Las posadas con Posada

Hasta hace unas décadas, las fiestas decembrinas tenían un mayor carácter religioso.
La compulsión por comprar aun no era tal.
Durante 9 días, en muchas d elas calles de la ciudad de México se celebraba un ritual, una fiesta donde los niños eran los privilegiados pues se les consentía con piñatas llenas de frutas y dulces. 
Y si no alcanzaban a ganar, los organizadores les entregaban una canastita de mimbre o una bolsita  hecha con papel de china, rellena con dulces, o un cucurucho con fruta.

Este novenario era conocido como las Posadas y consistía en el ritual del encuentro de la Virgen María y San José en su peregrinar para buscar dónde nacerá el niño Jesús.

José Guadalupe Posada ilustró unos hermosos cuadernillos con las letras de las jornadas de los santos Peregrinos.
También ilustró la gran fiesta posterior al ritual de los peregrinos: la piñata llena de frutas que, al grito de dale dale dale, los chicos trataban de romperla y encontrarse con la dulzura de la fruta invernal.

El Belén de José Guadalupe Posada

Una de las grandes imágenes de José Guadalupe Posada, por cierto poco conocidas, es esta que corresponde al libro La Hora de Guardia. Rosario Perpetuo por un padre de la Orden de los Predicadores. Es un libro de 1897.

Este portal de Belén, muestra la gran maestría de Posada, un trazo excelente y un toro que recuerda mucho al pintado por Picasso en el Guernica, cuatro décadas después.
Sirva este gran dibujo para pedir la paz y un mundo mejor, aunque cada vez sea más utopía. 

De cualquier manera habrá que pensarlo y hacer lo que bien puede cada uno de nosotros.
Felicidades, pues

ACUÑA, el de Posada

Manuel Acuña es uno de nuestros grandes poetas nacionales. Trágico, se suicidó cuando apenas tenía 24 años, pasó a la historia por un sólo poema.

En el periódico La Crónica,  Bertha Hernández recupera la historia de Acuña y de su famosa musa, Rosario de la Peña, a quien la historia marcó como la responsable del suicidio, lo cual es falso. http://www.cronica.com.mx/notas/2015/935191.html

Pues bien, José Guadalupe Posada apenas había llegado a radicarse en la ciudad de México cuando realizó un estupendo retrato de Acuña, impreso en litografía para La  Juventud Literaria, que formaba parte d ela Revista de México, impresa en la imprenta de Ireneo Paz, abuelo de nuestro poeta Nobel, y dirigida por Porfirio Parra, uno de nuestros grandes pensadores positivistas de entonces.
En La Juventud Literaria, Arturo Paz, hijo de Ireneo, y hermano del padre del poeta, pronosticó que Posada sería el más grande caricaturista mexicano.

La Familia Burrón y la cultura popular mexicana 

Por Agustín Sánchez González

Durante más de sesenta años, las aventuras de Regino y Borola fueron seguidas por miles de mexicanos que, semana a semana, esperaban la historieta. La Familia Burrón llegó a tira

LITERATURA - OBRAS

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Por Agustín Sánchez González

Durante más de sesenta años, las aventuras de Regino y Borola fueron seguidas por miles de mexicanos que, semana a semana, esperaban la historieta. La Familia Burrón llegó a tirar medio millón de ejemplares. Pocos autores han gozado del aprecio popular como Gabriel Vargas. En febrero del 2011, durante la XXXII Feria Internacional de Libro del Palacio de Minería, las ediciones de La Familia Burrón, sólo fueron superadas en ventas por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

Alfonso Reyes declaró que Gabriel Vargas era el único que merecía ocupar un lugar dentro de la Academia Mexicana de la Lengua. “Él ha registrado como nadie los giros del habla popular. Y no sólo eso, sino que a partir de allí ha inventado frases que se han vuelto del dominio público”. Además de Reyes, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis y otros grandes personajes de la literatura le han rendido pleitesía y lo han considerado una expresión de culto.

Monsiváis fue gran promotor de la obra de Vargas y uno de los pocos personajes de carne y hueso inmortalizado dentro de la serie. En el número 1352 mantuvo un diálogo con el poeta Avelino Pilongano.

“Soy absolutamente citadino. Nací en Tulancingo, Hidalgo, una ciudad pequeña, tierra de valientes a caballo, muy matones y enamorados, pero llegué aquí a los cuatro años. Si hubiera un lugar más grande que el DF ahí estaría. De la ciudad de México me gusta todo. Es pintoresca y tiene gran variedad de matices para que uno pueda desenvolverse”, señaló Vargas en una entrevista.

Antes de cumplir diez años, Vargas, se sabía de memoria La Iliada, La Odisea, Don Quijote de la Mancha y otros textos a los que esa generación tuvo acceso gracias a Vasconcelos y susLecturas clásicas para niños. Fue considerado un niño prodigio. A los 16 años ya trabajaba en el Excélsior.

Recupero este fragmento de mi libro La prehistoria de la Familia Burrón: “Una de las grandes tragedias de la caricatura en el mundo es la desaparición tanto de de los dibujos originales como de las propias publicaciones. En el caso del maestro Vargas, prácticamente no existen archivos de buena parte de su obra anterior a la última etapa de La Familia Burrón, publicada por la editorial GyG (Guadalupe y Gabriel), fundada con su esposa, la escritora y periodista Guadalupe Appendini”. Gracias a ella, hoy contamos con un amplio archivo de la obra del maestro.

El Tío Nonilla, en el cartón del mes

Cerramos 2015 con un cartón dedicado a la Revista El Tío Nonilla, donde aparece un infame cura abusando de una joven. Un tema añejo en nuestra historia.

La caricatura fue publicada en  1849 y puede apreciarse en el número de este mes de la revista Relatos e Historias en México.

El primerísimo Gabriel Vargas

Este viernes 4 de diciembre participaré en las Jornadas Bibliográficas que realiza el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, como lo he hecho hace ya varios años.
Esta vez hablaré de un gran autor del que se habla mucho pero se conoce poco:  Gabriel Vargas, ese gigante de la historieta y la cultura nacional.
Presentaré las primeras obras del maestro cuando aun era casi un niño, sus primeros éxitos hasta llegar a Jilemón Metralla y Bomba, la exitosa obra que fue opacada y olvidada gracias al impacto de La Familia Burrón.

Freyre en Ja-jà

Los grandes caricaturistas son una caja de sorpresas. Mirar estas imágenes no parecen corresponder a una imagen menos frívola que estas portadas que dibujaba el maestro Freyre para la revista Ja-já, "una de las publicaciones emblemáticas y populares de la historia de la caricatura mexicana.

 Ja-já. Síntesis del humorismo mundial, un hebdomadario de pequeño formato, con 64 páginas en blanco y negro y color, que era leído por miles de mexicanos que en cada número se encontraban con lo mejor de lo mejor del humor gráfico mundial y con grandes caricaturistas nacionales, como Freyre, Guasp, Huici, Facha, Aragonés, Rius (que se inició en esta revista), Vic, entre otros.

            El argentino Oski y los franceses Bosc, Chaval y Chag, aparecían en Ja-já; los dos primeros, de la revista París-Mach, el tercero de Ici, París; había cartones del genial español Chumi Chumiz, del catalán Conti, o del cubano Almendaro; se publicaba la clásica Educando a papá, de Georges McManus, entre muchos artistas más.

Hoy les regalo este par de portadas de uno de los grandes maestros de la caricatura mexicana que muestran, además, que los grandes artistas siguen vivos en su obra pues su trascendencia y su trabajo está siempre ahí.