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El blog de Jaime Clara. |
Acabo de concluir un diálogo en fb, de esos diálogos absurdos, con gente que cree tener la verdad absoluta, tan frecuente en este mundo y que siempre me recuerda el proverbio de Antonio Machado: ¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".
Creer, por ejemplo que sólo los ingenieros que ponen un negocio valen la pena en el mundo y que "los demás que nos dedicamos a otras cosas, sólo somos parásitos que vivimos del desarrollo y progreso que los ingenieros generan".
Pues me trajo a la memoria, también, el viejo poema de Bertolt Bretch, antes de que acabe el día mundial de la poesía que, por cierto, debiera conmemorarse a diario (a pesar de su carácter parasitario):
Preguntas de un obrero que lee.
¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros se mencionan los nombres de los reyes.
¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?
Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿Quién la construyó otras tantas?
¿En que casas de Lima, la resplandeciente de oro, vivían los albañiles?
¿Adónde fueron sus constructores la noche que terminaron la Muralla China?
Roma la magna está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los construyó?
¿A quienes vencieron los Césares?
Bizancio, tan loada,
¿Acaso sólo tenía palacios para sus habitantes?
Hasta en la legendaria Atlántica, la noche que fue devorada
por el mar,
los que se ahogaban clamaban llamando a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él sólo?
César venció a los galos;
¿no lo acompañaba siquiera un cocinero?
Felipe de España lloró cuando se hundió su flota,
¿Nadie más lloraría?
Federico Segundo venció en la Guerra de Siete Años,
¿Quién más venció?
Cada página una victoria
¿Quién guisó el banquete del triunfo?
Cada década un gran personaje.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.
1 comentario:
¿Quiénes fueron? Cualquiera. Y en inglés tienen una excelente palabra para describirlos... "expendibles".
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