidad y el perfil universitario que debería tener.
 RTC aun no muestra sus garras y NOTIMEX se ha convertido en el aparador de una señora enfermiza que parece odiar al mundo entero.
Es pronto para evaluar, sólo es una muestra de lo que empieza a suceder en un mundo donde no hay más ruta que la vereda que conduce a Macupana

sábado, 4 de mayo de 2019

Cartón del mes. Gabriel Vargas y la Guerra civil española

Este mes de mayo, en mi cartón del mes, presento una historieta rarisima de Gabriel Vargas, el genial creador de La Familia Burrón, se trata de La Guerra de España que publicó durante varias semanas en el periódico Excélsior.
Como dato curioso, Vargas aún no cumplía veinte años y firmaba como Velo.

viernes, 19 de abril de 2019

José Guadalupe Posada y la bicicleta


El 19 de abril se conmemora el viaje realizado por el científico Albert Hofmann al descubrir los efectos del LSD y se le conoce como el Día Mundial de la Bicicleta.



Este medio de transporte, tan popular hoy en día, llegó a México en el siglo XIX y, como fiel retratista de la vida cotidiana, José Guadalupe Posada dejó plasmadas varias imágenes de la bicicleta.


jueves, 18 de abril de 2019

¡¡VIva la UAM!! Abrir la casa. Es hora de levantar la huelga

Preocupante. 
Han pasado más de cien días y la huelga sigue y no sé ve cuándo terminará. 

Algo resulta sospechoso. 

Me pregunto qué se estará jugando durante este largo periodo en el que, por ejemplo, se ha perdido ya un trimestre.

Recuerdo en 1972, recién acaba de ingresar al CCH cuando el STUNAM congregó a una serie de personajes nefastos que medio siglo después siguen cabalgando la UNAM, encabezados entonces por Evaristo Pérez Arreola e hicieron una larga huelga que trajo consigo la renuncia de don Pablo González Casanova, el único rector de izquierda que ha tenido la UNAM y la coronación del grupo de médicos que curiosamente, como los actuales charros de STUNAM, siguen en el poder.

En estos tiempo en que gobiernan el país grupos conservadores  enmascarados de izquierda resulta preocupante la pasividad académica y estudiantil ante una huelga que parece interminable y ante el "error" del mal llamado gobierno de izquierda que sigue ocultando la palabra autonomía en las universidades.

Preocupa.

Por la educación que se pierde para miles de jóvenes,  por el amor que le tengo a esta universidad de la que fui alumno y después profesor.

Señores de SITUAM, levanten la huelga ya. No sigan lastimando un gran proyecto.

miércoles, 10 de abril de 2019

¿Cómo retrató José Guadalupe Posada a Emiliano Zapata?

¿Cómo retrató José Guadalupe Posada a Emiliano Zapata?


¿Cómo retrató José Guadalupe 

Posada a Emiliano Zapata?

Por: Agustín Sánchez González
 En este centenario del asesinato de Emiliano Zapata, 
hay que decir que en su época no tuvo la
glorificación que tendría años más tarde. De
hecho, los caricaturistas lo criticaron de una 
manera cruel, acusándolo de bandolero.

En una de sus últimas calaveras, José Guadalupe 
Posada, en el periódico Gil Blas, dibujó a Zapata
al lado de treinta personajes que formaban parte
del acontecer político de entonces. El caudillo 
suriano aparece con el ceño fruncido y un rostro
de maloso, imagen que es acompañada por la
letra de una parodia de los versos del Juan
Tenorio de José Zorrilla, obra que por esos días,
como aún hoy se hace, se representaba 
en los teatros de la capital mexicana

La imagen y los versos están muy lejanos al 
Zapata mítico que hoy se venera y que, sin duda,
merece una mirada diferente a través del humor.

"El Cartón del Mes" de Agustín Sánchez González




















domingo, 7 de abril de 2019

Emiliano Zapata: la metamorfosis del maloso al héroe



Mi artículo de este domingo 7 de abril de 2019, en Confabulario, de El Universal




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El trabajo de José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco y “el Chango” Cabral, son testimonios de las lecturas críticas que la prensa humorística hizo de la Revolución mexicana y de Emiliano Zapata
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POR AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
Si una persona que vivió hace cien años resucitara, quedaría desconcertada al mirar las estatuas, el nombre de calles, las películas, decenas de libros y otros homenajes que, año con año, se le dedican a Emiliano Zapata y es que hace un siglo se le consideraba un bandolero, “El Atila del sur”, se le llamaba. La prensa, durante la revolución, lo miraba así, como un bandolero, un asaltante, un asesino, sobre todo cuando rompió con Francisco I. Madero, ante los embates del gobierno de Francisco León de la Barra, que asumió la presidencia tras la renuncia de Porfirio Díaz.

Las caricaturas de entonces muestran al morelense ajeno al personaje al que el gobierno mexicano ha homenajeado al nombrar 2019 como el año de Zapata. “El caudillo del sur”, cuya turbulenta vida tuvo ataques militares de envergadura, pues su rebeldía nunca cesó, es una caja de sorpresas y, como muchos otros personajes, es más lo que se ignora de lo que se conoce.


El villano de la Revolución
Zapata nació en Anenecuilco, Morelos, un pequeño poblado que tenía siglos luchando por la defensa de la tierra comunal. Pocas veces se ha mencionado que, pese a compartir el panteón de los héroes nacionales, esta visión choca con la de Juárez que, al contrario, buscó romper las tierras comunales y generar la propiedad privada. De hecho, la frase con que empieza el libro Zapata y la Revolución mexicana, de John Womack Jr., es una verdadera revelación. Dice así: “Este es un libro acerca de unos campesinos que no querían cambiar y que, por lo mismo, hicieron una revolución”.

Zapata fue su líder y ante el nacimiento del movimiento armado, se lanzaron a la revuelta con la esperanza de conservar sus tierras ante los terratenientes porfiristas que las querían. Los zapatistas pronto se adhirieron al Plan de San Luis, pero al mirar que Francisco I. Madero sólo buscaba la democratización del país, y poco le importaba la tierra, siguieron su lucha y se le enfrentaron, como hicieron después con Victoriano Huerta y con Venustiano Carranza, hasta que el gobierno de este último lo traicionó y fue asesinado en Chinameca.

Los diarios anunciaron su muerte como un triunfo: había muerto el “Atila del Sur”. Como pocos personajes ajenos al poder del Estado, Zapata fue encarnizadamente caricaturizado. La revista Multicolor, una de las más importantes publicaciones de humor gráfico en nuestra historia, fue una piedra en el zapato para el gobierno maderista y para Zapata. Las caricaturas de Ernesto García Cabral, “el Chango”, son unas joyas desde el punto de vista estético y unos dardos desde el punto de vista político. Existe una docena de obras que Cabral dedicó al caudillo del sur que son de un gran trazo, que lo muestran siempre cargado de armas, cartucheras y cadáveres. Con la caricatura podemos dar continuidad tanto a su proceso de rebeldía, como al de la institucionalización.

No tenía un año de comenzar la revolución cuando la “opinión pública” tenía una idea clara de lo que era Emiliano Zapata. Publicaciones como El Mero petateroSucesos IlustradosEl Ahuizote, entre otras, lo mostraban con una característica en común: un bandolero que asolaba los pueblos. Mirar una imagen de ese momento, ante la santificación posterior de Zapata, tal vez resulta incomprensible. No lo es cuando se sabe que la prensa de entonces lo criticó con saña. En estos años, los medios de comunicación fueron usados para instigar a sus lectores para avivar la nostalgia del porfirismo. En una sociedad cuyo analfabetismo alcanzaba un porcentaje enorme y por tanto, casi analfabeta, el humor fue utilizado para la contrarrevolución.

En la prensa se dio una campaña anti-maderista, que tocaba con frecuencia a Zapata; las publicaciones humorísticas se multiplicaron. En mi Diccionario biográfico Ilustrado de la caricatura en México (Limusa, 1998), muestro que entre 1911-13 hubo quince publicaciones y al año siguiente, siete más: ¡Ahí va!El AhuizoteDon QuijoteEl Mero petateroJuan PanaderoMulticolorEl Padre EternoEl Padre PadillaEl PericoRigolettoYpirangaLa Porra y Ojo Parado. Es un fenómeno único, pues nunca han existido tantas publicaciones de humor en ningún periodo histórico (hoy sólo existe una revista de humor acrítica y con tendencia gubernamental).

Empero, es Multicolor la que destacará, pues durante tres años se mantendrá en la palestra y contará en sus filas con grandes caricaturistas como Ernesto García Cabral, Santiago R. De la Vega, Clemente Islas Allende y Atenedoro Pérez y Soto, entre otros.

García Cabral es quien realizará caricaturas donde retrata a Zapata como un juguetito para distraer a Madero, que se muestra como bebé en brazos de León de la Barra ante los nubarrones que se aproximan (el general Bernardo Reyes), mientras el Plan de San Luis yace descuartizado en el suelo. “No te duermas, Panchito, que viene el coco”.
“La nana”. Revista Multicolor. 10 de agosto de 1911


Un año después, a Zapata ya se le mira siempre con espadas, pistolas, calaveras y siempre se le relaciona con la muerte, con el crimen. Se da hasta la parodia de los versos de Don Juan Tenorio que retrata el momento y la imagen del zapatismo en noviembre de 1911: “y en todas partes dejé memoria amarga de mí”. Esta obra, e incluso estas frases, se vuelven rutinarias en muchas caricaturas, de hecho, Posada también las utilizará). En otro, aparece una pulquería con nombre La Piedad, donde Zapata le comenta a Madero “pacificando, D. Panchito”, mientras se miran cuerpos mutilados.

Otro autor, José Clemente Orozco, más conocido como un gran muralista, retrata a Zapata y a Gustavo A. Madero como dos personajes que entorpecen la revolución. Orozco es único como caricaturista y sus trazos son desgarradores y de una belleza estética, a pesar de la fealdad, que lo muestra como un vanguardista. Hizo una corta carrera como caricaturista, que suspendió para dedicarse al muralismo. Habría de reconvertirse para ser uno de los artífices de la mitificación de Zapata al retratarlo ya como el héroe inmaculado que hoy conocemos.
José Clemente Orozco, “Tal para cual”, El Ahuizote, 18 de noviembre de 1911.
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La obra de José Guadalupe Posada es una muestra de cómo el monstruo se convierte en héroe gracias al trazo genial de un autor. En la Monografía publicada en 1930 aparece una cincografía basada en la fotografía de Zapata de pie, tomando sus rifle, portando cartucheras y que a la postre se convertiría en una suerte de icono del morelense (Diego lo pinta en un nicho dentro de los murales de la SEP). Ese año de mitificaciones, Diego Rivera coloca a Posada como precursor de Flores Magón, Zapata y Santanón.

Hay otras cincografías más en un tono mitificador. Sin embargo, existen muchas otras caricaturas realizadas por Posada donde Zapata está muy lejos de esa imagen idílica. No sabemos si Rivera no las conoció o las omitió para no interrumpir el mito que se comenzaba a gestar. Posada realiza media docena de caricaturas donde se ensaña con el Caudillo del sur. En una lo dibuja montado en el rostro del presidente Madero, se le sube a las narices; en otra, terrible, se le mira con Madero y con Pino Suárez en un texto que dice: “¡Trinidad sombría!… álzanse los muertos como ebrios de susto, de sangre y de vino”. Finalmente, el fiero rostro de Zapata asoma entre una veintena de personajes que recoge el periódico Gil Blas, en las calaveras de 1911, una imagen acompañada de una parodia con los versos de Don Juan Tenorio.

“Don Juan Tenorio”. El ChangoCabral. Revista Multicolor, 2 de noviembre de 1911.

Las imágenes de Posada muestran, igual que las de García Cabral y José Clemente Orozco y muchos grandes artistas más, un rostro sanguinario de un bandolero que estaba muy lejos del héroe que hoy se venera. Estas caricaturas críticas conjugan un medio centenar. Son cartones olvidados, suprimidos ante la oficialidad, ajenos a la visión contemporánea que se puede mirar en la estación del metro Zapata, donde el héroe morelense aparece inmaculado, con trazos excepcionales de artistas como David Carrillo o Rogelio Naranjo, entre una veintena más. Una imagen que, como decía al principio, sorprendería a uno de sus contemporáneos que viajara en el tiempo cien años después.

Leer la historia a través de la caricatura muestra como el héroe se convierte en villano, y viceversa, como el caso de Emiliano Zapata. Ello nos enseña cómo los personajes, al final de cuentas, son seres humanos cuya glorificación, por cierto, sale sobrando.


FOTO: José Guadalupe Posada, “Los fantasmas de la noche nacional”, Gil Blas, 3 de noviembre de 1911. / Archivo Agustín Sánchez González


Cartón del mes: La patria siempre en peligro

  Nuestra pobre patria, siempre en peligro. El gobierno mexicano, ponga la fecha que quiera y el color que elija, simpre acosando, violando,...