Historias de José Guadalupe Posada, notas de prensa, crónica literaria y periodística
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sábado, 31 de enero de 2015
viernes, 30 de enero de 2015
Posada para los niños españoles
Uno de los atractivos que tuvo la exposición
Posada: fantasías, calaveras y vida cotidiana, que se presentó en la sala de exposiciones de la embajada de México en España, fue la inclusión de talleres y vistas guiadas para los niños, además de la impresión de un juego de la Oca en un tamaño gigante para que los niños españoles visitantes jugaran de la misma manera que lo hacían los niños mexicanos (y españoles pues es un juego popular en la península)
Estas son algunas imágenes que dan fe de ese trabajo del que me siento muy orgulloso pues Posada es cada vez más universal.
Que bueno fue recibir el apoyo de instituciones como el Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM, en España y del Instituto de México en España, entre otras más.
Posada: fantasías, calaveras y vida cotidiana, que se presentó en la sala de exposiciones de la embajada de México en España, fue la inclusión de talleres y vistas guiadas para los niños, además de la impresión de un juego de la Oca en un tamaño gigante para que los niños españoles visitantes jugaran de la misma manera que lo hacían los niños mexicanos (y españoles pues es un juego popular en la península)
Estas son algunas imágenes que dan fe de ese trabajo del que me siento muy orgulloso pues Posada es cada vez más universal.
Que bueno fue recibir el apoyo de instituciones como el Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM, en España y del Instituto de México en España, entre otras más.
jueves, 29 de enero de 2015
Sigue la exposición de Posada en Madrid, hasta el 6 de febrero
Instituto Quevedo del Humor
le invitan a la exposición
POSADA
Fantasías, calaveras y vida cotidiana
Instituto de México
Carrera de San Jerónimo, 46,
exposición abierta hasta al 6 de febrero de 2015
horario: de 10:00 a 14:00 horas, y de 16:00 a 20:00 de lunes a viernes
La muestra se encuentra dividida en once núcleos temáticos: los primeros años del artista; sus ilustraciones de cuentos infantiles, los juegos que ilustraba, las fantasías y los horrores; las imágenes religiosas, las tragedias, lo chusco y cómico, la vida cotidiana, los personajes, las fiestas y, finalmente, sus famosas calaveras.
La exposición se completará con diversos talleres de estampación y grabado dirigidos al público infantil.
En palabras del comisario de la exposición, Agustín Sánchez González, quien durante más de quince años ha realizado una profunda investigación alrededor de Posada, “se pretende destacar que la fama e inmortalidad de este artista
radica en que su obra estaba presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana, que fue el gran ilustrador de lo mexicano y que su obra sentó las bases del arte mexicano contemporáneo”.
José Guadalupe Posada (Aguascalientes, 1852 - Ciudad de México, 1913) fue
un cronista excepcional de la historia cotidiana de México entre finales del siglo XIX y principios del XX. Por medio de sus dibujos y viñetas, el autor, admirado profundamente por el muralista Diego Rivera (“Tan grande como Goya, fue un creador de una riqueza inagotable. Ninguno lo imitará, ninguno lo definirá. Su obra es la obra de arte por excelencia”), captó la marginalidad, la tragedia, la risa, la fe o la muerte, para transmitir una imagen de la cultura mexicana que aún hoy está presente en los artistas de las generaciones más recientes.
De familia muy humilde, José Guadalupe Posada tuvo, desde muy pequeño,
una clara afición por el dibujo. Su hermano Cirilo lo animó a apuntarse, siendo todavía un niño, a la Academia Municipal de Artes y Oficios de Aguascalientes. Con quince años ya era considerado un artista, y enseguida comenzó a colaborar en la revista El Jicote. Con 19 años creó la primera de sus famosas calaveras, y tras mudarse a León (México), diversificó su producción: trabajó en publicidad diseñando etiquetas de puros, cigarros o cerillas, y también realizó estampas religiosas.
Posteriormente, se trasladó a la ciudad de México, ya como un artista de prestigio,
conocido como ilustrador de periódicos y revistas, y allí comenzó a trabajar con el impresor comercial Antonio Vanegas Arroyo, casa impresora que hoy en día conserva el mayor número de sus trabajos, y en cuyo taller Posada elaboró miles de ilustraciones sobre los acontecimientos y sucesos del México de la época: catástrofes, milagros, crímenes, escándalos… Y si bien Posada no fue un retratista político en sentido estricto, hizo caricaturas en torno a acontecimientos políticos de su tiempo, a favor y en contra de Porfirio Díaz, a favor y en contra de la Revolución. |
Felicidades a HERAS
El maestro Enrique Heras llega a sus primeros 73 y se merece un gran aplauso por su brillante obra durante más de medio siglo de andar haciendo monos.
Estas son las páginas dedicadas a Heras en mi libro Tesoros del Registro Civil, una investigación que recogió las actas registradas en el Registro Civil tanto de nacimiento, matrimonio y defunción, según fuera el caso.
Con su acta de nacimiento queda claro el día que nació.
Es un pequeño homenaje a este maestro de la caricatura.
lunes, 26 de enero de 2015
Posada en el Panteón de Dolores

A Posada no le toca nada, no obstante que su luz brilla mucho más que algunos de ellos que están ahí por una cuestión política o de momento y no por su contribución a nuestro país.
Faltan muchos grandes personajes en la Rotonda, pero hay otro, además de Posada, cuya ausencia pesa una eternidad: Sor Juana Inés de la Cruz.
El Panteón Civil de Dolores se encuentra al poniente de la ciudad, pegado al Bosque de Chapultepec y cuenta con un grupo de personalidades preocupadas por la historia y conservación del mismo. Les transcribo un boletín que enviaron:
Amigos Protectores
del Panteón civil Dolores, A.C., se constituyó como Sociedad civil
no lucrativa, para llevar a cabo acciones para proteger, conservar y
poner en valor el Panteón de Dolores; difundir sus valores históricos tanto
materiales como inmateriales; promover su Declaratoria como Monumento Histórico y Patrimonial; que
se declare Museo de Sitio; la restauración tanto de sus monumentos funerarios
más relevantes, como de sus elementos urbanos; impulsar que se efectúen recorridos
culturales dentro del mismo; organizar Congresos, Seminarios, Cursos, Talleres,
Coloquios, Foros y toda clase de eventos culturales. Y, entre otras cosas,
colaborar con las autoridades federales, estatales y municipales en actividades
tendientes a la protección y difusión del patrimonio arquitectónico, histórico
y cultural de la ciudad de México y en especial del Panteón.
El año pasado
donamos un atril con el objetivo de dar a conocer los valores del Panteón, de
sus monumentos y de sus personajes, por medio de cédulas informativas, que
estamos cambiando periódicamente.
En esta ocasión
colocaremos la cédula referente al ilustre grabador José Guadalupe Posada,
debido a que el 20 de enero cumplió 102 años de haber fallecido y sus restos se
encuentran perdidos en este Panteón.
Tendremos el honor
de que Agustín Sánchez González, investigador del INBA, autor de innumerables
libros y textos sobre Posada, así como curador de importantes exposiciones del grabador,
realice una breve semblanza.
Este miércoles estaré con ellos, hablando de Posada y de su portentosa vida. Los espero, a las 10 de la mañana
domingo, 25 de enero de 2015
Las placas de la casa de Posada en la calle de Moneda
viernes, 23 de enero de 2015
Políticos maromeros (2a. parte)
Los buenos caricaturistas, los que no se adhieren ciegamente a una causa, son más terribles con sus afines.Bueno, no sólo los buenos caricaturistas, creo que todos los humanos debiéramos ser más críticos con lo que creemos. Ser autocomplacientes nos permitió, por ejemplo, apoyar las causas de dictaduras como la de Fidel Castro que, en aras del socialismo, aplaudimos ciegamente esa tragedia.
Vuelvo a los caricaturistas, personajes liberales y juaristas como Santiago Hernández fueron capaces de crear las caricaturas más terribles y críticas con Benito Juárez, por ejemplo. Es en ese sentido que menciono la complacencia de caricaturistas que son incapaces de tocar a personajes con los que simpatizan.
La caricatura debe poner el dedo en la llaga y mostrar la mentira de la realidad y si hay un grupo que se distingue por su falsedad y proclividad a la mentira, es el político tradicional.
Los caricaturistas, desde siempre, han mostrado esa falsedad, a esos maromeros que nos hacen creer que se preocupan por nosotros, cosa más falsa pues es sabido que en cuanto obtienen el hueso, como perros, van a enterrarlo para gozarlos de una manera egoísta.
Por eso los han dibujado siempre como maromeros, hombres que echan maroma y siempre caen de pie.
Conocemos muchas historias y sabemos lo miserable de sus historias. Una de ellas, la más terrible ruin, en un país donde millones pasan hambre, es la corrupción. Peor aun, cuando algunos políticos quieren dar lecciones de moral, como el señor Carlos Imaz, prototipo de luchador estudiantil, convertido en un corrupto y decadente político, por cierto que no es el único de la generación del CEU pues hay otros, más listos que Imaz, que no enseñan públicamente el cobre.
Por cierto, Imaz fue delegado en Tlalpan y hoy su dulce esposa es candidata del PRI-eta (o MORENA) para ocupar ese mismo puesto y Carlitos se prepara para convertirse en el primer hombre de esa delegación, frotándose las manitas calientes.
Ya en 1845, Hesiquio Iriarte publicó en El gallo Pitagórico, una caricatura que muestra la historia de estos desvergonzados.
Vuelvo a los caricaturistas, personajes liberales y juaristas como Santiago Hernández fueron capaces de crear las caricaturas más terribles y críticas con Benito Juárez, por ejemplo. Es en ese sentido que menciono la complacencia de caricaturistas que son incapaces de tocar a personajes con los que simpatizan.
La caricatura debe poner el dedo en la llaga y mostrar la mentira de la realidad y si hay un grupo que se distingue por su falsedad y proclividad a la mentira, es el político tradicional.
Los caricaturistas, desde siempre, han mostrado esa falsedad, a esos maromeros que nos hacen creer que se preocupan por nosotros, cosa más falsa pues es sabido que en cuanto obtienen el hueso, como perros, van a enterrarlo para gozarlos de una manera egoísta.
Por eso los han dibujado siempre como maromeros, hombres que echan maroma y siempre caen de pie.
Conocemos muchas historias y sabemos lo miserable de sus historias. Una de ellas, la más terrible ruin, en un país donde millones pasan hambre, es la corrupción. Peor aun, cuando algunos políticos quieren dar lecciones de moral, como el señor Carlos Imaz, prototipo de luchador estudiantil, convertido en un corrupto y decadente político, por cierto que no es el único de la generación del CEU pues hay otros, más listos que Imaz, que no enseñan públicamente el cobre.
Por cierto, Imaz fue delegado en Tlalpan y hoy su dulce esposa es candidata del PRI-eta (o MORENA) para ocupar ese mismo puesto y Carlitos se prepara para convertirse en el primer hombre de esa delegación, frotándose las manitas calientes.
Ya en 1845, Hesiquio Iriarte publicó en El gallo Pitagórico, una caricatura que muestra la historia de estos desvergonzados.
La ciudad de don Lupe Posada
LA CIUDAD DE DON LUPE POSADA. MÁS ALLÁ DE LA CATRINA
REPARTO: Coordina: Agustín Sánchez.
Recorreremos la casa donde vivió y murió Posada; las imprentas y periódicos en que trabajó; los encuentros con personas como Ireneo Paz y Heriberto Frías, que corresponde a una visión sobre su vida.
Lecturas recomendadas: José Guadalupe Posada. Un artista en Blanco y negro (CNCA, 2010) y Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, Madrid, Turpin Edit, 2014 de Agustín Sánchez González.
Se sugiere asistir con equipaje ligero, así como con ropa y zapatos cómodos.
CATEGORÍA: Paseos culturales, Literatura
PÚBLICO: Adolescentes y adultos
HORARIOS Y PRECIOS: 25 de enero de 2015
Día domingo , 10:00 - 11:30 hrs.
$20 Por persona.
INFORMES: (55) 8647 5280 / sshernandez@inba.gob.mx
PÚBLICO: Adolescentes y adultos
HORARIOS Y PRECIOS: 25 de enero de 2015
Día domingo , 10:00 - 11:30 hrs.
$20 Por persona.
INFORMES: (55) 8647 5280 / sshernandez@inba.gob.mx
Políticos maromeros
Una de las grandes tragedias nacionales, la tenemos en nuestra sociedad mexicana que hemos recibido, con bastante resignación, a políticos maromeros, saltimbanquis, buenos para nada que han sabido ser fieles hasta la ignómina, pero sólo a ellos mismos, jamás al pueblo a quien dicen representar.
La caricatura, como siempre, ha retratado a estos nefastos personajes que parecen ser una maldición para nosotros.
Los políticos como los gatos: siempre caen de pie, no importa cual sea su apuesta. Desde siempre han existido aquellos que juegan al mejor postor.
En el sigo XIX, uno de los más famosos, fue Dario Balandrano, un politiquero con una larga carrera en el servicio público. Nació en
Tamaulipas y desde muy joven se unió a los liberales. En 1861 fue diputado por
primera vez por su natal estado. Y en esa legislatura, fue uno de los diputados
que pidieron la renuncia de Juárez por considerar que podía ser el germen de
una dictadura. No obstante, aceptó el nombramiento de Juárez,
en 1869 para ser redactor en Jefe del Diario Oficial de la Federación.
La caricatura, como siempre, ha retratado a estos nefastos personajes que parecen ser una maldición para nosotros.
Los políticos como los gatos: siempre caen de pie, no importa cual sea su apuesta. Desde siempre han existido aquellos que juegan al mejor postor.
Después, los liberales se dividieron en
diversos ramales y se fundaron y fundieron diversos grupos. Balandrano, pasó
sin remordimiento alguno, de uno a otro bando. Muerto Juárez, se volvió partidario de
Sebastían Lerdo de Tejada quien se había opuesto a Juárez en la última reelección. Así, en 1874, atacó a Porfirio Díaz y a Vicente Riva Palacio quienes
pretendían la presidencia. Pero ello no fue obstáculo para que después fuera
porfirista.
Santiago Hernández, cuyo seudónimo era Gaitán,
lo retrata como veleta en la cúpula del Senado, su caso de Mercurio alado
muestra la velocidad con que se mueve o con lo que lo mueve el viento
(político)
Cuántos maromeros tenemos en este siglo XXI.
La lista es casi tan grande como el antaño directorio telefónico.
El más famoso es Porfirio Muñoz Ledo, que ha transitado del PRI, al PRD, estuvo cerca de Fox en el PAN, luego volvió al PRD, después PT, MC y ahora en la PRI eta (a) MORENA.
La lista es casi tan grande como el antaño directorio telefónico.
El más famoso es Porfirio Muñoz Ledo, que ha transitado del PRI, al PRD, estuvo cerca de Fox en el PAN, luego volvió al PRD, después PT, MC y ahora en la PRI eta (a) MORENA.
Otros con menos maromas pero más nefasto, sin duda, es Ricardo Monreal, un furibundo priista hasta que el PRI no le dio la candidatura a la gubernatura de Zacatecas; entonces se fue al PRD, después al PT y ahora es un salvador de la Patria en la PRI eta (a) MORENA.
Pobre México, como dicen los borrachos en su oración a dios que puse como epígrafe en mi libro de chistes:
Si con el PRI te ofendo
cada sexenio me sales debiendo
martes, 20 de enero de 2015
103 años de la muerte de Posada
Este 20 de enero se cumplen 103 años de la muerte de Posada. En mi libro La portentosa vida de José Guadalupe Posada, publicado por Ediciones de don Lupe, con el título La portentosa vida de José Guadalupe Posada) Reconstruí las últimas horas de vida de Posada:
SE MUERE DON LUPE
Toda la noche ha vomitado sin parar.

La oscura habitación tiene un olor nauseabundo pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas.
A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil.
Don Lupe se acaba.
Lleva muchas semanas metiéndole al trago. Su rostro está más que demacrado y la deshidratación por la cagalera es más que obvia.
Hay colillas de cigarro forjado tiradas por doquier.
Danzan calaveras a su alrededor, los sueños se convierten en pesadilla.
Parece una película que se regresa al principio para repasar toda su vida, un viaje a la semilla. En quince días cumpliría 61 años, veintidós mil doscientos días.
Alrededor del petate donde se retuerce de dolor zapatean monstruos fantásticos, bocas con labios rojos que enseñan unos agresivos dientes listos para devorarlo, cuerpos con formas demoníacas, diablos, brujas, gritos lastimeros de la llorona, naguales, fantasmas.
El jolgorio empezó el día de su santo, el día de la Virgencita, el 12 de diciembre, cuando la ciudad, el país, el vecindario conmemoró la aparición del indio Juan Diego; siguieron las nueve jornadas de los santos peregrinos, continuó en la Noche Buena, la Navidad y celebró el fin del año 1912. Nacía uno nuevo, justo cuando la vida, su vida, se le apagaba.
Todo le duele, pero es el alma la que le hace insoportable la existencia. La ruda hierba, la ruda vida.
Cientos de cuartos componen la enorme vecindad ubicada a las orillas de la ciudad de México: es el barrio de Tepito, en la calle de la Paz. Son trescientos miserables cuartuchos, con más de mil almas que andan en la pena y en la pepena.
Cada uno de esos cuchitriles apenas mide tres por tres metros. Los excusados son colectivos, conformados por una larga fila sin puerta y un olor repugnante; afuera una pileta de agua que a veces, con un cubo, se usa para el excusado. Y de los tendederos, que parecen telarañas, cuelgan modestas ropas.
El otrora hombre regordete, ahora de cuerpo flácido y demacrado, parece mirar bailar las calaveras que dibujó hace muchos años, a los diablitos sonrientes, complacidos por su travesura, felices porque recibirán muy pronto a un huésped de lujo, su retratista favorito: don Lupe.
Una vecina le llevó una cazuelita con caldo de gallina y lo encontró llorando, lamentando no poder cerrar los ojos de su Juan Sabino, en ese treceavo aniversario de su muerte.
“¡Don Lupe se muere!”, es el clamor en los lavaderos esa mañana fría de domingo.
Él rememora los últimos días de su vida en el barrio de Tepito, a donde llegó cuando la ciudad lo fue expulsando, primero de Santa Teresa, luego de Santa Inés, más tarde del Cuadrante de Santa Catarina, para llegar a la calle del Carmen y terminar en este sitio donde viven hombres y mujeres que sobreviven en situaciones precarias.
Don Lupe sueña, como todos los días de su vida, pero hoy esos sueños se han tornado en pesadilla, como muchas otras noches más, como casi todas sus últimas noches, como todos sus últimos años.
SE MUERE DON LUPE
Toda la noche ha vomitado sin parar.

La oscura habitación tiene un olor nauseabundo pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas.
A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil.
Don Lupe se acaba.
Lleva muchas semanas metiéndole al trago. Su rostro está más que demacrado y la deshidratación por la cagalera es más que obvia.
Hay colillas de cigarro forjado tiradas por doquier.
Danzan calaveras a su alrededor, los sueños se convierten en pesadilla.
Parece una película que se regresa al principio para repasar toda su vida, un viaje a la semilla. En quince días cumpliría 61 años, veintidós mil doscientos días.
Alrededor del petate donde se retuerce de dolor zapatean monstruos fantásticos, bocas con labios rojos que enseñan unos agresivos dientes listos para devorarlo, cuerpos con formas demoníacas, diablos, brujas, gritos lastimeros de la llorona, naguales, fantasmas.
El jolgorio empezó el día de su santo, el día de la Virgencita, el 12 de diciembre, cuando la ciudad, el país, el vecindario conmemoró la aparición del indio Juan Diego; siguieron las nueve jornadas de los santos peregrinos, continuó en la Noche Buena, la Navidad y celebró el fin del año 1912. Nacía uno nuevo, justo cuando la vida, su vida, se le apagaba.
Todo le duele, pero es el alma la que le hace insoportable la existencia. La ruda hierba, la ruda vida.
Cientos de cuartos componen la enorme vecindad ubicada a las orillas de la ciudad de México: es el barrio de Tepito, en la calle de la Paz. Son trescientos miserables cuartuchos, con más de mil almas que andan en la pena y en la pepena.
Cada uno de esos cuchitriles apenas mide tres por tres metros. Los excusados son colectivos, conformados por una larga fila sin puerta y un olor repugnante; afuera una pileta de agua que a veces, con un cubo, se usa para el excusado. Y de los tendederos, que parecen telarañas, cuelgan modestas ropas.
El otrora hombre regordete, ahora de cuerpo flácido y demacrado, parece mirar bailar las calaveras que dibujó hace muchos años, a los diablitos sonrientes, complacidos por su travesura, felices porque recibirán muy pronto a un huésped de lujo, su retratista favorito: don Lupe.
Una vecina le llevó una cazuelita con caldo de gallina y lo encontró llorando, lamentando no poder cerrar los ojos de su Juan Sabino, en ese treceavo aniversario de su muerte.
“¡Don Lupe se muere!”, es el clamor en los lavaderos esa mañana fría de domingo.
Él rememora los últimos días de su vida en el barrio de Tepito, a donde llegó cuando la ciudad lo fue expulsando, primero de Santa Teresa, luego de Santa Inés, más tarde del Cuadrante de Santa Catarina, para llegar a la calle del Carmen y terminar en este sitio donde viven hombres y mujeres que sobreviven en situaciones precarias.
Don Lupe sueña, como todos los días de su vida, pero hoy esos sueños se han tornado en pesadilla, como muchas otras noches más, como casi todas sus últimas noches, como todos sus últimos años.
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