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lunes, 1 de septiembre de 2025

CUANDO EL PRESENTE SE VOLVIÓ PRETÉRITO

 

Hace casi cien años, el país se debatía entre los caudillos, en plural. Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón se disputaban el poder único. En todo el país, la diversidad de caciques se disputaba el mando. Pareciera que Obregón y Calles, deshaciéndose de sus adversarios habrían acordado -no se sabe, es una especulación- rolarse la presidencia. No contaban con que un fanático católico cortara ese carrusel y asesinara a Obregón en 1928. (Aunque siempre se respondía a la pregunta acerca de quien lo mandó matar: Calles…e la boca)

En el mundo, dos maneras diferentes, pero a la postre iguales, mostraban un camino: el fascismo de Mussolini, en Italia, y el comunismo de Stalin, en la URSS.

Calles sintetizó ambos. Convocó a los diversos grupos regionales de poder y los congregó en una gran organización: el Partido Nacional Revolucionario. Hace noventa y siete años, durante su último informe de gobierno, pronunció un discurso que sintetizaba eso “Ha terminado la era de los caudillos y comenzaba la era de las instituciones”.

El poder penerrista se volcó a edificar un gobierno piramidal, con una base popular construida por los obreros, campesinos, los soldados y la clase media. Como en Italia, se construyó un país de sectores que, años después, ya en el gobierno de Lázaro Cárdenas, con un discurso “Marxista”, donde se hablaba de lucha de clases, se consolidó con la creación de la CTM, la CNC y la CNOP.

Ese fue el poder que se mantuvo hasta 1988 cuando se fue desquebrajando para que en el 2000, se rompiera, al fin.

25 años después, ha renacido.

El presidencialismo autoritario construido por López Obrador está más vigente que nunca, tanto, que no ha faltado quien diga que este es su séptimo informe de gobierno.

Da grima ver el color morado de gobierno en chalecos, batas, uniformes, camiones oficiales, barrenderos, etcétera y, muy pegadito a ellos, esos mismo chalecos, y no dudaría que bajo la nómina del Estado, propagandistas del partido oficial: MORENA, que han salido más chulos que bonitos, más listos que el priismo que aunque ha utilizado siempre los colores de la bandera en su escudo, fueron, al menos en eso, más discretos en las campañas de afiliación.

La historia sirve para recordar esos años. Mirar como vuelve a repetirse la misma fórmula del autoritarismo.

Hace cien años, Quetzalcóatl se paseaba por la ciudad, en lugar de los Reyes Magos y repartía juguetes a los niños, igual que hoy se reparten becas del bienestar, mientras los “nuevos” ministros de la tremenda corte se expresan, como hace cien años, de un ser superior del indigenismo y un discurso de mesianismo, evocando el mito del regreso de la serpiente emplumada, o el de Cristo que, para el caso tendría el mismo significado.

Con ridículas limpias, utilizando construcciones prehispánicas, como Cuicuilco, sin respetar el horario y rompiendo el protocolo; o practicando falsas ceremonias “religiosas”, en un edificio público consagrado por la Constitución para ejercer la laicidad y donde se ejercen las leyes, rompiendo con ellas, este grupo de farsantes, que deberían ser los primeros en  respetarlas. 

Empezar un ciclo del poder judicial con una evocación mística, mesiánica y totalmente religiosa, no presagia nada bueno.

Dios no agarre confesados (sic)


https://etcetera.com.mx/opinion/cuando-el-presente-se-volvio-preterito/



CUANDO EL PRESENTE SE VOLVIÓ PRETÉRITO

  Hace casi cien años, el país se debatía entre los caudillos, en plural. Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón se disputaban el poder únic...