Una luna maravillosa de José Guadalupe Posada, que hoy se cumplen 106 años de que se fue de este mundo |
Es hermosa la luna.
Tantas historias.
Mi hija Magaly tendría dos años cuando le pidió a su madre le regalara la luna.
Yo me tumbaba al lado de las vías del tren que pasaba diariamente por mi casa a mirar la luna y las estrellas con una claridad que aun hoy recuerdo.
Desde Santa Cruz Atoyac, en el mero centro de la Ciudad de México, geográficamente hablando, mi mujer y yo estuvimos embelesado con esa mágica imagen.
La luna me mueve a la poesía.
Tres de mis poemas favoritos
EFRAÍN HUERTA
La luna tiene su casa
Pero no la tiene
la niña negra
la niña negra de Alabama
La niña negra sonríe
y su sonrisa
brilla como si fuera
la cuchara de plata
de los pobres
La luna tiene su casa
Pero la niña negra no tiene casa
la niña negra
la niña negra de Alabama<
JAIME SABINES
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
FEDERICO GARCÍA LORCA
a Conchita García Lorca
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.
Escuchen la versión de Ana Belén