martes, 5 de mayo de 2015

Los significados del 5 de mayo

El 5 de Mayo en la portada de la Biblioteca del Niño Mexicano,
escrita por Heriberto Frías e ilustrada por José Guadalupe Posada
Hace unos momentos alguien me preguntó por qué los gringos celebran con tanta pompa la Batalla del 5 de mayo si a ellos ni les va ni les viene, pero no es así.

Si bien es cierto que la derrota al imperio napoleónico fue un gran éxito de nuestros antepasados y tuvo un significado ideológico importante para crear y asumir la idea de Nación, de nacionalidad, tras haber perdido, tres décadas atrás, más de la mitad del territorio justamente por carecer de esta idea.

Pero también es cierto que a nivel mundial fueron los gringos los grandes triunfadores de esa batalla.
Me explico: la derrota del 5 de mayo generó en el mundo el espíritu de que los franceses no eran invencibles, fenómeno semejante a lo que ocurrió en los sesenta del siglo XX en Vietnam.

La batalla del 5 de mayo no fue el fin de la guerra, eso ocurrió en 1862 y debieron pasar cinco años para que se retiraran de México tras perder más de diez mil hombres.
El juego de mesa dibujado por Posada

Así acabó el sueño de Francia de apoderarse de América y se quedó el espacio abierto para que Estados Unidos lograran lo que a la postre sucedió.

Obvio que no es tan simple, pero eso explica a grandes rasgos porque en Estados Unidos hoy se celebran una derrota a Francia.

jueves, 30 de abril de 2015

Los niños que dibujó Guadalupe Posada






El mejor legado de Posada, además de su calidad estética, fue el retrato que hace de la vida cotidiana de los mexicanos.



Hombres, mujeres, niños son su modelo natural; muchas menos, son los retratos de la gente de poder, los politicos, los personajes, aunque evidentemente nunca falten.




Los niños, en este día del niño, también son muchos: como la niña de los ojos de luz, un cuento infantil que ilustra esta nota, como los niños con juguetes, niños felices, pero también los niños maltratados en una sociedad  que, en esencia,  sigue siendo la misma.






Es terrible historia de los Bejarano, que torturaban niños, (ahora torturan votantes), o de la mujer que cosia la ropa al cuerpo de una niña.





Pero también, Posada ilustraba los juegos de mesa infantiles y hasta libros para los niños.




Es autor de la Biblioteca del Niño Mexicano, que es la primera historia de México escrita para los niños y que es un magnifico regalo que nos hizo el ICA al reeditar una edición facsímil completa.















Y claro, hubo hasta niños  calaveritas.





Posada en día de niños, un regalo para ellos

martes, 28 de abril de 2015

Posada y el diseño gráfico

Muchas son las aportaciones que hizo José Guadalupe Posada a la cultura mexicana. 
       Vuelvo a insistir que las calaveras son apenas unas cuantas, ni siquiera un porcentaje representativo por más que la ignorancia institucional quiera convertirla en lo único.
       Periodista gráfico que colaboró en más de 70 periódicos; ilustrador de portadas de libros, de revistas, de anuncios comerciales.
Posada, esa es otra veta de tesis, es un precursor del diseño gráfico en México.

Esta imagen, que no recuerdo quien me la dio, muestra a un Posada actual diseñando desde su lap. 



(Ojalá aparezca su autor para darle el crédito correspondiente, me parece estupenda)





sábado, 25 de abril de 2015

¡¡Qué alguien me explique!! Del subcomediante al muñequito con la RBD


Ruperto Tacuche, a quien seguramente
copió el look el subcomediante 
En los albores de 1994 un grupo de alzados se levantó en armas contra el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. No faltaron los optimistas de siempre que veían en el Subcomediante Narcos la reencarnación del Che, de Fidel Castro y de Emiliano Zapata, en una suerte de Santísima Trinidad.

Eso ocurrió en Chiapas. Enero de 1994.

Miles de notas salieron por todo el mundo y a ese paraíso de la utopía chiapaneca llegaron otros tantos miles. El mundo, ahora si, iba a cambiar



Marcos desapareció un día, como Quetzálcoatl. 
Aunque cada vez que necesita ser maiceadito hace alguna declaración radicalosa y de pronto calla, y es que tal vez el silencio se convierte en euros. 
Bien dice Sabines que es lo más insoportable.


Años después, en 2012, y es lo que quisiera alguien me explique: un mirey, un muñequito, postulado por el "Verde" (seguro se refiere al dolar no a la ecología), ganó las elecciones en ese estado con el 67% de los votos. 

Pejesús, obtuvo 635 mil votos en la presidencial y Titino Velasco, les dio Coello con 1,200 mil, el doble que el Salvador.




 Hoy Chiapas está de fiesta. Se casó el muñequito con una muñequita anoréxica made in Tenevrisa. Una RBD, llamada Anahi que se prepara para ser primera dama y pasar de una Gaviota a una RBD.

Cada vez que he criticado a la sociedad mexicana me llueve respuesta diciendo que no, que es el Estado. Pero entonces, ¿quién me explica esto?





Cómo se pasa la vida. Un poeta Max Rojas

No he podido morir, pero no importa. Me quedan otros trozos
de pellejo y otros dientes, y a lo mejor mi traje funeral
no está bien hecho. 



Ahora que lo recuerdo, vuelvo a lamentar, como uno va perdiendo los amigos cada día. A Max lo conocí sin saber que era poeta, hombre sin poses ni mamarrachadas de otras personas que se dicen poetas o escritores en un país  analfabeta y lleno de farsantes.



Fuimos compañeros en el Ateneo Español hace ya un cuarto de siglo y desde que nos conocimos comenzó un diálogo sobre la literatura española. Sobre todo, los poetas del exilio.





A mí me duele el silencio
con que resguardo mis penas;
mucho más me duele el grito
con el que quiero acallarlas:
que si el silencio me quema,
el grito me desbarata
y entre la lumbre y el miedo
me están matando a pedazos:
que a mí me duele el silencio
bajo el que escondo mis penas,
pero más me duele el grito
con el que quiero acallarlas.



Hombre de un sano conocimiento, sin aspavientos, con sabiduría. Solíamos regresar a nuestras casas en el metro, juntos, charlando sobre las tragedias de la vida, los amores y sin sabores.

Por esos días recién había muerto su madre y le ocurrían, además, otras desgracias que hacían que Max, con esos ojitos pequeños que se le veían con los lentes de fondo de botella, levantara los brazos y se lamentara de la vida, sonriendo, tras un trago y otro y otro y con una tos perruna producto de las fumadas de un cigarro tras otro.



"Esto del palabreaje humano es cosa mala, Perro; uno trae su silencio, y los demás nada más van oyendo el aullido; uno trae su alarido, y los demás nada más van oyendo el silencio. Esto del palabreaje humano es cosa mala, Perro. ¿De qué carajo sirven las malditas palabras?; tanto que nos costó aprender a hablar, para poder decirle hurañas palabras de ternura, y nada, Perro, sólo pedazos de trozadas palabras de ternura nos quedaron. Esto del palabreaje humano es cosa mala, Perro."

Otra vez lamento perder la pista a una gente que valía la pena cultivar, aprender, gozar sus charlas con ese vozarrón de Dios griego recitando en el Olimpo.

La última vez que lo vi, en la Feria de Minería, ya muy flaco, rodeado de chamacos veinteañeros, estaba contento pues un grupo de chicos lo apapachaban, lo seguían, era SU POETA.

Recordar  a Max, leerlo.
Me acordé de nuevo de las Coplas de Jorge Manrique: "Como se pasa la vida, tan callada".

Adiós Max, te vas, pero te quedas en esta marcha...

"...una espiral de miedo que crece de tamaño 
y desentona con la encubierta pequeñez de los objetos 
que disfrutan
de una vista considerablemente vaga de la tierra,
casi del subsuelo pero mirado desde más abajo
como un sótano
que se quedó escondido adentro de otro sótano
para evitar que lo mordieran los insectos
pero quedó sin solución posible su poco entendimiento
con la luz
que no percibe la claridad que suena
como una rígida columna heterodoxa
dispuesta a traicionar cualquier principio
con tal de concebirse doncella pura y santa,
dechado de virtud o testimonio enfebrecido
de que dejar pasar el tiempo
que empuja a recorrer las viejas travesías
donde la muerte espera, con toda su paciencia,
a que alguien se aproxime,
llame
le escriban su epitafio,
se conduelan de su muerte próxima,
lo embellezcan como a una golondrina
en trance de emprender el vuelo
y no volver más nunca,
le corten el plumaje como para asistir a una ceremonia
que parece no tener un fin preciso,
el mero gusto por estar contento
y beberse unas cuantas copas
en memoria de los cuerpos idos,
los muy pocos que pasan lista de presente todavía
y ven en el espejo el corto temporal
que falta por cumplirse,
finales de un final que se avecina
entre silentes marejadas
y barcos que ya no emprenden largas travesías,
viajes cortos o, de plano,
se amarran a los muelles y dormitan
bajo el furor de los recuerdos..."




Las cursivas son fragmentos de su obra que bajé de
su página de fb, al igual que las fotos

viernes, 24 de abril de 2015

Los memines o un Memín en cada hijo te dio

Una de las historias más interesantes del Memín famoso, del único que guardamos en nuestra memoria y que tras una larga lucha de Sixto Valencia se le reconoció su autoría, es que hubo otro Memín, antes que el de Sixto, que no tuvo, ni con mucho, el impacto de éste.


En 1943, la Revista Pepín era parte fundamental de la vida mexicana, ahí aparecían y desaparecían decenas de personajes que hacían las delicias de los personajes. 

En Pepín, por ejemplo, apareció por primera vez La Familia Burrón, con el título Vida de Perro. El Señor Burrón.


Pero, también, comenzó una historia por demás curiosa, nació Almas de niño, donde aparece el Primer Memín y su pandilla.


Dibujado por Alberto Cabrera, apareció durante varios años hasta que un día se acabó.


En 1963, apareció la nueva versión de Memín, ahora dibujado por Sixto Valencia y en una nueva empresa Editorial Argumentos.

Este es el Memín con el que vivimos la última década del siglo XX y la que ha quedado como parte de nuestra cultura iconográfica.




José Guadalupe Posada Un cervantino


Entre las miles de obras de Posada, destaca su calavera de Don Quijote, obra maestra del genio mexicano. Es de tal calidad, que pareciera que cabalga. No tengo duda que Posada conoció la obra de Cervantes, sólo así pudo lograr captar esa gran perfección de su Don Quijote.


Les regalo tres versiones:

La primera, la original, en hoja volante.










 La segunda en impresión de la plancha, 



y la tercera, una peli de Don Quijote, en calavera, cabalgando






Por el fin de los caudillos

  No a los caudillos, si a la pluralidad Agustín Sánchez González Se les mira por las calles en pequeños grupos, portan un chaleco con l...