martes, 19 de mayo de 2015

El que este libre de burlas que cuente el primer chiste


Somos una sociedad tan hipócrita, tan doble cara. Nos reímos de todo y de todos. Hace tiempo escribí que teníamos el síndrome de Pedro Infante (Al final de la  película ATM, cuando choca la ambulancia, quedan heridos Pedro Infante y Luis Aguilar y éste le pregunta si le duele: Sölo cuando me río contesta el otro. Entonces le contaré más chistes para que le duela más, dice el único héroe a la altura del Sétimo arte)
Hace un rato le demostré a un amigo que decía que él no hacía chistes ni se burlaba de nadie y sin embargo, cuando murió Rockdrigo González aplastado por el terremoto de 85, que era amigo de ambos, nos reímos del chiste que había muerto de un pasón de cemento.
Tengo más de veinte años estudiando el humor mexicano. Trágico, perro, racista, discriminante, homofóbico, terrorífico. Es lo peor de la humanidad, no sólo de los mexicanos.

Heredamos la mala leche mexica y la mala leche hispana-judía-árabe-africana. Quevedo es nuestro maestro inconsciente, aunque en estas polemicas de fb alguien salió a relucir, de una manera igualmente racista: “NOSOTROS LOS INDIGENAS TENEMOS UNA CULTURA DE RESPETO A TODAS LAS PERSONAS Y NO ACEPTAMOS QUE ALGUIEN QUE DEBE DE SALVAGUARDAR PARTE DE NUESTROS DERECHOS NOS TRATE DE ESA MANERA. MEXICO ES GRANDE EN SU INICIO POR LO QUE NUESTROS ANTEPASADOS INDIGENAS HICIMOS. NOSOTROS SOMOS LOS DUEÑOS ORIGINALES DE ESTA TIERRA Y NO ACEPTAMOS QUE SE NOS TRATE DE ESA MANERA.”.
Tengo más de veinte años estudiando el humor mexicano y uedo afirmar que el 90% de los mexicanos hacemos chistes crueles y el otro 9.9% se caga de la risa.

Así que, el que esté libre de burlas, que cuente el primer chiste.

domingo, 17 de mayo de 2015

El Nuevo


 Otro texto del Cronista de Guardia de la sección cultural de El Universal (Junio 18 de 1994)

Para una nueva de ahora


Se despertó temprano. Apenas si durmió un rato. Fue al baño y probó el agua fría. Al principio fue difícil, después el agua recorrió su cuerpo. Estaba nervioso, era su primer día de trabajo. La noche anterior su madre le había puesto la bastilla al pantalón del uniforme nuevo. Lo cargó en su mochila y marchó presuroso rumbo a la Industrial Vallejo. Esperó el autobús un buen rato. Faltaban diez minutos para las siete de la mañana cuando recibió una tarjeta con su nombre que debía checar en el reloj.
            Le asignaron un casillero. Miró que lo veían sus nuevos compañeros. Entró a la planta. Parecía un hermoso escenario teatral, lleno de un gran colorido. Pastillas amarillas, blancas y rojas. Máquinas pintadas de verde pistache. Hombres y mujeres vestidos de diversos colores. Los mecánicos de azul marino, los obreros de blanco, los supervisores de azul cielo, gris los de intendencia. A los pocos minutos el silencio fue cediendo su lugar a un sonido que nunca olvidaría: chacapum, chacapum.             El supervisor le ordenó sentarse en una banca desde donde debía mirar que las etiquetas llevaran correctamente la marca y el sabor de producto.
            Apenas había transcurrido media hora cuando tuvo deseos de orinar. Los olores de mentol y eucalipto le llenaban los pulmones, le descubrían aromas y le irritaban los ojos. La vejiga le reventaba tiempo después. No podía preguntar a nadie pues estaba aislado de todos. Ni siquiera lograba percibir más allá de las decenas de cajas que pasaban ante sus ojos. Una y otra vez miraba la marca, veía el color que pasaba, cada determinado tiempo, de un color, de un sabor a otro, mientras en su cerebro se mezclaba el sonido permanente.
            Chacapum, chacapum, chacapum. El aroma, el viento, los colores, la vejiga, el sueño de ir al baño, el dolor, los ojos llorosos.
El nuevo, con su uniforme limpio, con su timidez, con su nerviosismo cada que el supervisor le echaba un vistazo.
            La espalda comenzó a dolerle. Al principio pensaba que era demasiado sencillo el trabajo. La vista que ya no reconoce las letras, el movimiento incesante, la vejiga, otra vez.
            Al medio día salió a comer. Antes, corrió a orinar al baño y respiró al subir el cierre de su pantalón.
            Vuelve al trabajo. Al encender la máquina se llenó los dedos de grasa. Busca algo con que limpiarse y siente un frío en el asiento. También tiene grasa. Se ha manchado el uniforme nuevo. Se indigna, busca al supervisor y se queja:
-          ¿Y qué? ¿Pensabas que te salvarías del bautizo?
            Cabizbajo vuelve a sentarse, a esperar la hora de salida, a aguantar la vejiga. Es el nuevo.


domingo, 10 de mayo de 2015

Once de mayo

De mi paso por El Universal, en la época que don Paco Taibo coordinaba esa maravillosa y añorada sección cultural. Increíble, es de hace 25 años.






Doña Mariana no sabe por dónde empezar.

Hay platos tirados por doquier. Alguien quemó la alfombra con el cigarro.

Se detiene a mirar la figurita de porcelana que le rompió uno de sus nietos.

Está preocupada por el pleito de Carlos, su hijo mayor, con Raúl, el esposo de su hija. Pero siempre es así. Nunca se han podido ver y cada fiesta familiar en que éstos se encuentran, se convierte en un pleito.

Solita, mira la foto de su desaparecido esposo. Lo extraña. Sabe que de haber vivido podría evitar esas absurdas cotidianas. También sigue preocupada pues le dijeron que su hijo menor se droga. Piensa que debe vigilarlo más de cerca, no dejarlo salir tanto y hacerse obedecer.

Pero ¿cómo? Nunca le hace caso, la insulta, y sus hijos mayores tampoco reparan en ello.

Se siente extraña con tanto plato en el fregadero; hace mucho que no hay tantos, pues ya sólo habitan, en la enorme casa, ella y su Luismi, que casi nunca va a comer, que casi nunca está y que, cuando llega, se encierra en su recámara y le habla sólo para pedirle dinero o pedirle compre los productos que a él le gustan. Es un NINI de sesenta años.

Doña Mariana a veces ni come, ni ganas le da hacer de comer para ella sola.

Por ello el 10 de mayo estaba contenta cocinándoles a sus hijos. Hizo varios platillos, se esmeró y esperó ansiosa los regalos.

Pero después se decepcionó. Primero porque le rompieron la figurita de porcelana que su finado marido le regaló cuando eran novios y, al llamar la atención a su nieto, la hija le armó un escándalo; luego vino el pleito del yerno y del hijo, que casi se agarraron a golpes.
Hoy es once de mayo y no está muy segura si es bueno o malo el día de las madres.
Pero al final de cuentas siempre ha sido así. Cuando vivía el esposo eran los pleitos por los hijos y el tiradero de siempre y los regalos que no sirven de nada o que, más bien, eran para la familia: un refrigerador, una lavadora, una licuadora; un aparato de sonido que nunca pudo escuchar, pues sus hijos lo usaban todo el día, lo mismo sucedió, en 1970, cuando le regalaron un televisor, el que sólo podía ver cuando no había futbol, sobre todo ese año que coincidía con el campeonato mundial.
Se entristece un poco al recordar todo. Y como cada once de mayo se lamenta no haber ido al panteón a dejarle flores a su madre.
Suspira mientras empieza a recoger la recámara y mira el perfume que le regaló su hija para poderlo usar todas las mañanas que ella pasa por su bendición. 

La etiqueta es clara: “Mamá lo merece todo”.


Sonríe entonces.

10 de mayo


Como el 12 de diciembre, la fiesta del 10 de mayo se ha convertido en una fiesta nacional. 

Todo empezó en los años en que el país comenzaba a cerrar el telón de la revolución y emprendía su marcha a la institucionalización.

En 1982, Martha Acevedo publicó un espléndido libro llamado El 10 de mayo, donde va a los orígenes de la historia de esta fecha que fue una respuesta a las campañas realizadas en Yucatán a favor de las mujeres.

Salvador Alvarado, un hombre de izquierda, lector de Flores Magón, gobernaba ese Estado y ahí  promovió una serie de reformas muy avanzadas, como apoyar que se llevara a cabo el "Primer Congreso Feminista en Yucatán, al que asistieron 617 delegadas con una propuesta central: "arraigar en los ciudadanos la convicción de que los estímulos a las mujeres deben constituir el máximo orgullo de todo hombre libre".

Al término el gobierno del Gral. Alvarado, fue sustituido por Felipe Carrillo Puerto, quien implanta la enseñanza del español a los mayas, funda diversas instituciones de educación, promulga la Ley del Divorcio, combate a la Iglesia sectaria, impulsa las Ligas Feministas y se opone a la existencia de espacios denominados "sólo para hombres": cantinas, prostíbulos y palenques.

Sigue Martha Acevedo:
El Congreso Feminista de 1916 había aportado valiosas reflexiones sobre la educación tradicional a las mujeres, y las yucatecas lograron, en 1922, una cierta organización en las Ligas Feministas, estableciendo los "lunes rojos", esto es, grupos de lectura mixtos que arrojaron experiencias ricas sobre la educación racionalista.

La respuesta nacional llegó con el director de Excélsior, del periodista Rafael Alducin, las damas de la Cruz Roja y la Cámara de comercio quienes “promovieron el 10 de mayo como la manifestación del amor filial y el levantamiento de un "monumento de ternura a la que nos dio el ser".  (Que se realizó en la época del presidente católico Manuel Ávila CaMocho)

El miércoles 10 de mayo de 1922, la primera plana de Excélsior la dedicó a exaltar la labor de las madres en los trabajos domésticos, dejando de lado el trabajo remunerado.

Así, este diario capitalino invirtió el papel que el socialismo del sureste propuso a las mujeres. De un papel activo de discusión y participación, a uno que consagraba su pasividad y sus "atributos congénitos".
Dice Martha Acevedo.


Esa es la historia.

(En 1971 hubo una protesta contra el mito de la madre.  Ese fue el volante, con las caricaturas de Magú)

jueves, 7 de mayo de 2015

El último tango en París, o de naranja a Chamoy


La vida Marcelo Ebrard ha sido (o fue) muy afoftunada.
Muy joven cayó en las manos de Manuel Camacho Solís, el número 2 en la nomenclatura salinista y fiel a su amigo Carlos Salinas hasta que éste eligió como candidato a Luis Donaldo Colosio y Camacho cayó en la desgracia política.

Militante distinguido del PRI, fue su secretario general en el D.F (1988 a 1992) y después, durante el gobierno de Salinas fue secretario de Gobierno del, entonces, Departamento del Distrito Federal hasta que tras el berrinche de su jefe Camacho se fue a Relaciones Exteriores.

En 1997 fue diputado por el Partido Verde, maromas de la vida, después con su jefe Camacho fundó el Partido de Centro Democrático del que fue candidato a Jefe de Gobierno y en un debate púbico renunció su candidatura a favor de López Obrador quien le pagó muy cara la abdicación al nombrarlo sucesor, por encima de muchos militantes históricos de la propia izquierda.

Gobernó el Distrito Federal de 2006 a 2012 y a pesar de que el sentir general lo hacía candidato natural a la candidatura de la presidencia cedió su sitio a López y ahí empezó su desgracia.

Crítico de la mafia chuchista del PRD, pensó que era otro dios, tipo Peje.

Un día estalló la crisis de la Línea 12 y comenzó a mostrarse que en lugar de rieles aparecía mierda. No se sabe aun de qué tamaño fue el robo, si se sabe que millones de personas fueron afectadas y que el fraude está ahí, visible, sabemos que hay corrupción en México, pero eso es extremo.

Jugó con dos padrotes, digo dos partidos, para tener impunidad como diputado, pero el Tribunal Electoral lo acaba de batear.
Hoy Reforma publica una excepcional caricatura realizada por Paco Calderón, un espléndido retrato de lo que queda de Marcelo Ebrard.

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martes, 5 de mayo de 2015

Los juegos y el nacionalismo

Creo que las raíces el nacionalismo revolucionario se dieron durante el porfiriato.

Juegos de mesa como este, realizado por Posada acerca de la Batalla del 5 de mayo, es una muestra de ello.








Los significados del 5 de mayo

El 5 de Mayo en la portada de la Biblioteca del Niño Mexicano,
escrita por Heriberto Frías e ilustrada por José Guadalupe Posada
Hace unos momentos alguien me preguntó por qué los gringos celebran con tanta pompa la Batalla del 5 de mayo si a ellos ni les va ni les viene, pero no es así.

Si bien es cierto que la derrota al imperio napoleónico fue un gran éxito de nuestros antepasados y tuvo un significado ideológico importante para crear y asumir la idea de Nación, de nacionalidad, tras haber perdido, tres décadas atrás, más de la mitad del territorio justamente por carecer de esta idea.

Pero también es cierto que a nivel mundial fueron los gringos los grandes triunfadores de esa batalla.
Me explico: la derrota del 5 de mayo generó en el mundo el espíritu de que los franceses no eran invencibles, fenómeno semejante a lo que ocurrió en los sesenta del siglo XX en Vietnam.

La batalla del 5 de mayo no fue el fin de la guerra, eso ocurrió en 1862 y debieron pasar cinco años para que se retiraran de México tras perder más de diez mil hombres.
El juego de mesa dibujado por Posada

Así acabó el sueño de Francia de apoderarse de América y se quedó el espacio abierto para que Estados Unidos lograran lo que a la postre sucedió.

Obvio que no es tan simple, pero eso explica a grandes rasgos porque en Estados Unidos hoy se celebran una derrota a Francia.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...