La historieta mexicana 1930-1970, una exposición que aborda el nacimiento y desarrollo de esta expresión cultural que permitió a generaciones de mexicanos disfrutar las aventuras, enredos, intrigas y buen humor de sus personajes, será inaugurada el 15 de marzo a las 19:00 horas en el Museo de Historia Mexicana.
La conferencia inaugural “Leer la historia a través de la historieta” estará a cargo del historiador Agustín Sánchez García, quien además es el curador de la muestra que integra un amplio conjunto de ejemplares como aquellos que existieron en muchos hogares mexicanos y lograron sobrevivir al tiempo.
Se exhiben más de 150 piezas, dibujos originales, historietas y figuras que marcaron a varias generaciones de mexicanos, ubicando su “edad de oro” entre los años 1930 y 1950, teniendo una secuela final a inicios de la década de 1970.
Una historia muy monita dará cuenta del contexto social y antropológico en el que se enmarcaron las historietas mexicanas que permitirán que los visitantes tengan el mejor pretexto para reír, soñar y aventurarse en lo profundo de la esencia cultural.
Para el investigador Juan Manuel Aurrecoechea “en México, las historietas han sido escuela, silabario y cartilla de lectura; fuente de educación sentimental, ventana al mundo, materia prima de sueños; han saciado la sed de narrativa de millones de personas; han creado mitos y consagrado ídolos; han fijado y dado esplendor al habla popular. En sus viñetas y globos se hallan invaluables pistas para comprender la sensibilidad del México del Siglo XX”.
La muestra que está formada por los acervos del Museo Nacional de las Culturas Populares, Museo Objeto del Objeto, Museo de Historia Mexicana y de coleccionistas particulares, abrirá sus puertas a las 20:00 horas.
La exposición reconoce a los autores que, en su mayoría de manera casi anónima, heredaron una idiosincrasia al ser mexicano actual. Está compuesta por 10 módulos temáticos, que van desde las raíces de la historieta en México durante el siglo XIX, las primeras revistas que recopilaron historietas, entre ellas Paquín (1934), Paquito (1935), Chamaco (1936) y Pepín (1936), las cuales dieron origen y auge a las historietas.
Las Raíces: La Historieta Antes De La Historieta
La caricatura nació a la par que la prensa escrita, que en principio se reproducía a través de la litografía. En México, las primeras caricaturas aparecieron en la revista Iris en 1826 y se trataba de una alegoría a la tiranía.
A lo largo del siglo XIX, las tiras cómicas estaban dedicadas a la sátira política y a la crítica de las costumbres, y existían algunos casos de historias secuenciadas como el “Cuadro histórico del General Santa Anna” de 1856, que relata de manera irónica la historia de Santa Anna en momentos decisivos de la historia.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la fábrica de tabaco El Buen Tono mandó realizar con el litógrafo Juan B. Urrutia, una serie de estampas para promocionar sus productos. Las creaciones de Urrutia se volvieron tan populares que se empezaron a difundir en los periódicos El Imparcial, El Universal, Excélsior y El Demócrata. De esta manera comenzó un tímido desprendimiento de la caricatura hacia la historieta.
2. Los Monos Se Independizan
En los años veinte del siglo pasado, el periódico El Universal convocó a un concurso de historietas de donde surgieron tiras como Mamerto y sus conocencias –obra de Jesús Acosta en los textos y Hugo Tilghmann en las ilustraciones–, El señor Pestaña –creada por Andrés Audiffred e Hipólito Zendejas–, Chupamirto –de Jesús Acosta–, entre otras, que tendrán gran éxito en la prensa dominical.
En 1934 nació Pepín, publicación que fue el origen de las revistas de monitos, como se les empezó a llamar, y de donde habrían de surgir muchas de las historietas que a la postre se convertirían en grandes éxitos. A la par, surgieron Paquín (1934), Paquito (1935), Chamaco (1936), entre otras, que se convertirían en un fenómeno cultural que llevará a la lectura a millones de mexicanos que no tenían acceso a los libros. Estas publicaciones también dieron nacimiento a las grandes industrias editoriales.
3. Los Supersabios De Germán Butze
Germán Butze (1912-1974), considerado como “el más dotado narrador de la historieta mexicana”, es el creador de esta serie que forma parte de las más emblemáticas revistas de nuestro país. Los Supersabios nacieron el 27 de enero de 1936 en el periódico Novedades y de ahí pasaron a la revista Chamaco. Antes de aparecer en formato independiente, Los Supersabios apareció en distintas publicaciones: en Mujeres y deportes, luego en Pepín, hasta regresar a Chamaco de donde se independizaría en una edición en pequeño formato y con una periodicidad quincenal.
Los Supersabios cuentan las aventuras de dos modernos jóvenes científicos que combinan el humor y retratan el carácter urbano, así como a la clase media mexicana, que abandonaba el campo y se trasladaba a la ciudad.
4. Santo, El Enmascarado De Plata De José G. Cruz
Aunque el personaje luchístico de El Santo ya existía antes de la historieta, serían las historias creadas por José G. Cruz (1917-1989) las que le permitirán pasar a la historia y convertirse en un ícono de la cultura popular mexicana.
La historieta de Santo, el enmascarado de plata tenía como protagonista al luchador que se dedicaba a luchar por la justicia; la revista apareció primero en 1952 como una edición semanal, pero debido al éxito apareció tres veces por semana, publicándose hasta 1958 y llegando a tirar un millón de ejemplares a la semana.
José G. Cruz fue pionero en el género del fotomontaje, una combinación de dibujos con fotografías mediante el cual lograba tener listos los cómics en menos tiempo.
5. Una Historia Chipocluda. De Don Jilemón A La Familia Burrón De Gabriel Vargas
Creación del humorista gráfico Gabriel Vargas (1915-2010), La Familia Burrón nació en 1948, dentro de las páginas de Pepín, con el título El Señor Burrón o Vida de perro, fue una de las más expresivas crónicas gráficas que reflejó la vida mexicana, un fenómeno que llegó a imprimir medio millón de ejemplares semanalmente y que cerró su ciclo el 26 de agosto de 2009, luego de 61 años de vida.
Los “monigotes” de Gabriel Vargas se convirtieron en uno de los iconos culturales mexicanos; es una manifestación artística con infinidad de lecturas inscrita en la crítica social, en la observación y el retrato de México; la microhistoria de la vida de vecindad, una tragicomedia mexicana y la estética de lo cotidiano.
6. Chanoc. Aventuras De Mar Y Selva De Ángel Mora
Tras fallidas propuestas para llevar al cine la historia de Chanoc, Angel Martín de Lucenay, su autor, decidió probar suerte con una historieta que fue acogida de inmediato y entregada al dibujante Ángel Mora (1925) para darle vida a los personajes. Lucenay sólo alcanzó a escribir veinte capítulos pues falleció prematuramente y entró al relevo un joven guionista: Pedro Zapiain quien hizo mancuerna con Mora y llevaron a la cima de la popularidad esta singular revista, con tirajes de más de un millón doscientos mil ejemplares.
Considerado como un Tarzán mexicano, Chanoc comenzó a publicarse el 15 de octubre de 1959 y perduró veinte años en el gusto del público mexicano. Su éxito fue tal que se filmaron ocho películas del personaje entre 1967 y 1981.
7. Kalimán De Modesto Vázquez González Y Rafael Cutberto Navarro
Al contrario de otras historietas que saltaron del papel al cine o la radio, Kalimán nació en ésta última, brincó al papel y posteriormente a la pantalla grande.
Kalimán inició como una radio novela seriada el 16 de septiembre de 1963 por Radio Cadena Nacional S. A. bajo la dirección de Rafael Cutberto Navarro Huerta, que también produjo la serie. Dos años después se publicó la primera historieta que salió a la venta en noviembre y se vendió semanalmente durante 26 años, a lo largo de 1351 números consecutivos.
Completamente ajeno a la temática de la mayoría de las otras historietas, este superhéroe, creado por Modesto Vázquez González, es descendiente de una antigua civilización, mientras su compañero de aventuras, un jovencito llamado Solín es descendiente de faraones egipcios. Sus historias tienen que ver con el misterio y la sabiduría en una suerte de mezcla de frases y hechos mágicos, de antiguas y enigmáticas civilizaciones.
8. Rolando El Rabioso De Gaspar Bolaños
Un cómic de gesta, le han llamado a esta historieta que se inspiró en antiguas narraciones medievales que contaban historias de caballeros, como la Canción de Roldán, u Orlando el Furioso, dando como resultado una parodia, muy mexicana, de estos poemas épicos.
Creado en 1939 por Gaspar Bolaños Villaseñor (1908-1974), Rolando el Rabioso se publicó en la historieta Chamaco chico; diez años después apareció en Chamaco, como una historia seria, pero no resistió mucho. Será cinco años después, cuando emergió el semanario que desde su origen sorprendió por su originalidad temática, su sentido del humor nacional y el dibujo espléndido, con trazos de enorme calidad.
9. Memín Pinguín De Yolanda Vargas Dulché Y Sixto Valencia
Memín Pinguín es un entrañable personaje que nació en 1943, incluida dentro de la revista Pepín. Ese primer Memín, que tenía como título original Almas de niño, fue concebido originalmente por la escritora Yolanda Vargas Dulché (1926-1999) y dibujado por Alberto Cabrera, pero no logró tener mayor notoriedad y el personaje desapareció de la revista.
Tras consolidar un emporio editorial con su esposo Guillermo de la Parra, la escritora decidió revivir al personaje en 1963. En esta nueva etapa, Memín, quien fue bautizado con ese nombre en alusión al diminutivo de Guillermo, esposo de la escritora, y Pinguín porque era un travieso, un pingo, un diablillo, fue dibujado por Sixto Valencia (1934-2015), logrando un éxito arrollador.
La historieta trataba asuntos de la vida cotidiana, en una época donde la televisión apenas comenzaba. El éxito de Memín y sus amigos radicó en el trabajo realizado por el dúo de escritora-dibujante, que logra captar el tono cinematográfico y plástico de la época de oro del cine mexicano, el habla popular, así como las historias de humor y dramatismo.
10. Los Supermachos De Rius
Realizados por Eduardo del Río (1934), mejor conocido como Rius, Los Supermachos es una historieta que logró romper y cuestionar la represión y el control político existente en los años sesenta. A diferencias de las otras publicaciones contenía un sentido político bien definido.
El nombre de Los Supermachos fue una variante de dos de las historietas más populares: Los Supersabios, de Germán Butze y Los Superlocos, original de Gabriel Vargas. La primera época de esta tira fue de 97 números. Los héroes eran Juan Calzontzin y Chon Prieto, quien a la manera de Don Quijote y Sancho Panza confrontaba a los malosos.
Tras perder un pleito por los derechos de sus personajes, Rius decidió fundar una nueva revista: Los Agachados, de donde se desprendería posteriormente la gran producción editorial del autor. En esta historieta experimentó con imágenes fotográficas, grabados, recortes de prensa, dibujos ajenos y otras ilustraciones, creando excepcionales collages, que serán el sello característico en sus publicaciones.
Las personas interesadas en mayor información se pueden comunicar a través de las redes sociales Facebook y Twitter o visitando la página