miércoles, 13 de diciembre de 2017

Helioflores. Artista universal

Hoy miércoles 13 de diciembre, en el Museo del Estanquillo, se rinde un  homenaje al más grande caricaturista mexicano vivo: Helioflores. Este es mi texto de hoy, en El Universal


http://www.eluniversal.com.mx/columna/agustin-sanchez-gonzalez/cultura/helioflores-artista-universal

lunes, 11 de diciembre de 2017

‘La portentosa vida de José Guadalupe Posada’




‘La portentosa vida de José Guadalupe Posada’





‘La portentosa vida de José Guadalupe Posada’

La Gualdra 320 / Libros
“Toda la noche ha vomitado sin parar. La oscura habitación tiene un olor nauseabundo y asqueroso pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas. A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil. Don Lupe se acaba”.
Así comienza La portentosa vida de José Guadalupe Posada escrito por Agustín Sánchez González. El libro narra en siete capítulos la historia del creador de una de las obras de arte más conocidas a nivel internacional y uno de los símbolos de identidad nacional más poderosos en México: la calavera “Catrina” o, su nombre original y no tan conocido, “Garbancera”.
Posada, nos cuenta Sánchez González, “durante cuarenta y dos años estuvo en la palestra. Participó como grabador, caricaturista, ilustrador de decenas de publicaciones y libros, imprimió miles de grabados, trabajó en cuando menos tres estados de la república mexicana y sin embargo [mientras estuvo vivo] nadie dijo nada sobre él o su obra”. Murió enfermo, solo, sumido en la pobreza y sus restos terminaron en la fosa común del Panteón de Dolores.
La biografía, que comienza con la muerte del grabador, nos lleva a lo largo de más de doscientas páginas y estampas a Aguascalientes, León y la Ciudad de México. Nos presenta entre muchos otros personajes a Ireneo Paz –sí, el abuelo de Octavio Paz–, editor de diversos impresos y uno de los grandes escritores liberales del siglo XIX, para quien Posada realizó un sinfín de trabajos; aparecen también otros editores de la época que emplearon habitualmente sus servicios como Francisco Montes de Oca, Antonio Vanegas Arroyo y Heriberto Frías.
Leemos y nos transportamos al México de finales del siglo XIX y principios del XX, una época en la que la imagen se anteponía a la palabra y la escritura; aproximadamente 80% de la población era analfabeta y Posada supo representar y comunicar a través de la estampa, publicada en hojas volantes y prensa impresa principalmente, los acontecimientos de la vida diaria así como las creencias y los miedos más profundos de los mexicanos. Nadie escribió en esa época sobre Posada, pero su obra circulaba “por todas las calles de la ciudad, en las iglesias, en las mesas para el juego, en las cartas de amor, en la vida de todos los mexicanos”.
La portentosa vida de José Guadalupe Posada incluye decenas de ilustraciones del propio Posada que no sólo complementan la narración pues muestran el ingenio, la riqueza y diversidad de su universo creativo, sus afamadas calaveras realmente son un porcentaje muy pequeño de su producción; incluye también las dos únicas fotografías que, hasta la fecha, se conocen de él.
Sánchez González afirma en su libro que Posada fue un “cronista excepcional que pintó la comedia humana, la tragicomedia mexicana de un siglo que terminaba y otro que nacía. Posada captó todas esas historias de la vida cotidiana: el silencio, la marginalidad, la tragedia, el dolor, la risa, la sorna, la carcajada, el miedo, el regocijo, el pecado, la magnificencia, la fe, la miseria, el llanto, el placer, la vida, la muerte, el blanco, lo negro, el pecado, el amor, lo mexicano”. Además recupera y cita algunas palabras de Jean Charlot, Luis Cardoza y Aragón, Hugo Hiriart, Thomas Gretton y Juan José Arreola, quien alguna vez escribió: “El arte de Posada consiste en que siempre se le pasa la mano, es el gran artista de la estética del disloque, las figuras están casi siempre dislocadas, sean calaveras o no, como los siete pecados contra un hombre solo”.
La publicación de este libro en formato electrónico pretende contribuir a la promoción internacional de la vida y obra de este humilde artesano. Hasta la fecha, no hay certeza de la cantidad de obras que produjo; algunos investigadores afirman que fueron miles pues a lo largo de más de cuatro décadas elaboró cientos de grabados y litografías para empresas comerciales y editoriales.
Agustín Sánchez González es autor de más de 30 libros. Se formó como historiador en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y ha optado por contar historias fuera de la academia. Ha escrito sobre la alegría por la vida, en una obra dedicada a Cri Cri; el uso y abuso del poder de personajes claves en la historia mexicana, como Fidel Velázquez o Álvaro Obregón o una forma diferente de interpretar la realidad, a través de artistas como Gabriel Vargas. Sus libros son un encuentro con la vida cotidiana y un ameno retrato de nuestro acontecer. Se especializa en la vida en México, el humor y la caricatura. Algunos de sus libros más recientes son: Los humoristas gráficos y el exilio en México100 años de caricatura de El UniversalCrímenes y horrores en el México del siglo XIX.
La portentosa vida de José Guadalupe Posada, de la editorial txto, puede ser adquirido en tiendas en línea como Amazon, iTunes, Kobo, Barnes & Noble, Gandhi y Porrúa, entre otras.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Crimen en Jueves Santo: mataron al casado sin novia


Esta es la portada de uno de los cuadernillos de la Biblioteca del Niño Mexicano, publicado en barcelona, en 1901, por Maucci Hermanos.

Fue escrito por Heriberto Frías y el dibujo lo hizo José Guadalupe Posada, representando el asesinato del diputado Juan de Dios Cañedo, un Jueves Santo de 1842.





Crimen en Jueves Santo

Mataron al Casado sin novia



Era la noche del Jueves Santo de 1850, cuando fue asesinado, de 31 puñaladas  un viejo diputado, mientras realizaba sus oraciones en el Hotel La Gran Sociedad
   Su nombre: Juan de Dios Cañedo, de profesión abogado y nacido en la ciudad de Guadalajara,  el 18 de enero de 1786. Era un hombre prototipo de los políticos de la época: diputado en las Cortes Españolas, en 1813; más tarde, en 1824, fue partidario de Iturbide; después, exaltado republicano federalista, ocupando el puesto de ministro de Relaciones en el gobierno de Guadalupe Victoria; en el de Anastasio Bustamante ocupó el ministerio de Gobernación; fue representante de México en varios países.
  Desde su juventud, se distinguió por su elocuencia y agresividad en la tribuna; había escrito varios libros: en 1808 publicó su Compendio de Historia de Roma; cinco años más tarde, la traducción delCompendio histórico de derecho romano desde Rómulo hasta nuestros días, entre otras obras.
  Cañedo era famoso por haber recibido un poder de parte de Antonio López de Santa-Anna para contraer matrimonio, en su nombre, con la señorita Dolores Tosta, por lo que comenzaron a llamarle El Casado sin Novia, y Guillermo Prieto le apodó El Amante Prestado, título de una comedia que por entonces se presentaba en el Teatro Nacional.
  Vivía solo en un cuarto del Hotel de La Gran Sociedad, ubicado en la esquina de las calles del Espíritu Santo y el Refugio, considerado como el primer alojamiento que llevó el nombre de hotel. En la parte baja, funcionaban un café y un concurrido restaurante, en los altos estaban las habitaciones para los huéspedes.
    La noche que habría de morir, soplaban fuertes vientos huracanados y un gran frío, lo que provocó que decidiera no acudir a las ceremonias religiosas de Jueves Santo; desde su balcón  estuvo observando la fervorosa participación de la ciudad entera en la ceremonia religiosa de ese día.

     Las calles de la capital se encontraban vacías y en silencio; las puertas de los comercios permanecían cerradas, debido a la fecha. En las iglesias, en cambio, la gente se reunía fervorosamente y abarrotaba Catedral, La Profesa o San Francisco.
      Esa noche, José María Avilés penetró en la habitación del diputado, quien se hallaba sentado en un sofá, siendo sorprendido por el criminal, a quien lanzó una escupidera,  al tiempo que se levantaba de su asiento. Avilés le ordenó callar, pero Cañedo, por el contrario, lanzó gritos de auxilio, por lo que recibió una bofetada; el golpe no lo intimidó, por lo que el intruso sacó de sus ropas un puñal. Recibió 31 puñaladas.
     Ante el derrumbe del viejo, tomó el reloj que el legislador llevaba en la bolsa, una capa, un paletó, una corbata y algunas camisas y salió presuroso, mezclándose entre la concurrencia que realizaba la visita de las Siete Casas.
      La alfombra quedó empapada de sangre y las paredes se encontraban llenas de mil salpicaduras. A las diez y cuarto de la noche, regresó el sirviente José Guadalupe Coria; al entrar a la sala y mirar el cadáver cubierto de sangre, lanzó un grito aterrador y salió corriendo en busca de los guardias que pronto llegaron, en compañía del propio alcalde del cuartel, dada la personalidad e importancia política de la víctima.
      La gente que salía de las iglesias empezó a congregarse en los alrededores del hotel, tras enterarse del horrible suceso, mientras el cuerpo del diputado era trasladado al Hospital de San Hipólito, donde se practicó la autopsia.
      Lasespeculaciones en torno al atentado, no se hicieron esperar. El Siglo XIX señaló: "No puede caber duda que su intención fue quitarle completamente la vida, pues no contentándose con las primeras puñaladas, a pesar de que éstas hubieran bastado al efecto, le continuó dando otras nuevas, aún ya caído en el suelo... Esto a su vez parece indicar que ese malvado, aunque de corazón duro y cruelísimo, no es asesino de profesión... Hay grandes probabilidades de que el crimen fue cometido para robar, o bien alhajas y otros efectos de valor, o bien papeles interesantes, o bien todo a la vez".
  El Monitor Republicano dijo estar "persuadido de que el asesino del señor Cañedo no fue ni ha podido ser obra de ningún partido. El bárbaro homicida no era ningún asesino propiamente dicho; es decir, no fue un ejecutor pagado, sino el mismo interesado en el crimen el que lo perpetró... el mismo que tenía interés en su muerte"....


La historia completa en Crímenes y horrores en la Ciudad de México en el siglo XIX, ediciones B.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Políticos chaqueteros. El cartón del mes


Este diciembre, dentro de la excelente revista Relatos e historias en México, aparece el cartón del mes con una caricatura de uno de nuestros males: los políticos chaqueteros. Esas lacras que tenemos y que cambian de partido más fácil que cambiarse de calzones.
Estos oportunistas que en cuanto no los ponen donde quieran o no los dejan hacer lo que les viene en gana, son capaces hasta de formar su propio partido.

Una caricatura de un monero poco conocido: Mariano Martínez y que la puede ver en su revista mensual.

lunes, 4 de diciembre de 2017

El chalequero, asesino serial del siglo XIX

Una de las obras maestras de José Guadalupe Posada es el dibujo que ilustraba la hoja volante que contaba la historia de este feroz criminal que durante varios años voló y degolló mujeres en la ribera del Río del Consulado, por donde ahora es el circuito interior.

El multiasesino era descrito como "guapo, elegante, galán y pendenciero", vestía con "pantalón de casimir gris, chaqueta negra, sombrero ancho y zapatos negros. Gozaba de una colección de pantalones estrechísimos y por supuesto de chalecos, con agujetas y chaquetas charras, con vivos de cuero".

En 1888 la lista de mujeres asesinadas por este criminal se acrecentó y sólo así se intensificó su busca y posterior castigo.

La historia completa la puede leer en Crímenes y horrores en el siglo XIXI, publicado por ediciones B.



domingo, 3 de diciembre de 2017

La muerte de Fray Servando, hace 190 años

Uno de los temas más tristes de nuestra historia, que tiene que ver con la corrupción, fue el encuentro, en Bruselas, de la exhibición del cuerpo momificado de Fray Servando Teresa de Mier.

El revolucionario independentista falleció el 3 de diciembre de 1827 y a sus funerales acudió una multitud a despedirlo.
Quince años después abrió la capilla donde había sido enterrado, en la Iglesia de Santo Domingo, y sus restos estaban momificados. Durante varios  años se mantuvieron en exhibición hasta que desaparecieron misteriosamente y, años después, aparecieron en Bélgica. 
La historia completa la pueden leer en mi libro Crímenes y horrores en el México del Siglo XIX, publicado por ediciones B.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Libros chatarra




En junio de 1995, probablemente, publiqué una crítica a los libros chatarra, en la sección cultural del periódico El Financiero, que dirigía Víctor Roura, uno de los grandes periodista culturales de nuestro país. 
Fue una pequeña sección llamada Esto es México.














ESTO ES MÉXICO
                                         Pazos por liebre
AGUSTÍN Sánchez González

La invención del artista es práctica cotidiana del espectáculo propagado por el canal de las barras y las estrellas (y del desagüe).
Las estrellitas televisivas, son como pompas de jabón que duran apenas un suspiro.
A raíz de que nuestro país se convirtiera en una estrella más del mundo de la nota roja, también han comenzado a propagarse, como hongos tras la lluvia, los investigadores del texto instantáneo, tan falso como el café ídem. Autores que cumplen una función semejante. La moda del libro rápido se ha impuesto ya en nuestro país.
"Sensacional, cuando salió en la madrugada, a medio día, ya noticia confirmada, y en la tarde, materia olvidada". La canción de Héctor Lavoe: Periódico de ayer.
Libros sobre la guerrilla en Chiapas, el asesinato del Cardenal Posadas, Luis Donaldo Colosio o Ruiz Massieu, se han propagado por decenas.
La cosa es bien sencilla. Se toman los periódicos y revistas del momento y comienza un trabajo de tijeras y engrudo o, de acuerdo con la preposmodernidad, de pritt con cutter. "¿Y para qué leer un periódico de ayer?"
Una breve revisión de los libros publicados en los dos últimos años, muestran más de veinte títulos, muchos reeditados y otros grandes fracasos, con temas "de actualidad", que todo el mundo conoce: Chiapas, Colosio, Ruiz Massieu, el gabinete y los cien días del doctor, etcétera, etcétera.
Cualquier chisme grueso de la política mexicana es un buen pretexto para publicar un libro y ganar buenos centavos.
Pero como las estrellitas de televisión, duran lo que un kleenex y se sostienen tanto como cuando uno lanza al aire un pañuelo de estos.
Y sin embargo, son textos que se venden por millares, lo cual no deja de ser un fenómeno interesante que muestra la avidez de la gente por saber qué es lo que sucedió. Por ello, viene la frustración. Estos libros, por lo general, no suelen decir más cosas de lo que ya se ha publicado en los diarios. A veces, inclusive, los reportajes, --como los de José Reveles, Jaime Avilés o Ignacio Rodríguez Reyna-- dicen muchas cosas más que las publicaciones escritas desde la comodidad del hogar, el estudio acondicionado o con la ayuda de la secretaria.
"Un periódico de ayer que nadie procura ya leer. Fue titular que alcanzó página entera. Por eso ya, te conocen donde quiera".
Son libros que dan gato por liebre. Mientras Jaime Avilés anduvo en la selva día y noche, Luis Pazos publicó, a menos de un mes después que comenzara la guerrilla chiapaneca, un libro bastante tendencioso y poco serio.
Pero ya no es novedad que nos den Pazos por liebre. Hace días, este señor, mostró una tramposa encuesta, al más puro estilo nacional, como aquella que preguntaba: ¿qué prefiere: los charros cantores o los charros actores?
Son libros engañosos, endebles, poco serios. La historia light que recuerda que la confusión es lo mejor para que nadie entienda.
Publicaciones que se caen de las manos de inmediato, cuya vigencia es tan corta como un comercial de la tele.
Esto es México, con artistas chatarra, propios de una sociedad que vive del engaño y la manipulación: la gente que quiere saber y se le engaña con frases de venta de fraccionamiento: "Por el bienestar de tu familia".
La industria light.
Los libros para olvidar, más que para recordar.
Por eso Héctor Lavoe tiene razón cuando canta: "Tu nombre ha sido un recorte que guardé y en el álbum del olvido lo dejé".

Por eso, en unos años, nadie los recordará.  

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...