sábado, 1 de septiembre de 2018

Poemas de 1968. Elegía de Tlatelolco




Elegía de Tlatelolco
Carlos Montemayor

Todo quedó en esta plaza
nuestro amor en las piedras otra noche derrumbada
el silencio vela como ataúd madre y hombre
entre las botas y escupitajos de las escoltas
y la vida se ensucia
escondida en los edificios
con el afanoso mendrugo
que nos queda del amigo que no alcanzó a huir.
Todo quedó en esta plaza:
la piedra inmemorial del sacrificio
sacerdotes que olvidaron la pureza
y ciegamente buscan nuestro corazón:
sacrificado sin astucia
espontáneo y atraído por el placer antiguo de la tierra florida
ahora conoció el engaño y la pureza
germinará en la sangre la flor de la desconfianza.
Todo quedó en esta plaza
tantas piedras lastimando el aire
tanta piedra que oyó el múltiple estertor
de muchachos y quedó en su raíz
la amargura y la dulzura de este silencio
(la luz precipitada en el cielo me descubre
y el afecto del día llega al dolor a través de la mirada
imposible olvidar
imposible quedarse muerto)


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