domingo, 8 de junio de 2014

Se presentará en Cádiz una interesante e importante muestra sobre José Guadalupe Posada


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Cuando uno ve cualquiera de los grabados que a lo largo de su vida nos dejó el artista mexicano José Guadalupe Posada, inmediatamente se los relaciona con México y la cultura mexicana. Sus dibujos retrataron a la perfección una parte de nuestra cultura proyectándola de manera intemporal lo que ha permitido que aunque pasen los años sigan teniendo vigencia y encuentren una identificación con todo mexicano que los encuentra divertidos y muy propios.

Y parte de ese embrujo podrá verse en la exposición "Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana", de José Guadalupe Posada, que se exhibirá desde el 19 de junio del 2014 en el Castillo de Santa Catalina, en la ciudad andaluza de Cádiz.  La muestra, cuya curaduría estará a cargo del escritor, periodista e investigador, también mexicano, Agustín Sánchez González, "...se compone de alrededor de un centenar de volantes originales de finales del siglo XIX y principios del XX, en los que se destacan diversas facetas del artista oriundo de Aguascalientes."



Posada fue un artista, cuya obra influyó de manera importante en algunos de los pintores mexicanos de generaciones posteriores:
Fue considerado por Diego Rivera como el prototipo del artista del pueblo y su defensor más aguerrido, incluso se autoproclamó como hijo de Posada y de la Catrina en su mural Sueño de una tarde de domingo en la Alameda.  También es considerado precursor del movimiento nacionalista mexicano de artes plásticas. Célebre por sus dibujos y grabados sobre la muerte. Apasionado de dibujar caricatura política. Desarrolló nuevas técnicas de impresión. Trabajó y fundó periódicos importantes. Consolidó la fiesta del día de los muertos, por sus interpretaciones de la vida cotidiana y actitudes del mexicano por medio de calaveras actuando como gente común.
La muestra podrá verse en Cádiz durante los meses de junio, julio y agosto porque esta previsto que en octubre la misma exposición podrá verse en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares.


Exhibirán exposición de José Guadalupe Posada en España


CULTURAS

Exhibirán exposición de José Guadalupe Posada en España

Es reconocido como el ilustrador de lo mexicano. La muestra “Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana”, podrá verse a partir del 19 de junio, en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz.

Apenas en 2013 se conmemoró el centenario de su muerte con la realización de varias exposiciones en México.
Apenas en 2013 se conmemoró el centenario de su muerte con la realización de varias exposiciones en México.
El grabador José Guadalupe Posada es más que calaveras, por las que es conocido en el mundo, “es el gran ilustrador de lo mexicano”, afirmó el investigador Agustín Sánchez González. El investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) precisó que Posada es conocido en el mundo por sus ilustraciones de calaveras, pero la muestra llevada a España descubre que es más que calaveras, es el gran ilustrador de lo mexicano.

Sánchez es el comisario de la exposición “Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana”, de José Guadalupe Posada, que se exhibirá desde el 19 de junio en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, sur de España. El también historiador describió que se trata de cien piezas, impresiones tipográficas directas.

Posada es autor de más de 20 mil obras. Apenas en 2013 se conmemoró el centenario de su muerte con la realización de varias exposiciones en México, recordó Sánchez. El ilustrador nació en Aguascalientes, en 1852, y murió en el emblemático barrio de Tepito, en la Ciudad de México, en 1913.
Su obra, mientras vivió, no ocupó espacio en ningún museo, lo que nunca fue su objetivo, y tuvo un fin mejor: volar por los aires, mirarse en las calles, en las iglesias, en las mesas para el juego, en las cartas de amor, en los cancioneros, los periódicos, los anuncios, entre otros escaparates.

En cada una de las casas, modestas o lujosas, siempre se encontraba uno de sus trabajos. Su obra fue realizada para el momento, para lo efímero, y sin embargo, trascendió de tal manera que hoy, más de cien años después, está más viva que nunca.

La exposición se podrá visitar durante junio, julio y agosto, y en octubre se trasladará a la ciudad de Alcalá de Henares, cuna de don Miguel de Cervantes de Saavedra, destacó Sánchez

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Afrodita Morris. Homenaje a Efraín Huerta




 

En unos días más, el 18 de junio,  Efraín Huerta cumple 100 años de haber llegado a este mundo y, con su poesía, permanecer siempre.
      Sea este un homenaje diario 

 












AFRODITA MORRIS
(Ceremonial de las 13.30)
                        On ne mesure pas le désordre
                       Pourtant
                        C’est par la femme que l’homme dure
                      PAUL ÉLUARD

Causadora de secretos yerros
Enemiga de honestad
Ligera emerges de la malvada espuma
Y zahareña pasas bajo arcos triunfales
Traspasada de luces meridianas
Pirules, marquesinas, prósperas azaleas,
Sublimada como la gran cosa grandes muslos
Sintiéndote brutalmente soñada
Cual si fueras lo exclusivo y único mineral y eléctrico

Pero así eres pues
Y algo de tu mítica presencia
Explicaré en seguida
Con licencia de castos ojos castos oídos:

A los 200 metros advertimos olemos la chamusquina
Tu breve cabellera república de abejas
Dorado vellocino
Te acercas luego luego
Deseada y amada a todo vapor
Con tus brillantes incisivos de ardilla
El busto de amazona levemente anémica
Y todo lo animal y exuberante que te circunda
Laboriosa potranca gigante brizna
Abrasadora corza purpureante blasfemia
Amazona domadora del potrillo segundo
Del minutero potro
Fulminadora de una vez por todas
Espejo espejito espejazo
De los hirientes azúcares del día
¿Quién más bella que tú?

Pasas rapiditamente por el abismo de mis tristezas
Irradiando cardillo suscitando guirnaldas
Malditamente becqueriana
Salvajemente nerudiana
Abruptamente rubendariana
Dueña y señora de las implacables exultaciones
Vegetal marmórea canela pura
Piel de adivinaciones
Pies tejedores de aullidos
Cuando un fregabundal de albañiles te miran
Y los andamios son ya castillos en ruinas
Los pasajeros de autobuses fallecen de escalofrío
Y los decesos (desexos) se suceden como un tropel de alfajores
Imposible sería, erectamente hablando,
Decir tu nombre porque nadie lo sabe y
Porque pocos conocen tu eminencia hipotenar
El aductor medio el definitivo sartorio
Los nombrados internos y externos
El crucial peroneo lateral largo
Y los delicados crural anterior, ah, y el sóleo

Después la asfáltica nube que discurre desde Morris Hnos.
(todo lo diagnosticas tú, todito, toditito,
doctora en almas herrumbrosas automóviles desbielados)
Hasta Masaryk, Horacio y Homero
Territorio de los rugidos las aromáticas mentadas de madre
Las sirenas de la Cruz Verde y la Cruz Roja
El claxon rencoroso de las damas liverpúlicas
Las solamente lindas propietarias de boutiques
(una shutique me hace merecedor de la locura)
Los vendedores de billetes de lotería
Los boleros sin ranita con mandolina,
Los vagos, los imbéciles gerentes de banco
Y sus medianamente guapotas secretarias
Las carrozas de Gayosso y Tangassi
(Cuando estrene mi pijama de madera estaré más triste)
Los camiones 60, 77, 85, 91, etcétera,
Que van y vienen como cangrejos locos
Y vas y vienes, Afrodita de tezontle,
Y entonces la avenida Mariano Escobedo (¡Ríndete,Maximiliano!)
Es el canal donde la sangre estalla y se desparrama
Y los cínicos sicofantes la recogen con cucharitas de plata

Pero cuando ayayay no pasas
Vario coraje nos enferma y
Por absoluta mayoría se resuelve
Que simplemente seas Afroda
Afroda Pérez López González o Martínez
Y no como te llamen en tu oficina en tu alcoba
O como se llamen tu espalda y tus riñones
Tus músculos ya escritos y descritos
La dulce miniatura de tus machupechos
Nuestros ojos muertos de pena
Nuestra boca muerta de sed
Nuestra poesía tan pobremente reiterativa

Todo viene a ser atrocísimo
Ominoso guillotinesco
Oh tú arrogante y bien plantada
Epicúreo y frutal teorema
Avara y generosa
Plácidamente paladeable
Para con “los llamados etceteristas
Y también los del así sucesivamente”

Y así
Así susexyvamente
Hasta la dulce muerte por enumeración
Y la despiadada caída
Del violáceo telón de la Impudicia

Enero de 1971




Encontré un blog, de César Abraham Navarro, que rescata la siguiente anécdota:
" En la primera parte del programa televisivo Luces de la ciudad, Efraín Huerta y la Ciudad de México (México, 1994) —idea original de Gerardo de la Torre—, realizado por Felipe Cazals, Edmundo Valadés (1915-1994) refiere la siguiente anécdota brevemente: En ese tiempo el tuvo un infarto, ¿no?, muy grave. Me acuerdo de que mandó una tarjeta que decía “QueridoMundo” —él me decía Mundo—, tal y tal cosa, y firmaba  “Infartín Huerta”.
En la segunda parte de dicho programa, Alejandro Aura (1944-2008) contextualiza un par de poemas de “El cocodrilo”:
Había una chica que trabajaba en la distribuidora de automóviles y taller mecánico y no sé qué, “Morris”, que está o estaba ahí junto a IBM, junto al edificio de IBM, y ahí  trabajaba una chica grandota como tú [se refiere a la entrevistadora y conductora Perla de la Rosa], preciosa, nomás que rubia, y tenía unos muslos pero así fornidos [los evoca con las manos] y se usaban las minifaldas y entonces
usaba la minifalda entalladita y aquellos piernones... Y venía, la veníamos venir y entonces Efraín decía:
—¡Mira y... ésa es Afrodita! ¡Afrodita! Y entonces pasaba Afrodita —nunca le dijimos nada, nada más la mirábamos con arrobo—, pasaba... y entonces escribió el poema ese  que se llama “Afrodita Morris”. Es un poema extraordinario.
Y Afrodita Morris es esa Afrodita que trabajaba en la estación, en el taller Morris.

http://caesarisnv.blogspot.mx/2014_01_01_archive.html


sábado, 7 de junio de 2014

La vida es como el metro.

El domingo de las muchachas


Los domingos nadie trabaja, eso dicen.
Es un día especial, pero en el metro sí hay servicio, digamos normal, aunque los vagones suelen ir vacíos y silenciosos pues vendedores ambulantes, artistas callejeros, supongo que ladronzuelos y demás asiduos, toman su día de asueto.
Hay estaciones cuya fluidez y gente es casi la misma, en cantidad, pero no en calidad. Chapultepec, Hidalgo, Bellas Artes, Zócalo, Basílica y Pantitlán, reciben ese día a las viajeras, que casi toda la semana han permanecido en casa.
Son fácilmente reconocibles. Huelen a limpio, a que acaban de usar el jabón que compraron en la fayuca o el que les regaló la señora.
Andan en pequeños grupos de dos, tres y hasta cuatro. Son jóvenes, casi todas, y se juntan como los domingos en que salían del rancho para ir a misa al pueblo.
Allá van. Se les mira en la Basílica de Guadalupe o en la Catedral; a la iglesia de la colonia donde trabajan evitan asistir pues, dicen algunas, allá van los patrones y luego las ven mal.
Su ropa también está limpia, en algunas ocasiones aún usan vestidos chillantes, como sus ancestros, sólo que son más modernas o pretenden serlo. A veces lucen algún vestido de "marca", regalo de la señora o pirata del tianguis..
Casi nadie se maquilla, ni se pinta los labios. Son chaparritas, llevan pelo suelto y sonríen tímidamente, como descubriendo el mundo.
Las que sí andan de pelo suelto, esperan al galán en la Alameda o en el jardín cercano de sus “casas”; los novios son soldados, o el panadero o el albañil que construye en la colonia o en la casa vecina a la que ellas atienden.
Es el domingo, el día de la creación, el día de la libertad. Van a Chapultepec a mirar los animales, a remar con el novio, a comer tortas, tostadas y quesadillas, con agua de limón o de horchata. Las modernas, de cuando en cuando, comen hamburguesas en McDonalls.
La ciudad les parece un monstruo. A veces añoran la tranquilidad pueblerina, pero se reconfortan con la seguridad que tienen para comer, con las comodidades que gozan muy pocas, sobre todo, aquellas que trabajan en una casa rica y sus patrones son generosos, cosa poco frecuente; en cambio, a las que chambean con clasemedieros, cada vez les va peor.
Viven en pequeños cuartos, compartiendo habitación con los hijos menores de la familia o, de plano, les han construido un cuartito, como palomar, en la azotehuela, donde duermen al lado del lavadero o de los tendederos de ropa.
Pero los domingos olvidan todo eso, se les ve alegres.
Bajan en Bellas Artes y se encaminan al correo a poner una carta a sus "tatas", donde cuentan sus vivencias, les mandan un poquito de dinero que alivie un poco sus pesares.
Los domingos ríen. 
A veces van al teatro Blanquita, transitan por la Alameda central, como en su pueblo: "los muchachos por allí, las muchachas por allá", soñando con encontrar un hombre que las quiera y no las abandone como muchas que se equivocaron, un fin de semana, y salieron con su domingo siete.
Ese día salen temprano de la casa donde están encerradas todos los días, caminan despacio, disfrutan su descanso; recorren todas las estaciones del metro, pasan de andén en andén, de línea en línea.

Les gusta contemplar las calles, desde aquellas líneas que no son subterráneas, como la dos, la de color azul, de San Antonio Abad a Taxqueña, pero en cuanto empieza a oscurecer regresan a la casa de sus patrones a esperar el siguiente domingo para volverse a encontrar con la ciudad, con el metro, con la vida.

Inaugurarán en España nueva exposición de José Guadalupe Posada

COMUNIDAD Y CULTURA
Inaugurarán en España nueva exposición de José Guadalupe Posada
La exposición tendrá por nombre: "Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana". Foto: Cortesía

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Organización Editorial Mexicana
5 de junio de 2014


Madrid.- El grabador José Guadalupe Posada es más que calaveras, por las que es conocido en el mundo, "es el gran ilustrador de lo mexicano", afirmó el investigador Agustín Sánchez González.

El investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) precisó que Posada es conocido en el mundo por sus ilustraciones de calaveras, pero la muestra llevada a España descubre que es más que calaveras, es el gran ilustrador de lo mexicano.

Sánchez es el comisario de la exposición "Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana", de José Guadalupe Posada, que se exhibirá desde el 19 de junio en el Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, sur de España.

El también historiador describió que se trata de cien piezas, impresiones tipográficas directas.

Posada es autor de más de veinte mil obras. Apenas en 2013 se conmemoró el centenario de su muerte con la realización de varias exposiciones en México, recordó Sánchez a Notimex.

Posada nació en Aguascalientes, en 1852, y murió en el emblemático barrio de Tepito, en la ciudad de México, en 1913.

Su obra, mientras vivió, no ocupó espacio en ningún museo, lo que nunca fue su objetivo, y tuvo un fin mejor: volar por los aires, mirarse en las calles, en las iglesias, en las mesas para el juego, en las cartas de amor, en los cancioneros, los periódicos, los anuncios, entre otros escaparates.

En cada una de las casas, modestas o lujosas, siempre se encontraba uno de sus trabajos. Su obra fue realizada para el momento, para lo efímero y sin embargo, trascendió de tal manera que hoy, más de cien años después, está más viva que nunca.

La exposición se podrá visitar durante junio, julio y agosto, y en octubre se trasladará a la ciudad de Alcalá de Henares, cuna de don Miguel de Cervantes de Saavedra, destacó Sánchez. (Noitmex)
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Verá España obras de Posada

Verá España obras de Posada

El Universal
Viernes 06 de junio de 2014

Ver� Espa�a obras de Posada
GRABADO. Obra con la que es conocido el artista en el mundo. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

MADRID. El grabador José Guadalupe Posada es más que calaveras, por las que es conocido en el mundo, “es el gran ilustrador de lo mexicano”, afirmó Agustín Sánchez González investigador del INBA.
El experto precisó que Posada es conocido en el mundo por sus ilustraciones de calaveras, pero la muestra llevada a España descubre que es el gran ilustrador de lo mexicano.
La exposición Posada. Fantasías, Calaveras y Vida Cotidiana, será exhibida el 19 de junio en el Castillo de Santa Catalina. (Notimex)

Praga, mi novia

En unos días más, el 18 de junio,  Efraín Huerta cumple 100 años de haber llegado a este mundo y, con su poesía, permanecer siempre.
      Sea este un homenaje diario 


      PRAGA, MI NOVIA

Lily me espera a las 11 en el puente del rey Carlos,
al pie de San Juan Nepomuceno, santo de piedra,
santo de agua, mudo, ahogado.
Lily cree en Dios y yo corro hacia ella
y hacia el río y después
los dos iremos hacia las colinas,
hacia el Castillo, hacia la Catedral,
y caminaremos la Callejuela de los Alquimistas
donde Lily descubre oro en las puertas y en las flores
y uno es un gigante que no cabe en las pequeñas casas.

Veremos grandes patios, hermosos panoramas,
y ella me obsequiará el prometido retrato de Neruda
—del viejo checo Jan, no del chileno Pablo—
y yo habré de contarle cómo es el mar
y si algún día regresaré.

Lily me dirá que cuente con ella
y que Praga es mi novia
y que ya no sueñe con las noches danubias
ni con «la negra Viena de los ojos azules»,
porque aquí, a nuestros pies,
un río de bronce y plata nos mira
y es un río que se llama Voltava.

Corro porque Lily me espera
y es posible que ya no crea en Dios
—lo que sería sencillamente horrible para ella.
Sus ojos que tanto han llorado deben mirar
hacia la dulzura del santo que no dijo nada
como ella tampoco parece decir nada cuando la beso
y en su español murmura «No me beséis»
y yo tengo que reírme y casi me muero de risa.

Al día siguiente
—porque ya Carlos Augusto León se ha ido a Zurich
a volar hacia América con su medalla de oro
en el pecho y sus cuentos de llaneros venezolanos—,
al día siguiente bailaremos valses
y al otro día Lily   (sólo me queda ella)
esperará el filo de oro de la tarde
para llevarme hasta la puerta del Cementerio Judío
y dejarme de la mano de Dios
para que yo solo con mi alma pise aquellas flores de pavor
y me quiebre los ojos sobre las lápidas labradas
llenas de siglos
y a media voz recuerdo el poema de Nezval.
Porque ahí sólo pisamos la ceniza
y Lily, que cree en Dios,
no quiere entristecer su adoración
por el pequeño Niño Jesús de Praga
que se quedó en su nicho, allá en lo alto de la Malá Strana
con sus quince vestiditos de oro y plata de todos los colores.

Y entonces, como no hay nada ni nadie a la vista,
sueño que los viejos huesos crecen en los dorados árboles
y que una flor tiene la lengua de fuera
porque Lily debe estar loca
y los rabinos están hechos polvo
y en la sinagoga el candelabro mueve los brazos
y el gran Libro abierto me habla
y la palabra «nazis» me da náuseas
y debo entonces pedir la paz en todos los ríos
y para todos los poetas, hombres, niños, mujeres,
y no solamente para la turbia paz del Cementerio
ni la paz para la ceniza que se come
ni para las astillas de huesos que recogí en Oswiecim
ni mucho menos la paz del ghetto de Varsovia.

Por eso, Lily, que cree en Dios y es hermosa y católica,
me dice que si estoy en Praga es porque soy malo
y debo ser un sanguinario   comunista
pero que todo me lo perdona
(es tan buena) porque le corrijo su español
y le cuento de mis amigos de México y de las estrellas de cine
y que hay un pueblo lleno de canales y   guitarras
y dos terribles volcanes muertos cubiertos de nieve
y para su consuelo una gran cantidad
de iglesias y mucho sacerdotes.

Por eso corro y dejo atrás la fina lluvia
y ya no quiero tampoco   recordar la fría tierra de Lídice,
porque me encanta la vieja ciudad y aunque me canse
(cuando regrese a México haré que me operen)
no puedo dejar a Lily con sus panes
y sus frutas,   tampoco con sus ojos
que parecen ojos de santa flagelada
ni con su amarga risa de niña.

No me pierdo por Praga, porque ¿cómo perderme
en brazos de una novia amorosa?
Lily me dijo apenas ayer que me entregaba
el corazón de la ciudad
y yo me bebo el aire del río
y va no le pido más porque nada me niega
y porque debo llegar a una hora fija, a las 11,
al pie de San Juan Nepomuceno,
santo de piedra,
santo de agua,
mudo,
ahogado.


autógrafo

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...