jueves, 3 de septiembre de 2020

De marcas registradas y nichos en la vida


Sucede que el presidente innombrable, que se supone gobierna este país, ha registrado su nombre y sus siglas, al igual que su innombrable esposa. "El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI)… les entregó los títulos de propiedad por 10 años", según El Universal. 

No sé si con eso quiere impedir que se pronuncie su nombre siquiera o sólo busca que no se comercialice o, quizá, no se le insulte como él lo hace cotidianamente. 
Caso curioso.
Esta historia me hizo recordar una anécdota, que recojo en mi libro Los mejores chiste sobre presidentes 
 Mi madre... en un nicho 
Pudo ser en cualquier pueblito, de cualquier estado de la república. 
Eran tiempos de elecciones y la campaña se encontraba al rojo vivo. 
 El candidato a diputado por el chorrocientos distrito electoral, es un ex presidente municipal del pueblo. 
Sobre el quiosco de la Plaza Principal, llama a sus correligionarios a votar por él. 
- Porque la Revolución Mexicana es como nuestra madre, y la Constitución como nuestro padre..., dice el prohombre.

Varios de los ciudadanos, disgustados por la anterior gestión del candidato, comienzan a interrumpirlo con mentadas de madre. Primero muy discretamente y luego no tanto. 

 El candidato, cansado de que su santa madre esté en boca de los iracundos ciudadanos, señala:

 - Los políticos tenemos dos madres. Una, nuestra amada cabecita blanca, que se encuentra en un nicho, en un altar, para ser adorada por sus hijos; y otra, para que pelafustanes inconscientes, como los que aquí intentan ofenderme con sus majaderías, la mencionen.

La respuesta no se hace esperar: 
               - Pues chinga a la del nicho.

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