jueves, 10 de julio de 2014

Euforia internacional por José Guadalupe Posada

  • El investigador Agustín Sánchez coordinó una exposición en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, que permanecerá en exhibición hasta el 7 de septiembre y luego viajará a Alcalá de Henares
  • Es considerado uno de los artistas mexicanos más importantes de la historia de México
Cuando Diego Rivera equiparó la calidad del trabajo del grabador, ilustrador y periodista mexicano José Guadalupe Posada, con el de Goya, el mundo volteó su mirada al genio nacido en el barrio de San Marcos, en la ciudad de Aguascalientes. Hoy día, asegura el investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes, Agustín Sánchez González, existe una euforia internacional por conocer su trabajo, el cual va mucho más allá que el de la famosa Calavera Garbancera.
La vitalidad de la singular obra de Posada queda de manifiesto en la exposición coordinada por Agustín Sánchez: Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana, que actualmente se exhibe en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, España, donde permanecerá hasta el 7 de septiembre de 2014.
“Hice una curaduría que mostrara que Posada es más que La Catrina, que las calaveras sólo son una parte muy pequeña de su obra y que el impacto que tuvo en la vida de los mexicanos es por el resto de su obra, que es una expresión de vida cotidiana”, explicó en entrevista Agustín Sánchez González, historiador especialista en el estudio de la caricatura mexicana.
José Guadalupe Posada es considerado uno de los artistas mexicanos más importantes de la historia, un genio en el arte del grabado, un cronista de la realidad y un dibujante “tan culto como socavador de las normas de la sociedad”, a juicio de los especialistas.
El investigador Mercurio López, quien coordinó el libro José Guadalupe Posada. Edición conmemorativa, coeditado en 2013 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Gobierno del Estado de Aguascalientes, en el contexto del centenario de la muerte del artista, señala que José Guadalupe Posada fue en su época un modesto ilustrador de impresos, sin embargo, con el paso de los años su aportación resultó tan significativa que actualmente es considerado como el grabador que influyó a la mayoría de los artistas mexicanos del siglo XX.
“La vigencia de su obra continúa hasta nuestros días en el arte popular. Seguramente su legado permanecerá por muchos años como ejemplo para grabadores, artistas y diseñadores gráficos. Buena parte de sus creaciones se han tornado en íconos de la cultura mexicana. A nivel internacional, cualquiera de sus estampas representa orgullosamente nuestra identidad”, explicó Mercurio López.
José Guadalupe Posada –dice Agustín Sánchez– es autor de más de 20 mil obras. Se le conoce principalmente por La Calavera Garbancera, que luego Diego Rivera renombrara La Catrina y la incluyera en su muralSueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Sin embargo, Posada realizó tal cantidad de ilustraciones, que se atreve a decir que la gran mayoría de los mexicanos tenían en su casa una obra de la autoría del grabador.
“Ya sea a través de los juegos de mesa como la Oca, el Juego de las Gallinas, la Lotería, los Charros Contrabandistas, etcétera. También estaba en los rezos, porque él ilustró cientos de santos, vírgenes, cristos, iglesias; también tenía cuadernillos de amor ilustrados, los cancioneros, que eran muy populares, también estaban ilustrados por él, así como la nota roja y la caricatura política en los periódicos”.
Además, refiere Agustín Sánchez González, está su trabajo como caricaturista político. “Esa parte es muy importante y hay que rescatarla. Hasta ahora tengo localizados 70 periódicos con los que colaboró Posada. Una de las cosas que poco se ha visto es la publicidad y en el libro José Guadalupe Posada. Fantasía, calaveras y vida cotidiana, de Turpin Editores, publicado con el apoyo del Centro de Estudios de México en España, de la UNAM, se conocerá más de este tema”.
El caricaturista del periódico La Jornada, Rafael Barajas El Fisgón, quien es autor del libro Posada: Mito y Mitote. La caricatura política de José Guadalupe Posada y Manuel Alfonso Manilla, señala que Posada fue un hombre de su tiempo, un periodista modesto, defensor de la clase obrera; un artesano que puso su talento al servicio de un público de escasos recursos; un cronista gráfico de extraordinaria sensibilidad que retrató como nadie al pueblo pobre de México, y un artista que fue a contracorriente del canon artístico de su tiempo.
“El arte de Posada es profundamente local; está íntimamente ligado a su tiempo y a su gente y esto lo hace único y universal. Sin embargo, el mensaje universal del artista de Aguascalientes con frecuencia nos impide leer lo que él buscó decir en su momento”, aseguró El Fisgón.
En el libro José Guadalupe Posada. Edición conmemorativa, el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, reconoce la aportación de Posada al arte gráfico de México y el mundo. “Los ecos de Posada son nuestro presente, su ubicación en el tiempo se resuelve con su presencia constante, permanente, en nuestro horizonte visual y, también, con la fiel reminiscencia, cual intenso sueño poblado de calacas y ecos, de una parte de nuestra historia moderna”.
Agustín Sánchez cuenta que en 2013 abrió un blog en Internet sobre la vida y obra de José Guadalupe Posada, y las estadísticas de visita lo han dejado asombrado. “Los números me dicen que no sólo en México lo consultan, sino también usuarios de Alemania, Estados Unidos, Ucrania, Holanda.
“Es decir, hay una euforia por Posada. Es un artista del que se ha ido reconstruyendo una buena parte de su vida y las redes y la tecnología ayudan mucho para que se promueva su trabajo. Siguen siendo las calaveras lo que más se conoce, pero ahí vamos poco a poco logrando que se conozca su trabajo. Falta mucho que revelar sobre Posada, pero creo que en los últimos años se ha dado un gran paso de investigación y creo que va a seguir porque veo a los jóvenes muy interesados en el tema”.
José Guadalupe Posada nació el 2 de febrero de 1852. Ingresó a los 16 años de edad a trabajar en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado maestro de quien aprendió los principios, métodos y secretos del arte litográfico. En estos primeros años de aprendizaje manifestó una facilidad innata para la caricatura, de tal modo que su mentor logró introducirle en el mundo del periodismo y de la prensa gráfica como dibujante; y logró publicar sus primeras viñetas en el periódico El Jicote(1871), cuando el artista acababa de cumplir los 19 años.

Fue considerado como un precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por algunos de quienes lo protagonizaron: José Clemente Orozco, Diego Rivera, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez. En 1933, 20 años después de su muerte, fue redescubierto por el pintor Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló la influencia de Posada sobre artistas de las posteriores generaciones. Gran dibujante, trabajador incansable y un gran técnico del grabado, Posada murió, tan pobre como había nacido, en Ciudad de México, en 1913. Sus restos, que nadie reclamó, fueron sepultados en una fosa común.
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México / Distrito Federal

Mis libros. La crítica. Fidel. Una historia de poder



Morral de libros
Fidel: una historia de poder

El título bien podría sustituirse Historia de una máscara: la de un hombre que ha logrado tenerlo casi todo y que parece desmentir el dicho popular de que “no hay mal que dure cien años”. Pero sí noventa.
Mantenerse en el poder por más de cuarenta años es una ardua empresa: significa pactos, encubrimientos, silencios, condenas, dedazos y favoritismos Luego de la lectura del interesante escrito de Agustín Sánchez González uno llega a la conclusión de que Fidel Velázquez es más que eso: se  trata no de la acción de un solo hombre, sino de toda una empresa, una suerte de sociedad anónima que ha encontrado es este hombre al celoso defensor de un modus vivendi y operandi que nada tiene que envidiar al príncipe de II Gatopardo de Lampedusa. Aquel que decía que todo debe cambiar para que todo siga igual.
Pero allí está Agustín Sánchez contra el olvido, rescatando viejos discursos y dogmas de fe, para ofrecernos la triste evidencia de que la historia parece repetirse lo que se dijo ayer se repite a lo que en el pasado se criticaba.
O quizá Fidel, una historia de poder podría sustituirse también por historia de un deicidio: el autor se confiesa varias veces como incapaz de ser neutral —a pesar de que lo trata pero la historia, aunque haya empezado en 1900, es demasiado reciente y aun en Tlatelolco se siente el olor a muerte...
Adorado, idolatrado, odiado, insultado, vilipendiada: así es Fidel y probablemente este libro corra el mismo destino para los que todo lo saben acerca del líder sindical, quizá no sea más que una sucinta recopilación para los que nada saben sobre Fidel valga esta primera aproximación a una historia de poder que no es otra cosa que la explicación acerca del posible origen de nuestros males.
Afortunadamente, la objetividad no ha vencido a la pasión. Fidel una historia de poder sólo puede haber sido escrita con la sangre y el corazón.


Agustín Sánchez González. Fidel una historia de poder. Colección Espejo de México. Grupo Editorial Planeta. México 1991.

Posada. Fantasías, calaveras y vida cotidiana


RESULTADOS DE LA BÚSQUEDA: POSADA
09/07/2014
El año pasado se cumplía el centenario del nacimiento de José Guadalupe Posada,
 toda una celebridad en México, donde se editaron un sinfín de publicaciones y se realizaron
 exposiciones y homenajes. En España el autor de toda una iconografía de calaveras “catrinas”
 (primero conocida como la “Calavera Garbancera”, creada por Posada y Bautizada por Diego
 Rivera) no es tan conocido, si bien su obra es ya todo un icono universal asociado a las
 fiestas populares mexicanas, y un año después con motivo de una exposición que itinerará
 desde Cádiz a diversas ciudades españolas, se ha editado un libro que, escrito por el 
reconocido experto en Posada Agustín Sánchez González, sirve a la vez como catálogo
 de la muestra y como una publicación autónoma. Este libro incluye, catalogado por
 imprentas y ciudades (Aguas Calientes, Guanajuato, Ciudad de México, etc.) en las 
que trabajó Posada una gran cantidad de sus ilustraciones y portadas, la mayor parte 
de ellas impresas en periódicos y carteles, que refuerza esa popularidad de un artista 
que consiguió en vida que sus obras estuvieran en todos los hogares mexicanos y que
 su nombre y su obra se hayan convertido en unas de las imágenes más características 
de toda una cultura. (Fantasías, calaveras y vida cotidiana. José Guadalupe Posada. 
Agustín Sánchez González. 164 páginas. Turpin Editores, 2014. 25 €). 
Exit-Express

miércoles, 9 de julio de 2014

3 Posada en el periodismo. La Juventud literaria

Posada arribó a la capital del país, probablemente, en 1888, tras renunciar a sus clases de litografía en León y después de la terrible inundación de León.
Tenía una larga experiencia profesional que comenzó dieciocho años antes, en 1871; era  un grabador formado y consolidado; un profesional que había realizado diversos tipos de impresiones: la caricatura, la impresión comercial y religiosa, la ilustración y dibujos en periódicos y revistas.
En la ciudad de México se vincula con un impresor, y escritor, muy importante: Ireneo Paz, que como dato curioso, fue abuelo del poeta Octavio Paz.
Lo curioso es que el escritor Arturo Paz, hijo de don Ireneo Paz, lo llama joven promesa, en un texto donde da la bienvenida a la ciudad de México, el 28 de octubre de 1888, en La Juventud Literaria:

El Sr. Guadalupe Posada

Los dibujos que publicamos hoy en la se­gunda parte de la última plana de nuestro semanario, es debido (sic)  al magnifico lápiz del joven cuyo nombre encabeza estas líneas.
           Nuestros lectores pueden admirar cuánta idea, cuánta imaginación tiene el apreciable joven Posada quien en sus ratos de ocio ha dibujado cosas pequeñas que no son ciertamente lo mejor que él hace.
           Mucho nos complace dirigir elogios a quien lo merece, adivinamos en Posada al primer caricaturista, al primer dibujante que tendrá México.
           Próximamente esperamos dar una obra maestra de él, la que esperamos merezca los elogios de la prensa y de los inteligentes.
           Por ahora felicitamos cordialmente al Sr. Posada, deseando siga adelantando en el divi­no arte a que se ha dedicado...

Los dibujos a los que se refería Arturo Paz, que se pueden ver aquí,  tenían que ver con un hecho doloroso, sin duda, para Lupe: “La reconstrucción de León”, que apenas unos meses atrás había sido devastada por una gran inundación.

Los excelentes trazos, realizados con lápiz litográfico, muestran una gran maestría del trazo, acorde con los artistas en boga de ese momento, como el gran maestro José María Villasana.

Las voces prohibidas. Efraín Huerta. Homenaje




LAS VOCES PROHIBIDAS


Más despacio que nunca, casi agónicas,
marchan y duelen estas voces o estrellas.

Húmedos pies descalzos, breves pieles,
dulce origen, impío desorden. Voces
que purifican lo que tocan. Voces
todo milagro. Suaves voces de amor.

Voces para decir amor toda la vida
y todo el santo día y a la lenta distancia
de una noche de sueño, amor y voces.

Cálidas o despiertas, dormidas o ya frías,
estas voces se pegan a los labios
y dicen y se dicen altos, duros misterios,
prohibidos latidos, esbeltos calosfríos.

Despaciosas y firmes, llegan como
las bestias, crecen como el encino,
y no hay en ellas nada que no sea verdadero.

Pero duelen. Son dardos de amorosa ponzoña
y dan la seca muerte del olvido.

No perdonan, no aman,
no son ríos serenos, sino fuego,
ardiente maldición, dolorosa quietud.

Vienen así, calladas, caminando caminos
de helado polvo. Son las voces
que ya nunca se dicen.

Por eso duelen y por eso ardo
junto a ellas, como al pie de una hoguera.
Ardo y adoro al mismo tiempo
porque nada me callan o no me dicen nada.

Asciendo rudas catedrales de miedo
y el vacío es un lago de hambre y sal.
Me maldigo con ellas
pero duermo con ellas.

Cuando la sed se haya quemado
en mi garganta,
cuando no tenga paz ni amor,
cuando todo sea voces y no llantos,
una pequeña sombra habrá a mi lado.

No la rosa del ansia ni el clavel de miseria,
sino la joven luz del alba,
la joven voz del alba mía.

martes, 8 de julio de 2014

Con pasión. Homenaje al gran Cocodrilo


Efraín Huerta compartió un estado.
http://memoriasdeunosignorantes.wordpress.com/2012/10/30/art-nature/
Con pasión

Y así
Le dije
Con desolada
Y cristiana
Bondad:
Desnúdate
Que yo
Te
Ayudaré

2. Posada en el periodismo. León (segunda parte)



























José Guadalupe Posada llega a León en 1871, tenía 19 años. Existe  un vacío de incursión en la prensa de diez años. En 188 hubo una gran inundación que acabó con buena parte de la ciudad y, es muy seguro que arrasó con el archivo de Posada, así como su taller dado que estaba dentro de las manzanas en donde ocurrió ese desastre.
Tengo localizados los siguientes medios

La Gacetilla  (León, Gto.)
La Educación (León, Gto)
 El Pueblo Católico (León, Gto)
Monitor del Pueblo




Hace unos meses publiqué en El Cotidiano, de León, Guanajutao la siguiente nota:









La Gacetilla, publicación leonesa ilustrada por J. Guadalupe Posada
La Gacetilla, publicación leonesa ilustrada por J. Guadalupe Posada

Apenas leí un boletín de prensa convertido en nota “periodística” y no resistí la tentación de escribir cómo los guanajuatenses, por ignorancia, han desdeñado un gran homenaje a Posada, un hombre que les pertenecería por vivir muchos años en la ciudad de León.
El boletín, publicado en el periódico AM el 17 de julio, da cuenta de una exposición que se exhibe “en el Academus del Pueblo Mágico, en la comunidad de Jalpa de Cánovas”.
En veinticinco renglones da cuenta de la presencia de autoridades políticas y culturales del estado de Guanajuato y de la localidad, así como de Irapuato, Aguascalientes y León.
De Posada sólo mencionan las palabras del director de Museos del Instituto de Cultura de Guanajuato: “destacó que la obra se refleja en dos sentidos: retratar en sus grabados las costumbres de la época y la crítica social, especialmente del periodo del Porfiriato, al vivir entre los años de 1852 y 1913 que influyó en el trabajo de los artistas como Diego Rivera y David Siqueiros. Es un orgullo tener a Posada, en la cuna también de un genio que pudo interpretar su entorno, como es Hermenegildo Bustos, quien pintó el alma de su pueblo y de su gente”. No hay más, la nota remata una frase con lugar común.
Estoy seguro de que todos los funcionarios ignoran que Posada vivió de 1872 a 1888 en la ciudad de León, que participó en importantes publicaciones de esa ciudad, que fue profesor de litografía, que la obra de José Guadalupe Posada no se entiende si se ignora su paso por León.
Más aún, ignoran su matrimonio en León con una leonesa, María de Jesús Vela, y que aquí también tuvo un hijo llamado Juan Sabino, que murió muy joven en la ciudad de México.
Un verdadero homenaje, un inteligente homenaje, debiera partir de ese hecho: recuperar, además, la obra de Posada en León y no quedarse con las copias que les mandan de Aguascalientes de una obra, por cierto, que Posada no hizo en Aguascalientes sino en la ciudad de México.
Celebro cualquier homenaje dedicado a este genio del arte mexicano, pero no me cansaré de cuestionar la falta de contundencia, investigación e imaginación de los mismos.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...