La
obra de José Clemente Orozco como muralista es más que conocida en todo el
mundo, sin embargo, existe una faceta que ha pasado desapercibida: su trabajo
como caricaturista.
Durante
más de dos décadas, Orozco hizo caricatura en diversos medios, desde El Mundo Ilustrado, pasando por Frivolidades y luego por los
antimaderistas El Ahuizote, Ojo Parado,
para llegar a los carrancistas El
Malora, La Vanguardia y, Acción Mundial y terminar en El Heraldo y L´ABC.
Nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, en 1883; fue alumno
de Germán Gedovius y de Leandro Izaguirre en la Academia de Bellas Artes.
Comenzó a hacer caricatura en 1906,
una obra llamada “El chirrión por el palito”; el jefe del taller era Carlos
Alcalde, quien lo llevó de la mano a la caricatura.
Luego tuvo momentos memorables, con una caricatura excepcional que publicó en diversas publicaciones, como El Ahuizote,
Ojo Parado, medios que fueron críticos al maderismo, como prácticamente
toda la prensa lo fue.
Unos años después, se vinculó al
Doctor Atl e hizo una caricatura favorable a los constitucionalistas,
criticando a Victoriano Huerta.
Orozco es un artista que no deja
nada al azar; su caricatura es la mejor demostración del valor estético de la
caricatura; el carácter expresionista de su trabajo se expresó también en su
obra de humor gráfico.
El poeta Juan José Tablada señaló: "Sabio y sutil, él sabía
como exhibir el aspecto más ridículo y llamativo del político que en México,
como en todo el mundo, es un excelente blanco para la sátira y el buen humor”.
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