viernes, 17 de abril de 2015

Posada, Hiriart, la plaza: la vida es una comedia



Una de las maravillas de la vida, del arte, de todo, es el teatro, donde se ve  la representación de lo que somos, el espejo donde mirarnos, la vida misma vista desde abajo, desde arriba,  desde  la posición en que uno esté. 





Antaño, existía lo que se llamaba el corral de comedias, insertos en los patios interiores de las casas, en un lugar prácticamente al aire libre y con usos llamativos para atraer al público, ya con música, pitos, escándalo o lo que fuera.

El teatro en la calle es una experiencia que debiera aplicarse para recobrar los públicos. 

Justamente, uno de los grandes programas que tiene la UNAM es el Carro de Comedias que año con año se presenta con gran éxito en el Centro Cultural Universitario ya que, además de lo innovador de la presentación, por más antiguo que sea, se presta para que los personas que deambulan por ahí se queden a disfrutar el trabajo de estos jóvenes actores.


Este año se presenta un esplendido trabajo Posada es el nombre del juego, basada en la obra de Hugo Hiriart que publicó hace ya muchos años y que, sin duda, muestra la seducción que le produce a Hiriart el trabajo del grabador.

Cuatro historias que retratan la vida cotidiana nacional a través de las imágenes de José Guadalupe Posada se pueden disfrutar verdaderamente.

En pleno patio del Centro, un carro convertido en el Tren del progreso ve subir y bajar a diversos personajes, tal vez el más conocido se don Joaquín de la Cantolla y Rico, famosos por sus globos, pero igual se disfruta del mago, el galán de cien novias que se lo lleva el diablo, los viejos, los enamorados y hasta al Catrina que ocupa un discreto papel, como narradora.

Seis actores juegan con sus personajes, con el público, con la vida y recrean el texto de Hiriart que es el texto de la vida.



Vale destacar la valorización de los personajes de Posada y dar un discreto papel a la Catrina, contrario a la tendencia de convertirla casi hasta en botarga, además de crear máscaras con los personajes de don Lupe.


Vayan estos fines de semana al Centro Cultural Universitario, sábado y domingo a las 11 de la mañana, y disfruten de este montaje dirigido por Carlos Corona y un colectivo de actores y actrices que le harán disfrutar el teatro en la calle. Participan Ignacio Escarcega, Adrian Ghar, Cecilia Zoley, Paola Becerra, Azuay López y Carlos Komukay.
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Ah, y lean también el libro de Hiriart para que, además de estas historias, se enteren de las grandes creaciones de Posada en torno a los juegos tradicionales mexicanos.

martes, 14 de abril de 2015

1987: el año con Galeano en San Antonio de los Baños

Hace 28 años abrió sus puertas la Escuela Internacional de Cine y televisión, en San Antonio de los Baños, un pequeño pueblo cercano de La Habana. Se gestó un sueño de Gabriel García Márquez de crear una escuela para el tercer mundo en lo que era, o se pensaba que sería, otro mundo posible. 
La escuela ofrecía tres niveles: una licenciatura, un posgrado y un esquema de alto nivel, llamado Diálogos de Altos Estudios.

Tuve la suerte de participar en ese primer Diálogo, que era encabezado por Eduardo Galeano. Debo decir que si en ese viaje comencé a abrir los ojos acerca de la dictadura pero, aun creía en ese proceso.

Galeano nos mostró una lectura de la historia más emparentada con la literatura, en algo que no sé si él lo dijo: la aprehensión de la historia en la literatura.
Fue un curso excepcional que disfruté como nunca pues además era un grupo de estudiosos de toda América, de México iba la poeta Perla Schwartz y el inolvidable Federico Campbell con quien me tocó compartir departamento en los días que anduvimos por allá.
Una de las tardes que tuvimos descanso, saqué un mezcal que llevaba y se lo invité a Galeano y lo disfrutamos tanto que, meses después, me mandaría una postal con un pequeño texto recordando ese espléndido mezcal oaxaqueño.

Después lo vi un par de veces que estuvo en México en brevísimas charlas y saludos pues era un hombre que viajaba con una agenda apretadísima, a diferencia de aquel año de 1987 cuando estuvimos un par de semanas de tiempo completo y en donde, creo yo, adquirí una forma de ver la historia y la literatura.
Ya no está Galeano con nosotros, pero en mi quedó una enseñanza directa, una manera de leer el mundo (a pesar de que en los últimos años dejé de compartir muchas de sus concepciones políticas)


Ya no está Galeano, pero en uno de mis libreros se encuentra esa vieja postal de fin de año de 1987, con la fotografía de Humphrey Bogart que llegó a mi casa desde Uruguay, así como el recuerdo de esos días en San Antonio de los Baños, en plena campiña cubana, y con el gusto de esos años juveniles que se fueron pero que ahí están para siempre.  

sábado, 11 de abril de 2015

¿Por quién voto? /1. La tragedia de ser lo que somos

Un retrato de siempre: caricatura de 1829.
Progreso de la República Mexicana
La gran tragedia nacional no es el PRI, es la sociedad que ha sido incapaz de romper el esquema priista de hacer política.

Resulta complicado, históricamente hablando, entender cómo se conforma nuestra idiosincrasia política, el cómo gestamos la idea de la política.

Nacimos como Nación en 1821 y desde entonces comenzó una lucha entre dos visiones opuestas  (pero, paradójicamente, complementarias en la busca de nuestra identidad).


La lucha masónica entre  yorkinos y escoceses, leída como conservadores y liberales fue, desde mi personal visión una lucha sólo por el poder, no porque representarán algo diferente.

Recuerdo que Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, gesta una gran definición, escribo de memoria, entre la diferencia de estos: unos van a misa de 7 y otros van a misa de 8.

Vivimos en una sociedad embelesada por los caciques, por el autoritarismo. 
Tal vez ello tiene su origen en nuestras raíces prehispánicas e hispánicas: Tlatoanis todo poderosos, dueños del Estado, la Religión, la economía la vida de todos los súbditos, entre los primeros; pero también los europeos trasladaron un poder colonial autoritario donde el Virrey gozaba de poderes absolutistas y era amo y señor de este territorio, sólo dependiendo de un Rey que estaba a miles de kilómetros.

Adoradores de símbolos, de fetiches a través de los ídolos mesoamericanos que nos hacen soñar en un milagroso hombre blanco y barbado que vendrá a cambiar nuestras vidas; pero también de otros fetiches que nos ofrecen la vida eterna  y el cielo y la gloria eterna.

En el Siglo XIX estuvimos subyugados por tres personajes claves del poder: Santa Anna, Juárez y Porfirio Díaz. Hombres fuertes, arrogantes, autoritarios con un amor por el poder enorme. 

Personajes extremos a quien, aun hoy, se adoran o desprecian.
En el siglo XX, cansados de dictadura cae Díaz y en su lugar un personaje, Francisco I. Madero, al que la sociedad recibe con aclamaciones y del que habrá una pronta decepción.

De nuevo un dictador, Huerta, que cae pronto, y el Rey Viejo, Carranza, llega a seducir con esos aires patriarcales en una época en que hay muchos tiradores: Obregón y Calles, éste último, tras el asesianto de Obregón por.. Cállese la boca, habría de conformar un nuevo partido: PNR, con una mezcla, de nuevo, entre derecha e izquierda, entre fascismo y comunismo, entre las hordas de Musolini y los camaradas leninistas.


De ahí surgió el PRI, una grandiosa y maquiavélica creación, producto de toda esta historia de poder, capaz de generar discursos políticos radicales de izquierda (con Cárdenas era frecuente lanzar consignas marxistas) que de derecha.

Pero todo se aglutina en pos del PRI.
"El que se mueve no sale en la foto", afirmó uno de los grandes caciques priistas: Fidel Velázquez.

Presidencialismo absolutista, autoritario que nos enseñó que la única forma de hacer política es la de ellos: "el que no tranza no avanza", "un político pobre es un pobre político", "aprender a comer mierda y no hacer gestos".
Y esa es nuestra cruz, ser y hacer política como dictan los cánones priistas.
Y esa es nuestra tragedia, ser incapaces de generar algo diferente.
De eso reflexionaré en los siguientes textos.


viernes, 10 de abril de 2015

Así miró Posada a Zapata

Cuando se plantea que cada generación escribe su historia, también cada generación dibuja su ironía. La imagen de Emiliano Zapata que hoy se encuentra en el panteón de los héroes, nada tiene que ver con las caricaturas realizadas por sus contemporáneos quienes lo vieron como un roba vacas, un asesino o un salteador.





La invención de la figura de José Guadalupe Posada, mostró solamente dibujos  idílicos del maestro Posada y quedaron de lado las imágenes críticas que hizo don Lupe. Son famosos sus espléndidos retratos que hizo de Zapata.


Pero hay otros Zapatas hechos por Posada, como este que publiqué en el cartón del mes de abril de 2014 en la Revista Relatos e Historias de México, donde se mira la indignación de Francisco I. Madero quien, con el puño cerrado, se queja de la osadía del caudillo del sur, quien se le sube hasta las narices. 

Esta caricatura de Posada retrata el papel del morelense ante Madero a quien, a pesar de que ya es presidente de la República, Zapata sigue sin tenerle el menor respeto.




Lo mismo esta calavera que fue una de las últimas publicaciones que hizo Posada en el periódico El Gil Blas, de noviembre de 1912, dos meses antes de morir.

Una imagen bastante alejada del idílico Zapata que conocemos.

jueves, 9 de abril de 2015

Zapata, bajo el trazo crítico de los moneros

Hace 15 años, 10 de abril de 2000, publiqué en Milenio Diario el siguiente texto. En términos generales sigue vigente, salvo en la parte dedicada a Posada que, en texto aparte, referiré.


El Emiliano Zapata, casi idílico, que conocemos no fue visto así por los caricaturistas de la época
La apreciación histórica, e histérica, con que hemos conocido a Zapata se rompe con las imágenes que presentamos. “Atila del Sur”, se le llamó con frecuencia. Los temores del cambio, tras la revolución de 1910, fueron alimentados por la prensa de la época.
Como hoy, cuando la televisión se convierte en juez y se ha convertido en un verdadero dique para el desarrollo democrático, en los años posteriores a la caída de Porfirio Díaz, los medios de comunicación se convirtieron en un elemento perturbador de la incipiente democratización convocada por Francisco I. Madero.
No era gratuito, el dictador tenía comprada, a través de subvenciones, a los periódicos más importantes del país. Así lo señaló El Diario, del 8 de mayo de 1911:
"Desde el día 1o. del mes actual han quedado suprimidas las subvenciones que el gobierno les tenía otorgadas a la prensa. Al presentar los directores de periódicos su recibo por la subvención de mayo, se les notificó que no debían esperar seguir cobrando del nuevo gobierno ninguna cantidad de dinero en pago de su amistad.
Las subvenciones suprimidas son las siguientes, que pagaba cada mes el Tesoro Público: El Imparcial $ 4,200; Mexican Herald $ 1,100;El Tiempo $400; La Iberia $ 400, y Gil Blas $300. Fue suprimida la subvención a varios otros periódicos de menor importancia, así como a otros periódicos del extranjero.

Visto lo anterior, es comprensible la manera tan feroz de retratar a Emiliano Zapata. Multicolor, dirigido por Mario Vitoria y que contaba entre sus filas al Chango García Cabral, volcó su critica hacía Madero y Zapata (y todo lo que representara el cambio).
            En un cartón, Zapata es representado como un criminal peor que todos los asesinos y ladrones del mundo. Si los criminales y el mismo Lucifer se presentara hasta don Emiliano, serían cohibidos y humillados, señala el texto del Chango.
            En la pulquería La Piedad se encuentran Zapata y Madero frente a cuerpos mutilados y el Caudillo del Sur, comenta: “Pacificando, D. Panchito”.
Recién mandado al exilio Porfirio Díaz, las críticas se enfocaron a los revolucionarios, tanto a Madero, como a Zapata. Un cartón que sorprende a propios y extraños, es el realizado por José Clemente Orozco, quien algunos años después, en sus murales, sería uno de los artistas que contribuirán a la mitificación zapatista
En él se mira a Zapata y a Gustavo A. Madero abrazados, con un pie que dice Ay! que dos… ay! que dos… ay! que dos tan…
Y es que el hermano incomodo de don Francisco, fue Gustavo, quien fue desprestigiado en los medios, acusándolo de ser parte de la corrupción y como el nepotismo de su hermano. La crueldad de los caricaturistas fue tal, que no cesaron en burlarse del ojo de vidrio de Gustavo, a quien apodaron, sin piedad, “ojo parado”.
Por otro lado, como se sabe, en 1911, Zapata rompió con Madero y este alejamiento fue documentado a través de diversos cartones.
En La Sátira, la portada titulada, “La verdadera situación de México”, muestra una escena donde Madero y Pino Suárez tratan inútilmente de domar a un toro con el rostro de Zapata, mientras el pueblo dice “Que se me hace jefes, que ustedes no le aguantan los reparos”.
La critica, también, ayudó a que Madero se alejara más de Zapata. En El Ahuizote, se mira a al caudillo suriano jugando con la muerte, mientras se mira a Madero, con su pala de enterrador, como cómplice del zapatismo, alabando los “Juegos malabares de don Emiliano.
El Chango Cabral, otro personaje mitificado, muestra a un grupo de personajes para calificarlos según el grado en que se encuentre: Díaz ha emi-grado; Reyes ha sido malo-grado, Zapata ati-grado y el pueblo, Fre-gado.
Pero dentro de la crítica a la figura de Zapata existe una excepción: la de José Guadalupe Posada quien mirará al caudillo del Sur de otra manera y a veces hasta simpatiza con él. Por lo menos en su grabado muestra a un personaje que es toda dignidad.


La imagen que Zapata tuvo ante sus contemporáneos nada tienen que ver con el personaje mitificado que ha sido visto por cientos de artistas de una manera muchas veces idílicas; se han montado muchas exposiciones oficiales donde suelen hacerse a un lado las caricaturas críticas, con razón o sin ella, pero que son una muestra de cómo era visto.

domingo, 5 de abril de 2015

Cuando el gobierno carranceó una hora

Este texto lo publiqué en Confabulario, Suplemento Cultural de El Universal, el 29 de octubre de 2005. 



En febrero de 1921, hace casi 85 años, debido a la sequía provocada por la falta de lluvias en la Sierra de Necaxa, la famosa planta eléctrica que surtía de energía a la Compañía de Luz y Fuerza, dejó de llegar la luz a la ciudad de México, provocando una severa crisis de alumbrado en la metrópoli

Por ello, la Secretaría de Industria y Comercio y la Presidencia Municipal de la Ciudad de México acordó, como medida de economía, para resolver dicho conflicto, adelantar una hora todos los relojes públicos de la capital.

La gente, obviamente, lo tomó a chunga, no faltó quien la llamara “la Hora Malora”; los epigramistas se dieron vuelo, el Abate Benigno, escribió en El Universal:

Tiembla la mecanógrafa al pensar que las 7
Son las 8; los jefes de sección, en brete
Están porque a la una dan las doce; el pito
Saca el guardián mucho antes de las 9,
Y el grito de los revendedores de boletos proclama
Apenas obscurece, que la tanda nos llama
Al goce hondo y pacifico de las majaderías
Conque se ha enriquecido la escena en estos días...

El Señor Nicolás Ramos, EL relojero de Palacio Nacional hizo sonar el reloj de Catedral a medianoche; eran las once, unos instantes después, once y cuarto, la media, las tres cuartos y las doce. Todo un tiempo fugaz,  un santiamén, una hora perdida en unos cuantos segundos.
            A las 11 ya eran las 12 y las críticas seguían: “los únicos que en realidad resultaron víctimas son quienes se ven obligados a trabajar a las siete de la mañana; somos tan perezosos, que los lecheros a esa hora, apenas comienzan a sacar la leche de los establos”.
            Quizá el gremio más perjudicado fue el de los teatreros pues el Ayuntamiento ordenó que todos los espectáculos públicos cerraran a las doce de la noche.
Como obscurecía antes de tiempo y se apagaban las luces de la calle, la gente ya no quería acudir a ver a los actores que hacían su mayor esfuerzo por distraer a la diezmada y pobre población; los teatros deberían cerrar a las 12 de la noche y los cines mucho antes; María Conesa estrenó, en esos días, México a obscuras, en el Teatro Colón.
            Las pérdidas en cines y teatros fueron cuantiosas pues la gente no quería salir a las calles obscuras: con el control del alumbrado, aumentó la delincuencia. Las calles se quedaban vacías y el tráfico disminuía a casi cero.
            Sánchez Filmador, escribía en Zig-Zag:
Son las siete...
- No es cierto, hijito, son las seis.
-  Son las 7, hora oficial!
- Mire, señor, yo no sé de relojes
- Pero aquí no hay cuestión
Yo observo por la luz que horita son las seis
Aquí y en China
Y que diga el gobierno lo que quiera

            El pueblo debió aceptar el cambio de horario debido a los chantajes del  gobierno obregonista que señalaba que si se mantenía el derroche, “En abril no habrá luz ni fuerza”, como anunció, a ocho columnas, El Universal.
            Los comerciantes también acataron la orden, no sin criticarla. El Presidente de los comerciantes franceses, el señor Galard, señaló que “con gusto vamos a acatar las nuevas disposiciones, aunque esto representa una pérdida efectiva de una hora de las ventas pues es muy dudosa que la clientela se someta a los cambios de costumbre”. No obstante, entendían que al suprimir el alumbrado público la ciudad se torna peligrosa.
Pero, así las cosas, Sánchez Filmador decía una gran verdad:
             No me vengan a mí con tus pamplinas
             Apagarán la luz en las esquinas
             Pero a mí quien me obliga
            A adelantar una hora en mi barriga
           Y a acostarme cuando me dé la gana...

            Los teatreros ni se inmutaron pese a la crisis, en los días siguientes presentaron obras como El Jardín de Obregón (jugando con el apellido del nuevo presidente gringo, Harding, que en esos días tomaba posesión) o Las calles de don Plutarco, referida a quien sería presidente de México.
Y en resumen, concluye Sánchez Filmador, que todo sigue igual excepto los relojes, que en revancha, siguen marcando la tremenda plancha de la hora oficial.
También Rafael López escribió en ese tenor: “para el que esto escribe no hay problema solar: el reloj que posee se atrasa espontáneamente o se adelanta en igual forma, por no clocar bien su registro. Es un reloj medio reaccionario con sus manecillas levemente socialistas”.
La gente deseaba que un aguacero torrencial hiciera recobrar los tiempos idos y echara atrás estos tiempos caóticos.
      En los días siguientes, esta medida fue olvidándose, sobre todo en septiembre, cuando el General Obregón comenzaron a los festejos del Centenario de la Consumación de Independencia y las fiestas y los  concursos, donde destacó el Certamen de La India Bonita.
No obstante, los mexicanos, tan buenos para el bien decir, recordaron que aunque Venustiano Carranza  había sido asesinado un año atrás, la memoria popular conservaba el verbo Carrancear, como sinónimo de robar y entonces, solía decir que “el gobierno se había carranceado una hora”.



sábado, 4 de abril de 2015

México: tan lejos de Dios y tan cerca de los Judas

Los Judas vistos por Posada
Año con año, la Plaza de Santo Domingo llevaba a cabo una gran fiesta el Sábado de Gloria, de una cuerda pendían unos muñecos de cartón que eran colgados y quemados en representación de aquellos que se habían salvado de la hoguera.

Justamente en esa Plaza, que fue el sitio donde eran condenados los herejes por la Inquisición.

Durante siglos, este lugar, y en otras calles como Plateros y Tacuba, se quemaban unos muñecos de cartón, huecos, rellenos de regalos que al estallar el muñeco se rompía y llenaba al aire y las calles con regalos para los pobres. Después, y hasta hace poco años, sólo se quemaban a los políticos, sinónimos de traición.

Creo que valdría la pena rescatar esta tradición pues nos sobran Judas en este país.



Un buen número de Judas, por ejemplo, estarán en las boletas electorales entre los miles de candidatos, sobre todo priistas que al no encontrar hueso en su partido se venderán por bastantes monedas a otros mafiosos; pero no sólo de ese partido, destacan de la seudo izquierda la señora Polimnia Romana que de ser una incondicional de AMLO, es candidata del PRI, y que decir de personajes como Marcelo Ebrard y Armando Quintero, maromeros y judas que saltan a donde está el hueso.

Pero el Partido Verde se llevaría las palmas, un partido que ni es Verde (claro, les encanta el verde de los dólares que se roban a diario) ni es ecologista. 
Bola de vividores que han realizado, eso si, una gran campaña que los llevará a tener una bancada grande en la cámara de diputados y podrán seguir vendiéndonos a gusto.


Pobre de nuestro país, tan lejos de dios y tan cerca de tantos judas.



Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...