lunes, 4 de septiembre de 2017

Primer Concurso Nacional de Caricatura: Las políticas ambientales en México

Desde hace casi dos siglos, la caricatura mexicana ha expresado con humor, ironía y trazo estético, el malestar y el cuestionamiento a las diferentes expresiones del poder. Las desigualdades que han existido o las políticas que las han provocado han tenido una respuesta inmediata a través, primero, de pasquines anónimos y después, con dibujos satíricos, costumbristas y políticos en donde los humoristas gráficos hacen manifiesta su crítica. La caricatura, sin lugar a dudas, ha contribuido a la crítica de diversos procesos, muchas veces autoritarios, así como a las contradictorias políticas impulsadas por el poder.
Grandes artistas como Constantino Escalante,  Santiago Hernández o José María Villasana, en el siglo XIX, pasando por José Guadalupe Posada en el tránsito al siglo XX, o Ernesto García Cabral, Andrés Audiffred o Abel Quezada, en ese mismo siglo, hasta llegar a los grandes personajes contemporáneos como Naranjo, Helioflores o Rius han sido fundamentales para la democratización de este país, demostrando que la caricatura tiene un valor político de cambio y transformación. Sin embargo, los temas ambientales tardarían en aparecer en el ámbito de la caricatura mexicana, tal vez sólo la generación de este último grupo ha cuestionado las políticas ambientales de un país cuyos recursos naturales se van concentrando en pocas manos.
En este siglo XXI, los periódicos y revistas políticos también se han transformado, van pasando del papel a la pantalla o nacen directamente en el mundo virtual. Cada vez más son los portales digitales y las redes sociales las fuentes de información más consultadas, pero ¿en dónde está la caricatura? ¿Hay lugar en el ciberespacio para la caricatura política?
Si ahora como nunca antes la preocupación por el medio ambiente, el cambio climático, los bienes comunes es compartida por muchas mujeres y hombres ¿en dónde está la caricatura que la expresa? ¿En dónde publican las y los caricaturistas ambientalistas?
En la Fundación Heinrich Böll - México creemos que el cambio en el modelo de producción, consumo y estilos de vida de manera que se respete a las personas, a la naturaleza y a las generaciones futuras es inaplazable… y también divertido. Por esa razón convocamos al

 

Primer Concurso Nacional de Caricatura

 

Las políticas ambientales en México


Bases

1.       Podrán participar caricaturistas nacidxs en México (o residentes en el país por un mínimo de diez años)
2.      Cada autor(a) podrá enviar hasta tres obras, firmadas con seudónimo, con cédula de identificación que especifique título, técnica y medidas.
3.      Deberán enviar dos archivos:
3.1.            Uno con la (o las) obra (s) en formato TIFF, en tamaño de 30 x 40 cms. (3543 x 4724 pixeles) y una resolución de 300 dpi.
3.2.           Otro con sus datos personales (Nombre real y seudónimo, domicilio, correo electrónico y teléfonos donde localizarle)
3.3.           Una carta donde señale que la obra es de su autoría y declara que no es copia ni modificación total o parcial de ninguna obra perteneciente a tercerxs, así como la aceptación de la bases del concurso.
3.4.           En caso de controversia por la autoría de la obra, esta será descalificada.
4.      La recepción de obras será del 1 de septiembre al 30 de noviembre de 2017.
5.      Las obras y datos personales deberán ser enviados a la siguiente dirección electrónica: concursocaricatura2017@gmail.com
6.      El jurado estará integrado por personalidades de reconocido prestigio en la materia y su fallo será inapelable.
7.      Los resultados serán entregados el miércoles 28 de febrero de 2018, dentro de la inauguración de la muestra que se realizará en el Museo de la Caricatura de la Ciudad de México, con la selección de obra realizada por el jurado.
8.     La persona ganadora del concurso tendrá como Premio un Viaje a la Ciudad de Berlín, Alemania, que incluye, además del diploma:
8.1.            Vuelo Mx-Berlín-Mx, en clase turista.
8.2.           Hospedaje, alimentación y transportación dentro de la ciudad, durante diez días.
8.3.           Inclusión de su obra en la portada del libro-catálogo que será publicado.
8.4.           En caso de que la persona ganadora no pueda realizar el viaje, el jurado hará una nueva propuesta.
9.      El Jurado elegirá el número de obras que considere tengan la calidad para publicar un libro-catálogo de este certamen.
10.  Las obras seleccionadas participarán en una exposición en el Museo de la Caricatura de la Ciudad de México y en algunos otros recintos que las soliciten.
11.   Todas las personas participantes aceptan ceder sus derechos de autor tanto para la exposición como para la publicación del libro, que se realizará sin fines de lucro.
12.  Cada participante cuya obra sea seleccionada recibirá dos ejemplares del libro, que deberá recoger en el Museo de la Caricatura (o en la sede de la Fundación) a partir de la fecha de la inauguración.
13.  Si algún(a) concursante no desea participar en el libro ni en la exposición deberá declararlo explícitamente por escrito.
14.  Cualquier situación no prevista en la presente convocatoria será resuelta a criterio de la Fundación y el jurado calificador.
15.   La participación en este Primer concurso implica la aceptación de las presentes bases.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Crímenes y horrores en librerías

Ya está más que confirmado, mi nuevo título se encuentra ya en librerías:

Crímenes y horrores en el México del siglo XIX.
No se lo pierdan, lo edita Ediciones B.
Para que vean que no hay nada nuevo bajo el sol mexicano_(hasta una Bejarano aparece)
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Crímenes y horrores en el México del siglo XIX
Agustín Sánchez González

    
Ediciones B
No Ficción
Agosto 2017
Código: 80390583 
Sensacionales y terribles noticias

Asesinatos legendarios, salteadores de caminos, abusos de poder, ultrajes, plagios, magnicidios, asesinos seriales, espectáculos dantescos dignos del circo romano, infanticidios, parricidios, mujeres que matan a sus maridos, esposos celosos que martirizan a sus mujeres, violadores, funcionarios corruptos, cárceles plagadas de chinches, plagas que arrasan con la población, manifestaciones populares reprimidas, prostitución y tráfico de drogas, hombres que «paren perros», gatos que se convierten en demonios y toda clase de noticias curiosas y sensacionalistas que pintan de una pieza al México del siglo XIX, retrato grotesco de una sociedad que quizá no ha cambiado tanto en más de dos siglos de vida independiente. 
Agustín Sánchez González (Ciudad de México, 1956) es historiador por la UNAM. Desde hace más de tres décadas se dedica a la divulgación de temas poco explorados, donde humor, nota roja, política, comedia y tragicomedia han dado como resultado más de treinta libros sobre las venturas y desventuras de este país, recorriendo un largo camino por los sótanos de la cultura mexicana para tratar de desentrañarla, como en La banda del automóvil gris

miércoles, 23 de agosto de 2017

Machado, en Soria

Antonio Machado es parte fundamental de la educación poética que nos legó Serrat a toda una generación.


 Mi amigo Luis Navarro, madrileño, amante de México, anda por Soria y me regaló estas fotografías que le pedí permiso compartirlas acá.


 Este es el Olmo seco, el enorme poema de Machado que Serrat musicalizó.

Se los comparto con mucho gusto

martes, 22 de agosto de 2017

Nuevo libro, viejos horrores




Ya están en mi casita los nuevos ejemplares y van que vuelan a las librerías. En unos días más en todas las librerías del país

Crímenes y horrores en el México del siglo XIX
Agustín Sánchez González

    
Ediciones B
No Ficción
Agosto 2017
Código: 80390583 
Sensacionales y terribles noticias

Asesinatos legendarios, salteadores de caminos, abusos de poder, ultrajes, plagios, magnicidios, asesinos seriales, espectáculos dantescos dignos del circo romano, infanticidios, parricidios, mujeres que matan a sus maridos, esposos celosos que martirizan a sus mujeres, violadores, funcionarios corruptos, cárceles plagadas de chinches, plagas que arrasan con la población, manifestaciones populares reprimidas, prostitución y tráfico de drogas, hombres que «paren perros», gatos que se convierten en demonios y toda clase de noticias curiosas y sensacionalistas que pintan de una pieza al México del siglo XIX, retrato grotesco de una sociedad que quizá no ha cambiado tanto en más de dos siglos de vida independiente. 
Agustín Sánchez González (Ciudad de México, 1956) es historiador por la UNAM. Desde hace más de tres décadas se dedica a la divulgación de temas poco explorados, donde humor, nota roja, política, comedia y tragicomedia han dado como resultado más de treinta libros sobre las venturas y desventuras de este país, recorriendo un largo camino por los sótanos de la cultura mexicana para tratar de desentrañarla, como en La banda del automóvil gris

lunes, 21 de agosto de 2017

Llegaron las clases




Otra de las crónicas de hace años, que publicaba en la sección cultural de El Universal. Es de 1991.




Llegaron, al fin, las clases

Como cada año, al empezar septiembre, no faltó el niño que se agarraba de la falda de su madre, que quería escapar, que se levantó de mal humor. 
La mamá o el papá carga las primeras ojeras; comienza la cuenta regresiva, los puentes en el año, las vacaciones de diciembre, las de Semana Santa y, por fin, el ansiado fin del ciclo escolar que se inicia.
La ciudad recobró, como en sus peores días, el tráfico enloquecedor. Los embotellamientos de las ocho de la mañana. Las papelerías hacen su agosto, en septiembre. Las "ofertas" de mochilas, cuadernos, lápices y plumas están presentes. El pan de caja, las tortas, el jamón y los alimentos chatarra van a subir sus ventas pues es inevitable la torta para el recreo. Los vendedores de fritangas y chatarra se frotaron las manos pues, a la salida, ofrecen sus productos a los infantes que, para bienestar de ellos, regresaron. Los maestros dejaron su chamba de tiempo completo en la venta de fayuca o abandonaron al taxi al volver a las aulas, algunos; otros ya no regresarán, para qué, si lo que ganan apenas alcanza para mal vivir, a pesar de los anunciados aumentos salariales que para bendita cosa han servido. Toda nuestra ciudad ha cambiado, su intranquila fisonomía se ha intranquilizado más. La vida se mueve a un ritmo más rápido. Las televisiones quitaron, por fortuna su programación especial. En los edificios donde viven los niños de quinto piso, o en las vecindades de quinto patio, sonó el despertador muy temprano y se nota un gran movimiento hasta antes de las ocho; después de esa hora, se da una envidiable tranquilidad, misma que se extrañaba en estos largos meses de vacaciones escolares. Los niños de quinto piso, y algunos de quinto patio, van con uniformes nuevos. Todavía esta semana no darán grasa a sus zapatos, ni lavarán sus tenis. Se-mana de estrenos y olores a nuevo, días de conocer a los nuevos compañeros. Hay nerviosismo en algunos rostros, tristeza en otros, y felicidad en muchos que ya extrañaban sus "cuadernos de doble raya", que ya no soportaban el soporífero espacio donde viven y donde está prohibido jugar. Empezaron las clases. Las escuelas vuelven a tener vida; la algarabía y el griterío volvieron a escucharse en los edificios escolares. La calma volvió a casa, cuando menos por medio día. 

domingo, 20 de agosto de 2017

Cantando bajo la lluvia

Otra crónica de hace años, de la columna Cronista de Guardia, en el lejano 1991.


Cantando bajo la lluvia
Por Agustín Sánchez González

La miseria genera formas extraodinarias de comportamiento, así como respuestas totalmente impredecibles. Es común encontrar a tipos que se la pasan todo el día sentados en la escalera, pongamos del Metro, con una niña o niño en brazos, generalmente dormido y él, con rostro compungido, enseña una receta médica y pide dinero para él o la niña. “¿Qué tiene?”. “Está muy grave joven, me dijo uno de ellos, si no le compro estas medicinas, dice el doctor que se me muere".
¡Vaya desfachatez! la receta tenía fecha de dos meses atrás.
Otros, por lo regular invidentes, tratan de ganarse la vida instalando fritangas, ya tacos o tortas, en lugares aledaños al Metro convirtiéndose en los mejores promotores del cólera.
Los más pobres, supongo, o con menos contactos, se dedican al "bel canto" en los vagones del Metro. Algunos con toda formalidad, es decir, acompañados con instrumentos (guitarra, acordeón, violín), y otros, los más, de plano prefieren cantar a capela o, algunas veces, acompañan la canción con las notas de su vaso lleno de las monedas que los usuarios del Metro les regalan en las diversas rutas.
También me ha sorprendido la capacidad que se tiene para adaptarse a las necesidades de la transición que vivimos para llegar al primer mundo.
Ahora, hay cantantes que cargan su grabadora, separan sus bocinas, ponen una musi-pista de moda, a Mijares, los Bukis, Juan Luis Guerra, o Luis Miguel, y se lanza a gorgorear la canción con gran éxito.
La posmodernidad, pues y ello le genera buenos centavos, sin ninguna duda. Esto viene a comprobar que somos un pueblo cantador a quienes la crisis le hace los mandados.
Desde niños hasta ancianos se compone el personal que canta en el Metro. Sin embargo, nadie me había conmovido tanto como un señor que cantaba bajo la lluvia, a un costado de la estación Viaducto rumbo a Coruña.
El hombre: "Ojalá que llueva café en el campo", la mano con monedas y agua del aguacero, cantando como si estuviera bajo la regadera y así era, según escuché decir a un vendedor ambulante: "es que el tipo es tan penoso que sólo así canta, cree que está en su casa, en la regadera".
Así, al tipo le va bien en época de aguaceros, cantando bajo la lluvia. 

miércoles, 16 de agosto de 2017

Nuevo libro: crímenes y horrores en el siglo XIX

___En unas dos o tres semanas comienza a circular en librerías mi nuevo título Crímenes y horrores en el México del siglo XIX.
No se lo pierdan, lo edita Ediciones B.
Para que vean que no hay nada nuevo bajo el sol mexicano_(hasta una Bejarano aparece)
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Crímenes y horrores en el México del siglo XIX
Agustín Sánchez González

    
Ediciones B
No Ficción
Agosto 2017
Código: 80390583 
Sensacionales y terribles noticias

Asesinatos legendarios, salteadores de caminos, abusos de poder, ultrajes, plagios, magnicidios, asesinos seriales, espectáculos dantescos dignos del circo romano, infanticidios, parricidios, mujeres que matan a sus maridos, esposos celosos que martirizan a sus mujeres, violadores, funcionarios corruptos, cárceles plagadas de chinches, plagas que arrasan con la población, manifestaciones populares reprimidas, prostitución y tráfico de drogas, hombres que «paren perros», gatos que se convierten en demonios y toda clase de noticias curiosas y sensacionalistas que pintan de una pieza al México del siglo XIX, retrato grotesco de una sociedad que quizá no ha cambiado tanto en más de dos siglos de vida independiente. 
Agustín Sánchez González (Ciudad de México, 1956) es historiador por la UNAM. Desde hace más de tres décadas se dedica a la divulgación de temas poco explorados, donde humor, nota roja, política, comedia y tragicomedia han dado como resultado más de treinta libros sobre las venturas y desventuras de este país, recorriendo un largo camino por los sótanos de la cultura mexicana para tratar de desentrañarla, como en La banda del automóvil gris

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...