martes, 20 de enero de 2015

103 años de la muerte de Posada

Este 20 de enero se cumplen 103 años de la muerte de Posada. En mi libro La portentosa vida de José Guadalupe Posada, publicado por Ediciones de don Lupe, con el título La portentosa vida de José Guadalupe Posada) Reconstruí las últimas horas de vida de Posada:

SE MUERE DON LUPE


Toda la noche ha vomitado sin parar.

La oscura habitación tiene un olor nauseabundo pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas.

A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil.

Don Lupe se acaba.

Lleva muchas semanas metiéndole al trago. Su rostro está más que demacrado y la deshidratación por la cagalera es más que obvia.

Hay colillas de cigarro forjado tiradas por doquier.

Danzan calaveras a su alrededor, los sueños se convierten en pesadilla.

Parece una película que se regresa al principio para repasar toda su vida, un viaje a la semilla. En quince días cumpliría 61 años, veintidós mil doscientos días.

Alrededor del petate donde se retuerce de dolor zapatean monstruos fantásticos, bocas con labios rojos que enseñan unos agresivos dientes listos para devorarlo, cuerpos con formas demoníacas, diablos, brujas, gritos lastimeros de la llorona, naguales, fantasmas.

El jolgorio empezó el día de su santo, el día de la Virgencita, el 12 de diciembre, cuando la ciudad, el país, el vecindario conmemoró la aparición del indio Juan Diego; siguieron las nueve jornadas de los santos peregrinos, continuó en la Noche Buena, la Navidad y celebró el fin del año 1912. Nacía uno nuevo, justo cuando la vida, su vida, se le apagaba.

Todo le duele, pero es el alma la que le hace insoportable la existencia. La ruda hierba, la ruda vida.

Cientos de cuartos componen la enorme vecindad ubicada a las orillas de la ciudad de México: es el barrio de Tepito, en la calle de la Paz. Son trescientos miserables cuartuchos, con más de mil almas que andan en la pena y en la pepena.

Cada uno de esos cuchitriles apenas mide tres por tres metros. Los excusados son colectivos, conformados por una larga fila sin puerta y un olor repugnante; afuera una pileta de agua que a veces, con un cubo, se usa para el excusado. Y de los tendederos, que parecen telarañas, cuelgan modestas ropas.

El otrora hombre regordete, ahora de cuerpo flácido y demacrado, parece mirar bailar las calaveras que dibujó hace muchos años, a los diablitos sonrientes, complacidos por su travesura, felices porque recibirán muy pronto a un huésped de lujo, su retratista favorito: don Lupe.

Una vecina le llevó una cazuelita con caldo de gallina y lo encontró llorando, lamentando no poder cerrar los ojos de su Juan Sabino, en ese treceavo aniversario de su muerte.

“¡Don Lupe se muere!”, es el clamor en los lavaderos esa mañana fría de domingo.

Él rememora los últimos días de su vida en el barrio de Tepito, a donde llegó cuando la ciudad lo fue expulsando, primero de Santa Teresa, luego de Santa Inés, más tarde del Cuadrante de Santa Catarina, para llegar a la calle del Carmen y terminar en este sitio donde viven hombres y mujeres que sobreviven en situaciones precarias.


Don Lupe sueña, como todos los días de su vida, pero hoy esos sueños se han tornado en pesadilla, como muchas otras noches más, como casi todas sus últimas noches, como todos sus últimos años.

lunes, 19 de enero de 2015

La ciudad de don Lupe Posada Más allá de la Catrina

PASEOS LITERARIOS
Coordinación Nacional de Literatura
INBA


Imprentas, periódicos y casas donde vivió 
           José Guadalupe Posada.

Recorreremos la casa donde vivió y murió Posada; las imprentas y periódicos en que trabajó; los encuentros con personas como Ireneo Paz y Heriberto Frías, que corresponde a una visión revisada sobre su vida.  

Imparte: Agustín Sánchez González

Lecturas recomendadas: José Guadalupe Posada. Un artista en Blanco y negro (CNCA, 2010) y Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana, Madrid, Turpin Edit, 2014 de Agustín Sánchez González.

Punto de encuentro: Moneda y esquina norte de Palacio Nacional (donde estuvo la cantina El Nivel)

Se sugiere asistir con equipaje ligero, así como con ropa y zapatos cómodos.

Domingo 25 de enero 10 hrs.
Costo por persona:$20 pesos
Cupo limitado

Informes e inscripciones: sshernandez@inba.gob.mx

sábado, 17 de enero de 2015

La muerte de Juan Sabino Posada hace 115 años

El trabajo de un investigador se parece mucho al de un detective: hurgar lugares, sacar conclusiones, buscar documentos comprobatorios. 

En ese sentido, durante años he hurgado en la vida de muchos personajes y he realizado muchas lecturas de los mismos. 


Uno de los casos donde me siento más afortunado, y tal vez el más notorio, es el descubrimiento de el acta de defunción del hijo de José Guadalupe Posada. 


La historia de Posada fue manipulada durante muchos años, con lugares comunes, con historias falsas. En 2007, en un golpe de suerte y tras buscar durante años pistas de Posada, me encontré una breve noticia en El Diario del Hogar, que decía:



   DEFUNCIÓN.-
 A las dos de la madrugada del día 18 del corriente, dejó de existir 
 en esta capital el joven Juan Sabino Posada, hijo del Sr. D. José
 Guadalupe Posada, antiguo grabador y litógrafo muy estimado
 en México por sus cualidades. Enviamos nuestro más sentido 
pésame al Sr. Posada, deseando el eterno descanso para el
alma del finado”.


Busqué la noticia en otros medios y, como si fuera boletín de prensa, la encontré en otros dos periódicos: El Popular, y en El Chisme.


Con esos datos, me dirigí al Registro Civil y tuve la suerte de encontrar el acta de defunción y romper uno de los grandes misterios de la vida de Posada: Sabino (sin el Juan de los periódicos, algo que hay que aun hay que dilucidar pues probablemente nació el día de San Juan y por eso los amigos de Posada llamaban así)

La alegría fue intensa, una entrevista en el periódico El Universal, del 12 de septiembre de 2007 da cuenta de ello. http://www.eluniversal.com.mx/cultura/54020.html

Juan Sabino, pues, murió hace 115 años en la hoy calle de República de Nicaragua, entonces llamado Cuadrante de Santa Catarina, en un punto equidistante entre el Zócalo y Tepito.

Esta es la historia de ese descubrimiento, mismo que más de uno han querido escamotearme.

El humor necesario y la responsabilidad, texto de Manuel A. Junco

Un texto espléndido de un excelente artista español, Manuel A Junco que aparece este 18 de enero en El País


Junco es un humorista gráfico, tal vez el más importante teórico de este tema (que además es un gran humorista gráfico)

El humor necesario y la responsabilidad

La labor del humorista consiste en tomar algo que se considera formalmente aceptable y normal y desvelar que no lo es



Viñeta del rey Luis Felipe de Francia, de Daumier y Philipon, 1832.
El humor es la capacidad humana para percibir aspectos ridículos o absurdos de la realidad y destacarlos ante los demás de forma ingeniosa. Este fenómeno siempre nos ha servido para obtener una visión diferente de la vida y ensanchar las interpretaciones de los conflictos propios y ajenos. El humor nunca va dirigido a descubrir la verdad ni posee una precisión constructiva, ya que su misión es la opuesta, ir "a la contra" y evidenciar la mentira. Y esa labor de descubrimiento o "denuncia" de lo tapado no es fácil ni gratuita, por mucho que adopte apariencias frívolas o estúpidas. Aun sin ser "verdadero", el humor es necesario, ya que de él nos nutrimos diariamente y nos servimos para defendernos de este desordenado mundo.

Debemos tributar nuestro rendido agradecimiento a Charlie Hebdo y su labor de sátira indiscriminada frente a cualquier integrismo, sea musulmán, cristiano o judío
La labor del humorista consiste en tomar algo que se considera formalmente aceptable y normal y desvelar que no lo es. La presa favorita de la sátira y la parodia es lo considerado serio, correcto y solemne.
La consecuencia es que el humor es divertido y plausible para quienes están en contra de las "verdades" oficiales. De igual manera,se convierte en odioso para quienes comulgan a rajatabla con ellas. Un ejemplo es qué fácil resulta burlarse de las costumbres de culturas ajenas y qué inaceptables parecen las críticas hacia las nuestras, por extravagantes que estas sean a los ojos de los otros.
Con motivo de la terrible tragedia que se ha producido estos días en París, debemos afirmar que la libertad de expresión es sagrada, piedra angular de nuestra civilización, duramente conquistada por generaciones de grafistas desde Hogarth, Goya o Daumier.
Debemos tributar nuestro rendido agradecimiento a Charlie Hebdo y su labor de sátira indiscriminada frente a cualquier integrismo, sea musulmán, cristiano o judío. Lo primero es lo primero, ya que nos jugamos la calidad de nuestra sociedad y el derecho a dirigir al menos nuestra sonrisa sarcástica ante la frase sonora del pomposo manifiesto del poderoso de turno.

El humor también debe ser responsable. No todo rasgo de humor es incuestionable y oportuno en cualquier momento y ocasión
Pero hay que añadir algo. Siendo, como es, básico y necesario, el humor también debe ser responsable. No todo rasgo de humor es incuestionable y oportuno en cualquier momento y ocasión. Nadie defenderá una broma sobre una víctima de violencia de género, un chiste repugnante ante un niño, un ocurrente petardo en una reunión de víctimas del terror, una graciosa cerilla en un polvorín. Todos sabemos cuándo una broma es responsable y cuándo no lo es.
Ridiculizar al diferente, al débil, al "defectuoso" es un viejo y pobre recurso humorístico. Los tartamudos, los extranjeros, los enanos, los sexualmente distintos, los ignorantes, las mujeres, han sido "carne de cañón" del humor. Y siguen siéndolo. El humor es transgresor y subversivo por su propia naturaleza y siempre se moverá en el contrapunto, en lo informal, en lo contrario, en lo crítico; en definitiva, en el descubrimiento de los intersticios de nuestro orden, de nuestras normas y formas. Por eso, por ser incorrecto e imprescindible a la vez, debe ser responsable y meditado.

domingo, 11 de enero de 2015

Posada el gran ilustrador de lo mexicano

Una de las más importantes exposiciones dedicadas a José Guadalupe Posada, se realizó de noviembre de 2012 a febrero de 2013 en el Museo de Historia Mexicana, de Monterrey, y llevó como título Posada. El gran ilustrador de lo mexicano.

Este es uno de los anuncios que se hicieron para difundir una muestra esplendida sobre este héroe cultural mexicano:






sábado, 10 de enero de 2015

Carlos Neve: Las líneas perdidas

La Jornada Semanal,   domingo 19 de marzo  de 2006        núm. 576
 

Agustín Sánchez González
Carlos Neve: Las líneas perdidas
Los ilustradores de la prensa pertenecen a un género completamente menospreciado, no obstante la gran calidad mostrada por muchos de ellos. En estos días, el Museo de la Caricatura presenta una muestra de Carlos Neve, un excepcional dibujante y caricaturista a quien la historia ha marginado. La exposición se llama La ilustración periodística de Carlos Neve, y está conformada por cincuenta dibujos cuya temática básica es la nota roja, que publicó en el periódico El Demócrata en la década de los veinte.
El retrato de una sociedad postrevolucionaria marginada y agresiva, que se hallaba en busca de sí misma y curaba sus males con la violencia, es lo que dibuja magistralmente Carlos Dionicio Neve Martínez, nombre completo de este gran dibujante nacido en Xalapa, Veracruz, en una fecha incierta (se dice que en1894-1895, o en 1890, indistintamente).
Como todo artista olvidado, sus primeros pasos se pierden o a veces se mitifican. Según el crítico Xavier Moysen, Neve publicó sus primeros trabajos en El Demócrata, mientras que Mercurio López señala que comenzó en la Revista Azul, y más tarde en la revista Multicolor, aunque también dice que el poeta Salvador Díaz Mirón, su paisano, se encargó de conseguirle trabajo en El Imparcial.
Hace unos meses encontré en el acervo del Museo de la Caricatura seis cartones firmados por Canta, uno de ellos publicado en la revista Moheno,editada en 1913. Gracias a unas caricaturas de la bailarina argentina Antonia Mercé, que ilustran un poema de Efrén Rebolledo, encontré la clave para entender que ese seudónimo corresponde a Neve, como lo da a conocer la revista Pegaso en unas caricaturas que Canta (Neve), realizó.
Esto viene a responder, sin duda, un cuestionamiento realizado por el maestro Moysen quien escribió, en 1984: "Rafael Carrasco Puente y Santiago R. De la Vega, sin mayor análisis de los dibujos vieron en el artista a un caricaturista."
Ambos autores tenían razón respecto a los monos hechos por Neve en la revista Moheno que se publicaron entre 1913 y 1914. De hecho, en el único ejemplar que conozco, el número 4, todas las caricaturas son de Neve. (Cabe aclarar que este seudónimo también se le ha atribuido al dibujante López Ayala, pero los trazos del dibujo y la firma de Neve y de Canta son muy semejantes, además del rostro femenino, al que siempre le dibuja una nariz muy parecida.)
Existe otra revista de la época llamada Caricaturas, de 1914, donde las caricaturas también son de Canta. El director de la revista es Ignacio Baeza, el mismo de Moheno, lo que hace suponer que es una continuación de ésta.
No son, por cierto, las únicas caricaturas realizadas por Neve, las hay en revistas como El Revolucionario; además, Neve realizó una historieta en el periódico El Universal llamada S M Segundo i, rey de Moscabía, con argumento de Hipólito Zendejas, otro de los personajes de quien urge una buena biografía.
Desde los años veinte trabajó en El Universal y en El Ilustrado, así como en La Prensa y en la revista de la crom, así como en Vea. En los años cuarenta continuó haciendo cómics en las revistas editadas por Editorial Novaro, con títulos como Tesoros de cuentos clásicosLeyendas de AméricaEpopeya y otras que publicaba esa editorial.
Otro aspecto importante de Neve fue su papel en la publicidad pues trabajó en la Casa Maxims, una de las primeras agencias de publicidad, pero ya desde 1913 había realizado anuncios para diversas revistas.
En su libro Imágenes del deseo, Julieta Ortiz llama la atención sobre el trabajo de Neve en la primera portada a color de Revista de Revistas, así como el siguiente comentario: "El primer anuncio firmado por Neve que localicé data del 12 de enero de 1916 y se refiere a La Aurora del Pánuco." En la muestra del Museo de la Caricatura existen algunos ejemplos de su trabajo en la publicidad.
Neve fue un estupendo ilustrador de más de treinta libros de autores tan disímbolos como Julio Sesto (La tórtola del Ajusco Azulejos), Heriberto Frías (Águila o Sol), Rosendo Salazar (Las pugnas de la gleba), La sombra, de Edgard Allan Poe y veinte etcéteras más.
Neve obtuvo varios reconocimientos: la Medalla de Oro, en Alemania, y una condecoración en la Feria de Covadonga, por sus dibujos taurinos. Cinco dibujos de esta temática se pueden ver en el Museo de la Caricatura.
Otra faceta de Neve, finalmente, fue la creación, en 1955, de seis murales para la Secretaría de la Defensa Nacional.
Casi toda la caricatura y los dibujos publicados en la prensa escrita en el mundo se han perdido, por eso es importante la exposición que hoy podemos admirar: una muestra que recoge las imágenes dibujadas a partir de abril de 1919, cuando Carlos Neve comenzó a ilustrar las crónicas de Miguel Necoechea, uno de los grandes reporteros de nota roja en el periódico El DemócrataDiario Constitucionalista, hasta que éste desapareció.
Los hermosos trazos que Neve realizó en este periódico, del cual llegó a ser jefe del departamento de dibujo, dejan constancia de un país de horror; son trazos en línea —con maravillosos claroscuros—, compuesta por infinidad de detalles y en estilo art nouveau.
Ese medio centenar de piezas originales que hoy se exhiben fueron resguardadas, con la anuencia de Neve, por su ayudante, Carlos Alberto Salinas. Su hijo, Carlos Salinas Saucedo, director de eventos especiales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los retomó, enmarcó y entregó en custodia a la propia universidad.
Al igual que el trabajo realizado por José Guadalupe Posada, quien hizo de la nota roja toda una galería de dibujos geniales, Neve, en otro estilo, realizó líneas excepcionales, obras bajo la influencia del art nouveau, pero que también acusan los trazos de la caricatura de la revolución, o de las figuras grotescas de José Clemente Orozco, así como de las imágenes publicadas en revistas como Multicolor Ojo parado.
El art nouveau, definido como "un microbio patógeno dentro del arte decorativo" se convirtió, en el lápiz de Neve, en un microbio que se propagó en un mundo de horrores y miseria. Su obra juega con una línea muy fina, de gran calidad.
Un importante crítico, Xavier Moysen, calificó a Neve como uno de los grandes maestros del dibujo pues sus dibujos mantienen un discurso visual impresionante, de una gran expresividad. Hermanado con Julio Ruelas, pero sobre todo con Roberto Montenegro, Neve tiene un estilo propio donde destacan, al detalle, los elementos apocalípticos de ese México que se niega a desaparecer.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...