Autoretrato del genial caricaturista |
En 1958, El Diario de la tarde, donde trabajaba
Ricardo Salazar Berber, lo mandó a la policía, es decir, a esa sección del
periódico. Ante ello, Salazar propuso hacer cartón deportivo y el editor aceptó.
Por
aquella época a pocos moneros se le había ocurrido eso, así que el joven
Ricardo comenzó a dibujar con ironía y un humor muy especial.
Muy pronto llegaron al diario decenas
de cartas y felicitaciones por su trabajo, sobre todo cuando se le ocurrió
publicar semanalmente una tira de 16 columnas, dos planas, para relatar lo que
sucedió esa semana. El éxito fue único.
Salazar
se convirtió en un fenómeno. Muy pronto sus monos aparecieron en banderines,
escudos, ceniceros, gorras, carteles y playeras.
Y
como los grandes artistas, su nombre se borró (y sus regalías también), se
convirtió en un clásico popular, apreciado y anónimo.
Sus
dibujos, estaban en las casas de los coequiperos, en los cuadernos de los niños
o en las mochilas, pues algunos vivos hasta calcomanías hicieron.
Cuando
realizó las imágenes de cada uno de los equipos de fútbol, su obra ya estaba
circulando por todas las calles y por todos los rincones: había revolucionado
la iconografía deportiva, en un país que vive de y para el fútbol.
La página del Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura en México, de Agustín Sánchez González |
Salazar Berber ha realizado una importante labor desde hace
cuatro décadas; es el creador de las mascotas de todos los equipos de fútbol y
tiene una larga carrera como monero.
Fue director del periódico Al Tiro, de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y colaboró, también, en publicaciones como El Diario de la Tarde, El Heraldo de México, La Afición y El Universal, así como en las revistas Hoy, y Sucesos para todos.
Por desgracia, la caricatura de Salazar Berber, michoacano nacido en Zamora, en 1932, se encuentra relegada. Hace unos años busqué que el gobierno de su estado natal le rindiera un merecido homenaje, pero el esfuerzo fue inútil. Pocas autoridades están dispuestos a homenajear a sus grandes artistas.
Por desgracia, la caricatura de Salazar Berber, michoacano nacido en Zamora, en 1932, se encuentra relegada. Hace unos años busqué que el gobierno de su estado natal le rindiera un merecido homenaje, pero el esfuerzo fue inútil. Pocas autoridades están dispuestos a homenajear a sus grandes artistas.
2 comentarios:
Hasta que el pueblo las canta las coplas, coplas no son......decía Machado, y así en todo el país personajes que enaltecieron la comunicación en México son perfectos desconocidos en sus lugares de origen.......valoramos nimiedades y absurdos, enaltecemos y glorificamos al ladrón, al asesino, al bandido......algún día llegara el reconocimiento en Michoacan para Berber...PENA AJENA...
Lamentablemente así es. Gracias por su lectura
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