domingo, 25 de marzo de 2018

Jesucristo en el cine mexicano



Recupero viejos artículos. Esta nota la publiqué en
La Jornada, el 12 de abril de 2001. 

Jesucristo en el cine mexicano
Agustín Sánchez González


En 1952 se estrenó en México la cinta El mártir del calvario, dirigida por Miguel Morayta, con la actuación del actor español Enrique Rambal en el  papel de Jesucristo, acompañado de Manolo Fábregas, como Judas, Consuelo Frank y Alicia Palacios. Esta película se convirtió en un fenómeno televisivo que cada Semana Santa es transmitida por televisión. De alguna manera, esta ha sido la imagen que generaciones mexicanas enteras ha tenido de Cristo.


Cabe recordar que durante esta época tras la caída del nazismo, se impuso en el mundo el macartismo, mientras que en México quedó atrás la época reformista del general Cárdenas, donde fue visible el triunfo del alemanismo, época señalada como el inicio de modernización del autoritarismo.




Curiosamente, en 1970 se estrenó otra cinta que, de alguna manera, nos muestra otro Nazareno: Cristo 70, de Alejandro Galindo, que tuvo como protagonista a otro actor hispano: Carlos Piñar; actúan también Karla, José Roberto Hill, Gabriel Retes y Enrique Novi, entre otros. En ella, un grupo de jóvenes irresponsables que eran perseguidos por la policía, llegan a una pequeña población donde les toca revivir la pasión de Cristo.
Estos años marcan el fin de una época, a través de la crisis de ese autoritarismo, no hay que olvidar que poco tiempo atrás ocurrió el movimiento estudiantil de 1968.
Esta película no es la única que, con ese tema, se filmó durante esos años. En 1965, Julio Bracho filmó El proceso de Cristo, llevando a Enrique Rocha en el papel de Cristo; mientras que Miguel Zacarías, en 1969, realizó una trilogía con el mismo tema: Jesús, el niño Dios, con el niño Alfredo Melhem; Jesús, María y José, con los niños Jorge Espada y David Bravo; finalmente, Jesús Nuestro Señor, donde Claudio Brook hace el papel del redentor.
Estas cintas no son las únicas. En 1942, el director español José Díaz Morales, filma Jesús de Nazareth. Con esta película, dice Emilio García Riera, “inicia la moda, continuada por Luis Alcoriza y Enrique Rambal en otras películas, de que Jesús fuera interpretado por españoles en el cine mexicano”.
En 1945 se filmaron dos cintas dirigidas por Miguel González Torres, donde Alcoriza hace el papel de Cristo: María Magdalena y Reina de Reinas.
Desde un punto de vista ideológico, no es una moda; durante los años posrevolucionarios se generó tina lucha ideológica entre los hispanistas y los nacionalistas, vinculándose, los primeros, con la derecha cristiana, y cristera, en contraposición de los gobiernos revolucionarios.
El historiador Ricardo Pérez Montfort ha estudiado seriamente la lucha política e ideológica que se establece en el ámbito cultural, donde el discurso de la Revolución mexicana encuentra una respuesta en las tesis conservadoras españolas; de ahí que la imagen de un Cristo español pueda no resultar una simple coincidencia.
Cristo ha sido una de los personajes con mayor número de representaciones cinematográficas. El sitio www.ociototal.com, en internet, da cuenta de los diez personajes que han tenido una mayor presencia en el cine, donde Cristo ocupa el cuarto lugar, con 152 películas. Atrás de Sherlock Holmes, con 207; Napoleón, 196, y Drácula, 164. Del personaje de Frankestein se han realizado 116 películas; de Tarzán, 98; Lenin, 88; Hitler, 76; el Zorro, 70, y Robín Hood, con 62.
Según Miguel Barbachano Ponce, “México es el único país hispanoparlante que ha tratado la historia de Jesucristo”. 

Aún así, quizá la película clásica por excelencia en México, gracias a la televisión, sigue siendo la mencionada al principio, El mártir del calvario, donde el ceceo de Rambal y su imagen ya forman parte de la iconografía de Jesucristo.





viernes, 23 de marzo de 2018

Un cuento escrito la noche que mataron a Colosio

Hace 24 años estaba en Madrid, hospedado en un hostal precioso, frente a la puerta del Sol. Nos preparábamos para ir a Atocha, tomar el tren AVE para viajar a Sevilla.
Parece la prehistoria, pero entonces no existía internet y las noticias corrían despacio. Mientras mi mujer se bañaba para salir, yo encendí un pequeño radio de transistores; en eso estaba cuando alcancé a escuchar que habían matado al presidente de México. 
Corrí a contarle a Nora y, conocedora de mis bromas, me dijo que no jugara, que era muy temprano, pero la convencí de que no bromeaba, que eso había escuchado. Siguió Radio Nacional de España con su programación habitual y no supimos más.
Al salir del hostal, en un kiosco vimos un pequeño recuadro, en primera plana, del periódico  El País que hablaban de un atentado a Colosio, no al presidente. Todo el viaje iba pasmado. En Granada, donde hicimos una parada, mi mujer me sacó del shock al decirme que si yo quería nos regresaramos. Desperté del pasmo y dije no, sigamos. Para entonces empezaba a tener claro que la política de este país era (y es) una mierda y que no tenía (ni tiene) remedio.
Esa noche, empero, en un balcón del Hotel Bécquer de Sevilla, donde nos hospedamos, escribí un cuento de un tirón. Llegando a México lo trabajé durante varios meses. Años después hubo un concurso El crimen como una de las bellas artes, y gané una mención y lo publicaron en el libro del mismo nombre. 
Esta es la primera página del cuento:

jueves, 22 de marzo de 2018

PIDEN CAPACITAR A JÓVENES DOWN

NOTICIAS DE HOY

PIDEN CAPACITAR A JÓVENES DOWN

Reforma | Por Natalia Vitela
Una de las principales dificultades que enfrentan quienes padecen Síndrome de Down es la falta de formación laboral, lo que dificulta su inserción en el mercado de trabajo y, con ello, la posibilidad de ejercer una vida independiente, advirtió Agustín Sánchez, fundador del Centro de Capacitación para la Vida Independiente.
En México, refirió el activista, existe carencia de escuelas para niños con discapacidad, pero la escasez se acentúa cuando se trata de jóvenes con este síndrome.
"El Gobierno tiene muchas carencias de apoyos a los grupos de discapacitados. En general, la discapacidad sigue estando al margen de las políticas públicas", criticó en entrevista.
"Lo que es lamentable, es que en las agendas de los candidatos tampoco se escucha nada al respecto. Los papás tenemos que pedir a los candidatos pronunciamientos adecuados. Es muy importante que se comprometan con esta población", destacó.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, sólo en 2017 nacieron 740 niños con síndrome de Down.
En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, Luis Fernando Mesta Soule, diputado del PAN, llamó a emprender una mayor inclusión de las personas con este mal y dejar de considerarlas como mexicanos de segunda.
Martha Sofía Tamayo Morales, diputada del PRI, reconoció que la enseñanza inclusiva para este sector es vital para su desarrollo.
"Debemos mantener el compromiso por aumentar la conciencia de la ciudadanía y recordar la dignidad inherente a esta comunidad. Es significativo que resaltemos la importancia de la autonomía e independencia que como personas merecen", dijo.
Por otra parte, Sylvia G. Escamilla, presidenta de la Fundación John Langdon Down, aseguró que la discriminación contra esta población continúa siendo un reto a vencer.
"Son como todos nosotros, con los mismos derechos a educación, salud, trabajo. Se les debe dar la oportunidad de salir adelante, de desarrollarse plenamente", comentó en entrevista.
Refirió que esa institución cuenta con una escuela de arte y actualmente la obra pictórica de personas con este síndrome se expone en Europa.
Para G. Escamilla, se necesitan campañas informativas y de sensibilización dirigidas a la población.
Vulnerables
Situación de los jóvenes con discapacidad, según datos de la Secretaría de Salud.
23.1% de la población con discapacidad de 15 años y más no cuenta con algún nivel de escolaridad.
39.1% de la población con discapacidad de 15 años y más participa en actividades económicas.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Preguntas de un obrero que lee

El blog de Jaime Clara.
Acabo de concluir un diálogo en fb, de esos diálogos absurdos, con gente que cree tener la verdad absoluta, tan frecuente en este mundo y que siempre me recuerda el proverbio de Antonio Machado: ¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".
Creer, por ejemplo que sólo los ingenieros que ponen un negocio valen la pena en el mundo y que "los demás que nos dedicamos a otras cosas, sólo somos parásitos que vivimos del desarrollo y progreso que los ingenieros generan".
Pues me trajo a la memoria, también, el viejo poema de  Bertolt Bretch, antes de que acabe el día mundial de la poesía que, por cierto, debiera conmemorarse a diario (a pesar de su carácter parasitario):


Preguntas de un obrero que lee.


¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros se mencionan los nombres de los reyes.
¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?
Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿Quién la construyó otras tantas?
¿En que casas de Lima, la resplandeciente de oro, vivían los albañiles?
¿Adónde fueron sus constructores la noche que terminaron la Muralla China?
Roma la magna está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los construyó?
¿A quienes vencieron los Césares?
Bizancio, tan loada,
¿Acaso sólo tenía palacios para sus habitantes?
Hasta en la legendaria Atlántica, la noche que fue devorada
por el mar,
los que se ahogaban clamaban llamando a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él sólo?
César venció a los galos;
¿no lo acompañaba siquiera un cocinero?
Felipe de España lloró cuando se hundió su flota,
¿Nadie más lloraría?
Federico Segundo venció en la Guerra de Siete Años,
¿Quién más venció?
Cada página una victoria
¿Quién guisó el banquete del triunfo?
Cada década un gran personaje.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.

lunes, 19 de marzo de 2018

Recordar y leer a Jaime Sabines

Tomada de http://www.otroangulo.info/libros/jaime-sabines-lento-y-amargo-poeta-de-todos-los-dias/
Un día como hoy, 19 de marzo, en 1999, nos dejó Jaime Sabines. Su obra, empero, lo hace inmortal.
Dos poemas para recordarlo

TU NOMBRE

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. 
Trato de escribir que te amo. 
Trato de decir a oscuras todo esto. 
No quiero que nadie se entere, 
que nadie me mire a las tres de la mañana 
paseando de un lado a otro de la estancia, 
loco, lleno de ti, enamorado. 
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote. 
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche, 
lo grita mi corazón amordazado. 
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo, 
lo digo incansablemente, 
y estoy seguro que habrá de amanecer.



ESPERO CURARME DE TI

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.


Lectura de Jaime Sabines en el Palacio de Bellas Artes

martes, 13 de marzo de 2018

El Tigre en casa. 4, de Eduardo Lizalde


    Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
    que se pierda
    tanto increíble amor.
    Que nada quede, amigos,
    de esos mares de amor,
    de estas verduras pobres de las eras
    que las vacas devoran
    lamiendo el otro lado del césped,
    lanzando a nuestros pastos
    las manadas de hidras y langostas
    de sus lenguas calientes.

    Como si el verde pasto celestial,
    el mismo océano, salado como arenque,
    hirvieran.
    Que tanto y tanto amor
    y tanto vuelo entre unos cuerpos
    al abordaje apenas de su lecho, se desplome.

    Que una sola munición de estaño luminoso,
    una bala pequeña,
    un perdigón inocuo para un pato,
    derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
    y desgarre el cielo con sus plumas.

    Que el oro mismo estalle sin motivo.
    Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
    se destroce.

    Que tanto y tanto, una vez más, y tanto,
    tanto imposible amor inexpresable,
    nos vuelva tontos, monos sin sentido.

    Que tanto amor queme sus naves
    antes de llegar a tierra.

    Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
    niños, animales domésticos, señores,
    lo que duele.

                           
    Y el poema, en su voz

lunes, 12 de marzo de 2018

El Tigre en casa, poema de Eduardo Lizalde

Un gran poeta, un gran poema para estos tiempos ridículos de un país igual


Caricatura tomada de http://lainter-poesia.blogspot.mx/2012/04/eduardo-lizalde.html


El tigre en la casa

2. El tigre

Hay un tigre en la casa
que desgarra por dentro al que lo mira.
Y sólo tiene zarpas para el que lo espía,
y sólo puede herir por dentro,
y es enorme:
más largo y más pesado
que otros gatos gordos
y carniceros pestíferos
de su especie,
y pierde la cabeza con facilidad,
huele la sangre aun a través del vidrio,
percibe el miedo desde la cocina
y a pesar de las puertas más robustas.
Suele crecer de noche:
coloca su cabeza de tiranosaurio
en una cama
y el hocico le cuelga
más allá de las colchas.
Su lomo, entonces, se aprieta en el pasillo,
de muro a muro,
y sólo alcanzo el baño a rastras, contra el techo,
como a través de un túnel
de lodo y miel.
No miro nunca la colmena solar,
los renegridos panales del crimen
de sus ojos,
los crisoles de saliva emponzoñada
de sus fauces.
Ni siquiera lo huelo,
para que no me mate.
Pero sé claramente
que hay un inmenso tigre encerrado
en todo esto.

Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...