Hace meses sabíamos que Eduardo del Río estaba muy mal, él mismo lo contó, públicamente, con ese humor negro que sólo los buenos caricaturistas tienen.
Una semana antes de ese anuncio lo supe, por eso escribí un texto para Confabulario, estando en Lisboa, para que apareciera antes del homenaje.
Ensimismado, escuché decir a mi mujer "seguro ya estás pensando que escribirás".
Me sentí halagado por recibir propuestas para escribir un texto sobre Rius de parte de cuatro medios.
Contesté más de media docena de entrevistas mientras escribía, presuroso, el texto que se publicó el día 9 en El Universal. Este es:
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