sábado, 3 de diciembre de 2016

Subir al cielo en Lisboa

Lisboa es un sueño. 

Es como un largo viaje al cielo por la belleza en las alturas, pero bajar de esas cuestas es ver que la realidad existe.

Subir y bajar, caminar por Lisboa nos lleva a sitios que nunca imaginé, como el Castillo de San Jorge, que debería llevar su nombre original Castelo dos Mouros, pues se trata de una fortificación 
musulmana que tiene más de ochocientos años de haberse construido y que, por tanto, San Jorge, sale sobrando.
Erigida sobre la cima de la colina más alta de Lisboa es posible verlo desde cualquier punto de la capital portuguesa.

Es una de as grandes maravillas de la humanidad que, sin embargo, me da la impresión de que a los portugueses no les ha caído el veinte de la grandeza de ese sitio, equiparable a espacios vivos tan grandes como el Partenón, las Piramides de Egipto, la Alahambra o Teotihuacan.

Tal vez, también ello se deba a la negación del pasado musulmán o quizá, a que las compañías de transporte turístico no suben a esos sitios y ni siquiera lo mencionan en sus "tours".

Pero el ascenso debe ser a pie al Castillo ya que ello es una delicia, pues a cada paso se puede encontrar con tesoros como la Catedral, llamada Santa María Maior, cuya estructura recuerda Notre Dame y en donde es factible encontrar ese mosaico cultural maravilloso que tienen nuestros pueblos, con restos romanos, árabes y medievales.

Caminar por las ruinas del castillo nos conduce, primero, a los once maravillosos miradores que permiten visualizar buena parte de Lisboa, poder mirar esa ciudad y guardarla para siempre en nuestros ojos.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

EL HUMOR NEGRO ESTÁ DE LUTO: MURIÓ JOAQUÍN VELASCO

Dentro de mi búsqueda de caricaturistas, encontré esta nota del semanario Conciencia Pública, acerca de un excelente caricaturista jalisciense: Joaquín Velasco, autor de la tira Chenchito, que publicó en el viejo Unomásuno,





EL HUMOR NEGRO ESTÁ DE LUTO: MURIÓ JOAQUÍN VELASCO

EL HUMOR NEGRO ESTÁ DE LUTO: MURIÓ JOAQUÍN VELASCO
Ene 7, 2012
CARICATURISTA Y CARTONISTA INGENIOSO, CREADOR DE ‘CHENCHITO’ Y AUTOR DE LOS HIJOS DE ‘CHINCHUNCHÁN’, TENÍA UNA PENSIÓN COMO MAESTRO PORQUE COMO PERIODISTA SABÍA QUE LA PAGA ERA MUY MODESTA Y ENTREGABA RECIBOS HECHOS A MANO, SIN ESTABLECER NINGÚN DERECHO LABORAL

El sábado 31 se disponía a despedir el año con un trabajo que tenía pendiente que le encargó su hermana Sara, que consistía en la portada de un libro. Fiel a su costumbre de no fallar a los compromisos, se acomodó en el sillón de su cuarto y no bien había terminado la obra, cuando lo sorprendió la muerte, con un infarto fulminante, probablemente dormido, a juzgar por la apariencia de su cuerpo inerte y su expresión tranquila.

Compañeros de andanzas, Joaquín Velasco y yo llegamos a una cantina más arrabalera que las canciones de Chelo Silva, llamada “El Velorio”, porque no cerraban en toda la noche, salvo que se hubiera muerto un cliente asiduo, en cuyo caso la clientela se trasladaba a donde estuviera el cuerpo tendido para seguir la plática y tomar como si fuera la cantina.

Ubicado a espaldas del Hospicio Cabañas, la cantina la traslada a uno al siglo XVIII. A la entrada, casi se podía contar el aire infestado de humo de cigarro y un vaporcillo con muchos olores provenientes de una docena de ollas de más de 20 litros cada una, que ofrecían infusiones calientes de té de todos colores y sabores. Era lo único que vendían: té y brandy San Marcos; no había más.

La clientela, muy bulliciosa, parecía feliz. Joaquín me presentó a unos músicos, a dos luchadores, un boxeador y otros parroquianos que no parecían representar a lo mejor de la sociedad tapatía. La verdad sí me gustaron los tés que me ofrecieron con el brandy San Marcos, que en su publicidad aseguraba que contenía 8 kilos de uva en cada botella. Yo pedí té de limón, guayaba y yerbabuena. Me asombraba que en algunas mesas se manejaban lotes de relojes, joyas y dinero, que pasaban de una mano a otra, hasta que se embolsaba una parte cada uno.

Le pregunté a Velasco de qué se trataba: “Son ladrones que se reparten el botín, así es aquí todos los días, incluso hay polis que vienen por su cuota”. Yo me preocupé, pero él me dijo que no pasaba absolutamente nada. Volvimos unas 10 o 15 veces y siempre fue lo mismo.

Esos eran los lugares que le gustaba frecuentar a Joaquín Velasco, porque decía, ese era el verdadero pueblo, el que se reunía en lugares sórdidos, donde además se nutría su vena de caricaturista de la Fuente, uno de sus lugares preferidos. Una vez alguien le preguntó:

– ¿Habrá algo peor que el PRI Joaquín?
– Sí –contestó–: el PAN, el PRD, el Verde…
Cuando alguien se levantaba de la mesa, ya muy entrada la noche, Joaquín le pedía:
– Quédate otro rato hombre, si la estamos pasando bien, espérate.

Generalmente le contestaban que tenían que trabajar al otro día, o que tenían que atender a su familia, a lo que contestaba:
– Ah, bueno, si te importa más tu familia y tu trabajo que tus amigos, entonces vete, ándale ya vete.

Pero ante todos, Joaquín Velasco era un buen amigo y una buena persona. Nadie recuerda que le haya hecho algo mal a nadie. Siempre estaba dispuesto a ayudar a quien podía, algunos de sus conocidos o sus hijos están trabajando en un empleo que él les consiguió o logró cambiar a algún muchacho de una prepa a otra, o logró la inscripción de hijos de sus amigos en la primaria o la secundaria. Podía ser muy disipado, pero era muy responsable en su trabajo, nunca fallaba.

Combinaba su actividad como maestro de primaria, en una escuela federal y una estatal, en zonas de pobreza. Decía: “No sé si soy buen maestro o malo, pero de una cosa estoy seguro, no estoy dándole clases al futuro Presidente de la República”.

Murió jubilado a los 67 años con una pensión aceptable como maestro, porque como periodista ya sabía que nunca le dejaría nada, porque la paga era muy modesta y entregaba recibos hechos a mano, sin establecer ningún derecho laboral. Le sobreviven su esposa Rosa María Reynaga y sus hijos Adán, Jazmín (ambos dedicados al dibujo como su padres) Maricela y Anabel, madre de su único nieto, Santiago, al que amaba profundamente. También deja a sus hermanos Roberto, Sara, Ofelia, Bertha y Trini. Hizo cartón político para Conciencia Pública, El Occidental, El Diario de Guadalajara y El Jalisciense, e historieta para El Universal y Uno más Uno.

En el Informador publicó durante una década unas 300 fábulas ilustradas para jóvenes y niños que bien valdría recopilar para publicarlas en un libro. Publicó trabajos en La Opinión de Los Ángeles, y un diario deportivo de Japón. Incursionó en la radio con programas cómicos de crítica social. Publicó dos series de caricatura de crítica social: “Los Hijos de Chinchunchán” y “Los de Acá”.

Sus trabajos le valieron elogios de caricaturistas de la talla de Rius, su amigo, Naranjo y Helio Flores. Fue presidente de la Asociación de Periodistas Comunicación Cultural, donde fundó el Salón de la Caricatura, que ya desapareció y muchos eventos culturales como un concurso de compositores, a nivel estatal, que avaló la autora de “Bésame Mucho”, Consuelo Velázquez. Nunca pretendió dejar grandes cosas, pero heredó el ejemplo de padre de familia, abuelo y amigo incomparable, además de su obra que bien vale la pena que revisen las nuevas generaciones.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Si andan en la FIL. 100 años de caricatura

Forro de libro
de El Universal.

Presento mi libro (a control remoto porque ando en Lisboa, rumbo a Madrid, para revisar mi siguiente libro)

Este martes 29 a las 19.30 en el Salón Antonio Alatorre.
Portada

A mis amigos chilagos no se esponjen, pronto lo presentaré en el DeFectuoso

Pd. También se presenta el libro 100 años de fotografía, de José Antonio rodríguez, Brenda Ledesma y Arturo Ávila

sábado, 26 de noviembre de 2016

Antunes, Lisboa, la caricatura y el Metro






Los moneros me persiguen.

Apenas llegué a Lisboa, entré a la estación aeropuerto del metro de la capital portuguesa y me encontré una maravilla:

 una exposición con decenas de caricaturas de Antonio Antunes, el espléndido artista portugués, que retrata de manera excepcional a decenas de personajes de ese país.



Qué maravilla encontrarse con una muestra así.
Disfruten algunas de ellas.





domingo, 20 de noviembre de 2016

Libros para un buen fin y un mejor inicio de año

Ediciones de Don Lupe pone en oferta, durante todo noviembre y diciembre, los libros de Agustín Sánchez González.








MÁS GASTOS DE ENVÍO
Pedidos: agusanch@yahoo.com

Yo no me llamo Javier

Patéticos.
La clase política mexicana cada vez se ha deteriorado más y más.
Los niveles de corrupción son cada vez mas escandalosos y, ahora si, sin duda, como dijo creo que un cínico llamado López Portillo, "nos estamos volviendo cada vez más cínicos".

El caso más terrorífico es del asqueroso gobernador veracruzano llamado Javier Duarte que con su vocesita atiplada y ridículo juró quedarse en Veracruz tras pedir licencia. 

Pero desapareció.

El mismo cinismo del gobernador de Sonora, Padrés, y de una larga lista que no quiero recordar.

Pero Duarte ha resultado un caso de cinismo extremo.

Acaban de encontrar un pasaporte, tipo Academia universitaria de Santo Domingo, donde con un bigotito de padrote de los treinta pretende pasar por otro.

El voluminoso ladrón sigue como rata escondida. Y dicen que ya usa como himno la vieja canción de Los toreros muertos: Yo no me llamo Javier.

Sea pues, este país aguanta eso y más.
¿Aguanta?

jueves, 17 de noviembre de 2016

José Guadalupe Posada: un autor cervantino


Entre las miles de obras de Posada, destaca su calavera de Don Quijote, obra maestra del genio mexicano. Es de tal calidad, que pareciera que cabalga. 

No tengo duda que Posada conoció la obra de Cervantes, sólo así pudo lograr captar esa gran perfección de su Don Quijote.

Les regalo tres versiones:

La primera, la original, en hoja volante.






























La segunda en impresión de la plancha






y la tercera, una película de Don Quijote, en calavera, cabalgando





Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...