Me encanta perderme por las calles de los lugares que
visito, ya sean grandes ciudades o pequeñas poblaciones; me encamino hacia
donde me late el corazón.
Más de una vez he tenido que andar muchas horas para
encontrar algo o para saber cómo regresar.
En ciudades como Madrid, con calles circulares, he
descubierto innumerables sitios que no existen ni en las guías, por eso los
paseos con autobuses o con "guías" de turismo me causan
escozor.
Mirar las ciudades, para mí, tiene que ser a pie, hasta cansarse, hasta que la
mirada se pose en algo, en alguien, en alguna cosa, y luego como premio,
encontrar una tabernita donde tomar una cerveza, un vinito, o toparse con una
fonda, una pastelería (como en Lisboa donde los pastelitos de Belem son un
orgasmo)
La delicia de la caminata, en Lisboa, tuvo un momento
mágico.
Buscábamos la terminal del tranvía 28, el más famoso de la
ciudad, el que transita por una pequeña calle, de subida, una experiencia
única, cuando vimos una bella fachada de iglesia y entramos... columnas en
ruinas, desgajadas, cuadros ahumados, un sitio impactante y sombrío: el dolor,
la angustia, la tristeza, todo se juntó en mi alma e hizo que mi corazón
quedara estrujado.
De pronto mis ojos se nublaron, creo que de nuevo sucede, mientras escribo, por
la sensación del momento.
A la salida aparecía la nota del periódico acerca de la quemazón
habida en agosto de 1959 y que dejó al edificio en esas condiciones.
Sin embargo, investigando más, me entero de que en ese
sitio han ocurrido otras desgracias, por lo que le llaman, la iglesia de las
tres tragedias.
Un par de ellas las leí en
http://travellingdijuca.com/2012/12/15/la-igreja-de-sao-domingos-y-la-masacre-de-lisboa-de-1506/
La primera habla de una masacre a judíos conversos en
1506. Resulta que tras su expulsión de España, llegaron miles de ellos a
Portugal y ese momento coincidió con varias desgracias, lo que llevó a creer
que era su culpa y hubo una matanza de judíos azuzados por los dominicos del
lugar. (Después se instaló ahí la Santa Inquisición con el consecuente dolor y
persecución a los que no pensaban como los católicos.
La segunda, ocurrió el "1 de noviembre de 1775 un terremoto y posteriormente un
tsunami que afectó a la zona de Baixa, destrozó el convento de Santo Domingo
del que formaba parte la iglesia dejando en pie solamente la capilla. Ese
terremoto es de los más fuertes que habido en toda la historia y obligó a
reconstruir toda esa zona lo que se aprovechó para crear avenidas y plazas más
anchas que hay hoy en día. Y en el caso de la iglesia reconstruida según el
estilo barroco de la época en vez del gótico que le corresponde por ser su
primera construcción del siglo XIII".
La tercera se refiere a la quemazón del 13 de agosto de
1959 cuando se destruyó el interior gravemente.
Total, entrar a esa iglesia estruja el corazón.
Tal parece que, en efecto, ese lugar recibió el castigo divino por la mala fe
ocurrida.
Aun lo recuerdo y me llena de pesadumbre; de cualquier manera, hay que ver el
testimonio directo de una tragedia, de un lugar que queda ahí, como muestra de la maldad humana y de los estragos naturales.
Un par de ellas las leí en http://travellingdijuca.com/2012/12/15/la-igreja-de-sao-domingos-y-la-masacre-de-lisboa-de-1506/
La tercera se refiere a la quemazón del 13 de agosto de 1959 cuando se destruyó el interior gravemente.
Total, entrar a esa iglesia estruja el corazón.
Tal parece que, en efecto, ese lugar recibió el castigo divino por la mala fe ocurrida.
Aun lo recuerdo y me llena de pesadumbre; de cualquier manera, hay que ver el testimonio directo de una tragedia, de un lugar que queda ahí, como muestra de la maldad humana y de los estragos naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario