domingo, 12 de febrero de 2017

¿Quién se robó mi frutsi?

A pesar del desdén de la gente que "es congruente" con su posición política, me fui a la marcha para protestar contra Trump este domingo. Sacrifiqué el poco tiempo que tengo para descansar en aras de una muy buena causa.

Mi mujer y mi hijo Mateo me acompañaron en un momento muy feliz, lleno de ilusiones y esperanzas al ver a niños, jóvenes, adultos, gente de la tercera edad, discapacitados en silla de ruedas que, muchos de ellos, jamás habían salido a protestar a las calles.

A pesar de que muchos críticos puristas decían que a los acarreados los pirruris repartirían frutsi y tortas (neta que hubiera deseado en todo caso una copita de Viuda de Clicquot o de perdis una botellita de agua evian o un delicioso Vichy catalán), pero no hubo nada, debí conformarme con comprar una nieve de limón de cinco devaluados pesos. Sigo pensando, como título de libro chafa ¿quién se robó mi frusti?

La gente fue llegando, y nadie estaba temblado.

En los años setenta, cuando la represión era seria y constante, quienes marchabamos sabíamos los peligros que existían y hasta teníamos códigos para movilizarnos. Sabíamos consignas, gritos, pancartas, etc.

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Ahora no, eran personas que nunca había salido a las calles y estaban indignada contra el gringo maldito. Había, también, pequeños grupos que pedían la renuncia de Peña, una consigna poco inteligente, según creo basado en hechos históricos y jurídicos. Un señor, les dijo, eso está muy bien, pero no viene al caso ahora.

Tal vez los más organizados eran los ambulantes que llevaban miles de pancartas con consignas contra Trump y otra con la consigna Fuera Peña. Al final, dos de ellos me contaron su decepción por la poca venta.

Dice el periódico que fuimos veinte mil. Muy poquitos para una ciudad de tantos millones, pero muchos pensando que son pequeños granos de arena que no se arredran ante las críticas de la gente bonita de la izquierda puritana que sigue esperando, como los priistas y el propio Peña, qué hacer sin saberlo, sin entender una realidad y, peor aún, criticando con rabia y malestar a quienes nos atrevimos a salir a la calle, que no es poquito, pero tampoco sobra, en un momento que el país necesita fuerza.

1 comentario:

Gustavo dijo...

me solidarizo contigo y tus reflexiones mi buen Agus

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