100 años de caricatura en El Universal, en Monterrey
En el marco del 105 aniversario de El Gran Diario de México, que se celebrará en octubre, abrió una exposición que reúne los dibujos y los grandes caricaturistas que han publicado en el periódico
La exposición surgió del libro 100 años de Caricatura de El Universal, de Agustín Sánchez, una edición conmemorativa por el centenario del periódico, en 2016.
En 2018, el Instituto Quevedo de las Artes del Humor de la Universidad de Alcalá, en España, cumplía 25 años de exposiciones internacionales y entonces invitó a EL UNIVERSAL para presentarla, ahí se ofreció una museografía con una cercanía al humor gráfico español; la misma se presentó en el Instituto de México en España, en Madrid.
Al año siguiente se presentó en el Instituto Cultural Mexicano en Washington, con un enfoque centrado en cómo los moneros mexicanos veían a Estados Unidos; caricaturas de los presidentes estadounidenses y un homenaje a la historieta.
Ahora se presenta por primera vez en México, en Monterrey, Nuevo León, con un homenaje a caricaturistas neoloneses como Crescenciano Garza Rivera y Santiago R. De la Vega. Además hay referencias a hechos históricos en Nuevo León, como una protesta contra libros de texto gratuitos, hecha por Rius. Y presenta obras del acervo del museo de caricaturistas como el Chamaco Covarrubias, del Chango Cabral y un gran dibujo de Saturnino Herrán.
Para Sánchez, especialista en el desarrollo de la caricatura mexicana, campo en el que ha publicado el celebrado Diccionario biográfico ilustrado de la caricatura mexicana, en esta muestra que con variantes se ha presentado en España y en Estados Unidos, se puede apreciar en México a través del humor gráfico.
“En este momento, cuando todo es políticamente correcto, se está perdiendo el humor. Y me parece que debemos defender el humor, no todo puede ser formal, el día que se acabe el humor, se acaba el mundo. Además, me parece que hay una crisis en la caricatura y en los medios, pues los periódicos ya no imprimen la misma cantidad de ejemplares ni la misma cantidad de páginas. De modo que atravesamos por una etapa vertiginosa y no sabemos cuánto tiempo durará".
El historiador considera que aunado a ese contexto, existe una generación joven que "sigue sin aparecer". "A mí me preocupa que no estamos viendo a los más jóvenes. Sin embargo, a pesar de todo, esta exposición es una buena muestra de la salud de la caricatura. En uno de los módulos hay jóvenes que han obtenido premios y que hoy están publicando, como Waldo; tienen entre 30 y 40 años y aunque no podemos compararlos, de algún modo están tomando la estafeta de los maestros como Naranjo, quien este año cumple cinco años de su fallecimiento", explica.
Los temas nacionales, dice el investigador, están reflejados, pues muchos de los caricaturistas representados en la muestra se trasladaron desde sus lugares de origen a la Ciudad de México. En este sentido, los moneros de Monterrey cobran relevancia en esta muestra.
¿La caricatura sigue teniendo el mismo impacto que años atrás?, se le pregunta al investigador. "Vivimos un momento muy interesante porque por primera vez hay una caricatura muy militante a favor del gobierno, pero también hay otra que sigue siendo crítica. Alarcón dice que los caricaturistas sólo se agachan para hacer caricatura. Sin embargo, hoy hay varios que siguen sin entenderlo. Todos tenemos simpatías hacia algún partido o tendencia, pero es de lamentar que haya una tendencia demasiado complaciente con el poder política, como nunca había pasado. En este sentido, que haya dos formas de ver al gobierno es también una muestra de la polarización que estamos viviendo en esta farsa de Cuarta Transformación".
Y añade: "Una de las cosas que se habían roto con Naranjo, con Helio Flores y con La garrapata, es la ruptura con el presidencialismo que había sido atroz. El político mexicano descubrió que podían existir caudillos sexenales, pero en 1968, con la gran crisis, empezó el cuestionamiento generalizado y subió el nivel desde Echeverría hasta Peña Nieto. Por eso lo que más me preocupa es el regreso del autoritarismo y por eso esta exposición es tan importante, porque muestra una caricatura viva".
Para Sánchez, la caricatura no sólo es crítica, también es estética. En este sentido, la exposición refleja la evolución del trazo. "El periódico siempre ha cuidado que haya calidad, una caricatura sin calidad y sin humor, no es caricatura. La caricatura es un retrato histórico, nos cuenta una historia. Uno puede ver una caricatura de hace 40 años y puedes no entender nada, pero te puede gustar por la cuestión estética y es el investigador el que da la referencia. Por ejemplo, hay una caricatura de Rius sobre una protesta por los libros de texto gratuitos, te das cuenta de que había un grupo conservador al que no le parecía. Ese momento quedó ahí, en la caricatura. De modo que la caricatura es humor, estética y es un retrato de la historia de México. Y esta exposición nos permite hacer un recorrido por la historia de nuestro país durante un siglo".
La muestra se inauguró este martes y estará hasta enero.
https://www.eluniversal.com.mx/cultura/100-anos-de-caricatura-en-el-universal-en-monterrey
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