(Notimex).- De la calle de Moneda hasta el barrio de Tepito,
las casas donde vivió,
así como los talleres e imprentas donde elaboró sus
dibujos, es el recorrido que ofreció el investigador Agustín Sánchez, quien
habló sobre aspectos desconocidos del grabador
mexicano José Guadalupe
Posada.
Como parte del ciclo Paseos Literarios, que organiza el Instituto
Nacional de Bellas Artes
(
INBA), el especialista dará a
sus acompañantes el resultado de sus últimas investigaciones
acerca de este gran
grabador, cuya obra es muy recurrida durante la conmemoración
del Día de Muertos
en México.
En ese recorrido se visitaron imprentas y periódicos en los que
trabajó Posada, y donde tuvo encuentros con personajes como Ireneo Paz y
Heriberto Frías.
También se estuvo en algunas de las casas que habitó, por lo
que la salida será frente a la
cantina “El nivel”, localizada en la calle de
Moneda, esquina norte con Palacio Nacional.
Más que hablar sobre los grabados
de este dibujante, el investigador dio a conocer algunos
aspectos de su vida
poco conocidos o incluso desconocidos, que con los años se han
convertido en
toda una serie de mitos.
Esto, explicó el investigador, es parte de un
trabajo que he hecho en los últimos años
acerca de su vida. Entonces veremos las
imprentas, talleres y periódicos donde laboró,
por ejemplo, los periódicos de
Ireneo Paz, el abuelo de Octavio Paz, Nobel de Literatura
1990, así como el
vínculo que tuvo con Heriberto Frías.
Desde el punto de vista literario, el
recorrido que se realizó permitirá, dijo, descubrir esta
faceta de Posada como
cronista, ya que no sólo fue un cronista visual: fue un cronista de
lo cotidiano
y de la parte periodística, que es su vínculo con los periódicos, con las
revistas,
con la nota roja.
Incluso, agregó, iremos a una librería, Casa
Mauchí, que va a publicar en México la
primera historia para niños que escribe
Heriberto Frías. Es decir, en ese ámbito hay
una serie de elementos vinculados a
la crónica literaria, a la crónica periodística.
Sin proponérselo, Guadalupe
Posadas hizo un retrato fidedigno de la sociedad de
aquella época, en la que se
dio un cambio de siglo y un cambio cultural, lo que lo
convirtió en uno de los
iconos del nacionalismo cultural y nos legó, también, uno
de los símbolos
mexicanos, que es la clavera “Catrina”.
A ese respecto, Agustín Sánchez
manifestó que Posada es un invento, de alguna manera,
de dos personajes:
Leopoldo Méndez, el grabador, y Diego Rivera el muralista.
Sigue Se realizó
el paseo /dos/muralista. . “Es decir, Posada nunca creyó que era un gran
artista, que era un gran personaje. Y Diego Rivera lo inventa, como inventó a
Frida Kahlo.
Lo mismo Leopoldo Méndez, que inventó a un Posada que no tiene nada
que ver con
el Posada de la realidad”, expuso.
Es decir, explicó, inventó un
político radical, con una concepción política muy avanzada.
Y las
investigaciones recientes demuestran que no fue así: era un hombre que tan sólo
trabajaba
Él iba haciendo los trabajos que le encargaban. No tiene nada que ver
con esta imagen radical
que nos han vendido durante muchos años, una imagen
antiporfirista, radical.
Por otro lado, una parte que es muy importante
mencionar es cómo a pesar de que nos
legó la “Catrina”, siguió, es interesante
ver cómo esta invención de Posada tiene que ver
con una falsa idea de la propia
invención de Diego.
Porque la “Catrina” no es “La Catrina”: su nombre real es
la “Calavera Garbancera”. Los
garbanceros o las garbanceras eran los indígenas
que querían ser como los españoles, mas
no como indígenas.
Lo que pasa,
agregó, es que Diego cuando, se hizo el primer libro de Guadalupe Posada,
se le
ocurrió nombrar a esta ya clásica figura del esqueleto vestido de mujer de la
alta
sociedad de aquella época como “La Catrina”.
Y luego, cuando la dibuja
en el mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda
Central”, lo hace,
incluso, con vestimenta. El grabado original es sólo la cabeza.
Posada,
indicó el investigador, no estaba consiente, del trabajo que estaba realizando,
estaba muy lejano a la academia y a todo el ámbito cultural.
El conocimiento
que tenemos de Posada es paupérrimo, y se da a partir de los inventos
que han
ido mitificando todo un personaje. Y de hecho, yo creo que esa es una de las
gracias de este paseo: tratar de desmitificarlo un poco, en el sentido de su
propia
grandeza.
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