viernes, 19 de febrero de 2016

Reconocimiento por amor al libro

A la fecha, después de muchos años de trabajo, de libros publicados, conferencias, exposiciones, pocos reconocimientos públicos he  tenido. 


Pocos, pero valiosos, como ese primer premio a la investigación que me dio el INBA a pesar de las autoridades del CENIDIAP y del INBA mismo;  el diploma de egresado sobresaliente de los CCH o el reconocimiento que me fue otorgado ayer, 18 de febrero, por parte de la Coalición de libreros.
Este hermoso reconocimiento dice:

La Coalición de Libreros otorga el presente reconocimiento por su trayectoria personal, su labor de rescate de la memoria de esta noble y leal ciudad de México y por su labor y amor del rescate del libro y del oficio del librero Sumando a lo anterior; por su apoyo desinteresado al proyecto de la Coalición de Libreros y de la feria del libro de ocasión que buscan fomentar la lectura así como rescatar y dignificar el oficio del librero. 


Reconocimientos simbólicos, por labor y amor del rescate del libro y del oficio del librero, sumado a mis lectores de muchos años, me hacen sentir contento por el trabajo que realizo día con día.

jueves, 18 de febrero de 2016

Homenaje a David Carrillo en la Feria del libro de Ocasión


Especialista propone revalorar

al caricaturista

 David Carrillo


A dos meses de su muerte, el caricaturista 

mexicano David Carrillo será recordado

por el historiador Agustín Sánchez, quien

dijo que no obstante que se trató de un gran 

artista, fue menospreciado en su arte.

“Hace 20 años me interesé en su obra, pues me pareció que, desde entonces, ya era un personaje muy interesante a través de la historia y, al mismo tiempo, muy menospreciado”, comentó en entrevista con Notimex.
Sánchez, quien es especialista en la historia de la caricatura y autor de por lo menos 30 libros, consideró que David Carrillo fue un hombre que tuvo una visión interesante ante lo que ocurría a su alrededor.
“Resguardó su obra y la de sus compañeros, por lo que nació el Museo de la Caricatura. Su primera propuesta fue en 1939 y la última como en 2013. Tiene un trabajo muy vasto en el que refleja la visión independiente que tenía”, resaltó.
El monero, apuntó, no politizaba en ningún lado, por ello es que sus caricaturas tenían un mayor valor. David Carrillo falleció el 16 de diciembre de 2015.
Acerca de su historia y legado, con la proyección de diversas diapositivas, Agustín Sánchez dictará la tarde de este jueves horas la conferencia “Recordando a David Carrillo” en la Feria del libro de Ocasión, en la calle de Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

David Carrillo nació el 29 de octubre de 1920 en Villaldama, Nuevo León; estudió pintura en la Academia de San Carlos y sus primeras imágenes fueron publicadas en la revista Diversiones”, más tarde en la publicación “Revista de Revistas”.
“Hace cinco años montamos en Monterrey una exposición en su honor y siempre se mostró agradecido. Él fue un caballero muy amable, siempre estaba contento y aunque él decía que nadie era profeta en su pueblo, él sí lo fue, aunque desgraciadamente no en Villaldama, que siendo una región tan pequeña nunca le hicieron un reconocimiento”, señaló.
Por fortuna, recordó, sí le rindieron un homenaje en Monterrey, en uno de los museos más importantes de México, que es el de Historia Mexicana, donde se montó una gran exposición de la cual Agustín Sánchez fue el curador.
“Le dieron un diploma, hubo una conferencia magistral y la Universidad de Nuevo León publicó un pequeño folleto. Sin embargo, siento que la sociedad no tuvo mucho aprecio por él, no se le dio la importancia que su caricatura merecía y él fue un gran artista”, subrayó.
David Carrillo fue fundador y presidente honorario de la Sociedad de Caricaturistas de México. Publicó los libros “Monos, monitos, monotes”, “Recordar es reír” en tres volúmenes, así como “Historia en caricatura y David Carrillo: 50 años”.

domingo, 14 de febrero de 2016

Martínez Carrión en tiempos de visita papal



La caricatura no sólo tiene una función estética, periodística  o hilarante, los monos que retratan nuestros caricaturistas son un testimonio histórico de gran valor, entre otras cosas, porque estaban hechos al momento y para el momento.

Ello implica que pueden ser fallidos, pero también que es lo que se pensaba en el momento.
Las grandes caricaturas lo son por la calidad estética y por la permanencia histórica.
Jesús Martínez Carrión fue un monero de combate, militante liberal, magonista, que nunca perdonó las traiciones de Porfirio Díaz al Estadio laico, a los principio juaristas que dieron origen a la separación Iglesia-Estado.

Su presencia en la caricatura tuvo un nivel excepcional y es, sin duda, uno de nuestros grandes caricaturistas que a través de su arte dejó un testimonio invaluable y una crítica tal que hoy, 1120 años después sigue vigente, sobre todo ante la sumisión presidencial al poder eclesiástico. Si el retrato de Fox hace unos años, hincado ante el papa y besando su mano, la comunión de Peña Nieto tiene un impacto igual: sumisión a la iglesia católica.

Tenemos una clase política vergonzosa. No hace mucho, el juarista Liopez fue hasta el Vaticano a entregar una medallita, mientras la señora Calderón se hace notar esperando al papa en la calle como cualquier persona o como cualquiera.
Las caricaturas de Martínez Carrión son demoledoras por la crítica a las obscenidades del clero, tema tan vigente hoy en día y que el aparato burocrática que gobierna el Vaticano (y el mundo católico) omite vergonzosamente, como por la sumisión porfirista (hoy priista-panista-perredista.morenissta, etc.) al Estado vaticano.



viernes, 5 de febrero de 2016

Cuatro grandes caricaturistas dibujados por otro grande: David Carrillo

Todos los meses publicó un cartón que rescato de la hemeroteca. 

En el número de febrero de 2016 presento un cartón que es un homenaje a una generación de grandes caricaturistas que, con enorme categoría, realizaron su trabajo en la primera mitad del siglo XX y fueron precursores de la televisión mexicana.

Alberto Isaac, Rafael Freyre, Ernesto Guasp y Ernesto García Cabral participaban en el programa de televisión llamado Duelo de dibujantes, y fueron retratados por un hombre excepcional, un gran caricaturista que se fue en diciembre del 2015: David Carrillo.

Sea pues un homenaje al quinteto de geniales artistas.

sábado, 23 de enero de 2016

La Familia Burrón y la cultura popular mexicana

La Familia Burrón y la cultura popular mexicana 

Por Agustín Sánchez González 

DuRante más de sesenta años, las aventuras de Regino y Borola fueron seguidas por miles de mexicanos que, semana a semana, esperaban la historieta. La Familia Burrón llegó a tira

Por Agustín Sánchez González
Durante más de sesenta años, las aventuras de Regino y Borola fueron seguidas por miles de mexicanos que, semana a semana, esperaban la historieta. La Familia Burrón llegó a tirar medio millón de ejemplares. Pocos autores han gozado del aprecio popular como Gabriel Vargas. En febrero del 2011, durante la XXXII Feria Internacional de Libro del Palacio de Minería, las ediciones de La Familia Burrón, sólo fueron superadas en ventas por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.
Alfonso Reyes declaró que Gabriel Vargas era el único que merecía ocupar un lugar dentro de la Academia Mexicana de la Lengua. “Él ha registrado como nadie los giros del habla popular. Y no sólo eso, sino que a partir de allí ha inventado frases que se han vuelto del dominio público”. Además de Reyes, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis y otros grandes personajes de la literatura le han rendido pleitesía y lo han considerado una expresión de culto.
Monsiváis fue gran promotor de la obra de Vargas y uno de los pocos personajes de carne y hueso inmortalizado dentro de la serie. En el número 1352 mantuvo un diálogo con el poeta Avelino Pilongano.
“Soy absolutamente citadino. Nací en Tulancingo, Hidalgo, una ciudad pequeña, tierra de valientes a caballo, muy matones y enamorados, pero llegué aquí a los cuatro años. Si hubiera un lugar más grande que el DF ahí estaría. De la ciudad de México me gusta todo. Es pintoresca y tiene gran variedad de matices para que uno pueda desenvolverse”, señaló Vargas en una entrevista.
Antes de cumplir diez años, Vargas, se sabía de memoria La Iliada, La Odisea, Don Quijote de la Mancha y otros textos a los que esa generación tuvo acceso gracias a Vasconcelos y susLecturas clásicas para niños. Fue considerado un niño prodigio. A los 16 años ya trabajaba en el Excélsior.
Recupero este fragmento de mi libro La prehistoria de la Familia Burrón: “Una de las grandes tragedias de la caricatura en el mundo es la desaparición tanto de de los dibujos originales como de las propias publicaciones. En el caso del maestro Vargas, prácticamente no existen archivos de buena parte de su obra anterior a la última etapa de La Familia Burrón, publicada por la editorial GyG (Guadalupe y Gabriel), fundada con su esposa, la escritora y periodista Guadalupe Appendini”. Gracias a ella, hoy contamos con un amplio archivo de la obra del maestro.

miércoles, 20 de enero de 2016

103 años de la muerte de don Lupe

Hoy 20 de enero se cumplen 103 años de la muerte de José Guadalupe Posada, en un oscuro cuarto de vecindad de Tepito. En el primer capítulo de mi libro, escribí una recreación imaginaria de cómo pudo haber sido esa última noche.


















SE MUERE DON LUPE


Toda la noche ha vomitado sin parar.

La oscura habitación tiene un olor nauseabundo pues la diarrea no se detiene con el atole de arroz, ni con tés de menta o de ruda, ni con ningún otro remedio de las vecinas.

A temprana hora Juan y Manuel han ido a buscar un doctor. De cualquier manera, los dos amigos de parranda saben que ya todo es inútil.

Don Lupe se acaba.

Lleva muchas semanas metiéndole al trago. Su rostro está más que demacrado y la deshidratación por la cagalera es más que obvia.

Hay colillas de cigarro forjado tiradas por doquier.

Danzan calaveras a su alrededor, los sueños se convierten en pesadilla.

Parece una película que se regresa al principio para repasar toda su vida, un viaje a la semilla. En quince días cumpliría 61 años, veintidós mil doscientos días.

Alrededor del petate donde se retuerce de dolor zapatean monstruos fantásticos, bocas con labios rojos que enseñan unos agresivos dientes listos para devorarlo, cuerpos con formas demoníacas, diablos, brujas, gritos lastimeros de la llorona, naguales, fantasmas.

El jolgorio empezó el día de su santo, el día de la Virgencita, el 12 de diciembre, cuando la ciudad, el país, el vecindario conmemoró la aparición del indio Juan Diego; siguieron las nueve jornadas de los santos peregrinos, continuó en la Noche Buena, la Navidad y celebró el fin del año 1912. Nacía uno nuevo, justo cuando la vida, su vida, se le apagaba.

Todo le duele, pero es el alma la que le hace insoportable la existencia. La ruda hierba, la ruda vida.

Cientos de cuartos componen la enorme vecindad ubicada a las orillas de la ciudad de México: es el barrio de Tepito, en la calle de la Paz. Son trescientos miserables cuartuchos, con más de mil almas que andan en la pena y en la pepena.

Cada uno de esos cuchitriles apenas mide tres por tres metros. Los excusados son colectivos, conformados por una larga fila sin puerta y un olor repugnante; afuera una pileta de agua que a veces, con un cubo, se usa para el excusado. Y de los tendederos, que parecen telarañas, cuelgan modestas ropas.

El otrora hombre regordete, ahora de cuerpo flácido y demacrado, parece mirar bailar las calaveras que dibujó hace muchos años, a los diablitos sonrientes, complacidos por su travesura, felices porque recibirán muy pronto a un huésped de lujo, su retratista favorito: don Lupe.

Una vecina le llevó una cazuelita con caldo de gallina y lo encontró llorando, lamentando no poder cerrar los ojos de su Juan Sabino, en ese treceavo aniversario de su muerte.

“¡Don Lupe se muere!”, es el clamor en los lavaderos esa mañana fría de domingo.

Él rememora los últimos días de su vida en el barrio de Tepito, a donde llegó cuando la ciudad lo fue expulsando, primero de Santa Teresa, luego de Santa Inés, más tarde del Cuadrante de Santa Catarina, para llegar a la calle del Carmen y terminar en este sitio donde viven hombres y mujeres que sobreviven en situaciones precarias.

Don Lupe sueña, como todos los días de su vida, pero hoy esos sueños se han tornado en pesadilla, como muchas otras noches más, como casi todas sus últimas noches, como todos sus últimos años.

martes, 19 de enero de 2016

Murió Ettore Scola, mi cineasta favorito

Un día especial
Ha muerto Ettore Scola, mi cineasta favorito. Hace 15 años publiqué en La Jornada este texto como un homenaje en sus setenta años de vida. Scola es uno de los genios del cine mundial. Su obra es una muestra del pensamiento crítico que brilló (brilla) en el  mundo mágico del cine.


JUEVES Å¤ 10 Å¤ MAYO Å¤ 2001
Ha sido llamado El padre del cine silencioso; el cine es político, decía Ettore Scola cumple 70 años; sus películas, calificadas como una obra política de izquierda

AGUSTIN SANCHEZ GONZALEZ ESPECIAL
Quizá la década de los setenta fue su mejor tiempo. En nuestro país conocimos obras geniales como Nos amábamos tanto; Sucios, feos y malos y Un día especial.
Ettore Scola cumple 70 años este 10 de mayo y cabe recordar, entonces uno de los grandes creadores italianos. Nacido en 1931, en Treviso, Italia, se inició haciendo periodismo humorístico en el diarioMarco Aurelio, mientras estudiaba derecho en la Universidad de Roma.
Nos amábamos tanto

En 1952, comenzó a participar en guiones y, asociado con Ruggero Maccari, pronto pasó a ser uno de los guionistas más famosos en materia de comedias. Durante muchos años participó como ayudante de dirección con grandes creadores como Dino Risi El estafador (1960); La marcha sobre Roma (1962) y con Antonio Pietrangeli: Adua y sus amigas (1960), La chica de Parma (1963) y Yo la conocía bien (1965).
En 1964 realizó su primera película: Se permettete parliamo di donne (Se permite hablar de mujeres); recientemente se estrenó en México La cena.

La obra de Scola se enmarca en una crítica social no exenta de humor negro, como sucede con Sucios, feos y malos, premiada en Cannes, en 1976, en la categoría de mejor director. Aquí­ se cuenta la vida en los suburbios de Roma, donde se expresa a los olvidados de la tierra.
La plasticidad de la obra de Ettore Scola se muestra en la cinta, nominada para el Oscar, El baile, (1983) película donde el único lenguaje existente es esa actividad lúdica que mueve a todos los seres humanos. Scola ha sido llamado El padre del cine silencioso.
Su mirar hacia la sociedad ha sido siempre de un compromiso social. Su cine ha sido calificado como una obra política de izquierda. "El cine es político -opina el maestro- por su gran difusión, por su contacto con las masas, porque se dirige a un gran público".
Un día especial

En la cinta Nos amábamos tanto, cuenta la historia de tres amigos que enamoran a la misma mujer y la lección política que muestra no deja dudas acerca de su posición ante la vida.
Lo mismo sucede con una de sus películas más conocidas Un día especial (1977), donde se retrata magistralmente el día que Hitler visita Roma y sucede un encuentro casual entre un escritor homosexual y una ama de casa, donde la fotografía, en blanco y negro, es excepcional, lo mismo que las actuaciones de Marcelo Mastroiani y Sofía Loren.
En 1989 realiza una obra maestra con Qué hora es, donde narra el encuentro de unos desconocidos, a pesar de ser un padre y su hijo adulto, queriendo recuperar el tiempo perdido.
Scola ha sido considerado como un renovador de la comedia italiana. "Pocas veces uno se ríe tan fuerte y llora tan silenciosamente", lo describía un crítico.
A pesar de su conceptualización política, Ettore Scola ha señalado que "Las películas pueden incitar a pensar y a soñar y contribuir a mejorar la vida, pero no cambian nada".
En 1988 se estrenó una gran película que retrataba la destrucción del cine Splendor, obra que fue opacada por una cinta que trataba el mismo tema: Cinema paradiso.
Scola ha dirigido a las grandes luminarias del cine europeo: Marcelo Mastroiani (Qué hora es, 1989), La noche de Varennes; Sofía Loren (Un día especial), Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi (El comisario Pepe, 1969); y Gerard Depardieu, entre otros.
Hoy es día de fiesta, celebrar los setenta años de uno de los grandes genios de la cinematografía mundial, ojalá pronto podamos ver una retrospectiva de este gran director.


Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...