Corría el ya lejano año de 1983 cuando mi amigo Jorge Pantoja me invitó a
escribir el texto de presentación de una exposición de caricatura sobre Fidel
Velázquez: Y sigue tan campante. Entonces no imaginé lo que significó ese
evento, hace más de tres décadas.
En principio, mi acercamiento al mismo
Museo del Chopo donde tuve uno de los trabajos más gratificantes que he
realizado, teniendo como jefe a un gran artista, Arnold Belkin, además de
acercarme a la curaduría de exposiciones
que, por estos años, he realizado en más de una docena de recintos en México y
en España; después, el personaje que hoy deberíamos conocer para entender la
historia política de nuestro país y del que nadie se acuerda: Fidel Velázquez,
de quien escribí su historia en un exitoso libro publicado por Editorial Planeta
y que vendió más de veinte mil ejemplares, con comentarios elogiosos de personajes
como Carlos Monsiváis y Miguel Ángel Granados Chapa, además de abrirme la
puertas al mundo editorial.
Después, mi acercamiento a la Sociedad
Mexicana de Caricaturistas, que fueron coeditores y cómplices de la creación de
un libro muy importante para la historia de la caricatura: el Diccionario Biográfico ilustrado de la Caricatura
en México; además que desde hace más de dos décadas mantengo una estrecha
relación con esta organización que ha procurado, con altas y bajas, mantener un
museo (lamentablemente hoy cerrado) y un acervo de caricaturas importantes, y
con quienes he publicado varios libros, realizado varias exposiciones y muchas
cosas más.
Tal vez, una de las más importantes, fue
el acercamiento al maestro David Carrillo, un gigante de la caricatura, uno de
los creadores de la SMC, del Museo de la Caricatura y un entrañable personaje
de quien, también, tuve la fortuna de curar una muestra en el Museo de Historia
Mexicana de Monterrey, un gran recinto donde, también, he realizado un par muestras
de gran calidad. La más significativa, sin duda, José Guadalupe Posada. El gran creador de lo mexicano, que ha sido, sin duda, la más importante muestra dedicada a este personaje y su obra.
Todo esto viene a cuento porque me
encontré esta nota que apareció en la Gaceta
UNAM y me removió toda una serie de recuerdos, de momentos fundamentales en
mi vida que ha sido siempre eso: trabajar en la cultura, al margen de grupos de
poder y con una obra que rebasa un largo inventario de actividades de las
cuales, por cierto, me siento muy orgulloso.
Su historia inicia con
el siglo
FIDEL VELAZQUEZ, PAUTA E IMAGEN DEL
SINDICALISMO EN MÉXICO
* Muestra colectiva de caricaturas Y sigue tan campante en el Museo Universitario del Chopo
La historia de Fidel Velázquez se inicia con el
nacimiento del siglo XX. El 12 de mayo de 1900, en San Pedro Azcapotzaltongo,
actualmente conocido como Villa Nicolás Romero, nació este personaje que
durante las últimas décadas ha sido el máximo dirigente del movimiento obrero oficial.
Desde niño se integró a las
labores del campo; a los 14 años emigró a los campos de Apam, Hidalgo, a
trabajar las tierras de su padre, que había sido asesinado por los
carrancistas; dos años después, en la Ciudad de México se desempeña como ayudante
de máquinas en una maderería de la Colonia San Rafael.
Posteriormente regresa al
campo y, a los 20 años, se convierte en repartidor de leche; después pasa a la
planta pasteurizadora de la Hacienda del Rosario, donde laborará por última
vez, pues a partir de aquí empezará a destacar como dirigente sindical, afirmó
el licenciado Agustín Sánchez González, el pasado 11 de mayo, con motivo de la
inauguración de la muestra colectiva de caricaturas Y sigue tan campante, en el
Museo Universitario del Chopo.
A los 21 años, continuó,
Fidel Velázquez ya es secretario del Interior de la Unión de Trabajadores de la
Industria Lechera, adherida a la CROM, que en ese tiempo era el organismo más
importante. "En 1929 Fidel Velázquez rompe con Luis N. Morones, dirigente
de la CROM, acusándolo de perpetuarse en el poder y de ser corrupto".
En 1933, Velázquez se une a
Lombardo Toledano para formar la Confederación General de Obreros y Campesinos,
que iba a ser una de las bases en que se fundaría la CTM; en 1941 asume la
Secretaría General y hoy, cuarenta y dos años después, se mantiene en ese
puesto.
La muestra de caricaturas
que se exhibe en el Museo del Chopo se realiza en colaboración con la Sociedad
Mexicana de Caricaturistas, con motivo del cumpleaños 83 de Fidel Velázquez,
personaje que, a decir del caricaturista David Carrillo, se ha convertido en un
personaje inolvidable para los caricaturistas que "el día que nos falte
¿qué vamos a hacer?".
La caricatura, añadió, es
uno de los principales medios de la comunicación; a la mayoría de la gente le
gusta la síntesis que en ella encuentra, además de que refleja un estado de
ánimo y algo de humor.
Ser caricaturista tiene su
chiste, asegura Carrillo, ya que se tiene que estar bien documentado e
informado, leer y conocer la historia, pues de otra manera no se logra mucho en
este terreno.
David Carrillo tiene 43 años
haciendo caricaturas y acaba de publicar su libro Recordar es reír, en el que
expone, en forma cronológica, diversas imágenes de Fidel Velázquez. De todas
ellas ha hecho una minuciosa selección para presentarla en esta exposición, en
la cual también participan Vadillo, Aarón, Naranjo y Romero, entre otros
reconocidos exponentes de la caricatura en México.